LECCIÓN 69 Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.

 LECCIÓN 69 

Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.

 

1. Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan. 2Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla inmerso en la oscuridad, y tú junto con ellos. 3Pero a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos. 4Comparte tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. 5Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a ambos.

2. Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. 2Antes de emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga, dediquemos varios minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. 3Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. 4Estamos tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta. 5Estamos tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol.

3. Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. 2La salvación es nuestra única necesidad. 3No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. 4Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. 5Pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.

4. Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. 2Piensa en tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. 3Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él.

5. Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. 2Las nubes parecen ser la única realidad. 3Parece como si fueran lo único que se puede ver. 4Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insustancialidad. 5Eso es lo que vamos a intentar hoy.

6. Después de que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. 2Resuélvete a atravesar las nubes. 3Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. 4Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. 5Sigue adelante; las nubes no te pueden detener.

7. Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante. 2Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz. 3Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. 4No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.

8. Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado. 2Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. 3Trata de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. 4Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. 5Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. 6Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.

9. En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. 2Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. 3Di entonces:

 

4Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.

5No puedo ver lo que he ocultado.

6Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado.

 

7Si sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien, asegúrate asimismo de decir para tus adentros:

 

8Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mí.

 




AUDIOS de la Lección 69
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 69
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.


Ocurrir de la Lección 69
a través de Martin Musarra


Lección 69 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda




LECTURA DE LA LECCIÓN 69



LECCIÓN 69 

COMENTADA POR JORGE LUIS ALVAREZ CASTAÑEDA


OCURRIR DE LA LECCIÓN 69


LECCIÓN JORGE PELLICER


LECCIÓN DAVID HOFFMEISTER


LECCIÓN MARIA IBARS


LECCIÓN KENNETH WAPNICK



LECCIÓN 69

Mis resentimientos ocultan la luz del mundo de mí.

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, en esta lección, continúa desarrollando el tema de los resentimientos. Ayer, nos decía que El amor no abriga resentimientos. Hoy, quiere que veamos cómo es posible levantar el velo del resentimiento que oculta la luz del mundo en nosotros. Cuando se habla de la luz del mundo se habla del Hijo de Dios, del Cristo, del Ser que somos. Es posible encontrar la luz del mundo en nosotros. Se necesita para ello solo poner de nuestra parte y  decidirnos a querer hacerlo: esta es “la pequeña dosis de buena voluntad”, que nos pide Jesús. Pero esta actividad, para que tenga éxito, no la podemos hacer solos. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús.

Vimos como los resentimientos provienen de la culpa, del odio hacia nosotros mismos. Pero esta culpa, es tan grande, que la proyectamos bien sea sobre nuestros hermanos o sobre nosotros mismos en forma de enfermedad. Esta culpa tiene su origen en la ancestral creencia en la separación de Dios. Separación que nunca sucedió. Ya hemos estudiado como la propuesta de Jesús es cambiar nuestros pensamientos basados en el ego de pecado o separación, culpa y miedo por los del Espíritu Santo basados en la unidad, la inocencia, el amor. El trabajo es identificar esos pensamientos. Recordemos la lección 5 Nunca estoy disgustado por la razón que creo. Es decir, más allá de este aparente disgusto, de esta aparente tristeza, de esta aparente enfermedad, etc., hay unos pensamientos de culpa que no veo y que necesito perdonar. Pero, si no podemos ubicar claramente estos pensamientos, Jesús, nos ofrece una salida con la lección 34 Podría ver paz en lugar de esto. Ante cualquier situación de malestar que tengamos elegir primero la paz y, luego, desde ella, con la ayuda del Espíritu Santo, ver la situación. Esto hace parte de lo que Jesús dice:
_“a medida que el velo del resentimiento se descorre tú te liberas junto con ellos”_, 
este proceso de sanación de mi mente beneficiará a toda la Filiación.

Jesús, utiliza la metáfora de atravesar las nubes del resentimiento -  la culpabilidad, el miedo, el ataque, la separación - e ir a la luz - la visión de Cristo - no en el sentido físico sino en nuestra mente. 

Y es en nuestra mente donde se cumple lo que nos pide Jesús: 
_”La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta”_.

No está hablando de salvar el mundo externo sino del que fabricamos en nuestra mente lleno de culpa, de ataque y de miedo y que, luego, proyectamos afuera. En la medida en que sanemos nuestra mente estaremos en condiciones de contribuir al plan de Dios para la salvación y de ayudar a nuestros hermanos a deshacer la culpa y el miedo que los domina. Este papel lo podemos desempeñar desde cualquier aparente función especial que estemos desempeñando: situación familiar, profesional, de nacionalidad, social, etc.  

