LECCIÓN 89 Segundo Repaso

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LECCIÓN 89

Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:


1.    (77)  Tengo derecho a los milagros.


2 Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios. 3 Sus Leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros. 4 Aceptaré los milagros en lugar de los resentimientos, los cuales no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se encuentran tras ellos. 5 Ahora aceptaré solamente aquello a lo que las Leyes de Dios me dan derecho, de manera que pueda usarlo en beneficio de la función que Él me ha dado.


2.    Puedes usar las siguientes sugerencias para las aplicaciones concretas de esta idea:


2 Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho.

3 No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho.

4 Visto correctamente, esto me ofrece un milagro.


3.    (78)  ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!


2 Mediante esta idea uno mi voluntad a la del Espíritu Santo y percibo las dos cual una sola. 3 Mediante esta idea acepto mi liberación del infierno. 4 Mediante esta idea expreso que estoy dispuesto a que todas mis ilusiones sean reemplazadas por la verdad de acuerdo con el plan de Dios para mi salvación. 5 No haré excepciones ni substituciones. 6 Lo que quiero es todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha dispuesto que lo tenga.


4.    Las variaciones que pueden resultar útiles a la hora de aplicar concretamente la idea son:


2 No quiero mantener este resentimiento separado de mi salvación.

3 [Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos.

4 Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos.








AUDIOS de la Lección 89
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 89
A través de Mariano Noé


Ocurrir de la Lección 89
a través de Martin Musarra


Lección 89 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda



LECCIÓN 89








LECCIÓN 89

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús nos dice:
Estas son las ideas que vamos a repasar hoy:

1. (77) Tengo derecho a los milagros.

_“Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios”_, nos dice Jesús.

Las leyes de Dios nos hablan de amor, de unión, de que dar es lo mismo que recibir, de inocencia, de libertad, de paz, de felicidad, de inocencia. A esto es a lo que tenemos derecho por ser Hijos de Dios. Pero no lo creemos. Tenemos, como hemos visto, un problema de identidad: no sabemos quiénes somos. Somos dignos del Amor de Dios. Y, Dios, quiere, para nosotros, lo mejor. Quiere que seamos felices porque todo lo relacionado con el sufrimiento, con el sacrificio, con el dolor no forma parte del Hijo de Dios. Es decir, quiere que aceptemos los milagros y nos sintamos merecedores de ellos. 

Recordemos lo que son los milagros. Los milagros son una corrección en nuestra manera de pensar del pensamiento del ego fundamentada en el pecado o separación, la culpa y el miedo; el milagro es el resultado de haber decidido correctamente pues se ha escogido al Espíritu Santo como nuestro maestro; es la conciencia de que dar y recibir es lo mismo; el milagro es justo, no excluye a nadie; el milagro es todo lo opuesto al ego desde cualquier punto de vista pues corrige el sistema de pensamiento del ego, etc.  Las leyes de Dios me liberan de todos los resentimientos que me mantienen ligado al pasado que no quiero perdonar. Pero, me puedo decidir a hacerlo ahora con la ayuda del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, si acudimos a Él, y le permitimos que corrija nuestra manera de pensar, llenará nuestra mente de milagros. Esto implica que le llevemos todos nuestros errores y resentimientos para que los corrija en el proceso de la Expiación, de tal manera, que podamos ver con los ojos del amor y no del miedo, proceso este que va acompañado del perdón. Es la única manera de sanar nuestra mente y poder decir tengo derecho a los milagros.

Jesús, nos dice que podemos usar las siguientes sugerencias para las aplicaciones concretas de esta idea:

Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho.

Cualquier situación, por más difícil que aparente ser, puede convertirse en una oportunidad para perdonar y convertirla en un milagro al que tengo derecho. Los resentimientos ocultan la luz que me habita que se une a la visión con la cual puedo encontrar los milagros. Es cuestión de decidirme ahora a no hacerle caso al ego y aceptar la dirección del Espíritu Santo y de Jesús.

No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho.

Mi hermano, tiene derecho a los milagros. Los resentimientos que tengo con él me mantienen en el pasado y no reconozco como es en el presente. Hoy, renuncio al lugar en el que lo he colocado como chivo expiatorio de todas mis proyecciones de culpa y miedo.  Quiero ver la luz que hay en él.

