Índice de la Lección 25
(Haz clic para desplegar)
LECCIÓN 25
No sé cuál es el propósito de nada.
1. Propósito es significado. ²La idea de hoy explica por qué nada de lo que ves tiene significado. ³No sabes para qué es. ⁴Por consiguiente, no tiene significado para ti. ⁵Todo existe para tu beneficio. ⁶Para eso es para lo que es; ése es su propósito; ése es su significado. ⁷Al reconocer esto, tus objetivos se unifican. ⁸Al reconocer esto, lo que ves cobra significado.
2. Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como significativo desde el punto de vista de los objetivos del ego. ²Estos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene, ya que tú no eres el ego. ³Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. ⁴Por ende, no puedes sino hacer un uso indebido de ello. ⁵Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos.
3. Otra forma de describir los objetivos que ahora percibes es decir que sólo tienen que ver con tus intereses “personales”. ²Pero puesto que no tienes intereses personales, tus objetivos en realidad no guardan ninguna relación con nada. ³Al abrigarlos, por lo tanto, no estás abrigando ningún objetivo en absoluto. ⁴Por consiguiente, no sabes cuál es el propósito de nada.
4. Antes de que puedas entender los ejercicios, es necesario un pensamiento adicional. ²En los niveles más superficiales reconoces el propósito de todas las cosas. ³Sin embargo, el propósito de algo no se puede entender en esos niveles. ⁴Por ejemplo, entiendes que el propósito de un teléfono es hablar con alguien que no se encuentra físicamente en tu proximidad inmediata. ⁵Lo que no comprendes es para qué quieres ponerte en contacto con él. ⁶Y es eso lo que hace que tu contacto con él sea o no significativo.
5. Es fundamental para tu aprendizaje que estés dispuesto a renunciar a los objetivos que les has adjudicado a todas las cosas. ²Reconocer que dichos objetivos no tienen sentido, en vez de considerarlos como “buenos” o “malos”; es la única manera de lograrlo. ³La idea de hoy es un paso en esa dirección.
6. Hoy se requieren seis sesiones de práctica, cada una de dos minutos de duración. ²Comienza cada sesión repitiendo la idea de hoy lentamente; luego mira a tu alrededor y deja que tu mirada se pose sobre cualquier cosa que te llame la atención, esté lejos o cerca, sea “importante” o “nimia”, “humana” o “no humana”. ³Mientras tus ojos descansan sobre cada objeto así seleccionado, di, por ejemplo:
⁴No sé para qué es esa silla.
⁵No sé para qué es ese lápiz.
⁶No sé para qué es esta mano.⁷Dilo lentamente, sin apartar los ojos del objeto hasta que hayas terminado la frase. ⁸Pasa luego al siguiente y aplica la idea de hoy de la misma manera.
Un curso de milagros L.pI.25 www.celebrandoelmilagro.com
AUDIOS DE LA LECCIÓN 25
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
a través de Martin Musarra
VIDEOS DE LA LECCIÓN 25
Lectura de la Lección 25
Comentario por Jorge Luis Álvarez Castañeda
Ocurrir de la Lección 25
Comentario por Jorge Pellicer (desliza para ver mas videos →)
Comentario por David Hoffmeister (desliza para ver mas videos →)
Comentario por Maria Ibars (desliza para ver mas videos →)
Comentario por Kenneth Wapnick (desliza para ver mas videos →)
LECCIÓN 25 Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda
No sé cuál es el propósito de nada.
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, continúa enseñando a tener un estado mental de reconocer que no sé nada. Ayer, decía que no percibo lo que más me conviene. Hoy, dice que no sé cual es el propósito de nada. Y este reconocimiento de no saber nada es fundamental para realizar el cambio que necesito en mi mente: abrirme a la aceptación del reconocimiento de que he estado equivocado siguiendo el sistema de pensamiento del ego que me ha mantenido encadenado a los pensamientos de ataque, como veíamos en la lección 23, al miedo, a la culpa, al conflicto, a la separación, al sufrimiento y el dolor. La buena noticia es que podemos cambiar al sistema de pensamiento del Espíritu Santo que propone todo lo contrario al del ego.