Jesús, nos llama a ir más allá de esas nubes del ego e ir en busca de la verdad de Dios, del Amor de Dios, de la paz de Dios. En últimas, de la verdadera felicidad.

Proceso de práctica de la lección 69

Objetivo

Tomar conciencia de la posibilidad que tenemos de levantar el velo del resentimiento que oculta la luz del mundo en nosotros para así contribuir a la salvación del mundo.

Ejercicio

1. Ejercicio más largo.

Realizarlo una vez con una duración de 10 a 15 minutos.

Jesús nos dice:
Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. Pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.

Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. Piensa en tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él.

Desde donde te encuentras no tienes ninguna razón para creer que detrás de las nubes hay una luz brillante. Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver. Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insubstancialidad. Eso es lo que vamos a intentar hoy.


Después de que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. Resuélvete a atravesar las nubes. Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos según las atraviesas. Sigue adelante; las nubes no te pueden detener.

Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieras siendo elevado y transportado hacia adelante. Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz. Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.


Ten confianza en tu Padre hoy y la certeza de que Él te ha oído y contestado. Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. Trata de tener presente esta certeza según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. Deja entonces que el Poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.

2. Ejercicios más cortos.

Recordatorios frecuentes.

Realizarla tan a menudo como sea posible. Se sugiere varias veces por hora. Dada la importancia que tiene para ti y tu felicidad. Recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. Recuerda también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. Di entonces:

Mis resentimientos ocultan la luz del mundo de mí. No puedo ver lo que he ocultado. Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado.

Respuesta a la tentación

Si sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien, asegúrate asimismo de decir para tus adentros:
Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mí.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír porque la Voluntad de Dios para nosotros es perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda




Kenneth Wapnick

Lección 69

“Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.”

“(1:1) «Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan.»

Esa es la idea principal. La “luz del mundo” es el Espíritu Santo en nuestras mentes, el recuerdo del Amor de Dios que hemos tratado de olvidar tan enérgicamente. En la Lección 136, Jesús habla sobre el doble escudo del olvido. El tema ahí es la enfermedad, pero también podríamos hablar del ataque, ya que comparte la misma dinámica. Nos estamos defendiendo contra la luz del mundo – el recuerdo de nuestra Identidad como Cristo- que espera hasta que elijamos recordarla.

El primer escudo es la culpabilidad, nuestro odio a nosotros mismos. El segundo escudo surge cuando proyectamos la culpabilidad de nuestra mente y atacamos los cuerpos. Atacarnos a nosotros mismos constituye la enfermedad; atacar a los demás es ira. Por lo tanto, el propósito de abrigar resentimientos es permitirnos decir: “La culpa no está en mí, sino en ti”. Este segundo escudo nos protege de la culpabilidad, que a su vez nos protege del amor.

(1:2) «Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla inmerso en la obscuridad, y tú junto con ellos.»

La Filiación es una. Si tomo la mano de Jesús y estoy en su luz, toda la filiación estará conmigo. Si suelto su mano, mi mente nuevamente se llena de la oscuridad de mi pecado y mi culpa. La Filiación también está allí conmigo, al menos en mi mente delirante.

(1:3-5) «Pero a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos. Comparte tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a ambos.»

Este descorrimiento del velo – la esencia del perdón o el milagro – no tiene nada que ver con lo que la otra persona acepta o no, cree o percibe. Tiene que ver solo con lo que está en nuestras mentes, la esfera de acción del sueño. No hay nada dentro de nosotros excepto los pensamientos del Cielo o el infierno, el «nosotros» que es el Hijo uno de Dios.

(2) «Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. Antes de emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga, dediquemos varios minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. Estamos tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta. Estamos tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol.»

Antes que nada, debemos tener en cuenta cuánto «no queremos» hacer esto. En la presencia de la luz de Cristo, nuestra individualidad se ha ido. Es esto lo que tememos, el lugar de nacimiento de nuestra resistencia a Un Curso de Milagros y, más específicamente, a este tipo de lección.

El siguiente gráfico (lo puedes ver en los comentarios) es paralelo a la discusión de Jesús en esta y la siguiente lección. El círculo en el centro representa el círculo de luz al que él se referirá en breve. Para los propósitos de estas lecciones, este será el lugar de la mente correcta. Como Jesús explicará, este contiene el reflejo de nuestro Ser real. El verdadero Ser, por supuesto, no se encuentra en la ilusión.

Cubrimos el reflejo de la verdad con un círculo de nubes, que se relaciona con nuestra experiencia física. Creemos – el «tú» a quien Jesús habla – que somos un cuerpo en las nubes. El “Tú” está puesto entre comillas porque no es el tú real – por la misma razón el «tomador de decisiones» está entre comillas – el cual se encuentra en la mente.

