LECCIÓN 42 Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.

“Con lentitud, constancia y amabilidad se gana esta carrera” Ken Wapnick
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Índice de la Lección 42
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LECCIÓN 42

Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.

1. La idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia. ²Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano. ³Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. ⁴Es Su fortaleza, no la tuya, la que te da poder. ⁵Y es Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión.

2. Dios es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. ²Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te encuentres. ³Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. ⁴No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. ⁵Tal es la fortaleza de Dios. ⁶Tales Sus dones.

3. Hoy llevaremos a cabo dos sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una; una tan pronto como te despiertes, y la otra, lo más cerca posible de la hora de irte a dormir. ²Es mejor, no obstante, esperar hasta que puedas sentarte tranquilamente por tu cuenta en un momento en que te sientas listo, que preocuparte de la hora en sí.

4. Da comienzo a estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy lentamente mientras miras a tu alrededor. ²Luego cierra los ojos y repite la idea otra vez, aún más despacio que antes. ³Después de eso, trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos que se te ocurran relacionados con la idea de hoy. ⁴Puedes pensar, por ejemplo:

⁵La visión tiene que ser posible. ⁶Dios da verdaderamente,
o:
⁷Los regalos que Dios me ha hecho tienen que ser míos porque Él me los dio.

5. Cualquier pensamiento que esté claramente relacionado con la idea de hoy es adecuado. ²De hecho, tal vez te asombre la cantidad de entendimiento relacionado con el curso que algunos de tus pensamientos reflejan. ³Déjalos que te vengan sin censurarlos, a menos que notes que tu mente está simplemente divagando y que es obvio que has permitido que se infiltren pensamientos irrelevantes. ⁴Es posible también que llegue un punto en el que parece que no te van a venir más pensamientos a la mente. ⁵De ocurrir tales interferencias, abre los ojos y repite el pensamiento una vez más mientras miras lentamente a tu alrededor; después ciérralos, repite la idea otra vez, y continúa buscando en tu mente pensamientos afines.

6. Recuerda, no obstante, que en conexión con los ejercicios de hoy no es apropiado que te esfuerces por encontrar pensamientos afines. ²Trata sencillamente de hacerte a un lado y dejar que te vengan a la mente por su cuenta. ³Si esto te resulta difícil, es mejor pasar la sesión de práctica alternando entre repeticiones lentas de la idea con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados, que esforzarte por encontrar pensamientos adecuados.

7. No hay límite en el número de sesiones de práctica cortas que podrían resultarte beneficiosas hoy. ²La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante.

8. Cuanto más a menudo repitas la idea de hoy durante el transcurso del día, más a menudo estarás recordando que el objetivo del curso es importante para ti y que no lo has olvidado.


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Lección 42 comentada por David Hoffmeister
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Lección 42 comentada por Kenneth Wapnick, lee Sabi
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LECCIÓN 42 Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda

Dios es mi Fortaleza. La visión es Su regalo

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, continúa desarrollando el tema de las bienaventuranzas, de las promesas de bienestar de Dios a Sus Hijos.

Nos dice Jesús en la lección:

“La idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia. Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano. Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. Es Su Fortaleza, no la tuya, la que te da poder. Y es Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión”.

Dios, nos ha dado su fortaleza, ese Poder que se encuentra en nosotros pero que no es de nosotros y que es la base de la confianza como dice, Jesús, en el Manual para el maestro. Siempre contamos con esa fortaleza, ese Poder de Dios en nosotros y al cual podemos acudir cuando nos decidamos a pedirlo. La fortaleza de Dios en nosotros es lo que permite el regalo de la visión de Cristo con la cual vemos un mundo de paz, amor, bondad, perdón. Dios es la causa y el efecto sería la visión de Cristo. Si seguimos las enseñanzas de Jesús los esfuerzos por llevarlas a cabo no serán en vano y realizaremos, de esa manera, la Voluntad de Dios, que nos permitirá ver, ser felices y que participemos en el Plan de Dios para la salvación.

Continúa Jesús:

”Dios, es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te encuentres. Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. Tal es la Fortaleza de Dios. Tales Sus dones”.

Siempre contamos con la fortaleza de Dios, pues la decisión de Dios de darnos nunca cambia ni depende de los aparentes errores que creamos cometer en este sueño del ego. Dios, sabe que con el ego estamos alucinando, que es una locura seguir al ego.

