LECCIÓN 22 Lo que veo es una forma de venganza.

“Con lentitud, constancia y amabilidad se gana esta carrera” Ken Wapnick
▼ANTERIOR / ▼COMPARTIR▼ / SIGUIENTE▼

Índice de la Lección 22
(Haz clic para desplegar)

LECCIÓN 22

Lo que veo es una forma de venganza.

1. La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo. ²Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. ³De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia. ⁴Esto se convierte progresivamente en un círculo vicioso hasta que esté dispuesto a cambiar la manera como ve las cosas. ⁵De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ⁶¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?

2. De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ²¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real? ³¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? ⁴Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. ⁵Nada de lo que temes existe.

3. Mira hoy al mundo que te rodea por lo menos cinco veces, durante no menos de un minuto cada vez. ²A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros:

³Veo únicamente lo perecedero.
⁴No veo nada que vaya a perdurar.
⁵Lo que veo no es real.
⁶Lo que veo es una forma de venganza.

⁷Al final de cada sesión de práctica, pregúntate:

⁸¿Es éste el mundo que realmente quiero ver?

⁹La respuesta será obvia.


Un curso de milagros L.pI.22 www.celebrandoelmilagro.com

AUDIOS DE LA LECCIÓN 22

Lectura de la Lección 22
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
Cargando audio...

Ocurrir de la Lección 22
a través de Martin Musarra
Cargando audio...

Lección 22 comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda
Cargando audio...

Lección 22 comentada por Jorge Pellicer.
Cargando audio...

Lección 22 comentada por David Hoffmeister
Cargando audio...

Lección 22 comentada por Kenneth Wapnick, Lee Sabi
Cargando audio...

Lección 22 comentada por Allen Watson y Robert Perry, Lee Nina Zilman
Cargando audio...

Fondo de Pantalla para el Móvil

VIDEOS DE LA LECCIÓN 22

Lectura de la Lección 22


Comentario por Jorge Luis Álvarez Castañeda


Ocurrir de la Lección 22


Comentario por Jorge Pellicer (desliza para ver mas videos →)

Comentario por David Hoffmeister (desliza para ver mas videos →)

Comentario por Maria Ibars (desliza para ver mas videos →)

Comentario por Kenneth Wapnick (desliza para ver mas videos →)


LECCIÓN 22 Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda

Lo que veo es una forma de venganza.

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, retoma nuevamente la relación entre proyección y percepción: lo que veo internamente es lo que proyecto, lo que percibo, lo que veo afuera. Si veo, una forma de venganza es porque tengo pensamientos de venganza, de ataque, de conflicto y creo que el mundo y mis hermanos, me van a responder en la misma forma. Esto no es sino consecuencia de la creencia en la separación de Dios que me genera una inmensaculpa quetengo que proyectar afuera.

Nos dice Jesús en la lección:

”La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo. Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia. Esto se convierte progresivamente en un círculo vicioso hasta que esté dispuesto a cambiar la manera cómo ve las cosas. De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?”

Como me siento culpable, por la creencia en la separación y de que he atacado a Dios, proyecto la culpa a mi hermano y lo ataco, así sea, en mí pensamiento. Pero, esto no me deja tranquilo y creeré que mi culpa reclama castigo.

Ya sea que me ataquen o no yo creeré que mi hermano, en cualquier momento, lo va a hacer debido a mi culpa. Lo cual, inevitablemente, aumentará mi miedo. Y mientras más ataque, así sea en mi mente, más necesidad tendré de defenderme y caigo en el círculo vicioso de que si me defiendo, tengo miedo y si tengo miedo es que soy culpable. Resultado: una pérdida completa de la paz mental.

Continúa Jesús:

”De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real? ¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe”.

El mundo terrible que veo es el mundo de las ilusiones. No es el mundo real, es decir, no es el mundo de Dios. El mundo real no cambia, es eterno.El mundo que veo es producto de mis proyecciones de culpa y miedo. La buena noticia es que puedo cambiar los pensamientosque proyecto, nos ha venido enseñando Jesús. Vemos lo que queremos ver.

Podemos ver con la visión de Cristo y veremos desde el perdón, desde la paz, desde el amor. Y veré en mis hermanos, cuando aparentemente me atacan, una petición de ayuda o de amor, sólo que la hacen de esa manera. A la cual responderé con expresiones de amor o de ayuda con paz, bondad, respeto, consideración, amabilidad. Esa es mi elección, mi responsabilidad: decidirme por hacer la Voluntad de Dios, es decir, ser feliz cambiando los pensamientos que me causan dolor y sufrimiento.

Finalmente nos dice Jesús:

”De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real? ¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe”.

”Mira hoy al mundo que te rodea por lo menos cinco veces, durante no menos de un minuto cada vez. A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros”:

Veo únicamente lo perecedero.
No veo nada que vaya a perdurar.
Lo que veo no es real.
Lo que veo es una forma de venganza.