Nos dice Jesús en la lección:
”Propósito es significado. La idea de hoy explica porque nada de lo que ves tiene significado. No sabes para que es. Por consiguiente, no tiene significado para ti. Todo existe para tu beneficio. Para eso es para lo que es; ése es su propósito; ése es su significado. Al reconocer esto tus objetivos se unifican. Al reconocer esto lo que ves cobra significado”.
Jesús, dice que no sé para qué son las cosas para nosotros y es, por eso, que no tienen significado. Y, Jesús, nos responde la pregunta diciendo que todo existe para nuestro beneficio. Esta afirmación de Jesús es muy importante. No somos conscientes de ella por vivir pensando en el pasado, ligados a la culpa, o, en el futuro, ligados al miedo y no estar abiertos a la posibilidad del presente para elegir dejar de sufrir con el ego y decidirnos por el camino de felicidad y de paz del Espíritu Santo.
Jesús, nos dice en el capítulo 4 en el apartado V lo siguiente:
”Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego.” (T-4.V.1:1)
Esta cita de Jesús nos sitúa en el presente que es en el único tiempo en el que podemos generar cambios porque el pasado ya pasó y el futuro no ha llegado. Enseñanza obvia, pero que nos negamos a aceptar porque no queremos perdonar el pasado o dejar de vivir soñando en las ilusiones del futuro que nos traerán la felicidad que requerimos. Podemos decidirnos a aceptar todo lo que se presente ahora, así de momento no entendamos o incluso rechacemos, confiando en que contribuirá a nuestro desarrollo espiritual. Esto implica confiar en que a nuestro lado, siempre, están el Espíritu Santo y Jesús para ayudarnos en los momentos de vacilación.
Continúa Jesús:
”Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como significativo desde el punto de vista de los objetivos del ego. Estos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene ya que tú no eres el ego. Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. Por ende, no puedes sino hacer un uso indebido de ello. Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos”.
Jesús, nos dice que percibo siguiendo los objetivos del ego pero que no soy el ego. No soy el personaje que he fabricado siguiendo al ego, el “yo” que pienso que soy, que cree que es un ser separado (una mente separada viviendo en un cuerpo separado): el que cree que tiene una historia, un futuro, su propia voluntad, el que sufre, con una profesión, con una familia, con bienes y objetos, que ataca, que se cree culpable y con miedo, que no perdona, etc. Ese es el ser con minúscula que surgió cuando el Hijo de Dios decidió separarse del Padre y, como mente colectiva, proyectar este mundo y el cuerpo. Esta separación nunca ocurrió porque nunca me he separado de Dios pero creo que sí fue cierto. Por eso, en el momento en que se dio esta creencia, Dios creó al Espíritu Santo para que me ayude a dejar dicha creencia y pueda regresar a Dios. Este ser con minúscula es el personaje que he fabricado a lo largo de mi vida.
Bueno. Si no soy el ego, entonces ¿Quién soy? Soy el Hijo de Dios, el Cristo, el Ser con mayúscula mismo. Cristo es la Extensión de Dios. Es nuestra verdadera Identidad. Es el Ser que compartimos con todos los miembros de la Filiación, es decir, la suma de todo lo que Dios creó. Cristo es uno con Dios. Nunca se ha separado de Dios.
Continúa Jesús en la lección:
“Otra forma de describir los objetivos que ahora percibes es decir que sólo tienen que ver con tus intereses “personales”. Pero puesto que no tienes intereses personales, tus objetivos en realidad no guardan ninguna relación con nada. Al abrigarlos, por lo tanto, no estás abrigando ningún objetivo en absoluto. Por consiguiente, no sabes cuál es el propósito de nada”.
