Pregunta 2 ¿Qué es la salvación?

Pregunta 2 ¿Qué es la salvación?





AUDIOS de la Pregunta 2
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Pregunta 2
A través de Mariano Noé.


Ocurrir de la Pregunta 2
a través de Martin Musarra


Tema de especial relevancia 2
comentado por Jorge Luis Álvarez Castañeda



2. ¿Qué es la salvación?


1. La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. 2Y Él no puede dejar de cumplirla. 3Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. 4La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz.

2. El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo ins­tante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. 2Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era. 3Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación. 4Y así, el Pen­samiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero no reconocía su unidad. 5Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad.

3. La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. 2De esta manera, las ilusiones desaparecen. 3Al no prestarles apoyo, deja que sim­plemente se conviertan en polvo. 4Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios.

4. Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos. 2Ahí compartimos nuestro sueño final. 3Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la glo­ria que Dios nos ha dado. 4En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. 5La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva. 6La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz.

5. Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. 2El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea recordado, los sue­ños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista.











TEMA DE ESPECIAL RELEVANCIA 
LIBRO DE EJERCICIOS 
2. ¿Qué es la salvación?


Comentado por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda


Jesús, en el tema de especial relevancia del Libro de ejercicios *2. ¿Qué es la salvación?*, nos dice que la salvación:


_”La salvación es la promesa que Dios Te Hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. Y Él no puede dejar de cumplirla”_.


 Dios nos ha dado Su Palabra de que ya hemos sido salvados del sistema de pensamiento del ego: de pecado, culpa y miedo en el que este se basa. Este sueño de separación fue eso, simplemente, un sueño. 




Por el principio de la Expiación la separación de Dios nunca ocurrió. El caso es que le creemos al ego y, por eso, nuestro Padre, creó al Espíritu Santo para que nos ayude a regresar a nuestro hogar: el Cielo, a la Unidad con Dios. De nuestro compromiso con el perdón y de la aceptación de la Expiación para nosotros mismos, al igual que el pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, dependerá que ese regreso se demore, o no. De hecho, ya estamos salvados, sólo que no lo creemos porque nos domina el pecado o separación, la culpa y el miedo.  


Continúa Jesús, 


_”Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos de separación para que reemplace esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz”_. 


Si he sanado mi mente no se justifica ya la separación y todas las consecuencias de ésta, como el tiempo, desaparecen. Los pensamientos de pecado ligados al pasado o separación, los de culpa al presente y de miedo, al futuro, que caracterizan al tiempo lineal del ego, pierden su razón de ser. Siempre podemos oír la Palabra de Dios, si queremos, en medio de todo el ruido del ego, que nos llama a tener el Pensamiento de la paz para superar todo conflicto en el presente. Sólo queda el eterno presente de la unión con Dios que se da en el instante santo y en la llegada al Cielo, cuando Dios dará el último paso y nos llevará a su seno, una vez hayamos avanzado en el proceso de perdón y de aceptación de la Expiación para nosotros mismos. 



Nos dice Jesús:


_“El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente *era*. Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación”_. 


Cuando surge la creencia en la separación, en la mente del Hijo de Dios que se creyó separado, aparece el conflicto y se necesita el Pensamiento de la paz. En el Cielo no había necesidad de ese pensamiento. Se estaba en la completa Unidad con Dios. Pero en el mundo del ego la paz es su mayor enemigo, pues requiere la guerra para seguir alimentando y manteniendo la separación. Cuando estamos bajo la guía del ego necesitamos el conflicto para vernos inocentes y proyectar la culpa hacia nuestros hermanos. Pero, esto no tiene por qué ser así, nos ha enseñado Jesús. Siempre podemos tomar la decisión de dejar el conflicto y decidirnos por la paz. Siempre podemos perdonar y aceptar la Expiación para nosotros mismos. Siempre podemos tomar conciencia de que necesitamos sanar nuestra mente y volver a la unidad con Dios y nuestros hermanos. Se trata de hacer nuestra la enseñanza de la lección 223 y aceptar al Padre como nuestro Guía:


*Hoy le doy mi vida a Dios para que Él la guíe*.