Visto correctamente, esto me ofrece un milagro.

Cualquier situación, si la veo con la guía del Espíritu Santo y de Jesús y no del ego, puede ofrecerme un milagro. Necesito tener mente abierta, saber esperar y no anticiparme a hacer juicios.  

2. (78) ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!

Los resentimientos nos mantienen, una y otra vez, en la reiteración de la separación de mi hermano y, por ende, de Dios. No quiero soltar el conflicto. Y, por lo tanto, no quiero aceptar los milagros a los que tengo derecho como Hijo de Dios. Prefiero seguir en mi papel de víctima pues con ello creo estar eximido de mi propia responsabilidad en lo que me sucede. Jesús nos dice: ¡Alto! Dios no quiere que sufras. El sufrimiento no es la Voluntad de Dios para Su Hijo. Puedes reemplazar los resentimientos por milagros, si así lo deseas. Sólo tienes que reconocer que estabas equivocado y pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Él. 

Dios, tiene un plan para mi salvación. Se trata de aceptarlo y confiar en Él. Queremos hacer las cosas a nuestra manera y nos equivocamos y sufrimos por ello. Pero, podemos asumir nuestra responsabilidad: aceptar la Expiación para nosotros mismos y, de esa manera, reemplazar los resentimientos por milagros.

Jesús, nos dice que las variaciones que pueden resultar útiles a la hora de aplicar concretamente la idea son:

No quiero mantener este resentimiento separado de mi salvación.

No quiero guardar resentimientos. No quiero excluir ningún resentimiento del perdón. Para el ego hay cosas imperdonables que alimentan los resentimientos. Con el Espíritu Santo y Jesús, como guías, no hay nada que no pueda ser perdonado, si esa es mi decisión de hacerlo.

[Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos.

Me decido a ver a mi hermano como el Hijo de Dios, el Cristo, el Ser que es.  Reconozco mi verdadera identidad en él. Cuando lo veía con el ego, lo veía como objeto de mis resentimientos. Ahora, me decido a verlo con la visión de Cristo y lo veo lleno de milagros.

Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos.

Detrás de cualquier situación que me cause infelicidad, a partir de los resentimientos, se puede encontrar mi decisión de perdonar y de sanar mi mente. Con el perdón corrijo mi mente y se produce el milagro que reemplaza todos los resentimientos.


Les recomiendo leer la introducción al Segundo repaso y hacer la lección como se les propone de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Sin olvidarse de reír, porque la Voluntad de Dios, para nosotros es que tengamos perfecta felicidad.

¡Muchas, muchísimas, bendiciones!
Jorge Luis Álvarez Castañeda

Kenneth Wapnick 

Lección 89
 (Repaso II )

"Este repaso contiene dos lecciones que tratan específicamente sobre los milagros.

📘 (1:1) (77) «TENGO DERECHO A LOS MILAGROS.» 

Esta declaración corrige la afirmación del ego de que tenemos derecho al castigo por nuestro pecado. Jesús nos enseña que tenemos derecho a la corrección amorosa que el milagro otorga a nuestras torturadas y aterrorizadas mentes.

🔹(1:2-3) «Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios. Sus leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros.» 

Las leyes de Dios son una expresión en nuestro sueño del principio de Expiación. Su ley en el Cielo es la Unicidad de Su Amor. Como se refleja aquí, es el pensamiento que dice que la separación nunca ocurrió, expresada en el reconocimiento de que los resentimientos que abrigamos contra los demás - nuestros pecados de los cuales acusamos a todos los demás - tampoco han ocurrido. Por lo tanto, los "pecados" de nuestro hermano no han tenido efecto en nosotros. Elegir a Jesús como nuestro maestro y el milagro como la corrección nos ayuda a darnos cuenta de que todo lo que se abriga contra los demás se abriga secretamente contra nosotros mismos. Sin embargo, esto no ha cambiado nuestra realidad.

🔹(1:4-5) «Voy a aceptar los milagros en lugar de los resentimientos, los cuales no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se encuentran tras ellos. Voy a aceptar ahora solamente aquello a lo que las leyes de Dios me dan derecho, de manera que pueda usarlo en beneficio de la función que Él me ha dado.» 