La afirmación de Jesús de que no tengo intereses personales puede cuestionar. En este mundo del ego, basado en la creencia en la separación y en el deseo de ser especial y diferente de mis hermanos, el creer que es posible mantener intereses personales hace parte de la ilusión de la separación y no es real. Cuando en el Curso se habla de real se habla de lo referente a Dios. Es importante recordar que somos una sola mente que se cree fraccionada en billones de partes. Jesús, quiere que nos abramos a la posibilidad de ir cuestionando estas creencias que hemos recibido de la parte de nuestra mente que tiene la influencia del ego.
Continúa Jesús:
”Antes de que puedas entender los ejercicios, es necesario un pensamiento adicional. En los niveles más superficiales reconoces el propósito de todas las cosas. Sin embargo, el propósito de algo no se puede entender en esos niveles. Por ejemplo, entiendes que el propósito de un teléfono es hablar con alguien que no se encuentra físicamente en tu proximidad inmediata. Lo que no comprendes es para qué quieres ponerte en contacto con él. Y es eso lo que hace que tu contacto con él sea o no significativo”.
Esta es una importante reflexión de Jesús. Es importante preguntarnos por el propósito o el para que de las cosas o actividades que realizamos. Preguntar por ¿Para qué? centra la mirada en nosotros, en el propósito, en lo que queremos conseguir con lo que hacemos, en nuestra responsabilidad. Preguntar por el ¿Por qué? coloca la mirada fuera de nosotros, y podemos contestar que lo que nos sucede es por nuestros padres, parejas, hijos, jefes, gobiernos, etc., y esta mirada nos coloca en nuestra condición de víctimas de lo que nos sucede.
Hoy, Jesús, quiere que vayamos más allá del propósito o el para qué aparente de las cosas o de lo que hacemos. Quiere que nos preguntemos: ¿esto que utilizo o hago sirve ¿ a los intereses del ego o del Espíritu Santo? ¿sirve para o unir o para desunir? ¿sirve para generar paz o conflicto?
Finalmente nos dice Jesús:
”Es fundamental para tu aprendizaje que estés dispuesto a renunciar a los objetivos que les has adjudicado a todas las cosas. Reconocer que dichos objetivos no tienen sentido, en vez de considerarlos como “buenos” o “malos”; es la única manera de lograrlo. La idea de hoy es un paso en esa dirección”.
Jesús, nos llama a cambiar la mirada sobre los objetivos que le he dado a las cosas. Dichos objetivos no tienen sentido: buscan es promover los objetivos del ego de la separación, del conflicto, del especialismo. Esto va mas allá de considerarlos como “buenos” o “malos”.
Proceso de práctica de la lección
Objetivo
Aprender a reconocer que los objetivos que tenemos con el ego no significan nada a diferencia de los que tenemos con el Espíritu Santo.
Ejercicio
Realizar 6 sesiones de práctica cada una de dos minutos.
Repite la idea muy lentamente
Luego, mira a tu alrededor y deja que tu mirada recaiga sobre cada cosa que te llame la atención. Mientras tus ojos descansan sobre cada cosa dices lentamente:
”No se para que es esa ____
Luego, pasa al siguiente objeto y dice lo mismo nombrando el objeto. No hacer distinciones entre las cosas que estén cerca o lejos, que consideres importante o no, humanas o no humanas.
Observaciones
Tener en cuenta al observar los objetos si están centrados en nuestros intereses personales o pueden servir a los intereses de unidad del Espíritu Santo.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo hacer la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír, pues la Voluntad de Dios, para nosotros, es perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Un curso de milagros L.pI.25 www.celebrandoelmilagro.com
Lección 25 Comentada por Kenneth Wapnick
No sé cuál es el propósito de nada.
"Esta lección trata directamente el tema del «propósito», tan crucial en Un Curso de Milagros. De hecho, se podría decir que sólo el propósito nos ayuda a comprender el sistema de pensamiento del ego, el papel del mundo dentro de él y cómo, a través de cambiar el propósito del mundo, el Espíritu Santo usa el plan del ego para deshacerlo.
