Capítulo 8
EL VIAJE DE RETORNO
Índice del Capítulo (Haz clic para desplegar)
- I. La dirección del plan de estudios
- II. La diferencia entre aprisionamiento y libertad
- III. El encuentro santo
- IV. El regalo de libertad
- V. La voluntad indivisa de la Filiación
- VI. El tesoro de Dios
- VII. El cuerpo como medio de comunicación
- VIII. El cuerpo como medio o como fin
- IX. La curación como resultado de una percepción corregida
I. La dirección del plan de estudios
1. El Conocimiento no es la motivación para aprender este curso. ²La motivación es la paz. ³La paz es el requisito previo para alcanzar el Conocimiento simplemente porque los que están en conflicto no están en paz, y la paz es la condición necesaria para el Conocimiento porque es la condición del Reino. ⁴El Conocimiento sólo puede ser restituido cuando satisfaces sus condiciones. ⁵No es éste un trato que Dios haya hecho, pues Dios no hace tratos. ⁶Es simplemente el resultado del uso incorrecto que has hecho de Sus Leyes en nombre de una voluntad imaginaria que no es la Suya. ⁷El Conocimiento es Su Voluntad. ⁸Si te opones a Su Voluntad, ¿cómo vas a poder gozar de conocimiento? ⁹Te he dicho lo que el Conocimiento te ofrece, pero tal vez aún no lo consideres algo enteramente deseable, ¹⁰pues, de lo contrario, no estarías tan dispuesto a descartarlo cuando el ego te pide que le seas leal.
2. Las distracciones del ego tal vez parezcan interferir en tu aprendizaje, pero el ego no tiene realmente ningún poder para distraerte a menos que tú se lo confieras. ²La voz del ego es una alucinación. ³No puedes esperar que te diga: “No soy real”. ⁴No obstante, no se te pide que desvanezcas tus alucinaciones por tu cuenta. ⁵Se te pide simplemente que las evalúes a la luz de los resultados que te aportan. ⁶Si dejas de desearlas debido a la pérdida de paz que te ocasionan, serán eliminadas de tu mente.
3. Cada vez que respondes a la llamada del ego estás haciendo un llamamiento a la guerra, y la guerra ciertamente te priva de la paz. ²Mas en esta guerra no hay adversario. ³Ésta es la reinterpretación de la realidad que tienes que hacer para asegurar tu paz, y la única que necesitas hacer. ⁴Los que percibes como adversarios forman parte de tu paz, a la cual renuncias cuando los atacas. ⁵¿Cómo se puede tener aquello a lo que se renuncia? ⁶Compartes para tener, pero no renuncias a lo que compartes. ⁷Cuando renuncias a la paz, te excluyes a ti mismo de ella. ⁸Es ésta una condición tan ajena al Reino que te es imposible entender el estado que prevalece dentro de él.
4. Lo que aprendiste en el pasado tiene que haberte enseñado lo que no te convenía, por la sencilla razón de que no te hizo feliz. ²Sólo por esto debería ponerse en duda su valor. ³Si el propósito del aprendizaje es producir cambios—y ése es siempre su propósito—¿te sientes satisfecho con los cambios que tu aprendizaje ha producido en ti? ⁴Si no estás contento con lo que aprendiste es señal evidente del fracaso de dicho aprendizaje, ya que significa que no conseguiste lo que deseabas.
5. El plan de estudios de la Expiación es el opuesto al que tú elaboraste para ti, y lo mismo se puede decir de su resultado. ²Si el resultado de tu plan de estudios te ha hecho infeliz, y deseas otro diferente, obviamente es necesario que se efectúen cambios en el plan de estudios. ³El primer cambio que debe efectuarse es un cambio de dirección. ⁴Un plan de estudios que tenga sentido no debe ser inconsistente. ⁵Si lo planean dos maestros que creen en ideas diametralmente opuestas, no puede ser un plan integrado. ⁶Si esos dos maestros lo ponen en práctica simultáneamente, cada uno de ellos no hará sino ser un obstáculo para el otro. ⁷Esto da lugar a fluctuaciones, pero no a un auténtico cambio. ⁸Los que son volátiles no tienen dirección. ⁹No pueden decidir ir en una dirección determinada porque no pueden abandonar la otra, si bien esta última no existe. ¹⁰Su plan de estudios conflictivo les enseña que todas las direcciones existen, mas no les proporciona ninguna base racional sobre la que fundar su elección.
6. Antes de que pueda efectuarse un auténtico cambio de dirección es necesario reconocer plenamente la total insensatez de semejante plan de estudios. ²No puedes aprender simultáneamente de dos maestros que están en completo desacuerdo con respecto a todo. ³Su plan de estudios conjunto constituye una tarea de aprendizaje imposible. ⁴Te están enseñando cosas completamente diferentes de forma completamente diferente, lo cual sería posible si no fuera porque las enseñanzas de ambos son acerca de ti. ⁵Ninguno de ellos puede alterar tu realidad, pero si los escuchas a los dos, tu mente estará dividida con respecto a lo que es tu realidad.
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II. La diferencia entre aprisionamiento y libertad
1. Existe una lógica sobre la que basar tu elección. ²Sólo un Maestro sabe lo que es tu realidad. ³Si el propósito del plan de estudios es aprender a eliminar los obstáculos que obstruyen el conocimiento de esa realidad, eso sólo lo puedes aprender de ese Maestro. ⁴El ego no sabe lo que está tratando de enseñar. ⁵Está tratando de enseñarte lo que eres, si bien él mismo no lo sabe. ⁶El ego no es más que un experto en crear confusión. ⁷No entiende nada más. ⁸Como maestro, pues, el ego está completamente confundido y sólo causa confusión. ⁹Aun si pudieras hacer caso omiso del Espíritu Santo, lo cual es imposible, no podrías aprender nada del ego porque el ego no sabe nada.
2. ¿Qué razón puede haber para elegir semejante maestro? ²¿No tendría más sentido hacer caso omiso de todo lo que enseña? ³¿Es éste el maestro al que el Hijo de Dios debe dirigirse para encontrarse a sí mismo? ⁴El ego no te ha dado nunca una solución sensata a nada. ⁵Basándote simplemente en la experiencia que tienes de lo que enseña, ¿no sería ello suficiente para descalificarlo como tu futuro maestro? ⁶Mas el daño que el ego le ha ocasionado a tu aprendizaje no se limita sólo a eso. ⁷Aprender es placentero si te conduce por la senda que te resulta natural y facilita el desarrollo de lo que ya tienes. ⁸Mas si se te enseña de una manera contraria a tu naturaleza, lo que aprendas supondrá una pérdida para ti porque te aprisionará. ⁹Tu voluntad forma parte de tu naturaleza y, por lo tanto, no puede ir contra ella.
3. El ego no te puede enseñar nada mientras tu voluntad sea libre porque no le escucharías. ²Tu voluntad no es estar aprisionado porque tu voluntad es libre. ³Ésa es la razón de que el ego sea la negación del libre albedrío. ⁴No es nunca Dios el que te coacciona, ya que comparte Su Voluntad contigo. ⁵Su Voz enseña solamente en conformidad con Su Voluntad, mas ésa no es la lección que enseña el Espíritu Santo, pues eso es lo que tú eres. ⁶Su lección es que tu voluntad y la de Dios no pueden estar en desacuerdo porque son Una. ⁷Esto supone la anulación de todo lo que el ego trata de enseñar. ⁸Por lo tanto, no es solamente la dirección del programa de estudios lo que tiene que estar libre de conflictos, sino también el contenido.
4. El ego trata de enseñarte que tu deseo es oponerte a la Voluntad de Dios. ²Esta lección antinatural no se puede aprender, y tratar de aprenderla viola tu libertad, lo cual hace que tengas miedo de tu voluntad porque es libre. ³El Espíritu Santo se opone a cualquier forma de aprisionamiento de la voluntad de un Hijo de Dios porque sabe que la voluntad del Hijo es la Voluntad del Padre. ⁴El Espíritu Santo te conduce firmemente por la senda de la libertad, enseñándote cómo descartar o mirar más allá de todo lo que te impediría seguir adelante.