Por eso, nos dice, Jesús, en el capítulo 8 en la sección I:

”La voz del ego es una alucinación. No puedes esperar que te diga: “No soy real”. No obstante, no se te pide que desvanezcas tus alucinaciones por tu cuenta. Se te pide simplemente que las evalúes a la luz de los resultados que te aportan. Si dejas de desearlas debido a las pérdidas de paz que te ocasionan serán eliminadas de tu mente”. (T-8. I.2:2-6)

Jesús, siempre práctico, nos llama a evaluar el seguir al ego a partir de los resultados que nos produce. ¿Nos produce paz o no? Si no nos produce paz nos llama a cambiar y a decidirnos por aceptar la fortaleza de Dios y la visión. El ego tiene el poder que nosotros le permitamos tener. Si nos decidimos a escuchar a Dios podemos recibir Sus regalos cuando lo queramos y siempre podemos tener comunicación con Él, como veíamos en la lección de ayer:

”Es perfectamente posible llegar a Dios. De hecho, es muy fácil, ya que es la cosa mas natural del mundo. El camino quedará despejado, si realmente crees que ello es posible”. (L-41. 8:1-4)

Estamos en el momento y en el lugar perfectos porque hemos elegido estar en este mundo de la separación del ego. Y lo que nos sucede es consecuencia de ello. Pero, podemos convertir todo lo que nos sucede en este mundo en una ocasión para perdonar y ofrecer milagros, es decir, corregir la mente de las ideas de separación y de conflicto, de tal manera, que hagamos uso de la fortaleza de Dios y le ofrezcamos el regalo de la visión a nuestros hermanos.

Proceso de práctica de la lección

Objetivo

Aprender que la fortaleza de Dios en mí no procede de mí sino de Dios y es mediante ella que recibo el regalo de la visión.

Ejercicios

Ejercicios más largos.

Realizar dos sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una. Una al despertar y la otra lo más cerca posible de la hora de irse a dormir.

Repite la idea lentamente mientras miras alrededor sin fijarse en nada en especial.

Cierra los ojos y repite la idea más lentamente todavía.

Trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos relacionados con la idea de hoy.

Puedes pensar, por ejemplo:

La visión tiene que ser posible. Dios da verdaderamente,
o:
Los regalos que Dios me ha hecho tienen que ser míos porque Él Mismo me los dio.

Tienes muchos pensamientos relacionados con el Curso muy valiosos. Deja que lleguen.

Cuando tu mente se distraiga repite la idea e inténtalo de nuevo. Abre los ojos y repite la idea. Luego, ciérralos y repite la idea y continúa buscando en tu mente pensamientos afines al pensamiento del día.

Ejercicios más cortos.

Recordatorios frecuentes.

Entre más repeticiones hagas estarás recordando la importancia del Curso para ti.

Observaciones

Continúa con la práctica de dejar que vengan pensamientos relacionados con la idea del día que se inició en la lección 38. Esta es una de las prácticas mas importantes del libro de lecciones que se seguirán utilizando después.

La siguiente observación de Jesús vale la pena tenerla en cuenta:

_”La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante”_.

Jesús, destaca la importancia del Curso. Que es un sistema completo en sí mismo al que no le falta nada ni necesita completarse con otras tradiciones. No se puede hacer del Curso un revuelto ecléctico. Sus principios metafísicos se basan en el no dualismo. Estos principios es necesario conocerlos para no caer en confusiones. El título mismo de Un curso de milagros da cuenta de que no es el curso de milagros, sino un curso de milagros. Es decir, se define como un camino más de los miles de caminos espirituales que hay. Respeta todos los caminos porque todos pueden conducir a Dios y esa experiencia es lo fundamental para el Curso más que las diferencias teológicas en las que no está interesado. Pero, Jesús, nos pide que profundicemos en sus enseñanzas. Por algo estamos en este camino. Así que una buena propuesta es profundizar en sus enseñanzas.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda


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Lección 42 Comentada por Kenneth Wapnick

Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.

(1:1-2) «La idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia. Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano.»


"La "relación de causa y efecto" es que si sé que Dios "camina conmigo" y que Él es mi fortaleza, percibiré automáticamente a través de los ojos de Su Amor y Santidad. La visión de Cristo proviene del pensamiento de que soy santo y parte de Dios. Cuando miro hacia fuera, lo cual, como hemos aprendido, no tiene nada que ver con nuestros ojos físicos, todo lo que veré son figuras en un sueño, ya sea expresando amor y tratando de regresar a casa, o aún demasiado temerosos del amor e intentando atacarlo. En otras palabras, la «causa» es recordar Quién soy y el «efecto» es la visión que ve a todas las personas como parte de la única Filiación, independientemente de sus formas dispares.