(1) «Propósito es significado. La idea de hoy explica por qué nada de lo que ves tiene significado. No sabes para qué es. Por consiguiente, no tiene significado para ti. Todo existe para tu beneficio. Para eso es para lo que es; ése es su propósito; ése es su significado. Al reconocer esto, tus objetivos se unifican. Al reconocer esto, lo que ves cobra significado.»
Jesús está recolectando un poco aquí de las lecciones anteriores, incluida la última, al ayudarnos a darnos cuenta de por qué aquí nada significa nada. Algo tiene significado para nosotros solo porque no entendemos para qué sirve, lo que procede de no saber lo que más conviene. Pensamos que esto tiene que ver con satisfacer nuestras necesidades especiales, ya sean físicas o emocionales, mientras que lo que verdaderamente nos interesa es aprender a perdonar. Es por eso que todo en este mundo es para nuestro propio beneficio, si elegimos al Maestro correcto. Cada situación o relación puede convertirse en un aula de aprendizaje en la que se nos ayuda a comprender que el mundo que fabricamos proviene de nuestros pensamientos de ataque, y todo lo que vemos, entregado al Espíritu Santo para que lo reinterprete por nosotros, puede ser un recordatorio de que podemos elegir ver el mundo de otra manera. Este proceso, como ya hemos visto, y lo veremos muchas veces, implica cambiar nuestra percepción del problema y, por lo tanto, nuestra comprensión de lo que más nos conviene, del «cuerpo» a la «mente». Lograr tal cambio perceptivo es el objetivo principal de estas lecciones, sin mencionar el Curso de Milagros en sí mismo.
El ego ve el significado y el propósito de todo en el mundo como una oportunidad para satisfacer sus necesidades de especialismo. Jesús, por otro lado, ve oportunidades, una vez que nuestra decisión inicial fue cometer el error de escuchar al ego, de acudir a él en busca de ayuda y entonces Jesús pueda enseñarnos que hay otra manera de ver todo. Esta otra forma de ver, resumida en los tres pasos del perdón en la Lección 23, es darse cuenta de que lo que vemos fuera es una proyección de lo que primero hemos visto dentro. Una vez más, Jesús nos está enseñando a cambiar nuestra atención del cuerpo a la mente.
Aprendemos que nuestras percepciones, y la forma en que organizamos nuestro mundo personal y nos relacionamos con los demás, se basan en la premisa de que tenemos un ego que debe ser tratado de cierta manera; que tenemos necesidades definidas basadas en nuestra existencia separada que dictan cómo debemos ver nuestro mundo, especialmente las personas en él. Ahora que tenemos un maestro que nos muestra que lo que percibimos afuera es una proyección de un pensamiento interno, podemos cambiar este pensamiento cambiando de maestro. El mundo ahora tiene un gran significado para nosotros, ya que su nuevo propósito se ha convertido en nuestro salón de clases, en el que aprendemos de nuestro nuevo maestro sus lecciones de perdón.
Cuando Jesús dice que el propósito es todo, quiere decir que hay dos: el propósito del ego de enraizarnos en este mundo para que nuestra individualidad - localizada en la mente - esté a salvo; y el propósito del Espíritu Santo de que nos demos cuenta de que no hay mundo, porque no hay nada en nosotros que necesite defensa. Por lo tanto, es el nuevo propósito del mundo ayudarnos a aprender ese hecho feliz, que es nuestra salvación de nuestra creencia en la culpa. “Percepción y elección” en el texto resume el doble propósito de nuestra mente dividida:
“Pero este mundo fue construido por dos hacedores que no lo ven de la misma manera. Para cada uno de ellos el mundo tiene un propósito diferente, y es el medio perfecto para apoyar el objetivo para el que se percibe...En el mundo al que el error dio lugar existe otro propósito porque el mundo tiene otro Hacedor que puede reconciliar el objetivo del mundo con el propósito de Su Creador. En Su percepción del mundo, no hay nada que no justifique el perdón y la visión de la perfecta impecabilidad” (T-25.III.3:3-4; 5:1-2)
Así es el mundo real del perdón hecho por el Espíritu Santo como corrección y sustituto del mundo de culpa y odio lleno de errores del ego.