5. Hemos dicho que el Espíritu Santo te enseña la diferencia que existe entre el dolor y la dicha. ²Eso es lo mismo que decir que te enseña la diferencia que hay entre estar aprisionado y ser libre. ³No puedes hacer esta distinción sin Él porque te has enseñado a ti mismo que el aprisionamiento es libertad. ⁴¿Cómo ibas a poder distinguir entre una cosa y otra cuando crees que ambas son lo mismo? ⁵¿Cómo ibas a poder pedirle a la parte de tu mente que te enseñó a creer que son lo mismo que te enseñe de qué manera son diferentes?
6. Las enseñanzas del Espíritu Santo apuntan en una sola dirección y tienen un solo objetivo. ²Su dirección es la libertad y Su objetivo es Dios. ³El Espíritu Santo, no obstante, no puede concebir a Dios sin ti porque no es la Voluntad de Dios estar sin ti. ⁴Cuando hayas aprendido que tu voluntad es la de Dios, tu voluntad no dispondrá estar sin Él, tal como Su Voluntad no dispone estar sin ti. ⁵Esto es libertad y esto es dicha. ⁶Si te niegas esto a ti mismo, le estarás negando a Dios Su Reino, pues para eso fue para lo que te creó.
7. Cuando dije: “Todo poder y gloria son tuyos porque Suyo es el Reino”, esto es lo que quise decir: la Voluntad de Dios no tiene límites, y todo poder y gloria residen en Ella. ²Su fuerza, Su paz y Su amor son ilimitados. ³No tiene límites porque Su extensión es ilimitada, y abarca todas las cosas porque las creó ⁴y al crearlas, las hizo parte de Sí Misma. ⁵Tú eres la Voluntad de Dios porque así es como fuiste creado. ⁶Eres como tu Creador debido a que Él crea únicamente a Semejanza Propia. ⁷Eres parte de Aquel que es todo Poder y Gloria, por lo tanto, eres igual de ilimitado que Él.
8. ¿A qué otra cosa sino al poder y a la gloria puede apelar el Espíritu Santo para restaurar el Reino de Dios? ²El Espíritu Santo, pues, apela simplemente a lo que el Reino es para que éste reconozca lo que él mismo es. ³Cuando reconoces esto brindas ese reconocimiento automáticamente a todo el mundo porque has reconocido a todo el mundo. ⁴Mediante tu reconocimiento despiertas el de ellos, y mediante el de ellos, el tuyo se extiende. ⁵El despertar se propaga fácil y jubilosamente por todo el Reino en respuesta a la Llamada a Dios. ⁶Ésta es la respuesta natural de todo Hijo de Dios a la Voz que habla en Nombre de Su Creador, ya que es la Voz que habla en nombre de las creaciones del Hijo y de su propia extensión.
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III. El encuentro santo
1. Gloria a Dios en las alturas, y también a ti porque así lo ha dispuesto Su Voluntad. ²Pide y se te dará, pues ya se te ha dado. ³Pide luz y aprende que eres Luz. ⁴Si quieres tener entendimiento e iluminación aprenderás que eres Luz, ya que tu decisión de aprender esto es la decisión de querer escuchar al Maestro que sabe de luz y que, por lo tanto, puede enseñarte lo que es. ⁵No hay límite en lo que puedes aprender porque tu mente no tiene límites. ⁶Las enseñanzas del Espíritu Santo no tienen límites porque Él fue creado para enseñar. ⁷Al comprender perfectamente cuál es Su función, la desempeña perfectamente porque ése es Su gozo y el tuyo.
2. Hacer la Voluntad de Dios perfectamente es el único gozo y la única paz que pueden conocerse plenamente, al ser la única función que se puede experimentar plenamente. ²Cuando esto se alcanza, ninguna otra experiencia es posible. ³Desear otra experiencia, no obstante, obstaculiza su logro porque la Voluntad de Dios no es algo que se te pueda imponer, ya que para experimentarla tienes que estar completamente dispuesto a ello. ⁴El Espíritu Santo sabe cómo enseñar esto, pero tú no. ⁵Ésa es la razón por la que Lo necesitas y por la que Dios te lo dio. ⁶Únicamente Sus enseñanzas pueden liberar tu voluntad para que se incorpore a la de Dios, uniéndola a Su Poder y Gloria y estableciendo a Éstos como tuyos. ⁷Los compartes tal como Dios los comparte porque ése es el resultado natural de su existencia.
3. La Voluntad del Padre y la del Hijo son Una por razón de Su extensión. ²Dicha extensión es el resultado de la Unicidad de la que Ambos gozan, la cual mantiene intacta la unidad de Ambos al extender Su Voluntad conjunta. ³Ésta es la Creación Perfecta de los que han sido perfectamente creados, en unión con el Creador Perfecto. ⁴El Padre tiene que dar paternidad a Su Hijo porque Su Propia Paternidad tiene que seguir extendiéndose. ⁵Tú, cuyo lugar está en Dios, tienes la santa función de extender Su Paternidad no imponiendo ningún límite sobre ella. ⁶Deja que el Espíritu Santo te enseñe cómo hacer esto, pues lo que significa sólo lo puedes aprender de Dios Mismo.
4. Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. ²Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. ³Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. ⁴Tal como pienses de él, así pensarás de ti mismo. ⁵Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo. ⁶Cada vez que dos Hijos de Dios se encuentran, se les proporciona una nueva oportunidad para salvarse. ⁷No dejes de darle la salvación a nadie para que así la puedas recibir tú. ⁸Yo estoy siempre contigo, en memoria tuya.
5. El objetivo del plan de estudios, independientemente del maestro que elijas, es: “Conócete a ti mismo”. ²No hay nada más que buscar. ³Todo el mundo anda buscándose a sí mismo y buscando el poder y la gloria que cree haber perdido. ⁴Siempre que estás con alguien, tienes una oportunidad más para encontrar tu poder y tu gloria. ⁵Tu poder y tu gloria están en él porque son tuyos. ⁶El ego trata de encontrarlos únicamente en ti porque no sabe dónde buscar. ⁷El Espíritu Santo te enseña que si buscas únicamente en ti no te podrás encontrar a ti mismo porque tú no eres un ente separado. ⁸Siempre que estás con un hermano, estás aprendiendo lo que eres porque estás enseñando lo que eres. ⁹Tu hermano reaccionará con dolor o con alegría dependiendo del maestro que tú estés siguiendo. ¹⁰Será aprisionado o liberado de acuerdo con tu decisión, al igual que tú. ¹¹Nunca olvides la responsabilidad que tienes hacia él, ya que es la misma responsabilidad que tienes hacia ti mismo. ¹²Concédele el lugar que le corresponde en el Reino y tú ocuparás el tuyo.
6. No puedes encontrar el Reino por tu cuenta, y tú, que eres el Reino, no puedes encontrarte a ti mismo por tu cuenta. ²Por lo tanto, para lograr el objetivo del plan de estudios no debes escuchar al ego, cuyo propósito es derrotar su propio objetivo. ³El ego no sabe esto porque no sabe nada. ⁴Pero tú puedes aprenderlo, y lo aprenderás si estás dispuesto a examinar lo que el ego quiere hacer de ti. ⁵Ésta es tu responsabilidad porque una vez que hayas examinado esto aceptarás la Expiación para ti mismo. ⁶¿Qué otra elección podrías llevar a cabo? ⁷Una vez que hayas elegido aceptar la Expiación para ti mismo entenderás por qué razón, cuando antes te encontrabas con otra persona, creías que era otra persona. ⁸Y cada encuentro santo en el que te entregues completamente te enseñará que eso no es así.