Creemos que estamos en las nubes y, por lo tanto, no vemos nada más. Si estás en medio de un banco de nubes, no ves el sol. Si tomas un vuelo en un día nublado, no verás la luz del sol hasta que el avión atraviese las nubes. Ya hemos visto porciones de un pasaje en el que Jesús usa la imagen de las nubes ocultando nuestra culpabilidad. Aquí hay más de ese pasaje, que comienza con las ilusiones perceptuales que se encuentran al observar un banco de nubes:

“Pero en ese banco de nubes es fácil ver todo un mundo. Las cordilleras, los lagos y las ciudades que ves, son todos producto de tu imaginación; y desde las nubes, los mensajeros de tu percepción regresan a ti, asegurándote que todo eso se encuentra allí. Se destacan figuras que se mueven de un lado a otro, las acciones parecen reales, y aparecen formas que pasan de lo bello a lo grotesco. Y esto se repite una y otra vez, mientras quieras seguir jugando el juego infantil de pretender ser otra cosa. Sin embargo, por mucho que quieras jugar ese juego, e independientemente de cuánta imaginación emplees, no lo confundes con el mundo que le subyace ni intentas hacer que sea real. Asimismo debería ser con las tenebrosas nubes de la culpabilidad, las cuales son igualmente vaporosas e insubstanciales. No te pueden magullar al atravesarlas. Deja que tu Guía te muestre su naturaleza insubstancial a medida que te conduce más allá de ellas, pues debajo de ellas hay un mundo de luz sobre el que esas nubes no arrojan sombras. Sus sombras sólo nublan el mundo que se encuentra más allá de ellas, el cual está aún más alejado de la luz. Sin embargo, no pueden arrojar sombras sobre la luz.” (T-18.IX.7-8)

Una vez que atraviesas las nubes, ves el sol y su luz. No habían desaparecido, a pesar de que las nubes afectaron negativamente nuestra vista. El punto obvio es que nuestra creencia en el pecado y la culpabilidad no ha afectado el amor que es nuestro Ser. Una vez más, esa hermosa línea: “no se perdió ni una sola nota del himno celestial.” (T-26.V.5:4).

(3) «Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. Pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.»

Más palabras de ánimo de parte de Jesús, instándonos a recordar «por qué» estamos aquí, mientras dejamos de lado nuestra “ancestral [e inútil] búsqueda” que no nos condujo a ninguna parte. Ahora, después de haber elegido la luz en lugar de la oscuridad, nos convertimos en recordatorios para que los demás tomen la decisión que hemos tomado.

(4) «Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. Piensa en tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él.»

El «tú», una vez más, es el «tú» que he puesto entre comillas en el gráfico. El contenido que Jesús nos pide que abandonemos implica resentimientos del pasado, pensamientos de especialismo del presente y temores del futuro – todos relacionados con los cuerpos. Solo vemos las nubes porque estamos en las nubes. Estamos fuera del círculo de luz y, por lo tanto, creemos que estamos “a gran distancia de él”. La culpabilidad es la gran cegadora del universo. Una vez que nos identificamos con ella, no podemos sino “ver” a través de sus ojos. Pero esos ojos se hicieron para no ver, como ya hemos discutido. Por lo tanto, no podemos ver el círculo de luz, a pesar de que está a nuestro alrededor; de hecho, aunque «seamos» nosotros.

(5:1) «Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante.»

En otras palabras, para continuar con el punto anterior, todo lo que conocemos es nuestra individualidad y nuestro especialismo – que creemos que es real. Debido a que percibimos un mundo de cuerpos, una locura compartida por miles de millones de personas, creemos que esto es la realidad, y no somos conscientes de la verdad subyacente. De nuevo, la oscuridad de la culpabilidad nos ciega a la luz. Recuerda esa declaración importante:

“Nada es tan cegador como la percepción de la forma.” (T-22.111.6:7)

(5:2-5) «Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver. Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insubstancialidad. Eso es lo que vamos a intentar hoy.»

No intentamos atravesar las nubes porque no vemos ninguna razón para hacerlo. Al igual que los prisioneros encadenados de Platón que solo vieron la parte posterior de la cueva, ajenos a la fuente de las sombras proyectadas sobre la pared, no conocemos nada más. Por lo tanto, no tenemos más remedio que reorganizar las nubes para sentirnos mejor. Por ejemplo, fabricamos luz artificial para que podamos ver: literalmente, la luz artificial de la electricidad, la luz metafísicamente artificial del sol y, quizás lo más importante, la luz artificial de nuestro especialismo. Al no conocer la luz verdadera, hacemos lo mejor que podemos. Creemos que nuestros problemas se encuentran en los bancos de nube del mundo, así como creemos que nuestras soluciones se encuentran ahí también. La estrategia del ego de establecer la insensatez como realidad ha sido notablemente exitosa.