(2:1) «Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como significativo desde el punto de vista de los objetivos del ego.»
Esta idea no podría haberse expresado más claramente. Los "objetivos del ego", como hemos visto, son una expresión de la necesidad de preservar tu propia identidad, individualidad y especialismo. A través de los ejercicios de búsqueda mental debes darte cuenta de lo cierto que es eso. Observe la manera en que piensas acerca de las cosas a lo largo del día - no necesariamente toda tu vida, sólo tu día; cómo todo está organizado alrededor de lo que satisfará sus necesidades, lo que te hará sentirte bien física y emocionalmente. Luego, observa cómo esas necesidades distorsionan la forma en que percibes el mundo. De hecho, ¡son esas mismas necesidades de especialismo las que te hacen creer que estás percibiendo el mundo en absoluto!
(2:2-4) «Estos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene, ya que tú no eres el ego. Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. Consecuentemente, no puedes sino hacer un uso indebido de ello.»
Esta es una declaración extremadamente importante. El «tú» del que habla Jesús no es el ego - el yo físico o psicológico; es a lo que nos hemos referido como el tomador de decisiones que se encuentra en la mente. Jesús hace lo mismo en el texto, como ya hemos visto, cuando pregunta retóricamente: “¿Quién es el "tú" que vive en este mundo?” (T-4.II.11:8). Esta lección en los inicios de nuestro entrenamiento es donde comenzamos a establecer el escenario para des-identificarnos o desasociarnos de este yo del ego y darnos cuenta de que el «tú» al que Jesús se está refiriendo se encuentra en la mente.
En virtud de haber elegido al maestro errado ahora inevitablemente nos identificaremos incorrectamente. En consecuencia, vamos a no entender, malinterpretar y distorsionar todo lo que sucede a nuestro alrededor porque nuestras percepciones estarán orientadas a cumplir el propósito de preservar esa identificación. La culpa asociada con nuestras relaciones especiales es así reforzada, porque estamos haciendo un uso indebido de todos y de todo. Esta culpa parece tan enorme que nunca nos vamos a permitir a nosotros mismos mirar a lo que estamos haciendo.
Por eso es tan importante cambiar de maestros y permitir a Jesús que mire a nuestra culpa con nosotros. Permitirle que mire con nosotros a nuestras percepciones erradas, usos equivocados, distorsiones y ataques, y él nos ayudará a darnos cuenta de que provienen de un error. Cuando nos unimos con Jesús se deshace el error de la separación del amor.
(2:5) «Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos.»
Cuando nos demos cuenta de lo que estamos haciendo, inevitablemente cambiaremos el objetivo. En el texto, Jesús refleja este cambio como el cambio de la relación profana a la santa; una relación cuyo propósito era la culpa o la ilusión se convierte en una cuyo propósito es el perdón o la verdad - el abandono de la culpa:
“Y así como la relación no santa es un continuo himno de odio en alabanza de su hacedor, así también la relación santa es un feliz cántico de alabanza al Redentor de las relaciones.
La relación santa…es la relación no santa de antes, pero transformada y vista con otros ojos.” (T-17.V.1:7-2:2)
(3) «Otra forma de describir los objetivos que ahora percibes es decir que sólo tienen que ver con tus intereses "personales". Pero puesto que no tienes intereses personales, tus objetivos en realidad no guardan ninguna relación con nada. Al abrigarlos, por lo tanto, no estás abrigando ningún objetivo en absoluto. Por consiguiente, no sabes cuál es el propósito de nada.»
"Personales" se encuentra entre comillas porque no existe lo "personal". Dentro del sueño, tener intereses personales significa que tengo intereses que están separados de los tuyos. Esto sólo puede ser cierto si la separación fuera real. Sin embargo, si las mentes están unidas, no pueden existir los intereses personales; sólo el único interés que compartimos como el Hijo uno de Dios de despertar de este sueño y regresar a casa.