7. Sólo puedes encontrarte con parte de ti mismo porque eres parte de Dios, Quien Lo es todo. ²Su Poder y Su Gloria están en todas partes, y tú no puedes estar excluido de ellos. ³El ego te enseña que tu fuerza reside sólo en ti. ⁴El Espíritu Santo te enseña que toda fuerza reside en Dios y, por ende, en ti. ⁵La Voluntad de Dios es que nadie sufra. ⁶Él ha dispuesto que nadie sufra por haber tomado una decisión equivocada, y eso te incluye a ti. ⁷Por eso es por lo que te ha proporcionado los medios para rectificarla. ⁸Mediante Su Poder y Su Gloria todas tus decisiones equivocadas se rectifican completamente, y así tu hermano y tú quedáis liberados de todo pensamiento opresivo que cualquier parte de la Filiación albergue. ⁹Las malas decisiones no tienen ningún poder porque no son verdaderas. ¹⁰El aprisionamiento que parecen producir es tan falso como ellas mismas.
8. El Poder y la Gloria le pertenecen únicamente a Dios. ²Tú también le perteneces únicamente a Él. ³Dios da todo lo que le pertenece porque da de Sí Mismo, y todo le pertenece. ⁴Dar de ti mismo es la función que Él te encomendó. ⁵Llevarla a cabo perfectamente te permitirá recordar lo que tienes de Él, y así recordarás también lo que eres en Él. ⁶Es imposible que no puedas hacer esto, pues ése es tu poder. ⁷La gloria es el regalo que Dios te hace porque eso es lo que Él es. ⁸Contémplala en todas partes para que puedas recordar lo que eres.
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IV. El regalo de libertad
1. Si lo que la Voluntad de Dios dispone para ti es paz y dicha absolutas, y eso no es lo único que experimentas, es que te estás negando a reconocer Su Voluntad. ²Su Voluntad no fluctúa, pues es eternamente inmutable. ³Cuando no estás en paz, se debe únicamente a que no crees que estás en Él. ⁴Mas Él es el Todo de todo. ⁵Su Paz es absoluta y tú no puedes sino estar incluido en Ella. ⁶Sus Leyes te gobiernan porque lo gobiernan todo. ⁷No puedes excluirte a ti mismo de Sus Leyes, si bien puedes desobedecerlas. ⁸Si lo haces, no obstante, y sólo en ese caso, te sentirás solo y desamparado porque te estarás negando todo.
2. He venido como una luz a un mundo que en verdad se niega todo a sí mismo. ²Hace eso simplemente al disociarse de todo. ³Dicho mundo es, por lo tanto, una ilusión de aislamiento que se mantiene vigente por miedo a la misma soledad que es su ilusión. ⁴Os dije que estaría con vosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo. ⁵Por eso es por lo que soy la luz del mundo. ⁶Si estoy contigo en la soledad del mundo, la soledad desaparece. ⁷No puedes mantener la ilusión de soledad si no estás solo. ⁸Mi propósito sigue siendo, pues, vencer al mundo. ⁹Yo no lo ataco, pero mi luz no puede sino desvanecerlo por razón de lo que es. ¹⁰La luz no ataca a la obscuridad, pero la desvanece con su fulgor. ¹¹Si mi luz va contigo a todas partes, tú desvaneces la obscuridad conmigo. ¹²La luz se vuelve nuestra, y ya no puedes morar en la obscuridad tal como la obscuridad no puede morar allí donde tú vas. ¹³Acordarte de mí es acordarte de ti mismo, así como de Aquel que me envió a ti.
3. Estabas en las tinieblas hasta que una parte de la Filiación decidió acatar completamente la Voluntad de Dios. ²Una vez que esto se logró, todos lo lograron perfectamente. ³¿De qué otra manera, si no, habría podido lograrse perfectamente? ⁴Mi misión consistió simplemente en unir la voluntad de la Filiación con la Voluntad del Padre al ser yo mismo consciente de Su Voluntad. ⁵Ésta es la conciencia que vine a impartirte, y el problema que tienes en aceptarla es el problema de este mundo. ⁶Eliminarlo es la salvación, y en ese sentido yo soy la salvación del mundo. ⁷El mundo, por lo tanto, no puede sino aborrecerme y rechazarme, ya que el mundo es la creencia de que el amor es imposible. ⁸Si aceptaras el hecho de que yo estoy contigo estarías negando al mundo y aceptando a Dios. ⁹Mi voluntad es la Suya, y tu decisión de escucharme es la decisión de escuchar Su Voz y de hacer Su Voluntad. ¹⁰De la misma manera en que Dios me envió a ti, yo te enviaré a otros. ¹¹E iré a ellos contigo para que podamos enseñarles paz y unión.
4. ¿No crees que el mundo tiene tanta necesidad de paz como tú? ²¿No te gustaría dársela en la misma medida en que tú deseas recibirla? ³Pues a menos que se la des, no la recibirás. ⁴Si quieres recibirla de mí, tienes que darla. ⁵La curación no procede de nadie más. ⁶Tienes que aceptar dirección interna. ⁷La dirección que recibas no puede sino ser lo que quieres, pues de otro modo no tendría sentido para ti. ⁸Por eso es por lo que la curación es una empresa de colaboración. ⁹Yo puedo decirte lo que tienes que hacer, pero tú tienes que colaborar teniendo fe en que yo sé lo que debes hacer. ¹⁰Sólo entonces decidirá tu mente seguirme. ¹¹Sin esta decisión no podrías curar porque ello supondría que has decidido en contra de la curación, y este rechazo de lo que yo he decidido para ti impediría la curación.
5. La curación es un reflejo de nuestra voluntad conjunta. ²Esto resulta obvio cuando se examina el propósito de la curación. ³La curación es la manera de superar la separación. ⁴La separación se supera mediante la unión. ⁵No se puede superar separando. ⁶La decisión de unirse tiene que ser inequívoca o, de lo contrario, la mente misma estaría dividida e incompleta. ⁷Tu mente es el medio por el cual determinas tu propia condición, ya que la mente es el mecanismo de decisión. ⁸Es el poder mediante el que te separas o te unes y, consecuentemente, experimentas dolor o alegría. ⁹Mi decisión no puede imperar sobre la tuya porque la tuya es tan poderosa como la mía. ¹⁰De no ser así, los Hijos de Dios no gozarían de perfecta igualdad. ¹¹No hay nada que nuestra voluntad conjunta no pueda lograr, pero la mía sola no puede ayudarte. ¹²Tu voluntad es tan libre como la mía y ni siquiera Dios Mismo se opondría a ella. ¹³Yo no puedo disponer lo que Dios no dispone. ¹⁴Puedo ofrecerte mi fuerza para hacer que la tuya sea invencible, pero no puedo oponerme a tu decisión sin rivalizar con ella y, por lo tanto, sin violar lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para ti.
6. Nada que Dios creó puede oponerse a tu decisión, de la misma manera en la que nada que Dios creó puede oponerse a Su Voluntad. ²Dios le dio a tu voluntad el poder que ella posee y yo no puedo sino respetarlo en honor al Suyo. ³Si quieres ser como yo, te ayudaré, pues sé que somos iguales. ⁴Si quieres ser diferente, aguardaré hasta que cambies de parecer. ⁵Yo puedo enseñarte, pero tú tienes que elegir seguir mis enseñanzas. ⁶¿Cómo podría ser de otra manera, si el Reino de Dios es libertad? ⁷Nadie puede aprender lo que es la libertad si está sometido a cualquier clase de tiranía, y la perfecta igualdad de todos los Hijos de Dios no se podría reconocer si una mente ejerciera dominio sobre otra. ⁸Los Hijos de Dios gozan de perfecta igualdad en lo que respecta a su voluntad, por ser todos ellos la Voluntad del Padre. ⁹Ésta es la única lección que vine a enseñar.