El punto importante, enfatizado una y otra vez, es que elegimos abrigar agravios porque tenemos miedo del amor en nuestras mentes, porque en su presencia nuestra existencia especial desaparece. Por lo tanto, nuestros resentimientos son intencionales, y hasta que cambiemos nuestro propósito - de permanecer dormidos a despertar - los resentimientos persistirán, si no conscientemente, y luego permanecerán ferozmente activos en las bóvedas de culpa mucho más allá de nuestra conciencia. Nuestra función de perdón también permanecerá oculta para nosotros mientras continuemos obedeciendo las leyes del ego de culpabilidad y proyección en lugar de la ley de Dios, reflejada en el milagro del Espíritu Santo.

Las aplicaciones específicas del día siguen directamente de la enseñanza de la lección:

🔹(2:2-4) «Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho. 
No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho. 
Visto correctamente, esto me ofrece un milagro.» 

Una vez más observamos la simplicidad del mensaje de Jesús: sin fórmulas ni ejercicios complicados; sin metafísica ni teología intrincadas. Todo lo que necesitamos hacer es observar, con su amable amor gentilmente a nuestro lado, cómo nuestros juicios nos alejan de la paz que tan fervientemente deseamos. Cada circunstancia a lo largo del día nos ofrece la oportunidad de perdonarnos a nosotros mismos eligiendo el milagro en lugar de un resentimiento. La verdadera percepción de Jesús - la visión de Cristo - es ahora nuestra para pedir y aceptar. Quizás hoy.

📘(3:1-2) (78) «¡QUE LOS MILAGROS REEMPLACEN TODOS MIS RESENTIMIENTOS! Mediante esta idea uno mi voluntad a la del Espíritu Santo y percibo las dos cual una sola.» 

Recuerda, la separación comenzó con el pensamiento de que nuestra comprensión de la diminuta y alocada difería de la del Espíritu Santo. En ese instante, no solo dijimos que nuestra voluntad estaba separada de la de Dios, sino también separada del Espíritu Santo - sabemos mejor que Él. Después de todo, nuestra existencia misma es una prueba de que logramos lo imposible, así que Él está equivocado y nosotros tenemos razón. No hace falta decir que llevamos esta postura arrogante de "tener la razón" a los eventos específicos de nuestras vidas específicas. En algún momento, sin embargo, nos damos cuenta de que tiene que haber otra manera, y que tener razón no nos ha traído felicidad. Nos damos cuenta de que somos felices porque estábamos equivocados, cuando volvemos al punto de elección en nuestras mentes y le pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a ver la situación de otra manera: Su manera en lugar de la nuestra. Llegamos a reconocer que percibir intereses separados es la fuente de nuestro dolor, mientras que aceptar los intereses compartidos de los Hijos de Dios es cómo encontramos felicidad y paz, incluso en medio de un mundo de miseria y muerte.

🔹(3:3-4) «Mediante esta idea acepto mi liberación del infierno. Mediante esta idea expreso que estoy dispuesto a que todas mis ilusiones sean reemplazadas por la verdad de acuerdo con el plan de Dios para mi salvación.» 

Al elegir perdonar en lugar de condenar, ver la verdad de nuestra igualdad inherente en lugar del ilusorio mundo de diferencias del ego, elijo dejar mi morada en el infierno por mi lugar legítimo a la diestra de Dios, junto con toda la Filiación: el Cristo tal como Dios lo creó.

Las siguientes dos oraciones proporcionan declaraciones claras de la decisión de no ser especial:

🔹(3:5-6) «No haré excepciones ni substituciones. Lo que quiero es todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha dispuesto que lo tenga.» 

Ya no queremos hacer sustitutos del amor de Jesús, diciendo que su amor no es suficiente, pero que el amor, la atención y la devoción de otra persona sí lo son. Ya no queremos afirmar que somos felices cuando podemos estar enojados y encontrar docenas que justifiquen nuestros resentimientos. Nos damos cuenta de que esta locura no nos hace pacíficos, lo que sólo ocurre cuando recordamos que el Hijo de Dios es uno, y que no existen diferencias significativas entre los fragmentos aparentes de la Filiación. Prometemos ahora que esta es la lección que deseamos aprender: la universalidad de las mentes correctas y erradas del Hijo y la unicidad del amor del Cielo. Deseamos aprender esto, y nada más, y así lo decimos felizmente a lo largo del día:

🔹(4:2-4) «No quiero excluir este resentimiento de mi salvación. 
[Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos. 
Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos.»