(1:3-5) «Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. Es Su fortaleza, no la tuya, la que te da poder. Y es Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión.»


Jesús nos está instando a que confiemos en lo que nos dice de que no podemos fracasar. La fuerza que pueden tener las ilusiones del ego no tiene poder sobre la Fuente real de la fortaleza dentro de nosotros. Jesús ahora expone las maravillosas consecuencias de este hecho feliz:

(2:1-2) «Dios es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te encuentres.»


Dado que la mente, el hogar de la fortaleza de Dios, está más allá del tiempo (y del espacio), «siempre» está disponible para nosotros. Simplemente espera nuestra aceptación. Es por eso que Jesús nos dice en el texto, ya citado, que no tenemos que hacer nada (T-18.VII). No tenemos que hacer nada «excepto» aceptar lo que ya se encuentra ahí. Por lo tanto, nuestra necesidad es aprender a deshacer lo que el ego nos ha enseñado, liberando la fortaleza de Dios para que pueda nuevamente ser nuestra.

Dado que este es un proceso que ocurre en nuestras «mentes», las cuales están totalmente bajo nuestro control, esta aceptación gozosa puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento, independientemente de las circunstancias externas.

La discusión siguiente se mueve más específicamente al tema del tiempo, que examinaremos mucho más cuidadosamente más adelante. Por ahora solo haré unos breves comentarios:

(2:3-6) «Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. Tal es la fortaleza de Dios. Tales Sus dones.»


Jesús está diciendo que nada es al azar porque es todo nuestro sueño. El ego elige nuestros guiones como una forma de mantenernos cada vez más alejados de la verdad. Cuando miramos estos guiones con Jesús, se convierten en aulas de aprendizaje. Pero nada es al azar. Yo - la mente de la cual mi identidad física actual no es más que un fragmento - he elegido mi vida y lo que ocurre en ella como una forma de reforzar mi individualidad y especialismo. Si miro cualquier aspecto de esta vida con Jesús y le pido ayuda, lo veo como un medio para aprender a perdonar, para que pueda volver a tener conciencia de mi verdadera Identidad. Por lo tanto, estoy "en el lugar perfecto y en el momento perfecto", ya que las lecciones de perdón «siempre» puedan aprenderse, independientemente de cuales sean las circunstancias externas.

Para las dos sesiones de práctica más largas de hoy, Jesús nos alienta a que nos enfoquemos en tener un momento de «quietud». Mirando a las instrucciones para estas lecciones en su conjunto, podemos ver cómo Jesús ha enfatizado diferentes aspectos de nuestra práctica en diferentes momentos; a veces se enfoca en la «forma» (lo externo), otras veces en el contenido (lo interno).

El punto aquí, por supuesto, es ayudarnos en nuestro propio nivel de aprendizaje, para que podamos llegar a comprender que «causa» y «efecto», «contenido» y «forma», «interno» y «externo», no se encuentran nunca separados:

(3) «Hoy llevaremos a cabo dos sesiones de práctica de tres a cinco minutos cada una; una tan pronto como te despiertes, y la otra, lo más cerca posible de la hora de irte a dormir. Es mejor, no obstante, esperar hasta que puedas sentarte tranquilamente por tu cuenta en un momento en que te sientas listo, que preocuparte de la hora en sí.»


Jesús nos está destetando de nuestra dependencia de la «forma» en nuestra práctica como parte de su entrenamiento para que no seamos esclavos de los rituales. Anteriormente citamos la discusión en el manual para los maestros a este respecto, y aquí está el pasaje relevante:

“Hay algunas reglas generales a seguir, aunque cada cual debe usarlas a su manera como mejor pueda. Las rutinas, como tales, son peligrosas porque se pueden convertir fácilmente en dioses por derecho propio y amenazar los mismos objetivos para las que fueron establecidas...Este curso es siempre práctico...La cantidad de tiempo que dedique a ello no es lo más importante. Uno puede fácilmente pasarse una hora sentado inmóvil con los ojos cerrados y no lograr nada. O bien puede, con igual facilidad, dedicarle a Dios sólo un instante, y en ese instante unirse a Él completamente.” (M-16.2:4-5; 4:1,4-6)


Volveremos a este importante tema de la «calidad» de nuestro tiempo dedicado al Espíritu Santo, en lugar de su «cantidad».