7. Si tu voluntad no fuera la mía tampoco podría ser la de nuestro Padre. ²Esto significaría que habrías aprisionado la tuya, y que no le has permitido ser libre. ³Solo no puedes hacer nada porque solo no eres nada. ⁴Yo no soy nada sin el Padre y tú no eres nada sin mí porque al negar al Padre te niegas a ti mismo. ⁵Siempre me acordaré de ti, y en el hecho de que me acuerde de ti radica el que tú te acuerdes de ti mismo. ⁶En nuestro mutuo recuerdo radica nuestro recuerdo de Dios. ⁷Y en ese recuerdo radica tu libertad porque tu libertad está en Él. ⁸Únete, pues, a mí en alabanza de Él y de ti que fuiste creado por Él. ⁹Éste es nuestro regalo de gratitud hacia Él, que Él a Su vez compartirá con todas Sus Creaciones, a las que da por igual todo lo que es aceptable para Él. ¹⁰Por ser aceptable para Él, es el regalo de libertad, que es lo que Su Voluntad dispone para todos Sus Hijos. ¹¹Al ofrecer libertad te liberas.
8. La libertad es el único regalo que puedes ofrecerles a los Hijos de Dios, ya que es el reconocimiento de lo que ellos son y de lo que Él es. ²La libertad es creación porque es amor. ³No amas a quien tratas de aprisionar. ⁴Por lo tanto, cuando tratas de aprisionar a alguien, incluyéndote a ti mismo, no le amas y no te puedes identificar con él. ⁵Cuando te aprisionas a ti mismo pierdes de vista tu verdadera identificación conmigo y con el Padre. ⁶Tu identificación es con el Padre y con el Hijo. ⁷Es imposible que te identifiques con Uno y no con el Otro. ⁸Si eres parte de Uno, eres parte del Otro, ya que Ambos son Uno. ⁹La Santísima Trinidad es santa porque es Una. ¹⁰Si te excluyes a ti mismo de esta unión, estás percibiendo a la Santísima Trinidad como desunida. ¹¹Tú no puedes sino estar incluido en Ella porque la Santísima Trinidad lo es todo. ¹²A menos que ocupes el lugar que te corresponde en Ella y cumplas la función que por ser parte de Ella te corresponde desempeñar, la Santísima Trinidad estará tan desposeída como tú. ¹³Ninguna de Sus partes puede estar aprisionada si es que Su verdad ha de conocerse.
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V. La voluntad indivisa de la Filiación
1. ¿Cómo ibas a poder estar en paz estando separado de tu Identidad? ²La disociación no es una solución; es algo ilusorio. ³Los ilusos creen que la verdad los va a agredir, y no la reconocen porque prefieren lo ilusorio. ⁴Al juzgar a la verdad como algo indeseable, perciben entonces sus propias ilusiones, las cuales obstruyen el Conocimiento. ⁵Ayúdales ofreciéndoles tu mente unificada para su beneficio, tal como yo te ofrezco la mía en beneficio de la tuya. ⁶Solos no podemos hacer nada, pero juntos nuestras mentes se funden en algo cuyo poder es mucho mayor que el poder de sus partes separadas. ⁷Puesto que nuestras mentes no están separadas, la Mente de Dios se establece en ellas como nuestra mente. ⁸Esta Mente es invencible porque es indivisa.
2. La voluntad indivisa de la Filiación—la Voluntad de Dios—es el creador perfecto por ser completamente semejante a Dios y por ser Su Voluntad. ²No puedes estar excluido de ella si es que has de entender lo que es y lo que eres tú. ³Al creer que tu voluntad está separada de la mía te excluyes de la Voluntad de Dios que es lo que eres. ⁴Con todo, curar sigue siendo brindar plenitud. ⁵Por lo tanto, curar es unirse a los que son como tú, ya que percibir esta semejanza es reconocer al Padre. ⁶Si tu perfección reside en Él y sólo en Él, ¿cómo podrías conocerla sin reconocerlo a Él? ⁷Reconocer a Dios es reconocerte a ti mismo. ⁸No hay separación entre Dios y Su Creación. ⁹Te darás cuenta de esto cuando comprendas que no hay separación entre tu voluntad y la mía. ¹⁰Deja que el Amor de Dios irradie sobre ti mediante tu aceptación de mí. ¹¹Mi realidad es tuya y Suya. ¹²Cuando unes tu mente a la mía estás proclamando que eres consciente de que la Voluntad de Dios es Una.
3. La Unicidad de Dios y la nuestra no están separadas porque Su Unicidad incluye la nuestra. ²Unirte a mí es restituir Su Poder en ti toda vez que es algo que compartimos. ³Te ofrezco únicamente el reconocimiento de Su Poder en ti, pero en eso radica toda la verdad. ⁴A medida que tú y yo nos unamos, nos unimos a Él. ⁵¡Gloria a la unión de Dios con Sus santos Hijos! ⁶Toda gloria reside en Ellos porque están unidos. ⁷Los milagros que obramos dan testimonio de lo que la Voluntad del Padre dispone para Su Hijo y de nuestro gozo al unirnos a lo que Su Voluntad dispone para nosotros.
4. Cuando te unes a mí lo haces sin el ego porque yo he renunciado al ego en mí y, por lo tanto, no puedo unirme al tuyo. ²Nuestra unión es, por consiguiente, la manera de renunciar al ego en ti. ³La verdad en nosotros dos está más allá del ego. ⁴Que transcenderemos el ego está garantizado por Dios, y yo comparto Su Certeza con respecto a nosotros dos y a todos nosotros. ⁵Les devuelvo la Paz de Dios a todos Sus Hijos porque la recibí de Él para todos nosotros. ⁶Nada puede prevalecer contra nuestras voluntades unidas porque nada puede prevalecer contra la Voluntad de Dios.
5. ¿Quieres saber lo que la Voluntad de Dios dispone para ti? ²Pregúntamelo a mí que lo sé por ti y lo sabrás. ³No te negaré nada tal como Dios no me niega nada a mí. ⁴Nuestra jornada es simplemente la de regreso a Dios, que es nuestro hogar. ⁵Siempre que el miedo se interpone en el camino hacia la paz es porque el ego ha intentado unirse a nuestra jornada, aunque en realidad no puede hacerlo. ⁶Presintiendo la derrota e irritado por ella, se considera rechazado y se vuelve vengativo. ⁷Eres invulnerable a sus represalias porque yo estoy contigo. ⁸En esta jornada me has elegido a mí de compañero en vez de al ego. ⁹No trates de aferrarte a ambos, pues si lo haces estarás tratando de ir en direcciones contrarias y te perderás.
6. El camino del ego no es mi camino, pero tampoco es el tuyo. ²El Espíritu Santo les ofrece una sola dirección a todas las mentes, y la que me enseñó a mí es la que te enseña a ti. ³No perdamos de vista la dirección que nos señala por razón de las ilusiones, pues sólo la ilusión de que existe otra dirección puede nublar aquella a favor de la cual la Voz de Dios habla en todos nosotros. ⁴Nunca le concedas al ego el poder de interferir en la jornada. ⁵El ego no tiene ningún poder porque la jornada es el camino que conduce a lo que es verdad. ⁶Deja atrás todas las ilusiones y ve más allá de todos los intentos del ego de demorarte. ⁷Yo voy delante de ti porque he transcendido el ego. ⁸Dame, por lo tanto, la mano puesto que tu deseo es transcenderlo también. ⁹Mi fortaleza estará siempre disponible, y si eliges compartirla dispondrás de ella. ¹⁰Te la doy gustosamente y de todo corazón porque te necesito tanto como tú me necesitas a mí.
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VI. El tesoro de Dios
1. Somos la voluntad unida de la Filiación, cuya plenitud es para todos. ²Comenzamos nuestra jornada de regreso partiendo juntos y, según avanzamos juntos, congregamos a nuestros hermanos. ³Cada aumento de nuestra fuerza se lo ofrecemos a todos para que ellos puedan también superar su debilidad y añadir su fuerza a la nuestra. ⁴Dios nos espera a todos con los brazos abiertos, y nos dará la bienvenida tal como yo te la estoy dando a ti. ⁵No dejes que nada que el mundo te ofrezca haga que te olvides del Reino de Dios.