Al final de cada sesión de práctica, pregúntate:

¿Es éste el mundo que realmente quiero ver?

”La respuesta será obvia”.

Nada de lo que veo en este mundo permanecerá. Jesús, nos ha enseñado que somos una sola mente que se creyó separada de Dios. Y la mente es eterna, no perece. Sus enseñanzas están orientadas a que tomemos conciencia que no somos estos cuerpos que se creen separados de la Unidad, de Dios.

Proceso de práctica de la lección

Objetivo

Aprender que todo lo nos quita la paz en este mundo es producto de nuestras proyecciones de ataque y, en consecuencia, esperamos que el mundo se vengue de nosotros.

Ejercicio

Realizar cinco sesiones por lo menos de no menos de un minuto.

Mira a tu alrededor a medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro di:

Veo únicamente lo perecedero.
No veo nada que vaya a perdurar.
Lo que veo no es real.
Lo que veo es una forma de venganza.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su pazinterior. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír, pues la Voluntad de Dios, para nosotros, es que seamos felices.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda


Un curso de milagros L.pI.22 www.celebrandoelmilagro.com

Lección 22 Comentada por Kenneth Wapnick

Lo que veo es una forma de venganza.

"Esto continúa con la Lección 21, que discutió la ira y el ataque; específicamente que no hay diferencias entre sus muchas formas - desde una leve molestia hasta una intensa furia - ya que todas ellas ocultan el pensamiento de separación y victimización. Esta lección lleva esos principios un paso más allá.

Es extremadamente importante, a medida que continuemos, no perder de vista que es imposible estar en este mundo sin albergar pensamientos de ataque. Si el mundo está hecho como un ataque contra Dios, como dice Jesús mucho más adelante en el libro de ejercicios (W-pII.3.2: 1) - para demostrar que tenemos razón y que Él está equivocado - y si nos identificamos con este mundo y el cuerpo, somos una parte inherente de ese sistema de pensamiento de ataque. Por lo tanto, el concepto mismo de existencia individual implica ataque, si no asesinato, debido a que para poder contar con la existencia, Dios ha tenido que ser destruido.

En consecuencia, es imposible identificarse con el cuerpo - física y psicológicamente - sin compartir la totalidad del sistema de pensamiento del ego. Entre las muchas palabras que podríamos usar para encapsular el ego, «ataque» debería ocupar un lugar prominente en esta lista.

(1:1-2) «La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo. Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe.»


Mientras haya pensamientos de ataque en nuestra mente, debemos ver el mundo a punto de ejecutar su venganza sobre nosotros. La segunda frase, que es una descripción clásica de la proyección, nos proporciona la razón. Todos albergamos pensamientos de ataque, porque, nuevamente, nuestra identidad individual se basa en ello. Dado su origen - para que yo pueda existir, entonces Dios tiene ser destruido - se basa en el principio de «uno o el otro» o «matar o te matarán». Todos creemos que somos pecadores porque creemos que atacamos a Dios. Este sentido de ser pecador, junto con la culpa que inevitablemente se deriva de ello, es tan abrumador que no puede ser tolerado. Por lo tanto, el ego nos dice que empujemos el pecado y la culpa en nuestro inconsciente y entonces proyectarlos hacia afuera.

Además, como la expectativa de castigo es inherente a la idea misma de culpa, el mundo surge como el medio del ego para demostrar que merecemos ser castigados, tratados injustamente y victimizados.

El comienzo de nuestra vida física - la concepción y el nacimiento - se considera una prueba de que somos las víctimas inocentes de lo que otras personas nos han hecho. No estamos aquí como resultado de nuestras propias elecciones, sino de un accidente biológico. Esto refleja la creencia casi universal de que no tuvimos nada que ver con nuestro nacimiento. Todo lo que nos sucede desde el momento en que somos concebidos es visto en el contexto de ser víctimas inocentes de poderes y fuerzas más allá de nuestro control. El ego siempre interpretará estos poderes y fuerzas como una forma de ataque contra nosotros, lo que el ego nos convence de que merecemos debido a nuestro ataque original contra Dios.

Esta es la idea central de la lección. De hecho, sin comprender esta dinámica inconsciente, uno no será capaz de entender Un Curso de Milagros - ni el sistema de pensamiento del ego o su deshacimiento mediante el Espíritu Santo. Mientras creamos que estamos separados, creemos que tenemos pensamientos de ataque, y estos pensamientos de ataque «deben» ser proyectados afuera. Por lo tanto, seguiremos creyendo que otros están haciendo, están a punto de hacer o ya nos han hecho lo que creemos que originalmente hicimos a Dios y a Su Hijo.