El cuarto párrafo discute nuestros pensamientos personales "en relación con la idea del día".

(4) «Da comienzo a estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy lentamente mientras miras a tu alrededor. Luego cierra los ojos y repite la idea otra vez, aún más despacio que antes. Después de eso, trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos que se te ocurran relacionados con la idea de hoy. Puedes pensar, por ejemplo:

La visión tiene que ser posible. Dios da verdaderamente,

o:

Los regalos que Dios me ha hecho tienen que ser míos porque Él me los dio.»


Una vez más, podemos observar el énfasis que hace Jesús en que llevemos «nuestros» pensamientos a los «suyos», y de este modo practiquemos llevarlos a la armonía de su visión de perdón y paz.

En el siguiente párrafo, Jesús retoma la práctica de la indagación mental de antes, pidiéndonos estar sosegados y permitiendo que sus pensamientos vengan a nosotros, en lugar de que seamos nosotros quienes vayamos en su búsqueda:

(5) «Cualquier pensamiento que esté claramente relacionado con la idea de hoy es adecuado. De hecho, tal vez te asombre la cantidad de entendimiento relacionado con el curso que algunos de tus pensamientos reflejan. Déjalos que te vengan sin censurarlos, a menos que notes que tu mente está simplemente divagando y que es obvio que has permitido que se infiltren pensamientos irrelevantes. Es posible también que llegue un punto en el que parece que no te van a venir más pensamientos a la mente. De ocurrir tales interferencias, abre los ojos y repite el pensamiento una vez más mientras miras lentamente a tu alrededor; después ciérralos, repite la idea otra vez, y continúa buscando en tu mente pensamientos afines.»


Sin embargo, si nada “viene”, nuestro amoroso maestro nos instruye en el siguiente párrafo para que seamos más activos nuevamente y busquemos los pensamientos. Pero no perdamos de vista que el objetivo aquí «no» es esta búsqueda, sino más bien soltar el control y permitir que Jesús se haga cargo y nos guíe, esto nos evoca por ejemplo esta declaración que se encuentra en el texto:

“Mi control puede hacerse cargo de todo lo que no es importante, mientras que, si así lo decides, mi asesoramiento puede dirigir todo lo que sí lo es...Éste [tu comportamiento] lo controlo yo automáticamente tan pronto como pongas tu pensamiento bajo mi dirección.” (T-2.VI.1:3; 2:9)


(6:1) «Recuerda, no obstante, que en conexión con los ejercicios de hoy no es apropiado que te esfuerces por encontrar pensamientos afines.»


Jesús está diciendo que no tienes que buscar a Dios. Una vez que hayas eliminado tus pensamientos negativos, el trabajo de las lecciones anteriores, la pizarra en blanco resultante permite que aparezcan los pensamientos amorosos. Por lo tanto:

(6:2-3) «Trata sencillamente de hacerte a un lado y dejar que te vengan a la mente por su cuenta. Si esto te resulta difícil, es mejor pasar la sesión de práctica alternando entre repeticiones lentas de la idea con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados, que esforzarte por encontrar pensamientos adecuados.»


Podría añadir que en realidad los pensamientos no vienen a nosotros; somos «nosotros los que vamos a ellos». Fue el tomador de decisiones de nuestra mente el que tomó la decisión de abandonar el pensamiento de Expiación en favor del pensamiento de separación, y por lo tanto, este tomador de decisiones es el que ahora debe tomar la decisión de volver a ese pensamiento, aunque en nuestra experiencia muy bien puede sentirse que los pensamientos que reflejan la Expiación son los que vienen a nosotros. Dicha experiencia está reflejada en esta lección, cuando vemos el énfasis que hace Jesús en la naturaleza amorosa y no coercitiva de todo este aprendizaje.

(7) «No hay límite en el número de sesiones de práctica cortas que podrían resultarte beneficiosas hoy. La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante.»


Este es un punto que Jesús deja claro en muchos otros lugares también. Todo lo que necesitas se encuentra en este curso; no hay necesidad de buscar en otro lado. Una vez que decidas que Un Curso de Milagros es tu camino espiritual, hacer cualquier otra cosa simplemente te confundirá. Como Jesús le dijo específicamente a Helen, en palabras que podrían ser dichas para «todos» sus estudiantes:

“No aprovechas el curso si te empeñas en utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros, y descuidas lo que se estableció para «ti».” (T-18.VII.6:5)


Un Curso de Milagros contiene todo lo que vas a necesitar para deshacer tu ego y, por lo tanto, todo lo que te ayudará a recordar quién eres. Insistir en "utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros" es simplemente una defensa en contra de aceptar el mensaje de perdón del Curso como tu propio mensaje.