Cuando seamos tentados a estar molestos por algo en este mundo - lo cual refleja un resentimiento - se nos pide que comprendamos que esto no nos hace felices. Por lo tanto, en su lugar elegimos el milagro de la corrección para asegurarnos de que nuestras lágrimas de miseria sean reemplazadas por lágrimas de gratitud y esperanza. Al permitir que los milagros reemplacen todos los resentimientos, dejamos que estas lágrimas de dicha limpien todo sufrimiento y dolor. ¿Quién podría desear algo más?"

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martinez.



LECCIÓN 89

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

 Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:

(77) “Tengo derecho a los milagros.”

(78) “¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!”

Si observamos detenidamente estas dos lecciones de repaso  veremos que tienen como denominador común el tema de los milagros. Los milagros como derecho y los milagros como mecanismo que me llevan de mis resentimientos a mi paz; del conflicto, la ira y el ataque a la sanación de mis emociones no amorosas. 

(77) “Tengo derecho a los milagros.”

No existe un derecho divino que juzga, condena y castiga. Entonces que entendemos por "Tengo derecho a los milagros?" significa que lo que Dios me ha dado fue para siempre, pues me creó a Su semejanza. 

Esta idea es una respuesta al concepto de justicia del ego. El ego parte del principio que ofendimos a Dios por la separación, que somos pecadores, y por lo tanto, culpables y merecedores de castigo. El sistema judicial del mundo es una recreación de los arquetipos originados tras la separación. Proyectamos sobre los otros nuestras culpas y miedos, por lo tanto, son culpables y merecen castigo. Nosotros "los inocentes" tenemos derecho a castigar a los "culpables". Es la recreación dual de la lucha de los "buenos" contra los "malos", lo vemos todos los días en las películas y en los conflictos políticos y sociales, y en general en todas nuestras relaciones que están mediadas por juicios. "Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios." significa salir de la lógica dual del mundo y asumir que soy inocente, por ser el perfecto Hijo de Dios y solo me gobiernan las leyes del Amor. 

Los milagros son un reflejo del Amor de Dios en este mundo, y me están recordando mi verdadera identidad de ser Hijo del Amor y mi función es extenderlo. Ese es mi derecho natural. De tal manera que "Sus leyes (las de Dios) me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros." Aceptar los milagros como mi derecho, significa que acepto que el amor corrija todos mis errores de percepción, esto es lo que expresa la segunda lección de repaso:

"(78) ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!" 

Esta es una declaración acerca de mi voluntad de sanarme, de liberarme del ego, y para lograrlo uno mi voluntad a la del Espíritu Santo, sigo sus amorosos consejos, perdono mis errores, trasciendo mis resentimientos y permito que el amor gobierne mi consciencia y mi vida. 

PRÁCTICA:

Recuerda aquietarte durante unos 15 minutos. Revisa las instrucciones que se nos plantea al inicio de este repaso. Recuerda también que vamos a permanecer en silencio para escuchar el mensaje del Espíritu Santo.

Las variantes de las lecciones de práctica están diseñadas para aplicarlas en situaciones especificas que podamos tener durante el día. Así que si se te presenta alguna situación no amorosa puedes decir:

(L77) 
Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho."
Una variante puede ser:
Detrás de esta enfermedad o pandemia hay un milagro al que tengo derecho.

 No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho."

"Visto correctamente, esto me ofrece un milagro."
Una variante puede ser:
Visto correctamente, esta pandemia me ofrece un milagro.

(L78) 
"No quiero mantener este resentimiento separado de mi salvación."

"(Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos."

"Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos"
Una variante puede ser:
Detrás de este conflicto, se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos. 

Estas dos lecciones que estamos repasando son una declaración de independencia respecto al ego y su sistema de creencias y una afirmación de mi verdadera identidad como Hijo de Dios. Asumir plenamente estas lecciones y practicarlas tal como nos enseña el Curso, implica que elija el amor y los milagros, que elija el perdón de mis errores, que elija al Espíritu Santo como mi único guía  El camino ha sido señalado, la decisión está en mis manos. 

TEXTO







CELEBRANDO EL MILAGRO 

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BENDICIONES!




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