2. El mundo no puede añadirle nada al Poder y a la Gloria de Dios y de Sus santos Hijos, pero si Sus Hijos ponen su atención en él, éste puede cegarlos e impedir que vean al Padre. ²No puedes ver el mundo y conocer a Dios. ³Sólo uno de ellos es verdad. ⁴He venido a decirte que no es a ti a quien corresponde decidir cuál de ellos lo es. ⁵Si lo fuera, ya te habrías destruido a ti mismo. ⁶Mas Dios no dispuso la destrucción de Sus Creaciones, pues las creó para toda la eternidad. ⁷Su Voluntad te ha salvado, no de ti mismo, sino de la ilusión de ti mismo. ⁸Dios te ha salvado para ti mismo.
3. Glorifiquemos a Aquel que el mundo niega, pues el mundo no tiene poder alguno sobre Su Reino. ²Nadie que Dios haya creado puede encontrar dicha en nada excepto en lo eterno, no porque se le prive de todo lo demás, sino porque nada más es digno de él. ³Lo que Dios y Sus Hijos crean es eterno, y en esto y sólo en esto, radica Su Dicha.
4. Escucha la parábola del hijo pródigo y aprende cuál es el tesoro de Dios y el tuyo: el hijo de un padre amoroso abandonó su hogar y pensó que había derrochado toda su fortuna a cambio de baratijas, si bien no había entendido en su momento la falta de valor de las mismas. ²Le daba vergüenza volver a su padre porque pensaba que lo había herido. ³Mas cuando regresó a casa, su padre lo recibió jubilosamente toda vez que el hijo en sí era su tesoro. ⁴El padre no quería nada más.
5. Lo único que Dios desea es Su Hijo porque Su Hijo es Su único tesoro. ²Tú deseas tus creaciones tal como Él desea las Suyas. ³Tus creaciones son tu regalo a la Santísima Trinidad, creadas como muestra de agradecimiento por tu propia creación. ⁴De la misma manera en que tú no has abandonado a tu Creador, tus creaciones tampoco te han abandonado, sino que extienden tu creación de la misma forma en que Dios se extendió a Sí Mismo hasta ti. ⁵¿Pueden acaso las Creaciones de Dios derivar dicha de lo que no es real? ⁶¿Y qué es real sino las Creaciones de Dios y aquellas que son creadas como las Suyas? ⁷Tus creaciones te aman tal como tú amas a tu Padre por el regalo de tu creación. ⁸Ningún otro regalo es eterno, por lo tanto, ningún otro regalo es verdadero. ⁹¿Cómo entonces ibas a poder aceptar o dar cualquier otra cosa y esperar dicha a cambio? ¹⁰¿Y qué otra cosa podrías desear sino la dicha? ¹¹Tú ni te hiciste a ti mismo ni estableciste tu función. ¹²Lo único que hiciste fue tomar la decisión de ser indigno de ambas cosas. ¹³Pero no puedes hacerte indigno porque eres el tesoro de Dios, y lo que para Él tiene valor es valioso. ¹⁴No se puede poner en duda su valor, pues éste reside en el hecho de que Dios se compartió a Sí Mismo con él estableciendo así su valor para siempre.
6. Tu función es acrecentar el tesoro de Dios creando el tuyo. ²Su Voluntad hacia ti es Su Voluntad para ti. ³No te negaría la capacidad de crear porque en ello radica Su Dicha. ⁴Y tú no puedes hallar dicha excepto como Dios lo hace. ⁵Su Dicha estriba en haberte creado, y te extiende Su Paternidad para que puedas extenderte tal como Él lo hizo. ⁶No comprendes esto porque no lo comprendes a Él. ⁷Nadie que no acepte su función puede comprenderlo, y nadie puede aceptar su función a menos que sepa lo que él mismo es. ⁸La Creación es la Voluntad de Dios. ⁹Su Voluntad te creó para que tú a tu vez crearas. ¹⁰Tu voluntad no fue creada aparte de la Suya, por lo tanto, tiene que disponer lo mismo que la Suya.
7. La idea de una “voluntad reacia” no tiene sentido por ser una contradicción intrínseca que en realidad no significa nada. ²Cuando piensas que no estás dispuesto a ejercer tu voluntad en conformidad con la de Dios, no estás pensando realmente. ³La Voluntad de Dios es puro pensamiento ⁴y no se puede contradecir con pensamientos. ⁵Dios no se contradice a Sí Mismo, y Sus Hijos, que son como Él, no pueden contradecirse a sí mismos ni contradecirlo a Él. ⁶No obstante, sus pensamientos son tan poderosos que pueden incluso aprisionar a la mente del Hijo de Dios si así lo deciden. ⁷Esta decisión hace que el Hijo de Dios no conozca su función, aunque ésta nunca le es desconocida a su Creador. ⁸Y puesto que no le es desconocida a su Creador, él siempre la puede conocer.
8. La única pregunta que siempre deberías hacerte es: “¿Deseo saber lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí?” ²Él no te lo ocultará. ³Me lo reveló a mí cuando se lo pregunté, y así supe lo que Él ya había dado. ⁴Nuestra función es colaborar juntos porque separados el uno del otro no podemos funcionar en absoluto. ⁵El poder del Hijo de Dios reside en todos nosotros, pero no en ninguno de nosotros por separado. ⁶Dios no desea que estemos solos porque Su Voluntad no es estar solo. ⁷Por eso creó a Su Hijo y le dio el poder de crear junto con Él. ⁸Nuestras creaciones son tan santas como nosotros, y nosotros que somos los Hijos de Dios, somos tan santos como Él. ⁹Por medio de nuestras creaciones extendemos nuestro amor aumentando así el gozo de la Santísima Trinidad. ¹⁰No comprendes esto porque no te consideras valioso aunque eres el tesoro de Dios. ¹¹Como resultado de esa creencia no puedes entender nada.
9. Yo soy consciente del valor que Dios te otorga. ²Mi devoción por ti procede de Él, pues nació del conocimiento que tengo de mí mismo y de Él. ³No podemos estar separados. ⁴Lo que Dios ha unido no se puede separar, y Dios ha unido a todos Sus Hijos en Sí Mismo. ⁵¿Cómo ibas a poder estar separado de tu vida y de tu Ser? ⁶El viaje a Dios es simplemente el redespertar del conocimiento de donde estás siempre y de lo que eres eternamente. ⁷Es un viaje sin distancia hacia una meta que nunca ha cambiado. ⁸La verdad sólo puede ser experimentada. ⁹No se puede describir ni explicar. ¹⁰Yo puedo hacerte consciente de las condiciones que la facilitan, pero la experiencia en sí forma parte del ámbito de Dios. ¹¹Juntos podemos satisfacer sus condiciones, pero la verdad vendrá a ti por su cuenta.
10. Lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para ti es tuyo. ²Dios le ha dado Su Voluntad a Su tesoro, para quien esa Voluntad es su propio tesoro. ³Allí donde esté tu tesoro allí estará tu corazón, tal como el Suyo está allí donde se encuentra Su tesoro. ⁴Tú, a quien Dios ama, eres completamente bendito. ⁵Aprende esto de mí y libera la santa voluntad de todos aquellos que son tan benditos como tú.
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VII. El cuerpo como medio de comunicación
1. Los ataques son siempre físicos. ²Cuando se infiltra en tu mente cualquier forma de ataque es que estás equiparándote con el cuerpo, ya que ésta es la interpretación que el ego hace de él. ³No tienes que atacar físicamente para aceptar esta interpretación. ⁴La aceptas por el mero hecho de creer que atacando puedes obtener lo que deseas. ⁵Si no creyeses esto, la idea del ataque no tendría atractivo alguno para ti. ⁶Siempre que te equiparas con el cuerpo experimentas depresión. ⁷Cuando un Hijo de Dios piensa así de sí mismo se está menospreciando y está haciendo lo mismo con sus hermanos; ⁸y está negándose a sí mismo la salvación puesto que sólo puede encontrarse a sí mismo en ellos.
2. Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. ²Al ser el Espíritu Santo el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. ³El ego separa mediante el cuerpo. ⁴El Espíritu Santo llega a otros a través de él. ⁵No percibes a tus hermanos tal como el Espíritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía. ⁶Esta interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto a su valor. ⁷De por sí, no tiene valor alguno.