Podemos tener la certeza de que los deberes que Jesús les asigna continuamente a sus estudiantes es que entiendan estas dinámicas en el contexto de las lecciones y ejercicios en el libro de ejercicios. Luego nos pide que apliquemos los principios de su deshacimiento - el perdón - a nuestras vidas personales reconociendo cómo manifestamos estos pensamientos del ego en nuestro comportamiento cotidiano.

(1:3) «De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia.»


Olvidamos que tuvimos el pensamiento original de ataque, ya que lo hemos proyectado y ahora vemos a todos y a cada aspecto del mundo dispuesto a atacarnos a «nosotros». Por lo tanto nos sentimos justificados en atacar en defensa propia. Esta es la "cara de la inocencia" que mencioné anteriormente, un concepto que se describe con mayor detalle en muchos lugares del texto (por ejemplo, T-27.I; T-31.V). En la Lección 170 veremos este concepto de defensa propia elaborado en mucha mayor profundidad.

(1:4-6) «Esto se convierte progresivamente en un círculo vicioso hasta que esté dispuesto a cambiar la manera cómo ve las cosas. De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?»


Jesús dice que este círculo vicioso de ataque y defensa — la defensa siempre es un contraataque — no puede cambiar hasta que cambiemos como vemos. Esto significa cambiar la forma en que pensamos, porque la percepción y el pensamiento son uno: «las ideas no abandonan su fuente». Lo que percibimos afuera es simplemente una sombra de lo que primero percibimos y hacemos realidad en nuestras mentes. Cada vez que nos sentimos a merced de fuerzas más allá de nuestro control - fuerzas dentro de nuestros propios cuerpos, los cuerpos de otros, las leyes del mundo o de la naturaleza - afirmamos la verdad del sistema de pensamiento del ego, lo que significa que la realidad de Dios y El amor de Dios es falso.

Nuevamente, una vez que comencemos con la premisa de que existimos como yoes separados e individuales, es imposible no quedar atrapados en este círculo vicioso de ataque y contraataque. No hay salida a menos que cambiemos la premisa de nuestra manera de pensar, un proceso que se explica con mayor profundidad en la Lección 23. (2:1-2) «De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real?»

Definitivamente «no» serán buenas ni gozosas noticias si aún crees que existes y eres importante, por no mencionar especial. Mientras te aferres a tu identidad individual, no van a ser noticias gozosas que te digan que puedes escapar de todo esto. Esto explica la resistencia que todos tenemos a estas lecciones, tanto para comprenderlas como para aplicarlas, sin mencionar la resistencia a lo que enseña el texto. Será de suma utilidad para ti, a medida que continúes tu estudio y tu trabajo con esto, que identifiques cuanto te estás aferrando a tu yo y a la convicción de que tú tienes razón.

(2:3-5) « ¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe.»


Lo que querríamos destruir es a otras personas, así como a cualquier otro objeto de nuestra ira. Fabricamos el mundo que buscamos destruir, y que creemos que busca destruirnos. Todo lo que odiamos, atacaríamos y mataríamos es parte de nuestra "fantasía salvaje", cuyo propósito es demostrar nuestra existencia, pero que alguien más es responsable de ello. Una vez más, nos percibimos como las víctimas inocentes de lo que nos han hecho. A medida que hagas esta lección, trata de identificar el miedo y la ansiedad que surgen cuando empiezas a pensar en lo que Jesús está diciendo. El siguiente párrafo proporciona una buena oportunidad para practicar esto:

(3:1-6) «Mira hoy al mundo que te rodea por lo menos cinco veces, durante no menos de un minuto cada vez. A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros: Veo únicamente lo perecedero. No veo nada que vaya a perdurar. Lo que veo no es real. Lo que veo es una forma de venganza.»


Haz este ejercicio frente a un espejo y mira cuánto crees en lo que dice. Mientras contemplas un reflejo de tu yo separado, di: "Veo únicamente lo perecedero"; "No veo nada que vaya a perdurar". Si haces esto de manera adecuada y muy conscientemente, surgirá inevitablemente la ansiedad. Si no lo hace, indaga en tu mente a ver cómo te estás defendiendo en contra de esto. Ya que mientras que tú pienses que existes, eres especial, único e importante - ya sea de manera positiva o negativa - encontrarás estas lecciones difíciles y vas a ver que inducen ansiedad, y tendrás que identificar la resistencia en ti mismo. Por lo tanto, será más capaz de abordar honestamente las tres oraciones finales:

(3:7-9) «Al final de cada sesión de práctica, pregúntate: ¿Es éste el mundo que realmente quiero ver? La respuesta será obvia.»