Nos dice Jesús:

_”Y así el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero que no reconocía su unidad. Al no reconocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad”_.

Como hemos visto nunca nos hemos separados de Dios y siempre conservamos en nuestra mente el recuerdo de Dios. Recuerdo que nunca hemos dejado. Este Curso está orientado a que despertemos, es decir, a que recordemos a Dios. Y lo hacemos cuando somos conscientes de dicha Identidad, en el instante santo y en los momentos que pasamos con Dios. En esos instantes, si nos unimos de corazón a nuestros hermanos y a Dios, recuperamos, así sea por un momento, la unidad que creímos haber perdido y avanzamos en el camino de la salvación. De esa manera podremos decir con toda certeza lo que dice la lección 234:
 *Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo*. 

Todo este proceso lo facilita el Pensamiento de la paz que siempre nos acompaña.



Continúa Jesús: 

_”La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. De esta manera, las ilusiones desaparecen. Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo"_. 

Si no apoyamos este mundo con nuestras interpretaciones basadas, en nuestro especialismo y en el pasado, podemos soltar los juicios de sufrimiento que dominan el mundo del ego como, por ejemplo, que para amar hay que sufrir. 
Jesús, nos llama, a ser misericordiosos con nosotros mismos, es decir, a des-hacer nuestra creencia en el sufrimiento. A no seguir creyendo en ella. Sufro porque decido hacerlo: mantengo situaciones que me crean malestar, acepto el maltrato y el irrespeto, me engaño creyendo que los demás van a cambiar algún día, cuando el único que tiene que cambiar soy yo, etc. No vinimos a sufrir. La Voluntad de Dios es que seamos felices. Nada más, como dice Jesús, pero tampoco nada menos.


Jesús nos dice:

_”Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo. Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios”_.

 Cuando, ponemos nuestra mente al servicio del Espíritu Santo, las ilusiones desaparecen. Limpiamos ese santo lugar de nuestra mente de ilusiones y encontramos un altar al santo Nombre de Dios. Pero esto requiere que, previamente, hayamos perdonado. Estas son las azucenas del perdón que constituyen la ofrenda que llevamos ante el altar al santo Nombre de Dios. No podemos ir con las manos vacías. Nos presentamos ante Dios con el perdón. En el Anexo a Un curso de milagros llamado “El canto de la oración”, Jesús, nos dice que primero perdonamos, luego oramos y luego nos curamos, es decir, sanamos nuestra mente al no seguir bajo la guía del ego. Todo pasa por el perdón. Si decido gobernar mi mente y ponerla al servicio del Espíritu Santo estaré caminando con firmeza por el camino de la salvación.


Continúa Jesús:

_”Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos”_. 

En nuestra mente tenemos un altar al santo Nombre de Dios al que podemos acudir cuando queramos ir a descansar en Dios. Podemos hacer de estos momentos un instante santo donde no hay juicios, no hay culpa, ni miedo, no hay preocupaciones por el futuro, no hay remordimientos del pasado, no hay preocupaciones por el cuerpo. Sólo nos sentimos unidos a todos nuestros hermanos y a Dios. Nada nos falta. No hay sino paz, alegría y felicidad. No hay preocupaciones por el cuerpo. Sólo hay el Amor de Dios. Pero, recordemos que antes de entrar a ese altar, en nuestra mente, tenemos que perdonar para poder llevarle a Dios las azucenas de nuestro perdón. A Dios nunca podremos llegar sin nuestros hermanos. Hoy se trata de querer, de desear, tener esos instantes santos, para que podemos recordar nuestra verdadera identidad como el Hijo de Dios que somos.


Jesús, en el tema de especial relevancia *2. ¿Qué es la salvación?*, nos dice que diariamente vayamos al santo lugar de nuestra mente consagrado al Nombre de Dios:

_”Ahí compartimos nuestro sueño final. Es este un sueño donde no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado”_.