Una lectura atenta y reflexiva de estas líneas está destinada a generar una tremenda ansiedad, y esto ciertamente sería la consecuencia de un ligero entendimiento. Jesús está diciendo que no tienes intereses personales, y ¿eso dónde te deja a ti sino en ninguna parte? En esencia esto significa que tú ni siquiera existes. Por cierto, «personal» en este contexto tiene el mismo significado que «especial».
Una vez más, Jesús no te está pidiendo que aceptes sus palabras y que vivas como si fueran la verdad; solo te está pidiendo que comiences a comprender la locura de tu pensamiento y de tus percepciones distorsionadas porque estás literalmente creyendo y viendo lo que no se encuentra ahí. Si no cuestionas estas creencias y percepciones, aunque solo sea intelectualmente, nunca estarás listo para abrirte a recibir la respuesta que se encuentra esperando por ti. Por lo tanto, debes observar tus pensamientos cotidianos, momento a momento, y darte cuenta de cómo provienen de todo lo que Jesús está hablando. Todos se basan en preservar un objetivo del ego, que es tu propia identidad. Esto quiere decir que a ti en realidad no te importa nadie o nada más sino que únicamente estás interesado en satisfacer tus necesidades y en cumplir tus objetivos.
(4) «Antes de que puedas entender los ejercicios, es necesario un pensamiento adicional. En los niveles más superficiales reconoces el propósito de todas las cosas. Sin embargo, el propósito de algo no se puede entender en esos niveles. Por ejemplo, entiendes que el propósito de un teléfono es hablar con alguien que no se encuentra físicamente en tu proximidad inmediata. Lo que no comprendes es para qué quieres ponerte en contacto con él. Y es eso lo que hace que tu contacto con él sea o no significativo.»
Todos somos conscientes de los propósitos superficiales, pero no somos conscientes de los verdaderos propósitos subyacentes a ellos. Usando el ejemplo del teléfono, el «verdadero» propósito de la llamada es proporcionar una oportunidad para que reconsideremos el objetivo del ego de intereses separados a favor del objetivo del Espíritu Santo de intereses compartidos o comunes. Por lo tanto, lo que hace que Un Curso de Milagros sea tan simple es que nos enseña que sólo hay dos propósitos que debemos considerar, como ya hemos discutido: el propósito del ego, que es conservar la individualidad y la separación, hacer que el mundo sea real y demostrar Jesús está equivocado; y el propósito de Jesús, que es desaprender todo lo que habíamos aprendido antes, y finalmente aceptar con humildad que él estaba en lo cierto y que estábamos equivocados - la separación de Dios fue un sueño que nunca sucedió en realidad.
(5:1) «Es fundamental para tu aprendizaje que estés dispuesto a renunciar a los objetivos que le has adjudicado a todas las cosas.»
Recuerda, debido a que el objetivo que has establecido para todo es la preservación de tu individualidad, Jesús te está pidiendo que abandones este propósito. Es por eso que estas lecciones son tan difíciles, y nuestros egos deben considerarlas como extremadamente amenazadoras.
El resto de la lección subraya un punto que ya hemos visto: las ilusiones siguen siendo ilusiones, independientemente de los atributos que proyectemos en ellas. Desde el punto de vista del ego, todas las ilusiones - «buenas» o «malas», «importantes» o «no importantes», «humanas» o «no humanas» - sirven el único propósito de convencernos de que ellas «son» lo que «no» son. Esta es la razón por la cual nosotros nos sabemos para qué son. Estas frases aparentemente simples continúan nuestro entrenamiento mental de la mano de Jesús para ayudarnos a no hacer distinciones entre las ilusiones, aprendiendo en cambio a hacer la única distinción que es válida - entre los propósitos del ego y los del Espíritu Santo:
(5:2-6:8) «Reconocer que dichos objetivos no tienen sentido, en vez de considerarlos como "buenos" o "malos", es la única manera de lograrlo. La idea de hoy es un paso en esa dirección. Hoy se requieren seis sesiones de práctica, cada una de dos minutos de duración. Comienza cada sesión repitiendo la idea de hoy lentamente, luego mira a tu alrededor y deja que tu mirada se pose sobre cualquier cosa que te llame la atención, esté lejos o cerca, sea "importante" o "nimia", "humana" o "no humana". Mientras tus ojos descansan sobre cada objeto así seleccionado, di, por ejemplo: No sé para qué es esa silla. No sé para qué es ese lápiz. No sé para qué es esta mano. Dilo lentamente, sin apartar los ojos del objeto hasta que hayas terminado la frase. Pasa luego al siguiente y aplica la idea de hoy de la misma manera.»