(8) «Cuanto más a menudo repitas la idea de hoy durante el transcurso del día, más a menudo estarás recordando que el objetivo del curso es importante para ti y que no lo has olvidado.»


Debes darse cuenta de que hay una parte de ti, independientemente de tu miedo, que sí desea aprender lo que este curso está enseñando y de que su objetivo es realmente

importante para ti. Independientemente de todos los intentos de ocultar esta parte tuya con nubes de culpabilidad, ahí permanece el ser de mentalidad recta que recuerda tu objetivo: por encima de todo lo que tú quieres es regresar a tu hogar. Un Curso de Milagros, con Jesús como tu maestro, serán los medios que te ayudarán en última instancia a alcanzar ese objetivo.


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Lección 42 Comentada por Oscar Gómez Díez

Dios es mi Fortaleza. La visión es Su regalo.

"La idea de hoy combina dos pensamientos muy poderosos, ambos de gran importancia." estos dos pensamientos son la fortaleza y la visión.

En este mundo la fortaleza se define como la:
"capacidad de una cosa para sostener, soportar o resistir algo."

Y, la "Capacidad moral de una persona para resistir o sobrellevar sufrimientos o penalidades."

Dios es la fortaleza que nos soporta, que nos sostiene, y que nos ayuda a resistir todo sufrimiento, todo pesar, y para ello nos ofrece la visión, la capacidad de contemplar el mundo con amor, con aprecio, sin juicios ni condenas. La visión la logramos gracias al perdón.

LA INEVITABILIDAD DE LA VISION:

La idea de hoy "Plantea también una relación de causa y efecto que explica por qué tus esfuerzos por alcanzar la meta del curso no pueden ser en vano." La causa es la fortaleza de Dios, Su poder, y el efecto es Su regalo, la visión. "Verás, porque ésa es la Voluntad de Dios. Es Su Fortaleza, no la tuya, la que te da poder. Y es Su regalo, no el tuyo, el que te ofrece visión." La visión será inevitable pues esa es la Voluntad de Dios no la nuestra. Es Su regalo, no el nuestro. Podemos atrasar el momento, ignorando la Voluntad de Dios, con lo que prolongaremos nuestro sufrimiento, pero no podemos impedir Su Voluntad.

Esta lección nos ofrece otra perspectiva, la única fortaleza real e infalible es la fortaleza de Dios. Nuestro poder emana de Dios y no de ningún objeto o circunstancia de este mundo. Y siempre hemos tenido acceso a ese poder, solo que lo hemos ignorado, solo que lo hemos olvidado, pero cuando removemos los obstáculos que el ego ha interpuesto, la aparente distancia entre Dios y nosotros habrá desaparecido, solo queda el amor que todo lo une e integra.

EL AMOR DA SIN CONDICIONES, NO CASTIGA NI CONDENA:

"Dios es ciertamente tu fortaleza, y lo que Él da, es verdaderamente dado. Esto quiere decir que lo puedes recibir en cualquier momento o lugar, donde quiera que estés y en cualquier circunstancia en la que te encuentres." Nuestra cultura se basa en el mito de la expulsión del paraíso del Edén, en el llamado" pecado original," en la que supuestamente Dios nos castigó quitándonos los atributos con los que habíamos sido creados, de inmortales pasamos a ser mortales, de un estado de felicidad perfecta, pasamos a un mundo de carencias, conflictos, ataques, miedo y muerte. Jesús nos recuerda que Dios es un Amor sin opuestos, que no juzga ni condena, por lo tanto, nunca nos ha castigado. Por eso "lo que Él da, es verdaderamente dado."

NADA ES AL AZAR:

"Tu paso por el tiempo y por el espacio no es al azar. No puedes sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. Tal es la Fortaleza de Dios. Tales Sus dones." Este es un pasaje muy interesante, pues nos recuerda que no existe la casualidad, todo tiene un propósito en este mundo, ese propósito se nos hará evidente a través de la visión del amor. Si estamos en comunión con Dios, si aceptamos Su Amor y Su fortaleza, todas las aparentes experiencias que vivamos desde el guion de nuestro ego, serán perfectas, no importa el lugar ni la circunstancia, pues todo ello lo contemplaremos desde nuestra visión, desde nuestro amor y desde nuestra paz.