Y entramos en un instante santo donde nos sentimos completamente unidos a Dios y a la Filiación. Sólo existe la paz y el Amor de Dios. Eso me permite adquirir la visión de Cristo y contribuir a la salvación. Pero esto implica que tome conciencia que esto es una decisión que tengo que tomar a todo momento, como vimos en la lección de hoy. Si me decido por tener muchos instantes santos donde purifique mi mente de los pensamientos del ego iré dando pasos en el camino de la salvación. Se trata de aceptar la plena confianza que tiene mi Padre en mí al confiarme Su Hijo para que lo ayude a despertar. Es cuestión de tomar conciencia de la responsabilidad que implica el saber que *La salvación depende de mi decisión*, como nos ha enseñado Jesús en la lección 238.

Continúa Jesús:

_”Desde ahí extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos”_. 

De esos instantes santos, que diariamente pasamos en el santo altar al Nombre de Dios de nuestra mente, regresamos al mundo para extenderlo a nuestros hermanos. Ahí, reconocemos que *Mía es la Gloria de mi Padre*, como dice la lección 239. Gloria, que comparto con Dios y con mis hermanos. Investido de esa gloria voy a mirar a mis hermanos con la visión de Cristo: no veré sino paz, amor, perdón, amabilidad y los veré dignos de alabanza como Hijos de Dios.


Jesús, nos habla del instante santo. Desde el santo altar de nuestra mente consagrado al santo Nombre de Dios:

_”Desde ahí extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que Su Padre sea recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto el mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista”_. 

Hermosa descripción del mundo real que describe la salvación. Salvación a la que podremos acercarnos diariamente a través de los instantes santos diarios que hagamos acompañados de los milagros que nos produce el perdonar. Se trata de superar el miedo y de retornar al Amor de Dios. El instante santo nos da la certeza para afirmar de corazón la enseñanza de la lección 240 *El miedo, de la clase que sea, no está justificado*.





2. "¿Qué es la salvación?"

Segundo tema especial. 

Comentado por:
Oscar Gómez Díez 
 
En términos generales la salvación consiste en ser liberado de algo indeseable, de algo que nos somete, esclaviza, o que nos pueda destruir. 
El concepto de salvación existe en la mayoría de las grandes religiones, pero su interpretación es distinta en cada una de ellas. 
Para el hinduismo es la liberación del ciclo del Samsara de reencarnaciones,  nacimientos y muertes, alcanzando la iluminación llamada Samadhi. 
En el budismo es casi lo mismo, llamando la iluminación Nirvana, que es la cesación de todo sufrimiento. La diferencia básica con el hinduismo, son los métodos y prácticas para lograrlo. 
En el judaísmo es la liberación política y social del pueblo de Israel a través del Mesías. Para el cristianismo Jesús era el Mesías, para el judaísmo no lo es, todavía siguen esperando al Mesías. 
En el islam la salvación excluye el concepto del pecado original, y nadie arrastra los pecados de otros, hay pecados o errores individuales que son perdonados por Dios si hay un sincero arrepentimiento. La salvación se logra en el islam a través de la adoración de Dios. 
En el cristianismo, cada una de sus grandes vertientes tiene su propia conceptualización sobre la salvación, ya sea el catolicismo, el protestantismo, o la iglesia cristiana ortodoxa. Pero coinciden que la salvación se da por la gracia divina, debido a la expiación de Jesús, quien nos libera de todos nuestros pecados debido a su sacrificio en la Cruz, y ello nos garantiza la vida eterna. 

Un Curso de Milagros nos ofrece una interpretación no dualista de la salvación. 