Una declaración más sofisticada de esta enseñanza de la naturaleza ilusoria de todo se encuentra en el siguiente pasaje del texto, que describe la locura compartida de nuestras relaciones especiales - nuestras "míseras e insensatas substituciones":
“Tus míseras e insensatas substituciones, trastocadas por la locura y formando torbellinos que se mueven sin rumbo cual plumas arrastradas por el viento, son insubstanciales. Se funden, se juntan y se separan, de acuerdo con patrones cambiantes que no tienen sentido y que no tienen que ser juzgados en absoluto. No tiene objeto juzgarlos individualmente. Las insignificantes diferencias que en lo relativo a la forma parece haber entre ellas no son diferencias reales en absoluto. Ninguna de tus substituciones tiene importancia. Eso es lo único que tiene en común, nada más. Sin embargo, ¿qué otra cosa es necesaria para hacer que todas sean lo mismo?” (T-18.I.7:6-12)
Reconocer la falta de significado inherente de todo nos permite aceptar el propósito del Espíritu Santo, dejando espacio para que Su verdad pueda ser usada como un reemplazo de las ilusiones del ego.
Ahora estamos listos para pasar al siguiente segmento de nuestro entrenamiento: comprender la relación entre nuestros pensamientos de ataque y nuestras percepciones de ataque."
Un curso de milagros L.pI.25 www.celebrandoelmilagro.com
Lección 25 Comentada por Oscar Gómez Díez
No sé cuál es el propósito de nada.
La mente que quiere aprender, que quiere sanar, debe dar un primer paso, un paso humilde. Debe reconocer que no sabe nada, que lo que "sabía" se lo había enseñado el maestro equivocado, el ego, y que el resultado de esas enseñanzas solo le produjeron dolor, culpa, miedo, carencias, enfermedades.
Si no percibo lo que más me conviene, si que menos voy a saber cuál es el propósito de las cosas de este mundo. Jesús nos dice que "Propósito es significado." Recordemos las primeras lecciones, las cosas que vemos carecen de significado.
Por significado entendemos "el concepto, idea o contenido que atribuimos a una cosa." es el contenido mental que representa algo, una interpretación. Por propósito entendemos la intención de hacer algo, o la finalidad de las cosas. Por ejemplo, ¿cuál es el propósito de la vida? , ¿cuál es el propósito de esta experiencia? "La idea de hoy explica por qué nada de lo que ves tiene significado. No sabes para qué es. Por consiguiente, no tiene significado para ti." Si no se cual es la finalidad de las cosas, tampoco sabré cuál es su significado.
La mente que cree saber, no estará abierta a qué el amor y la verdad naveguen en su corazón y lo sanen. Hemos permitido que el ego le asigne propósito y significado al mundo y creemos que esa es la realidad. Pero la verdadera realidad subyace tras el velo que el ego ha tendido. Correr ese velo y contemplar el amor y la paz que está más allá de toda apariencia y dolor, solo es posible si le retiramos todo propósito y significado al mundo que vemos. No es posible ver dos mundos a la vez.
"Todo existe para tu beneficio. Para eso es para lo que es; ése es su propósito; ése es su significado. Al reconocer esto, tus objetivos se unifican. Al reconocer esto, lo que ves cobra significado." Este postulado de que todo existe para nuestro beneficio, implica renunciar a juzgar todo lo que nos ocurra. Todo debe ser reinterpretado desde el amor y el perdón. Al hacer esto tendré un solo propósito, regresar a mi Fuente, volver al Amor, despertar de este sueño de separación.
Cuando reconozcamos que todo sucede para nuestro bien, que cualquier situación la podemos reinterpretar desde el amor, como una oportunidad para perdonar y sanar, en ese momento y solo en ese momento, sabremos que el propósito de todo era recordar el Amor que somos, sanarnos y ayudar a sanar a nuestros hermanos, reconocernos para volver a Ser, regresar a la unicidad de la que siempre hemos pertenecido.
"Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como significativo desde el punto de vista de los objetivos del ego. Estos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene, ya que tú no eres el ego." Lo que Jesús nos quiere enseñar en esta lección, es que hay dos formas de mirar el mundo: la del ego y la del Espíritu Santo. Y sus objetivos son totalmente opuestos: El ego nos lleva a mirar ilusiones, el Espíritu Santo a la verdad. El ego divide y multiplica, el Espíritu Santo unifica. El ego nos confunde con múltiples propósitos, el Espíritu Santo nos muestra un solo propósito.
"Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. Por ende, no puedes sino hacer un uso indebido de ello. Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos." El mundo no tiene ningún propósito, ninguna finalidad, ningún significado. Solo cuando comprendamos esto, le podemos retirar todo significado a las cosas del mundo, y comenzar a ver lo que tiene verdadero significado: Dios y Sus creaciones.
El ego nos hace creer que existimos cómo entidades individuales, separadas de los demás, con intereses específicos, Jesús nos recuerda que no tenemos intereses "personales", abrigar esta creencia es no saber el propósito de nada, pues nosotros no somos un ego.
También se nos precisa que a nivel superficial, al nivel del mundo creemos entender el significado o el propósito de las cosas, y si no lo sabemos consultamos un diccionario. Lo que no sabemos es la finalidad, el propósito profundo, lo que subyace más allá de la percepción, más allá de las formas, que es lo que hace que algo sea verdaderamente significativo.
"Es fundamental para tu aprendizaje que estés dispuesto a renunciar a los objetivos que les has adjudicado a todas las cosas. Reconocer que dichos objetivos no tienen sentido, en vez de considerarlos como “buenos” o “malos”; es la única manera de lograrlo. La idea de hoy es un paso en esa dirección.” El propósito de esta lección es renunciar a los objetivos del mundo, retirándole el significado que le habíamos asignado, reconociendo que no tienen ningún valor.
PRACTICA:
Seis sesiones de práctica de 2 minutos cada una.
Fijémonos cómo se viene incrementado la frecuencia y la intensidad de las prácticas.
Se comienza repitiendo lentamente la idea de hoy:
"No sé cuál es el propósito de nada."
"luego mira a tu alrededor y deja que tu mirada se pose sobre cualquier cosa que te llame la atención, esté lejos o cerca, sea “importante” o “nimia”, “humana” o “no humana”."
"Mientras tus ojos descansan sobre cada objeto así seleccionado, di, por ejemplo:"
"No sé para qué es esa silla."
"No sé para qué es ese lápiz."
"No sé para qué es esta mano.""Dilo lentamente, sin apartar los ojos del objeto hasta que hayas terminado la frase. Pasa luego al siguiente y aplica la idea de hoy de la misma manera."
Debemos reconocer que yo no soy el ego, la personalidad ni el personaje, no soy la suma de mis intereses "personales", soy mucho más que eso. Pero para ello debemos elegir. Debemos elegir contemplar el miedo o el amor, el conflicto o la paz, el sufrimiento o la felicidad. El que elijamos es lo que contemplaremos, será lo que experimentaremos
El propósito mayor es despertar del sueño y estar al lado de nuestro Padre que siempre nos ha arropado con Su inmenso Amor.
Un curso de milagros L.pI.25 www.celebrandoelmilagro.com
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!

_20240730_001121_0000.png)