PRACTICA:

Dos sesiones de práctica larga de 3 a 5 minutos. Una en la mañana y otra en la noche. Buscar el momento más apropiado en que estemos tranquilos.

"Da comienzo a estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy lentamente mientras miras a tu alrededor."

"Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo."

"Luego cierra los ojos y repite la idea otra vez, aún más despacio que antes. Después de eso, trata de no pensar en nada, excepto en los pensamientos que se te ocurran relacionados con la idea de hoy. Puedes pensar, por ejemplo:"

"La visión tiene que ser posible. Dios da verdaderamente,"

o:

"Los regalos que Dios me ha hecho tienen que ser míos porque Él Mismo me los dio."

Practiquemos hoy con la confianza de que Dios es nuestra fortaleza, que su amor nos guía, y que Su visión nos señalará el camino que debemos seguir.

La lección nos da indicaciones muy específicas para realizar la práctica, indicaciones que debemos tener en cuenta para las prácticas de las siguientes lecciones cuya metodología se repetirá: "Cualquier pensamiento que esté claramente relacionado con la idea de hoy es adecuado. De hecho, tal vez te asombre la cantidad de entendimiento relacionado con el curso que algunos de tus pensamientos reflejan. Déjalos que te vengan sin censurarlos, a menos que notes que tu mente está simplemente divagando y que es obvio que has permitido que se infiltren pensamientos irrelevantes. Es posible también que llegue un punto en el que parece que no te van a venir más pensamientos a la mente. De ocurrir tales interferencias, abre los ojos y repite el pensamiento una vez más mientras miras lentamente a tu alrededor; después ciérralos, repite la idea otra vez y continúa buscando en tu mente pensamientos afines."

Esta es una práctica meditativa, en la que después de repetir la idea del día, esperamos que se desencadenen pensamientos similares en nuestra mente, esperamos a que nos lleguen, no los forzamos. "Recuerda, no obstante, que en conexión con los ejercicios de hoy no es apropiado que te esfuerces por encontrar pensamientos afines. Trata sencillamente de hacerte a un lado y dejar que te vengan a la mente por su cuenta. Si esto te resulta difícil, es mejor pasar la sesión de práctica alternando entre repeticiones lentas de la idea con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados, que esforzarte por encontrar pensamientos adecuados."

Esta práctica excluye cualquier esfuerzo innecesario, debe hacerse en una postura relajada que te permita navegar por tu mundo interior, y hazlo desde una posición de observador, se consciente de los pensamientos que te lleguen pero no te involucres con ellos, solo busca pensamientos relacionados con la práctica y experiméntalos.

REPETICIONES FRECUENTES:

"No hay límite en el número de sesiones de práctica cortas que podrían resultarte beneficiosas hoy." repite la idea del día con la mayor frecuencia posible, estás recordando que el poder de Dios yace en ti, y estás reclamando un regalo que ya se te dio, la visión.

UN PASO HACIA LA UNIFICACION DE LA MENTE:

"La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de unificar tus pensamientos y de enseñarte que estás estudiando un sistema de pensamiento unificado que no carece de nada que sea necesario, y en el que no se incluye nada contradictorio o irrelevante." Unirte a Dios es ponerle fin a la división en tu mente, es unificar lo que creíamos separado, el Curso de Milagros es un sistema de pensamiento completo y unificado pues emana de la Fuente del conocimiento de la totalidad, y tiene la coherencia que sólo la verdad y el amor poseen.

INDICADOR DE AUTO COMPROMISO:

"Cuanto más a menudo repitas la idea de hoy durante el transcurso del día, más a menudo estarás recordando que el objetivo del curso es importante para ti y que no lo has olvidado." Observemos la delicada sutileza de Jesús para animarnos a practicar, a forjar una disciplina que haga posible nuestro entrenamiento mental y sus resultados de sanación y perdón, debemos despertar un genuino interés en nuestra salvación, y ello se reflejará cuanto más a menudo repetimos la idea de esta lección a lo largo del día. Esta sugerencia es válida para todas las lecciones que habremos de practicar con el libro de ejercicios. La decisión está en nuestras manos, sanarnos es nuestra decisión, la eternidad no tiene afán, pero en el mundo del tiempo y el espacio, la esperas pueden ser dolorosas. Todos los días vas a tener que elegir entre el miedo y el amor. Elige el amor y no te equivocaras, elige el amor y estarás a salvo en la fortaleza de Dios.

Bendiciones


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