Índice de la Lección 27
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LECCIÓN 27
Por encima de todo quiero ver.
1. La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. ²Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos. ³Quizá te sientas indeciso con respecto a si usar esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente quieres. ⁴Eso no importa. ⁵El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar un poco más el momento en que esta idea sea completamente verdadera para ti.
2. Puede que sientas una gran tentación de creer que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices que por encima de todo quieres ver. ²Si te sientes incómodo por la falta de reserva que esta idea entraña, añade:
³La visión no le cuesta nada a nadie.
⁴Si el temor a perder algo aún persiste, di además:
⁵Tan sólo puede bendecir.
3. Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces para obtener el máximo beneficio. ²Se debe repetir por lo menos cada media hora, e incluso más si es posible. ³Puedes intentarlo cada quince o veinte minutos. ⁴Se recomienda que al despertarte o poco después, establezcas un horario fijo según el cual vas a repetir la idea de hoy, y que trates de adherirte a él durante todo el día. ⁵No te será difícil hacerlo, aun si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue el momento de repetirla. ⁶Siempre se puede repetir una frase corta silenciosamente sin que ello interfiera en nada.
4. Lo que realmente importa es: ¿con qué frecuencia te vas a acordar? ²¿Hasta qué punto quieres que esa idea sea verdad? ³Si contestas una de estas preguntas habrás contestado la otra. ⁴Probablemente te saltarás algunas prácticas, o tal vez muchas. ⁵No dejes que eso te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario establecido de ahí en adelante. ⁶Si sientes que una sola vez durante todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo.
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Comentario por Jorge Luis Álvarez Castañeda
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LECCIÓN 27 Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda
Por encima de todo quiero ver.
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
El título de la lección nos lleva a pensar ¿Qué será aquello tan importante que quiero ver que está por encima de todo? Tiene que ser muy valioso para considerarlo así. Pues bien. Se trata de la visión, también llamada la visión de Cristo o la percepción verdadera. Es la percepción de Cristo o del Espíritu Santo que ve más allá del cuerpo hacia el espíritu que es nuestra verdadera identidad. Ve inocencia y santidad. No ve separación, no ve miedo ni culpa. Perdona todo lo que ve y lo bendice con milagros. Es una visión puramente interna, no tiene que ver con lo físico. Es mirar con los ojos de Cristo todo lo que nos rodea. Proviene de la mentalidad correcta que es la parte de nuestras mente que no se cree separada, contiene el Espíritu Santo y no obedece al ego. Utiliza el perdón y los milagros.
Jesús, quiere que seamos conscientes de la importancia de ver con los ojos de Cristo para ver un mundo diferente y dejar de ver conflicto y de atacarnos a nosotros mismos. Lo cual redundaría en nuestra paz interior.
Nos dice Jesús en la lección:
”La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos. Quizás te sientas indeciso con respecto a si usar esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente quieres. Eso no importa. El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar un poco más el momento en que está idea sea completamente verdadera para ti”.
Jesús, nos dice que esta idea es más fuerte que una simple resolución. Avanzar hacia alcanzarla puede ser muy importante en nuestras vidas. Se trata de darle importancia a la visión por encima todos los deseos. Para avanzar hacia la recuperación de mi verdadera identidad como Hijo de Dios y de mi invulnerabilidad. Para no separarme de mis hermanos ni de Dios. Para acercarme al mundo real y al sueño feliz.
Jesús, es consciente de que podemos estar indecisos respecto a la aceptación de la idea. Lo importante es que, al ponerla en práctica, avancemos hacia el momento en que la visión sea lo más importante para nosotros. Este es el camino que hemos emprendido. Persistamos y persistamos con la confianza de que llegaremos a tener la visión.
Continúa Jesús:
”Puede que sientas una gran tentación de creer que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices por encima de todo quiero ver. Si te sientes incómodo por la falta de reserva que esta idea entraña, añade”:
La visión no le cuesta nada a nadie.
Si el temor a perder algo aún persiste, di además:
Tan sólo puede bendecir.
El tema del sacrificio es un tema muy importante para el sistema de pensamiento del ego. Si yo me sacrifico es porque creo que, renunciando a algo, voluntariamente, voy a obtener algo más en favor mío o de otra persona. El sacrificio es totalmente desconocido para Dios.
De Dios lo hemos recibido todo, sin ningún costo. El sacrificio es el precio que se paga por creer en las ilusiones del ego. El sacrificio es la base de la relación especial en donde creemos que el verdadero amor exige sacrificio. Sacrificarse por otro produce culpa y resentimiento porque implica que el otro a su vez se sacrifique también. El sacrificio procede del miedo. Los que tienen miedo pueden ser crueles. El sacrificio es una confusión con respecto a lo que soy, a mi verdadera identidad como Hijo de Dios en la que confundo la dicha con el dolor. En el sacrificio se parte de la idea equivocada de que, al sacrificarse, a sí mismo, se engrandece y puede llegar a Dios. Jesús, nos ha dicho que para llegar a Dios tengo que hacerlo con mi hermano y mediante el perdón. Nadie se salva solo.
El temor del ego a la visión de Cristo es que perdamos nuestra identidad particular, nuestro personaje fabricado durante mucho tiempo. Jesús, sabe de nuestras resistencias y nos da salidas amables. No nos pide que renunciemos al personaje ya. Nos pide que lo miremos con el Espíritu Santo en este proceso de ir sanando nuestra mente para regresar a casa.
Continúa Jesús:
”Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces para obtener el máximo beneficio. Se debe repetir por lo menos cada media hora, e incluso más si es posible. Puedes intentarlo cada quince o veinte minutos. Se recomienda que al despertarte o poco después, establezcas un horario fijo para repetir la idea de hoy, y que trates de adherirte a él durante todo el día. No te será difícil hacerlo, aún si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue el momento de repetirla. Siempre se puede repetir una frase corta silenciosamente sin que ello interfiera en nada”.
Jesús, ya nos ha hablado de la importancia de la estructura en este entrenamiento mental en el que nos encontramos. Hoy, nos llama a desear, con toda la fuerza, que podamos tener la visión de Cristo, pero lo hace amablemente. Él es consciente que este es un proceso en donde hay que ir venciendo las resistencias del ego.
Finalmente nos dice Jesús:
”Lo que realmente importa es: ¿con que frecuencia te vas a acordar? ¿Hasta que punto quieres que esa idea sea verdad? Si contestas una de estas preguntas habrás contestado la otra. Probablemente, te saltarás algunas prácticas o tal vez muchas. No dejes que eso te perturbe, pero si trata de adherirte al horario establecido de ahí en adelante. Si sientes que una sola vez durante todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo”.
Jesús, nos propone una estructura básica para hacer la lección de dos veces por hora pero nos propone que, si podemos, hagamos más por hora y que seamos consciente de porque queremos hacerlo así. Sabe de nuestras resistencias de la parte de la mente dominada por el ego que no quiere hacer las prácticas. Pero nos propone tratar de adherirnos al plan escogido porque se trata de no cederle tan fácilmente al ego quien siempre va a querer que nos olvidemos, e incluso que desistamos.
Sabe de la posibilidad que olvidemos hacer la práctica. Puede que no entendamos ahora porque, si hacemos una sola práctica de forma completamente sincera, nos ahorramos muchos años de esfuerzo. En esta etapa, no es necesario el entendimiento. Sólo la voluntad de querer hacer las prácticas.
Proceso de práctica de la lección.
Objetivo
Aproximarnos un poco más al momento en que la visión sea lo más importante para nosotros.
Ejercicio
Repetir la idea por lo menos cada media hora y más si es posible.
Simplemente repetir la idea. Se puede hacer en cualquier actividad que se tenga. Repítela así no la sientas plenamente. La repetición acerca el momento en que sea verdad para ti.
Si la idea te incomoda puedes decir:
La visión no le cuesta nada a nadie.Si persiste el miedo puedes decir:
Tan sólo puede bendecir.Observaciones
Esta es la segunda lección de repeticiones frecuentes por hora. La primera, fue la lección 20. Después de establecer la frecuencia para decir la idea te pide que te esfuerces por llevarla a cabo. Si se te olvida, no te critiques, no te juzgues. Simplemente, retoma la actividad.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su despertar espiritual. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír porque la Voluntad de Dios para nosotros es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
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Lección 27 Comentada por Kenneth Wapnick
Por encima de todo quiero ver.
"Esta lección y la siguiente forman un dúo: "Por encima de todo quiero ver" y "Por encima de todo quiero ver las cosas de otra manera", y seguir avanzando en nuestro aprendizaje, volviendo al tema de la motivación. Los maestros reconocen que el rasgo más importante que desean ver en sus alumnos es el «deseo» de aprender. Sin esa motivación, «nada» ocurrirá en el aula. Del mismo modo, los terapeutas no pueden ayudar a sus pacientes a menos que estén motivados a cambiar. Por lo tanto, tenemos que «desear» aprender lo que Un Curso de Milagros nos está enseñando, de lo contrario, incluso el mejor maestro del mundo fracasará. Deseamos aprender el curso de Jesús porque ello nos hará felices. Para hacer esto, Jesús primero tiene que convencernos de que no somos felices ahora. Su necesidad se expresa muy bien en la apertura de "El alumno feliz" en el texto:
“El Espíritu Santo necesita un alumno feliz en quien Su misión pueda llevarse a cabo felizmente. Tú que eres tan partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz y desdichado. El Espíritu Santo no puede enseñar sin este contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad. Esto te ha confundido tanto, que te has empeñado en aprender a hacer lo que nunca podrás hacer, creyendo que si no aprendes a hacerlo no serás feliz.” (T-14.II.1:1-4)
Ahora a la lección en sí:
(1:1-4) «La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos. Quizá te sientas indeciso con respecto a si usar esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente quieres. Eso no importa.»
Jesús no espera que nadie realmente diga de corazón estas palabras. Si renunciamos al juicio y elegimos la visión, es porque hemos optado por abandonar nuestra inversión en el especialismo, lo que para el ego significa que nos estamos dejando desprotegidos y abriendo nuestros flancos para el ataque. El ego nos advierte que sin el especialismo no podremos tener defensa alguna en contra de nuestro vacío y carencia interno, y que nos volveríamos vulnerables al mundo hostil a nuestro alrededor, empecinado en nuestra destrucción.
(1:5) «El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar un poco más el momento en que esta idea sea completamente verdadera para ti.»
Jesús está dejando en claro, como lo hace a lo largo de Un Curso de Milagros, que esto es un proceso. Por lo tanto, no espera que repentinamente soltemos la mano del ego y que tomemos la suya. Pero él quiere que lleguemos a entender lo que esta elección implica, y así sepamos en lo que estamos madurando.
(2:1) «Puede que sientas una gran tentación de creer que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices que por encima de todo quieres ver.»
El tema del sacrificio aparecerá más adelante en las lecciones. Para el ego, ver a través de la visión de Cristo es sacrificar nuestra identidad personal, que se basa en la separación y el juicio, el miedo y el odio. Desde el punto de vista del ego, el sacrificio está definitivamente involucrado si hemos de sobrevivir: o sacrificamos nuestra felicidad y placer para expiar por los pecados del pasado, o sacrificamos a otros para que seamos felices y estemos en paz. De cualquier manera, alguien tiene que perder para que otro gane, el principio del ego de «uno o el otro». Las siguientes líneas proporcionan la respuesta del Espíritu Santo a este principio de sacrificio:
(2:2-5) «Si te sientes incómodo por la falta de reserva que esta idea entraña, añade: La visión no le cuesta nada a nadie. Si el temor a perder algo aún persiste, di además: Tan sólo puede bendecir.»
Jesús nos está instando a que reflejemos nuestra motivación más profunda de aprender intentando recordar la lección con la mayor frecuencia posible a lo largo del día. Tiene que ser observado aquí, y repetido una y otra vez, que no es un pecado si nos olvidamos. De hecho, tal olvido nos proporciona información muy útil sobre nosotros mismos. Si realmente queremos aprender este curso, primero debemos entender la enorme «resistencia» que tenemos a aprenderlo. A menos que podamos deshacer esta resistencia, en última instancia, nacida de nuestro miedo a perder nuestro yo, vamos a estar constantemente fallando en nuestro proceso de aprendizaje. El primer paso en este proceso del deshacimiento es tomar conciencia del problema. Sólo entonces puede el problema ser verdaderamente atendido y superado.
(3) «Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces para obtener el máximo beneficio. Se debe repetir por lo menos cada media hora, e incluso más si es posible. Puedes intentarlo cada quince o veinte minutos. Se recomienda que al despertarte o poco después, establezcas un horario fijo según el cual vas a repetir la idea de hoy, y que, trates de adherirte a él durante todo el día. No te será difícil hacerlo, aun si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue el momento de repetirla. Siempre se puede repetir una frase corta silenciosamente sin que ello interfiera en nada.»
Pero Jesús conoce muy bien a su audiencia, y por eso nos habla gentilmente. Por un lado, él hace un llamado a nuestra motivación de aprendizaje, expresado en la recomendación de que incrementemos la práctica; y, por otro lado, nos recuerda que «no» nos sintamos culpables cuando tengamos resistencia, como leemos ahora:
(4:1-5) «Lo que realmente importa es: ¿con qué frecuencia te vas a acordar [de la lección del día]? ¿Hasta qué punto quieres que esa idea sea verdad? Si contestas una de estas preguntas habrás contestado la otra. Probablemente te saltarás algunas prácticas, o tal vez muchas. No dejes que eso te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario establecido de ahí en adelante.»
Así, Jesús nos está diciendo que no nos sintamos culpables cuando nos olvidemos. Él sabe que nos olvidaremos. Pero nos está diciendo que cuando recordemos que hemos olvidado, al menos intentemos entender el «por qué» olvidamos: no estamos completamente seguros de desear aprender este curso. Una parte de nosotros por supuesto que sí, de lo contrario no lo estaríamos haciendo. Sin embargo, hay otra parte que tiene serias reservas acerca de continuar en este camino. Nuestra identificación con el ego y su sistema de pensamiento de separación y juicio es aún sumamente fuerte.
(4:6) «Si sientes que una sola vez durante todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo.»
En el texto, Jesús hace referencia a ahorrarnos miles de años (por ejemplo, T-1.II.6: 7). Incluso si sólo puedes ser sincero una vez durante el día, eso ya ha logrado mucho. Es útil recordar que el tiempo lineal es una ilusión, y dado que nuestra existencia misma se encuentra predicada sobre la realidad del tiempo y el espacio, es imposible que entendamos la verdad de esta última declaración. Afortunadamente, nuestro entendimiento no es necesario, únicamente lo es nuestra pequeña dosis de buena voluntad (T-18.IV.7: 5-6).
En la siguiente lección, Jesús expande estas ideas."
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Lección 27 Comentada por Oscar Gómez Díez
Por encima de todo quiero ver.
La lección de hoy busca que hagamos de la visión espiritual nuestro principal propósito. La explicación de su importancia está en la lección 20, sugiero repasarla. Igualmente esta lección, profundiza en la metodología de estudio (estructura, disciplina, y practicar sin culpa), por lo que reitero repasar la lección 20.
«La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos.» para quien apenas inicia un Curso de Milagros que le digan que «Por encima de todo quiero ver.» le puede parecer que ese no es el propósito de su vida, quizás tenga otras metas que considera más importantes, así que hará la práctica sin mucho entusiasmo.
Jesús es consciente de nuestras dudas, «Quizá te sientas indeciso con respecto a si usar esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente quieres. Eso no importa. El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar un poco más el momento en que esta idea sea completamente verdadera para ti.» pese a tus resistencias, la práctica de hoy no pretende que nos creamos totalmente la idea del día, pero si que avancemos un poco hasta que sea verdad en nuestras mentes. Recordemos la introducción al libro de ejercicios, así no creas en la lección hazla, pues es con la práctica que va adquirir sentido para ti.
La diferencia con la lección 20 es que le agreguemos al «Estoy decidido a ver», las palabras ”por encima de todo» Es pasar del simple deseo, a la voluntad de hacerlo, a convertir el deseo en un anhelo. Si todavía abrigamos dudas, nos podemos preguntar ¿que es lo que quiero ver por encima de todo?
La respuesta es la visión espiritual, la visión de Cristo, ver con los ojos del corazón y no con los ojos del cuerpo. Es una inversión total de la forma cómo vemos en este mundo ilusorio, y pasar a ver el mundo real, que está más allá de los conflictos, los cuerpos y las formas. El amor, la paz y la felicidad no se ven con los ojos del cuerpo, accedemos a través de la visión espiritual, y para lograrlo debemos desearlo «por encima de todo» pues como nos dice en la lección 20, «Con tu decisión de querer ver, se te da la visión.» (L-20.3:8) Logramos aquello que deseamos de todo corazón. Solo nuestra decidida voluntad de experimentar la felicidad, nos llevará por el camino del perdón, el amor y la paz, exclamando «que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mi, y que, en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una de ellas un milagro de amor.» (L349)APRENDER SIN SACRIFICIOS:
La metodología de la lección busca desmontar nuestras prevenciones, este Curso excluye cualquier tipo de sacrificios y por ello busca desmarcarse de la creencia que para lograr algo hay que sacrificarse. «Puede que sientas una gran tentación de creer que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices que por encima de todo quieres ver. Si te sientes incómodo por la falta de reserva que esta idea entraña, añade:»
«La visión no le cuesta nada a nadie.»
«Si el temor a perder algo aún persiste, di además:»
«Tan sólo puede bendecir.»
Hasta hoy posiblemente tenías otras metas en tu vida, y quizás las tenías jerarquizada en orden de importancia. Hoy se nos está proponiendo poner en primer lugar la visión interior. Hoy se nos está pidiendo invertir las metas de nuestra vida. Ni más ni menos. Por eso nos ofrece las anteriores frases como palancas para superar nuestras resistencias.
PRACTICA:
Repetir la idea de hoy cada media hora o más si es posible.
«Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces para obtener el máximo beneficio. Se debe repetir por lo menos cada media hora, e incluso más si es posible. Puedes intentarlo cada quince o veinte minutos.»
También puedes hacer la práctica uniendo las frases de refuerzo, así:
«Por encima de todo quiero ver.»
«La visión no le cuesta nada a nadie.»
«Tan sólo puede bendecir.»ESTRUCTURA Y DISCIPLINA:
Aquí volvemos a un tema que se mencionaba en una lección anterior (L20) qué recomiendo repasar para una mejor comprensión de la lección de hoy. El propósito es introducir una mayor estructura y disciplina en el aprendizaje. Si ponemos atención, hasta la lección 19 nos pedían tres sesiones de práctica de un minuto. Desde la lección 22 hasta ahora hemos duplicado la intensidad: seis sesiones de práctica de dos minutos cada una. La lección 20 y la 27, tensan la cuerda un poco más, y nos piden una práctica de media hora o más repitiendo la idea del día. Y nos hace unas recomendaciones para que tal práctica se puedan llevar a cabo exitosamente: «Se recomienda que al despertarte o poco después establezcas un horario fijo para repetir la idea de hoy, y que trates de adherirte a él durante todo el día. No te será difícil hacerlo aun si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue el momento de repetirla. Siempre se puede repetir una frase corta silenciosamente sin que ello interfiera en nada.»
Puedes poner una alarma en tu teléfono, para recordar la práctica de hoy.
Jesus nos plantea un par de preguntas para nuestra auto indagación, «Lo que realmente importa es: ¿con qué frecuencia te vas a acordar? ¿Hasta qué punto quieres que esa idea sea verdad? Si contestas una de estas preguntas habrás contestado la otra.» El logro de las metas del Curso van a depender del compromiso que tengamos con nosotros mismos, con nuestra sanación interior, invertir nuestra manera de pensar, no es cualquier meta, es la meta, y lograrlo va a requerir mucha disciplina de nuestra parte.
PRACTICAR SIN CULPA:
Uno de los propósitos del Curso es ayudarnos a que nos liberemos de los pensamientos de culpa, por lo que Jesús va a evitar generarnos nuevas culpas relacionadas con el aprendizaje: «Probablemente te saltarás algunas prácticas o tal vez muchas. No dejes que eso te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario establecido de ahí en adelante.» es muy posible que nos olvidemos de practicar con la intensidad y frecuencia que se nos pide, cuando nos saltemos algún horario de práctica, no vayamos a sentirnos culpables por ello, simplemente hacemos consciencia de ese olvido, que es parte de las resistencias del ego, y continuamos con nuestra práctica. Lo importante es que lo hagamos con la sinceridad de nuestro corazón y pongamos nuestro mejor empeño en lograrlo, el resultado será dichoso: «Si sientes que una sola vez durante todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo.»
Adelante, disfruta la práctica.
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