LECCIÓN 174 (Repaso 157-158)

 LECCIÓN 174 (Repaso 157-158)

 LECCIÓN 174

 Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

1. (157) En Su Presencia he de estar ahora.

²Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

2. (158) Hoy aprendo a dar tal como recibo.

²Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.




AUDIOS de la Lección 174
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la introducción al 5to Repaso
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.

Lectura de la Lección 174
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.


Ocurrir de la Lección 174
a través de Martin Musarra


Lección 174
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda






































LECCIÓN 174

 

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

1. (157) En Su Presencia he de estar ahora.

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

2. (158) Hoy aprendo a dar tal como recibo.

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

Comentada por:

Jorge Luis Álvarez Castañeda

 

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

 

QUINTO REPASO


En este repaso nos estamos preparando para la segunda parte del libro de ejercicios. Jesús, nos pide que le pongamos más empeño pues de ello depende nuestra propia salvación. Este repaso nos puede ayudar a seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y con mayor fe. Tener como guía la idea central del repaso: Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


Oración


Haz la oración con toda fe. Ella te ayudará a realizar el repaso. Jesús, nos aporta una oración para que nos ayude con claridad en este repaso:


”Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aun así él sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.

_De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que siempre nos lo recordarás. Y si nos extraviamos, no te olvidarás de llamarnos de vuelta. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta llegar a Ti. Y aceptamos la Palabra que nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que nos has dado”_.

 

Jesús, nos dice que le pidamos al Padre que aplaque nuestras dudas y aquiete nuestras santas mentes. Es decir, que tengamos menos juicios, menos resentimientos y pensamientos no amorosos. Para poder escucharlo cuando le pedimos que nos hable. Sólo deseemos escucharlo. Queremos escuchar Su Palabra y hacerla nuestra.

 

Le pedimos que guíe nuestras prácticas como un padre lo hace con su hijo. Necesitamos aceptar que no sabemos nada pero que hay Alguien a nuestro lado que, si sabe y está dispuesto a ayudarnos, si se lo pedimos. Necesitamos confiar que, si nos tropezamos, nos levantará.  Si nos extraviamos y olvidamos el camino, Él nos ayudará a no perder el rumbo. Le pedimos que aligere nuestros pasos al ayudarnos a quitarnos las culpas y miedos del pasado y el futuro. Y, en esa forma, tendremos mayor certeza al tener claro el propósito de lo que hagamos. Todo esto hará que más rápido lleguemos a nuestro objetivo central: Dios. Lo que implica la aceptación de la Palabra de Dios como lo que unificará nuestras prácticas.


El pensamiento central 


El pensamiento central del repaso es:

Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.

Precede a los pensamientos a repasar que  clarifican algún aspecto del Ser que expresa ese pensamiento central. Sólo este Ser conoce el Amor, nos dice Jesús. Siempre hemos tenido el recuerdo de Dios que está en este Ser. Los Pensamientos del Ser son perfectamente congruentes: lo que piensa, lo que dice, lo que hace, son lo mismo. El Ser conoce a Su creador: acepta que fue creado por Dios y no por el ego, como el ser con minúscula, del ego. Se comprende a Si Mismo al aceptar Su Identidad como Hijo de Dios. Goza de un conocimiento y amor perfectos al estar en el Cielo con Dios y disfruta de Su Amor y conocimiento perfectos. Y nunca abandona su estado de unión con Dios, no tiene nada que ver con la separación.


Cada una de las ideas que se van a repasar clarifican algún aspecto de dicho pensamiento central o contribuye a hacerlo más significativo.


Comentarios sobre la lección 174.


En Su Presencia he de estar ahora.

 

El pensamiento central del repaso Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo está íntimamente ligado a los dos pensamientos del repaso de hoy. Jesús, nos dice que En Su Presencia he de estar ahora. Puedo estar, ahora, en la Presencia de Dios, si así lo decido. Puedo recordar que soy Amor y decidirme a estar en Su Presencia. Puedo tener un atisbo del Cielo e ir a ese santo lugar de mi mente a encontrarme con mi Ser, con el Hijo de Dios, el Cristo que soy, con el Amor que soy yo. Esto implica, como siempre, la ayuda del Espíritu Santo y el perdón pues tengo que sanar mi mente para llevar al altar de Dios, en mi mente, las azucenas del perdón. Es la ofrenda que le llevo y es la que Dios espera porque a Él no puedo llegar con odio hacia mis hermanos, hacia mí mismo y hacia Dios. 


El mundo al que regreses, después de estos momentos de instante santo, se asemeja un poco más al Cielo en todo, pues lo mirarás con la visión amorosa de Cristo. En la Presencia de Cristo podemos estar ahora para recordar que soy Amor.


Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo


Hoy aprendo a dar tal como recibo.


Si acepto que Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo, se me ha dado el Amor para que lo comparta con mis hermanos, pues esta es la única manera como lo puedo conservar. Se me ha dado el conocimiento de que soy una mente en la Mente de Dios y que no soy sino mente, que estoy libre de pecado y libre completamente de miedo al ser creado del Amor. No he abandonado mi Fuente y sigo siendo tal como Dios me creó. También, se me ha dado la visión de Cristo. 

 

El conocimiento de Cristo no se ha perdido. Sólo aguarda a que yo lo solicite: mi pequeña dosis de buena voluntad.  La visión de Cristo está regida por una sola ley: no ve el cuerpo, ve más allá del cuerpo, ve la naturaleza de espíritu del hermano que también es Amor, como yo. La tarea hoy es no ver a nadie como un cuerpo, verlo como el Hijo de Dios reconociendo que es uno conmigo en santidad. Así aprendo a dar tal como recibo. En mi hermano me veo a mí mismo. Si doy los regalos de la visión de Cristo, ésta nos contempla a nosotros desde la paz y el Amor de Dios.

 

*Proceso de práctica de la lección *


Tiempo de quietud por la mañana y por noche.


Les recomiendo leer la Introducción al QUINTO REPASO. Es muy inspiradora y nos ayuda a clarificar para donde vamos con Jesús.


Apóyate de la oración para pedir la ayuda y la presencia de Dios en estos repasos para que contribuyan a tu proceso espiritual.


El centro del repaso es asimilar esta idea: 

Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.


 Cerrar los ojos. Aquietar la mente. No engancharse en pensamientos distractores. El propósito del repaso es que logremos asimilar e integrar esta idea de verdad pues es fundamental en nuestro proceso. Lo que se busca con las ideas que se repasan es que clarifiquen la idea central, es decir, que encontremos aspectos de ella en las ideas del repaso y hacerlas más significativas.


En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta sin palabras sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz.


Tiempo mínimo 5 minutos. Ideal 30 minutos o más. 


Las ideas de hoy a repasar son:

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

En Su Presencia he de estar ahora.

 

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

Hoy aprendo a dar como recibo.


Recordatorios cada hora.


1 o 2 minutos a la hora en punto.

Repite la idea recordando que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza.

Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. Dale gracias por los regalos de la hora que ha pasado. Y deja que Su Voz te diga lo que Él quiere que hagas en esta hora que empieza.


Respuesta a la tentación.


Cada vez que sientas la tentación de  desconocer el Hijo de Dios que eres, que necesitas perdonar y que estás perdiendo la paz, repite las ideas del día.



Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la Introducción al QUINTO REPASO y realizar la lección de la mano de Jesús y el Espíritu Santo tal como se les propone. Y sin olvidarse de reír, pues la Voluntad de Dios para nosotros es perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda















LECCIÓN 174


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


PRÁCTICA:


Aquiétate durante 5 minutos como mínimo, o hasta 15 o 30 minutos, de acuerdo a tu disposición, en dos ocasiones  en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la  otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo  en tu consciencia las siguientes palabras:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


1. (157) "En Su Presencia he de estar ahora."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 

 

(158) "Hoy aprendo a dar tal como recibo."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


Y en la medida que te relajas, y en profundo silencio interior, con mucha fe y convicción reconoces el Amor de Dios y que tú también lo eres por ser Su Hijo bien amado, así que pídele al Espíritu Santo que te ayude a experimentar el amor que eres, y te lleve a contemplar a Dios, y en medio de la quietud y el  silencio déjate ir, poderosos compañeros te guiarán. 


PRÁCTICAS CORTAS Y FRECUENTES:


Nos sentaremos un par de minutos cada hora, en silencio a reiterar nuestro único propósito de recordar y aceptar a Dios,  reconociendo que Su Amor es también el mío, solo debo aceptarlo, y permitirme experimentarlo, y en silencio y quietud nos decimos:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


1. (157) "En Su Presencia he de estar ahora."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 

 

(158) "Hoy aprendo a dar tal como recibo."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


PENSAMIENTO CENTRAL:


Recordemos que tenemos un pensamiento central a lo largo de los 10 días de repaso:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


 Utilizaremos este pensamiento central antes y después de cada una de las 2 lecciones de repaso, como si las estuviéramos envolviendo en esta idea  central, con el propósito de "mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día."


La intensidad que se nos pide para la práctica es cada vez mayor: "con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día."


Recordaremos y repetiremos este pensamiento a lo largo del día, lo utilizaremos como como si se tratara de un mantra, o como si estuviéramos practicando un rosario. 


OREMOS PIDIENDO GUÍA EN NUESTRAS PRÁCTICAS: 


Para ello haremos diariamente a lo largo de este repaso la siguiente oración en la que pedimos guía y fortaleza a Dios:


"Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino."

"De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado."

Amén. 


En este mundo de cuerpos separados, y muchas veces en conflicto, en el que experimentamos miedos y necesidades, cuando damos nuestros primeros pasos de sanación interior,  no es muy  difícil comprender que todo lo que hago, digo respecto al mundo y a los otros, me lo estoy haciendo o diciendo a mi mismo. Los otros, el mundo, no son más que una proyección mental de mis propias culpas inconscientes que busco deshacerme de ellas, proyectándolas, de ahí que solo percibo mis propias imágenes, mis propios pensamientos que el espejo del mundo me refleja. Pero cuando acepto la presencia del amor en mi mente, cuando acepto la presencia del Espíritu Santo y su amorosa guía, cuando recibo la luz sanadora de los milagros y el perdón, entonces puedo elegir decir: "Hoy aprendo a dar tal como recibo." pues he aprendido a discernir entre lo amoroso y lo que no lo es, me reconozco en mis hermanos, avanzo hacia la unidad, y el Amor se convierte en mi propósito, en mi anhelo, por lo que proclamo desde el fondo de mi corazón: "En Su Presencia he de estar ahora." pues he aceptado que el Amor y yo somos Uno, siempre lo hemos sido y siempre lo seremos, gracias Padre por recordármelo. 




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BENDICIONES!




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