Si bien la respuesta puede ser bastante obvia para la mente recta, para nuestros egos, este yo perecedero es, sin embargo, «nuestro» yo, así que desgraciadamente nuestra respuesta honesta cuando nos identificamos con el ego es: "Sí, esto es lo que quiero ver". Es conveniente, para no desilusionarnos, recordar lo que nos dice el anexo de «Psicoterapia: Propósito, Proceso y Práctica»: “apenas nos encontramos en el comienzo de la fase inicial de la primera jornada”(P-3.II.8: 5). Así que todavía tenemos muchísimo que aprender."


Un curso de milagros L.pI.22 www.celebrandoelmilagro.com

Lección 22 Comentada por Oscar Gómez Díez

Lo que veo es una forma de venganza.

"La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo." Este es un mundo de opuestos. La creencia en las carencias alimenta los conflictos y los ataques. De lo que no somos conscientes es que primero proyectamos sobre el mundo nuestra ira y nuestros ataques, y luego los percibimos como si fueran contra nosotros, por eso es que "Lo que veo es una forma de venganza." Lo que veo es la supuesta venganza del mundo contra mi después de haberlo atacado. Mientras tenga pensamientos de ira y ataque lo único que veré es un mundo vengativo. Esto no es más que una réplica, de una causa más profunda, de una causa metafísica: la creencia que hemos atacado a Dios con la separación, y por lo tanto, nuestra culpa inconsciente, nos lleva a pensar que lo que nos sucede es una venganza de Dios, un castigo de Dios. Jesús explica esta dinámica de nuestra mente de la siguiente manera: "Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia." y esto se convierte en un círculo vicioso en el que nos sentimos atrapados, hasta que decidamos ver las cosas de otra manera, y aceptamos la ayuda del Espíritu Santo. "De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?" Las buenas nuevas es que nos podemos escapar de esta locura, "¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella?" Pero ello requiere que demos un primer paso, y es reconocer que todo esto nos lo hemos ocasionado nosotros mismos, "Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe." A partir de este reconocimiento, debemos asumir la responsabilidad por nuestros pensamientos si de verdad queremos la paz

PRACTICA:

Cinco sesiones de 1 minuto cada una.

"A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros:"

"Veo únicamente lo perecedero."
"No veo nada que vaya a perdurar."
"Lo que veo no es real."
"Lo que veo es una forma de venganza."

"Al final de cada sesión de práctica, pregúntate:"

"¿Es éste el mundo que realmente quiero ver?"

"La respuesta será obvia."

Vivimos nuestras vidas como si de una película de Hollywood se tratara. Creemos vivir una vida apacible y feliz, hasta que llega un villano y nos lastima. Y la ira nos convierte en el héroe que clama venganza y la ejecuta, a eso le ponemos el nombre de "justicia". Este guion lo recreamos de mil maneras diferentes. Nos sentimos inocentes, percibimos que nos atacan y atacamos, y nos preparamos para un eventual contra-ataque. El drama puede ser individual o colectivo. Cuando es colectivo, entonces los villanos quieren acabar con el mundo, y nuestros "héroes", después de arduas batallas destruyen a los malos y salvan al mundo. De lo que no somos conscientes es que estas películas las hemos fabricado en nuestras mentes, que ese guion lo escribimos de principio a fin, lo que experimentamos fue lo que pensamos, vemos lo que queremos ver. Todas nuestras culpas, miedos e iras las proyectamos sobre nuestros hermanos y sobre el mundo, creyendo que con eso nos liberamos de ellas, pero lo único que logramos es multiplicar nuestros miedos, pues nos quedamos esperando la venganza por nuestros ataques. No faltará algún "yo" individual, que diga "yo no me inventé esta experiencia" ignorando que su ego individual es parte de un gran ego colectivo que nos piensa y condiciona. Somos una sola mente que se cree dividida que se recrea en el ataque y la venganza. Y esto seguirá siendo así hasta que cuestionemos nuestros pensamientos de ataque preguntándonos: "Es este el mundo que realmente quiero ver?" y con esta pregunta, hacemos un alto a nuestra espiral de pensamientos de ataque, y permitimos que el amor corrija nuestros errores de percepción. El milagro solo ocurre cuando identificamos y reconocemos nuestros pensamientos no amorosos, y elegimos soltarlos. En ese momento el Amor representado por el Espíritu Santo, substituye nuestro miedo por amor, nuestros conflictos por paz, nuestro sufrimiento por felicidad. La luz ha llegado y ha borrado de nuestra mente la película de ira y venganza por un mundo real de amor y perdón.


Un curso de milagros L.pI.22 www.celebrandoelmilagro.com


el aporte voluntario es la clave para el sostenimiento de esta tarea

CELEBRANDO EL MILAGRO
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!

Todas las citas utilizadas con permiso son de Un Curso de Milagros, copyright ©1994, 2018, por Foundation for Inner Peace, 448 Ignacio Blvd., #306, Novato, CA 94949, www.acim.org e info@acim.org.


Share:

Comentarios de Facebook: