1. ¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu Amor? 2Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a lo que le he dado muchos nombres. 3Mas lo único que busco, o jamás busqué, es Tu Amor. 4Pues no hay nada más que jamás quisiera realmente encontrar. 5Quiero recordarte. 6¿ Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo?
2. Ésa es tu voluntad, hermano mío. 2Y compartes esa voluntad conmigo así como con Aquel que es nuestro Padre. 3Recordarlo a Él es el Cielo. 4Esto es lo que buscamos. 5Y esto es lo único que nos será dado hallar.
AUDIOS de la Lección 231
de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 231
A través de Mariano Noé.
Ocurrir de la Lección 231
a través de Martin Musarra
Lección 231
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECTURA DE LA LECCIÓN 231
LECCIÓN 231
COMENTADA POR JORGE LUIS ALVAREZ CASTAÑEDA
OCURRIR DE LA LECCIÓN 231
LECCIÓN DAVID HOFFMEISTER
LECCIÓN KENNETH WAPNICK
LECCIÓN 231
Padre, mi voluntad es únicamente recordarte.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, comienza el segundo tema especial ¿Qué es la salvación? diciendo:
_”La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. Y Él no puede dejar de cumplirla”_.
Esa es la Voluntad de Dios. Nos equivocamos al creer que era posible separarnos de Dios, pero, nuestro Padre, anhela que regresemos a casa como en la parábola del Hijo pródigo. En realidad, nunca nos hemos separado de Dios, pero, siguiendo a la parte de la mente que se cree separada o ego, creemos que es posible. Para ayudarnos a ese regresar, Dios, creó al Espíritu Santo quien, continuamente, nos está llamando a sanar nuestra mente mediante el perdón y la aceptación de la Expiación para nosotros mismos.
Mi única voluntad debe ser recordar mi verdadera identidad como Hijo de Dios. Fui creado como una extensión de la Mente Una de Dios. Si lo recuerdo, si acepto mi Ser, el Cristo que soy, acepto la Voluntad de mi Padre que quiere para mí perfecta felicidad. El recuerdo de Dios siempre ha permanecido en mi mente y en los millones de fragmentos de la mente que se creen separados de Dios. Hoy, quiero que mi voluntad esté dirigida a hacer la Voluntad de Dios.
Nos dice Jesús en la lección:
_”¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu Amor? Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a lo que le he dado muchos nombres. Mas lo único que busco, o siempre busqué, es Tu Amor”_.
Cuando sigo al ego busco y no encuentro, lo que creo me va a proporcionar paz y felicidad. Estoy centrado en las ilusiones con las cuales pretendo fabricar mi pequeño mundo particular con el cual satisfago mi deseo de ser especial y diferente de mis hermanos. Estas ilusiones están alimentadas por el miedo y la culpa y continuamente se están retroalimentado sin ofrecer ninguna salida porque cada vez me alejo más del Amor que es mi verdadera identidad, como nos ha enseñado Jesús.
Hoy, Jesús, nos llama a no seguir buscando con el ego:
”Pues no hay nada más que quiera realmente encontrar. Quiero acordarme de Ti. ¿Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo?”
Siempre que he buscado con el ego, me he equivocado y esto me ha traído conflicto y sufrimiento. Se trata, ahora, de aceptar la verdad de que fui creado por Dios y no por el ego. Se trata de recordar a Dios.
En esta feliz labor vamos acompañados de Jesús que nos ayuda a recordar a nuestro Padre, a regresar a casa:
_”Ésa es tu voluntad, hermano mío. Y compartes esa voluntad conmigo así como con Aquel que es nuestro Padre. Recordarlo a Él es el Cielo. Esto es lo que buscamos. Y esto es lo único que nos será dado hallar”_.
Aquí, Jesús, nos habla directamente y nos invita a caminar con Él el camino de recordar a Dios. Él ya lo recorrió, pero quiere ayudarnos a realizar este camino.
Con relación al tema de la salvación
Jesús, en el tema especial *2. ¿Qué es la salvación?*, nos dice que la salvación:
_”La salvación es la promesa que Dios Te Hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él”_.
Dios nos ha dado Su Palabra de que ya hemos sido salvados del sistema de pensamiento del ego: de pecado, culpa y miedo en el que este se basa. Este sueño de separación fue eso, simplemente, un sueño.
Por el principio de la Expiación la separación de Dios nunca ocurrió. El caso es que le creemos al ego y, por eso, nuestro Padre, creó al Espíritu Santo para que nos ayude a regresar a nuestro hogar: el Cielo, a la Unidad con Dios. De nuestro compromiso con el perdón y de la aceptación de la Expiación para nosotros mismos, al igual que el pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, dependerá que ese regreso se demore, o no. De hecho, ya estamos salvados, sólo que no lo creemos porque nos domina el pecado o separación, la culpa y el miedo.
Proceso de práctica de la lección
1.Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)
2.Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser o 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3.Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
4.Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
”Padre, mi voluntad es únicamente recordarte.”
Lección 231
"El tema de esta lección es el conocido de buscar y hallar. Hemos buscado en el lugar equivocado porque queríamos hallar la cosa equivocada - prueba de que el ego tenía razón y que el Espíritu Santo estaba equivocado. Ahora nos damos cuenta de que cometimos un error y corregimos nuestro error, eligiendo recordar a nuestro Dios y al Ser que Él creó como uno con Él.
(1) «¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu Amor? Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a lo que le he dado muchos nombres. Mas lo único que busco, o jamás busqué, es Tu Amor. Pues no hay nada más que jamás quisiera realmente encontrar. Quiero recordarte. ¿Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo?»
Nuestro objetivo es darnos cuenta de que tiene que haber otra manera, porque el especialismo que buscamos a lo largo de nuestras vidas nunca nos ha dado el amor que realmente deseamos. Todos los estudiantes de Un Curso de Milagros conocen estas líneas:
“La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que «tiene» que haber un camino mejor. A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona.” (T-2.III.3:5-7)
Ya se trate de una relación, fama, riqueza, placer, o posesiones materiales (M-13.2: 6), ninguna forma de especialismo nos trajo alguna vez el amor que verdaderamente deseamos. Sólo el perdón del Espíritu Santo puede llevarnos al Amor que es nuestro Creador y nuestro Ser, en el que recordamos que la perfecta gloria de Dios es nuestra:
“Pues Cristo es el Hijo de Dios, que vive en Su Creador y refulge con Su gloria. Cristo es la extensión del Amor y de la belleza de Dios, tan perfecto como Su Creador y en paz con Él.” (T-11.IV.7:4-5)
(2) «Ésa es tu voluntad, hermano mío. Y compartes esa voluntad conmigo así como con Aquel que es nuestro Padre. Recordarlo a Él es el Cielo. Esto es lo que buscamos. Y esto es lo único que nos será dado hallar.»
Jesús nos dice, una vez más, que su voluntad y la nuestra son una. Como se refleja en la ilusión, nuestra voluntad unida es el deseo de volver a casa y despertar del sueño, no deseando más los regalos del ego que no logran hacernos plenos y felices. En su lugar aceptamos el regalo de Jesús de la compleción de nuestro Ser:
“Mi voluntad dispone lo mismo que la de mi Padre, pues sé que Su Voluntad no varía y que se encuentra eternamente en paz consigo misma. Nada que no sea Su Voluntad podrá jamás satisfacerte. No aceptes menos y recuerda que todo lo que aprendí es tuyo. Yo amo lo que mi Padre ama tal como Él lo hace, y no puedo aceptar que sea lo que no es...Cuando hayas aprendido a aceptar lo que eres, no inventarás otros regalos para ofrecértelos a ti mismo, pues sabrás que eres íntegro, que no tienes necesidad de nada y que eres incapaz de aceptar nada para ti...El anfitrión de Dios no tiene que ir en pos de nada, pues no hay nada que él tenga que encontrar.” (T-15.III.10:2-5, 7, 9)
Nuestra búsqueda recién descubierta implica compartir nuestra voluntad - unida a la de Jesús - con todos nuestros hermanos. Así, pues, elegimos recordar la única Voluntad del Padre y de Su Hijo, que ahora ofrecemos al mundo, uno con nosotros."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 231
"Padre, mi voluntad es únicamente recordarte."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Para el mundo la voluntad es una decisión libre y autónoma de una persona respecto a algo. Aquí la vamos a utilizar similar al sentido bíblico, unir nuestra voluntad a la de Dios, o hacer la Voluntad de Dios.
"¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu Amor?" En la lección de ayer estábamos buscando la paz de Dios, hoy tenemos como propósito recordar a Dios y Su Amor, con un ingrediente adicional: nuestra voluntad.
"Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a lo que le he dado muchos nombres." en el mundo de los opuestos, tenemos muchos propósitos y objetivos, impulsados por nuestros deseos y carencias.
"Mas lo único que busco, o jamás busqué, es Tu Amor." El Curso busca unificar nuestros pensamientos, y propósitos, y este es el Amor de Dios, que es nuestra Fuente y nuestra naturaleza. El viaje de retorno después de la separación, lo podemos denominar volver al Amor. "Pues no hay nada más que jamás quisiera realmente encontrar."
Ese volver al Amor, requiere de una decisión de nuestra parte, de una determinación, nuestra voluntad de reencontrarnos con nuestro Padre: "Quiero recordarte. ¿Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo?"
Luego viene el reconocimiento que Jesús nos hace: Ésa es tu voluntad, hermano mío." A partir de nuestra decisión, se genera una unificación de voluntades que el Curso denomina unicidad: "Y compartes esa voluntad conmigo así como con Aquel que es nuestro Padre."
"Recordarlo a Él es el Cielo." Dios y el Cielo son lo mismo. Son el Paraíso perdido, el estado de paz, dicha y plenitud que perdimos tras la separación.
"Esto es lo que buscamos. Y esto es lo único que nos será dado hallar." Si este mundo es ilusorio, entonces no hay nada en este mundo que nos ate a él, por lo que podemos decidir por un solo propósito: recordar a Dios, volver a Dios, y para eso y solo para eso vale la pena utilizar nuestra voluntad. Decidir salir del sueño de separación para volver a verdad del Amor.
PRACTICA:
Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
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