3. Si usas el cuerpo para atacar, se convierte en algo perjudicial para ti. ²Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. ³Si usas el cuerpo con este fin y sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. ⁴Cuando se usa con el propósito de unir se convierte en una hermosa lección de comunión, que tiene valor hasta que la comunión se consuma. ⁵Ésta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea ilimitado. ⁶El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna.
4. La comunicación pone fin a la separación. ²El ataque la fomenta. ³El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible, perjudicial o útil, dependiendo del uso que se haga de él. ⁴Y en el cuerpo de otro verás el uso que has hecho del tuyo. ⁵Si tu cuerpo se convierte en un medio que pones a disposición del Espíritu Santo para que Él lo use en nombre de la unión de la Filiación, no verás lo físico excepto como es. ⁶Úsalo para la verdad y lo verás correctamente. ⁷Úsalo incorrectamente y lo interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. ⁸Interpreta cualquier cosa sin el Espíritu Santo y desconfiarás de ello. ⁹Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la paz.
5. No obstante, toda pérdida procede de los falsos conceptos que albergas, ²pues es imposible perder, sea cual sea la forma en que se manifieste la pérdida. ³Mas cuando ves a un hermano como una entidad física, “pierdes” su poder y su gloria así como los tuyos. ⁴Lo has atacado, pero tienes que haberte atacado a ti mismo primero. ⁵Por tu propia salvación—que le ha de brindar a él la suya—no lo veas así. ⁶No dejes que él se menosprecie a sí mismo en tu mente; más bien libéralo de su creencia de que es insignificante y así te liberarás tú de la tuya. ⁷Como parte de ti, él es santo. ⁸Como parte de mí, tú lo eres. ⁹Entablar comunicación con cualquier parte de Dios es ir más allá del Reino hasta su Creador por medio de Su Voz, la cual Él estableció como parte de ti.
6. Alégrate, por lo tanto, de que no puedas hacer nada por ti mismo, ²pues no eres de ti mismo. ³La Voluntad de Aquel del que formas parte ha establecido para ti tu poder y tu gloria. ⁴Con ellos puedes lograr perfectamente lo que Su santa Voluntad ha dispuesto para ti, una vez que lo aceptes. ⁵Él no te ha privado de Sus dones, mas tú crees que se los has arrebatado a Él. ⁶Por amor a Su Nombre, no dejes que ningún Hijo de Dios permanezca oculto, pues Su Nombre es el tuyo.
7. La Biblia dice: “El Verbo (o pensamiento) se hizo carne”. ²Estrictamente hablando, eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. ³Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. ⁴El pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. ⁵No obstante, el pensamiento es comunicación, para la cual sí puede usarse el cuerpo. ⁶Éste es el único uso natural que se puede hacer de él. ⁷Usarlo de forma antinatural es perder de vista el propósito del Espíritu Santo y confundirse con respecto al objetivo de Su plan de estudios.
8. No hay nada más frustrante para un alumno que un plan de estudios que no pueda aprender. ²Cuando eso ocurre, su sensación de ser competente se resiente y no puede por menos que deprimirse. ³Enfrentarse a una situación de aprendizaje imposible es la cosa más deprimente del mundo. ⁴De hecho, es la razón por la que, en última instancia, el mundo en sí es deprimente. ⁵El plan de estudios del Espíritu Santo nunca es deprimente porque es un plan de estudios que produce dicha. ⁶Siempre que se reacciona con depresión ante el aprendizaje es porque se ha perdido de vista el verdadero objetivo del plan de estudios.
9. En este mundo ni siquiera el cuerpo se percibe como algo íntegro. ²Se considera que su propósito está dividido en muchas funciones que tienen muy poca o ninguna relación entre sí, de modo que parece estar regido por el caos. ³Guiado por el ego, lo está. ⁴Guiado por el Espíritu Santo, no. ⁵En este último caso, se convierte en un medio a través del cual la parte de la mente que trataste de separar del Espíritu puede trascender sus propias distorsiones y retornar a él. ⁶El templo del ego se convierte así en el templo del Espíritu Santo, en el que la devoción por Él reemplaza la devoción por el ego. ⁷En este sentido el cuerpo se convierte ciertamente en el templo de Dios; Su Voz reside en su interior dirigiendo el uso que se hace de él.
10. La curación es el resultado de usar el cuerpo exclusivamente para los fines de la comunicación. ²Puesto que eso es lo natural, sana al restaurar la unicidad, lo cual es también natural. ³Toda mente es íntegra, y la creencia de que parte de la mente es física, o no mental, es una interpretación fragmentada o enfermiza. ⁴Es imposible convertir a la mente en algo físico, pero es posible hacer que se manifieste a través de lo físico si usa al cuerpo para ir más allá de sí misma. ⁵Al hacer eso la mente se extiende. ⁶No se detiene en el cuerpo porque si lo hace su propósito queda obstruido. ⁷Una mente que ha sido obstruida se ha permitido a sí misma ser vulnerable al ataque porque se ha vuelto contra sí misma.
11. Despejar estos obstáculos es, por consiguiente, la única manera de garantizar la ayuda y la curación. ²Ayudar y curar son las expresiones naturales de la mente que está operando a través del cuerpo, pero no en él. ³Si la mente cree que su objetivo es el cuerpo distorsionará su percepción de éste, y al bloquear su propia extensión más allá del mismo, dará lugar a enfermedades, pues estará fomentando la separación. ⁴Percibir el cuerpo como una entidad separada no puede sino fomentar la enfermedad, ya que ello no es verdad. ⁵Un medio de comunicación deja de ser útil si se emplea para cualquier otra cosa. ⁶Usar un instrumento de comunicación como instrumento de ataque es estar confundido con respecto a su propósito.
12. Comunicar es unir y atacar es separar. ²¿Cómo ibas a poder hacer ambas cosas simultáneamente utilizando el mismo medio y no sufrir por ello? ³La percepción del cuerpo sólo se puede unificar cuando se ha aceptado un solo propósito. ⁴Esto libera a la mente de la tentación de ver al cuerpo bajo distintas luces, y puede entonces entregárselo por completo a la única Luz en la que puede ser realmente entendido. ⁵Confundir un recurso de aprendizaje con un objetivo del plan de estudios es una confusión básica que impide el entendimiento de ambas cosas. ⁶El aprendizaje tiene que conducir más allá del cuerpo al restablecimiento del poder de la mente en él. ⁷Esto sólo se puede lograr si la mente se extiende hasta otras mentes y no interrumpe su extensión. ⁸Esta interrupción es la causa de todas las enfermedades porque la única función de la mente es extender.
13. Lo opuesto a la dicha es la depresión. ²Cuando lo que aprendes fomenta la depresión en lugar de la dicha es que no estás escuchando al Maestro jubiloso de Dios ni aprendiendo Sus lecciones. ³Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar tu mente y hacerte daño a ti mismo. ⁴La salud, por lo tanto, no es otra cosa que un propósito unificado. ⁵Si se pone al cuerpo en armonía con el propósito de la mente, se vuelve íntegro porque la mente sólo tiene un propósito. ⁶El ataque tan sólo puede ser un propósito que se ha asumido para el cuerpo, ya que separado de la mente no tiene propósito alguno.
14. Tú no estás limitado por el cuerpo, y el pensamiento no puede hacerse carne. ²La mente, no obstante, puede manifestarse a través del cuerpo si va más allá de él y no lo interpreta como una limitación. ³Siempre que ves a alguien limitado a un cuerpo o por un cuerpo, estás imponiéndote a ti mismo ese mismo límite. ⁴¿Estás dispuesto a aceptar eso cuando el único propósito de tu aprendizaje debería ser escaparte de toda limitación? ⁵Todo aquel que concibe el cuerpo como un medio de ataque y cree que de ello puede derivar dicha demuestra inequívocamente que es un mal estudiante. ⁶Ha aceptado un objetivo de aprendizaje que contradice claramente el propósito unificado del plan de estudios y que le impide aceptar como propio el propósito de éste.