La salvación es la liberación de la creencia que estamos separados de Dios como resultado del pecado original, la culpa y los castigos atribuidos a nuestra expulsión del paraíso. Metafísicamente hablando nuestro espíritu, nuestro Ser, no necesitan ser salvado pues es perfecto, (T.11.IV.1:3-4) pero nuestras mentes que se creen separadas e impuras si. La salvación la logramos va través del perdón que deshace toda creencia en la separación y la culpa. 

"La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él." la salvación es una promesa que Dios nos hizo para llevarnos de regreso al Cielo. Esta promesa se expresa a través de la guía del Espíritu Santo en nuestras mentes. Y Jesús nos garantiza que Dios "no puede dejar de cumplirla."

Esta promesa de Dios nos "Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él."

A todas las mentes que se creen separadas o divididas, se les concede La Palabra de Dios, "a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz." 

Se nos dice que en el momento que se produjo la separación Dios dio su respuesta, a través del Espíritu Santo, y "El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra." el pensamiento de guerra surge tras la separación y sus ideas de culpa, conflicto y carencia. 
Nuestra mente dividida, tiene una parte que es gobernada por el ego y el miedo, la otra parte, conserva el recuerdo de amor y paz de Dios, que es gobernada por el Espíritu Santo. La salvación consiste en deshacer todos los inventos del ego. 

Antes de la separación "no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era." la paz es nuestra herencia eterna. Es una paz sin opuestos, por eso, es mucho más que ausencia de conflictos, es un estado de goce y plenitud de un Amor que se extiende infinitamente. 

"Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación." y esta curación la logramos a través del perdón. 

El pensamiento de la salvación tiene el poder de subsanar la división, y "pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero no reconocía su unidad." el Pensamiento de Amor jamás se separó de nuestra mente, pues las ideas nunca abandonan su fuente, y Dios sigue siendo nuestra Fuente, así nos fragmentemos en millones y millones de partes, pero el recuerdo de Dios sigue latente en nuestras mentes. 

Así que olvidamos quienes somos realmente, y por eso no logramos reconocernos a nosotros mismos. "Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad."

"Tu Ser no necesita salvación, pero tu mente necesita aprender lo que es la salvación. No se te salva de nada, sino que se te salva para la gloria." (T.11.IV.1:3-4) "No se te salva de nada," pues el ego no es nada, solo un pensamiento ilusorio. 

"La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia." esto es lo que hace el perdón, deshace lo que no es real, dejando que lo que es real y amoroso brille en nuestro corazón. El resultado del perdón es que "las ilusiones desaparecen."

"Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo." esto es lo que hacemos cuando renunciamos a todo juicio y condena, no sostenemos los pensamientos de culpa ni los proyectamos. Al no apoyar la culpa, todos los pensamientos de juicio y ataque se desvanecen. 

Al despejar los velos de oscuridad en nuestras mentes, "lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios." el recuerdo de Dios emerge en nuestras mentes cada vez que perdónanos ante el altar de Dios. 

Jesús nos pide que no dejemos un solo día sin estar con Dios en nuestra mentes en quietud y silencio, en nuestro Altar interior: "Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos."

Cada vez que perdónanos estamos poniendo fin al sueño de la separación: "Ahí compartimos nuestro sueño final." y pasamos a otro estado de consciencia que el Curso denomina "el mundo real" que sigue siendo un sueño, pero ya no de sufrimientos y conflictos, sino más bien un sueño feliz: " Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado."

Jesús describe este sueño feliz, como un renacimiento, como una primavera en nuestras vidas:  "En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva."

La salvación se ha consumado, "La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz."

Y así como fuimos salvados, ayudaremos a salvar a nuestros hermanos: "Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos." pues es dando como recibimos. 

Cuando hacemos todo nuestro trabajo de perdón, renunciamos a los juicios y ataques, pasamos del mundo ilusorio al mundo real, estamos despertando del sueño de separación, entonces se ha producido nuestra salvación, en ese momento: "El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista." estamos ante las puertas del Cielo y solo aguardamos que nuestro Padre de el último paso y nos recoja en sus Amorosos Brazos. 





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