15. La dicha procede de un propósito unificado, y un propósito unificado es algo que es únicamente propio de Dios. ²Cuando tu propósito está unificado es el Suyo. ³Si crees que puedes interferir en Su propósito necesitas salvación. ⁴Te has condenado a ti mismo, pero la condenación no es algo que proceda de Dios. ⁵Por lo tanto, no es real. ⁶Ni tampoco lo son sus aparentes resultados. ⁷Cuando ves a tu hermano como un cuerpo, lo estás condenando porque te has condenado a ti mismo. ⁸No obstante, si toda condenación es irreal, y tiene que serlo puesto que es una forma de ataque, entonces no puede tener consecuencias.
16. No te permitas sufrir por causa de las consecuencias imaginarias de lo que no es real. ²Libera tu mente de la creencia de que eso es posible. ³En su total imposibilidad radica tu única esperanza de liberación. ⁴¿Y qué otra esperanza querrías abrigar? ⁵La única manera de liberarse de las ilusiones es dejando de creer en ellas. ⁶El ataque no existe; lo único que existe es comunicación ilimitada y, por lo tanto, poder y plenitud ilimitados. ⁷El poder de la plenitud es la extensión. ⁸No dejes que tus pensamientos se detengan en este mundo, y tu mente se volverá receptiva a crear en Dios.
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VIII. El cuerpo como medio o como fin
1. Las actitudes que se tienen hacia el cuerpo son las actitudes que se tienen hacia el ataque. ²Las definiciones del ego con respecto a todas las cosas son inmaduras y están siempre basadas en el propósito que él cree que todas ellas tienen. ³Esto se debe a que es incapaz de hacer auténticas generalizaciones, y equipara lo que ve con la función que le adscribe. ⁴No lo equipara con lo que es. ⁵Para el ego el cuerpo es algo con lo que atacar. ⁶Puesto que te equipara con el cuerpo, el ego te enseña que tu propósito es atacar. ⁷El cuerpo, pues, no es la fuente de su propia salud. ⁸La condición del cuerpo depende exclusivamente de cómo interpretas su función. ⁹Las funciones son algo inherente al estado de ser, pues surgen de él, mas su relación no es recíproca. ¹⁰El todo ciertamente define a la parte, pero la parte no define al todo. ¹¹Conocer en parte, no obstante, es conocer enteramente debido a la diferencia fundamental que existe entre Conocimiento y percepción. ¹²En la percepción el todo se construye a base de partes que se pueden separar y ensamblar de nuevo en diferentes combinaciones. ¹³El Conocimiento, por otra parte, nunca cambia; su combinación, por lo tanto, es permanente. ¹⁴La idea de que entre las partes y el todo hay relación sólo tiene sentido en el nivel de la percepción, en la que el cambio es posible. ¹⁵Por lo demás, no hay ninguna diferencia entre la parte y el todo.
2. El cuerpo existe en un mundo que parece tener dos voces que luchan por su posesión. ²En este percibido cuadro se considera al cuerpo como capaz de alternar su lealtad de una a otra, haciendo que los conceptos de salud y enfermedad tengan sentido. ³El ego, como de costumbre, da lugar a una confusión fundamental entre los medios y el fin. ⁴Al considerar al cuerpo como un fin, el cuerpo no tiene realmente utilidad para el ego, puesto que el cuerpo no es un fin. ⁵Debes haber notado una descollante característica en todo fin que el ego haya aceptado como propio. ⁶Cuando lo alcanzas te deja insatisfecho. ⁷Por eso es por lo que el ego se ve forzado a cambiar incesantemente de un objetivo a otro, para que sigas abrigando la esperanza de que todavía te puede ofrecer algo.
3. Ha sido muy difícil superar la creencia del ego de que el cuerpo es un fin porque esta idea es análoga a la creencia de que el ataque es un fin. ²El ego tiene un marcado interés por la enfermedad. ³Si estás enfermo, ¿cómo podrías refutar su firme creencia de que no eres invulnerable? ⁴Éste es un razonamiento atractivo desde el punto de vista del ego porque encubre el ataque obvio que subyace tras la enfermedad. ⁵Si reconocieras esto y además te opusieras al ataque, no podrías utilizar la enfermedad como un falso testigo para defender la postura del ego.
4. Es difícil percibir que la enfermedad es un testigo falso, ya que no te das cuenta de que está en total desacuerdo con lo que quieres. ²Este testigo, por consiguiente, parece ser inocente y digno de confianza debido a que no lo has sometido a un riguroso interrogatorio. ³De haberlo hecho, no considerarías a la enfermedad un testigo tan vital en favor de la postura del ego. ⁴Una afirmación más honesta sería que los que quieren al ego están predispuestos a defenderlo. ⁵Por lo tanto, se debe desconfiar desde un principio de los testigos que el ego elige. ⁶El ego no convoca testigos que disientan de su causa, de la misma manera en que el Espíritu Santo tampoco lo hace. ⁷He dicho que juzgar es la función del Espíritu Santo, para la cual Él está perfectamente capacitado. ⁸Mas cuando el ego actúa como juez, hace todo menos juzgar imparcialmente. ⁹Cuando el ego convoca un testigo, lo ha convertido de antemano en un aliado.
5. Todavía sigue siendo cierto que el cuerpo, de por sí, no tiene ninguna función porque no es un fin. ²El ego, no obstante, lo establece como un fin porque, como tal, su verdadera función queda velada. ³Éste es el propósito de todo lo que el ego hace. ⁴Su único objetivo es hacer que se pierda de vista la función de todo. ⁵Un cuerpo enfermo no tiene sentido. ⁶No puede tener sentido porque la enfermedad no es el propósito del cuerpo. ⁷La enfermedad tendría sentido sólo si las dos premisas básicas en las que se basa la interpretación que el ego hace del cuerpo fueran ciertas: que el propósito del cuerpo es atacar y que tú eres un cuerpo. ⁸Sin estas dos premisas la enfermedad es inconcebible.
6. La enfermedad es una forma de demostrar que puedes ser herido. ²Da testimonio de tu fragilidad, de tu vulnerabilidad y de tu extrema necesidad de depender de dirección externa. ³El ego usa esto como su mejor argumento para demostrar que necesitas su dirección. ⁴Impone un sinfín de reglas para que se eviten funestos desenlaces. ⁵El Espíritu Santo, perfectamente consciente de la misma situación, no se molesta en analizarla en absoluto. ⁶Si los datos no tienen sentido, no tiene objeto analizarlos. ⁷La función de la verdad es recopilar información que sea verdadera. ⁸Sea cual sea la forma en que trates de usar el error, de ello no resulta nada. ⁹Cuanto más complicados se vuelven los resultados más difícil puede que resulte reconocer su insubstancialidad, mas no es necesario examinar todos los posibles resultados a que las premisas dan lugar a fin de juzgarlos correctamente.
7. Un recurso de aprendizaje no es un maestro. ²No te puede decir cómo te sientes. ³No sabes cómo te sientes porque has aceptado la confusión del ego y, por lo tanto, crees que un recurso de aprendizaje puede decirte cómo te sientes. ⁴La enfermedad no es más que otro ejemplo de tu insistencia en querer pedirle dirección a un maestro que no sabe la respuesta. ⁵El ego no puede saber cómo te sientes. ⁶Cuando dije que el ego no sabe nada, dije lo único que es completamente cierto con respecto a él. ⁷Pero hay un corolario: si sólo el Conocimiento existe y el ego no lo tiene, entonces el ego no existe.
8. Tal vez te preguntes cómo es posible que la voz de algo que no existe pueda ser tan insistente. ²¿Has pensado alguna vez en el poder de distorsión que tiene lo que deseas, aun cuando no es real? ³Son muchos los ejemplos que demuestran cómo lo que deseas distorsiona tu percepción. ⁴Nadie puede dudar de la pericia del ego para presentar casos falsos. ⁵Ni nadie puede dudar tampoco de que estás dispuesto a escucharle hasta que decidas no aceptar nada excepto la verdad. ⁶Cuando dejes a un lado al ego, desaparecerá. ⁷La Voz del Espíritu Santo es tan potente como la buena voluntad que tengas de escucharla. ⁸No puede ser más potente sin que viole tu libertad de decisión, que el Espíritu Santo intenta restaurar, no menoscabar.
9. El Espíritu Santo te enseña a usar el cuerpo sólo como un medio de comunicación entre tus hermanos y tú, de modo que Él pueda enseñar Su mensaje a través de ti. ²Esto los curará y, por lo tanto, te curará a ti. ³Nada que se utilice de acuerdo con su propia función tal como el Espíritu Santo la ve, puede enfermar. ⁴Mas todo lo que se utiliza de cualquier otra forma no puede sino enfermarse. ⁵No permitas que el cuerpo sea el reflejo de una mente dividida. ⁶No dejes que sea una imagen de la percepción de pequeñez que tienes de ti mismo. ⁷No dejes que refleje tu decisión de atacar. ⁸Se reconoce que la salud es el estado natural de todas las cosas cuando se deja toda interpretación en manos del Espíritu Santo, Quien no percibe ataque en nada. ⁹La salud es el resultado de abandonar todo intento de utilizar el cuerpo sin amor. ¹⁰La salud es el comienzo de la correcta perspectiva con respecto a la vida bajo la dirección del único Maestro que sabe lo que ésta es, al ser la Voz de la Vida Misma.
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IX. La curación como resultado de una percepción corregida
1. Dije antes que el Espíritu Santo es la Respuesta. ²Y es la Respuesta a todo porque conoce la respuesta a todo. ³El ego no sabe lo que es una verdadera pregunta, si bien plantea un sinnúmero de ellas. ⁴Mas tú puedes aprender lo que es una verdadera pregunta a medida que aprendas a poner en duda el valor del ego, y de este modo desarrolles tu capacidad para evaluar sus preguntas. ⁵Cuando el ego te tiente a enfermar no le pidas al Espíritu Santo que cure al cuerpo, pues eso no sería sino aceptar la creencia del ego de que el cuerpo es el que necesita curación. ⁶Pídele, más bien, que te enseñe cómo percibir correctamente el cuerpo, ya que lo único que puede estar distorsionado es la percepción. ⁷Sólo la percepción puede estar enferma porque sólo la percepción puede estar equivocada.
2. La percepción errónea es el deseo de que las cosas sean diferentes de como son. ²La realidad de todas las cosas es totalmente inocua porque la condición de su realidad es la inocuidad total. ³Ésa es también la condición de la conciencia que tienes de su realidad. ⁴Tú no tienes que buscar la realidad. ⁵La realidad te buscará y te encontrará cuando satisfagas sus condiciones. ⁶Sus condiciones son parte de lo que ella es. ⁷Y esa parte es lo único que depende de ti. ⁸El resto tiene lugar por su cuenta. ⁹Necesitas hacer tan poco porque tu parte, aunque pequeña, es tan poderosa que te brindará la totalidad. ¹⁰Acepta, por lo tanto, la pequeña parte que te corresponde y deja que la totalidad sea tuya.
3. La plenitud cura porque es algo propio de la mente. ²Toda clase de enfermedad, e incluso la muerte, son expresiones físicas del miedo a despertar. ³Son intentos de reforzar el sueño debido al miedo a despertar. ⁴Ésta es una forma patética de tratar de no ver inutilizando la facultad de ver. ⁵”Descansa en paz” es una bendición para los vivos, no para los muertos, ya que el descanso procede de despertar, no de dormir. ⁶Dormir es aislarse; despertar, unirse. ⁷Los sueños son ilusiones de unión porque reflejan las nociones distorsionadas del ego con respecto a lo que significa unirse. ⁸El Espíritu Santo, no obstante, aprovecha también el tiempo que pasas durmiendo, y si se lo permites, puede utilizar los sueños que tienes mientras duermes para ayudarte a despertar.
4. La manera en que te despiertas indica cómo usaste el tiempo que pasaste durmiendo. ²¿A quién se lo ofreciste? ³¿Bajo qué maestro lo pusiste? ⁴Siempre que te despiertas desanimado es que no se lo ofreciste al Espíritu Santo. ⁵Sólo cuando te despiertas feliz utilizaste el tiempo que pasaste durmiendo en armonía con Su propósito. ⁶Dormir puede ciertamente “drogarte” si lo usas indebidamente en favor de la enfermedad. ⁷Dormir no es una forma de muerte de la misma manera en que la muerte no es una forma de inconsciencia. ⁸La inconsciencia total es imposible. ⁹Puedes descansar en paz debido únicamente a que estás despierto.
5. La curación es la liberación del miedo a despertar y la substitución de ese miedo por la decisión de despertar. ²La decisión de despertar refleja la voluntad de amar, puesto que toda curación supone la substitución del miedo por el amor. ³El Espíritu Santo no puede distinguir entre distintos grados de error, pues si enseñase que una forma de enfermedad es más grave que otra, estaría enseñando que un error puede ser más real que otro. ⁴Su función es distinguir únicamente entre lo falso y lo verdadero, y reemplazar lo falso por lo verdadero.
6. El ego, empeñado siempre en debilitar a la mente, trata de separarla del cuerpo en un intento de destruirla. ²Mas en realidad cree que la está protegiendo. ³Esto se debe a que cree que la mente es peligrosa y que privarte de ella es curarte. ⁴Pero privarte de tu mente es imposible, puesto que eso significaría destruir lo que Dios creó. ⁵El ego detesta la debilidad, si bien trata por todos los medios de inducirla. ⁶El ego desea únicamente lo que odia. ⁷Para el ego eso es perfectamente lógico. ⁸Y puesto que cree en el poder del ataque, el ego venera el ataque.
7. La Biblia te exhorta a que seas perfecto, a que sanes todo error, a que no te preocupes por el hecho de que el cuerpo sea algo separado y a que hagas todo en mi nombre. ²Mas no se trata solamente de mi nombre, pues nuestra Identidad es una identidad compartida. ³El Hijo de Dios sólo tiene un Nombre; y se te exhorta a que lleves a cabo obras amorosas porque compartimos esa Unicidad. ⁴Nuestras mentes son íntegras porque son una. ⁵Si estás enfermo te estás aislando de mí. ⁶Mas no te aíslas únicamente de mí, ⁷sino que te aíslas de ti y de mí.
8. Seguramente habrás comenzado a darte cuenta de que este curso es muy práctico y de que lo que dice es exactamente lo que quiere decir. ²Yo no te pediría que hicieras algo que tú no puedes hacer, y es imposible que yo pudiera hacer algo que tú no puedas hacer. ³Teniendo esto en cuenta, y teniéndolo en cuenta muy literalmente, nada puede impedir que hagas exactamente lo que yo te pido, y todo te exhorta a que lo hagas. ⁴Yo no te impongo límites porque Dios no te impone ninguno. ⁵Cuando te limitas a ti mismo, no somos de un mismo sentir, y eso es lo que es la enfermedad. ⁶La enfermedad, no obstante, no es algo propio del cuerpo, sino de la mente. ⁷Toda forma de enfermedad es un signo de que la mente está dividida y de que no está aceptando un propósito unificado.
9. La única manera, por lo tanto, en que el Espíritu Santo cura es unificando propósitos. ²Esto se debe a que dicha unificación es el único nivel en el que la curación tiene sentido. ³Restablecer el significado en un sistema de pensamiento caótico es la manera de sanarlo. ⁴Tu tarea consiste únicamente en satisfacer las condiciones para que el significado se pueda restablecer, puesto que el significado en sí es de Dios. ⁵Por otra parte, tu retorno al significado es esencial para lo que Dios significa porque tu significado es parte de Su Significado. ⁶Tu curación, por lo tanto, es parte de Su Salud, puesto que es parte de Su Plenitud. ⁷Él no puede perder Su Plenitud, pero es posible que tú no la conozcas. ⁸Con todo, Su Voluntad sigue siendo que la conozcas, y Su Voluntad impera para siempre y en todas las cosas.
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