(6:1) «Después que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer,…»

Date cuenta una vez más de que Jesús no está hablando de salvar un mundo externo – «¡No hay un mundo externo!» Él está hablando del mundo en el que creemos, proyectado desde nuestras mentes.

Creemos en un mundo de separación de Dios, el hogar del pecado, la culpa, el miedo, el ataque y la muerte. Proyectamos este sistema de pensamiento, y ahora creemos que existe un mundo fuera de nosotros y necesita ser salvado. De nuevo, cuando Jesús habla de que somos la luz salvadora del mundo, claramente no está hablando de nada externo, lo cual sería exactamente lo contrario de su mensaje. Salvamos el mundo porque nos salvamos a nosotros mismos; nos salvamos a nosotros mismos porque salvamos al mundo – nuestro ser y el mundo son uno y lo mismo: «las ideas no abandonan su fuente». Lo siguiente resume sucintamente las enseñanzas de Jesús sobre la relación mente-mundo y la naturaleza de la salvación:

“[El mundo] se compone de lo que tú no deseas, lo cual has proyectado desde tu mente porque tienes miedo de ello. Sin embargo, un mundo así sólo se puede encontrar en la mente de su hacedor, junto con su verdadera salvación. No creas que se encuentra fuera de ti, ya que únicamente reconociendo dónde se encuentra es como podrás tener control sobre él. Ciertamente tienes control sobre tu mente, ya que la mente es el mecanismo de decisión.” (T-12.III.9:7- 1 0)

(6:1-3) «…trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. Resuélvete a atravesar las nubes. Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas.»

Al decir “en tu mente, tócalas”, Jesús enfatiza que las nubes no son externas. Son los pensamientos de ataque de la mente, proyectados como experiencia corporal. Este énfasis, huelga decirlo, refleja el deshacimiento de la estrategia de insensatez del ego haciendo que recordemos que tenemos una mente. También refleja el hecho de que Jesús nos anima a elegir la felicidad, la cual solo puede alcanzarse al elegir ser conducidos a través de las nubes de la culpabilidad hacia la luz de la verdad.

(6:4-5) «Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. Sigue adelante; las nubes no te pueden detener.»

Esta es otra forma de decir que las ilusiones no tienen ningún poder a menos que elijamos dárselo. Lo que nos motiva a aprender esta lección es reconocer que nuestro especialismo no funciona para nosotros. El cese de nuestro dolor se convierte así en nuestra motivación:

“La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor.” (T-2.III.3:5-6)

Nuestro dolor nos hace admitir que estábamos equivocados. Abrigar juicios, resentimientos y especialismo en cualquier forma no funciona. Nada funciona, «excepto dejarlos ir a todos». En algún punto llegaremos a aceptar esta verdad por nosotros mismos. Hasta entonces, la lección es simplemente algo que hacemos en el nivel del comportamiento. Las nubes de culpabilidad no pueden detenernos a menos que nuestras mentes les den el poder para hacerlo.

(7) «Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante. Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz. Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.»

¿Cómo podemos perder? Esto, por supuesto, es todo el asunto. Nuestros egos quieren que perdamos, ¡y ni siquiera lo sabemos! No podemos perder porque “el desenlace es tan seguro como Dios” (T-4.II.5: 8 ). Aprendemos que esto es cierto cuando aceptamos la Expiación para nosotros mismos, lo que significa que aceptamos el hecho feliz de que la separación de Dios nunca ocurrió. Todo lo que se requiere para esta aceptación son nuestros “escasos esfuerzos y limitada determinación” – nuestra pequeña dosis de buena voluntad – para permitir que esta verdad sea restaurada a nuestra conciencia por el Espíritu Santo, como Jesús nos asegura en los siguientes pasajes en el contexto del instante santo:

“El instante santo es el resultado de tu decisión de ser santo…Preparas tu mente para él en la medida en que reconoces que lo deseas por encima de todas las cosas. No es necesario que hagas nada más; de hecho, es necesario que comprendas que no puedes hacer nada más…El instante santo no procede únicamente de tu pequeña dosis de buena voluntad. Es siempre el resultado de combinar tu buena voluntad con el poder ilimitado de la Voluntad de Dios.” (T-18.IV.1:1,4-5; 4:1-2)

“Tu papel consiste únicamente en estar dispuesto, aunque sea mínimamente, a que Él [Espíritu Santo] elimine todo vestigio de odio y de temor y a ser perdonado. Sobre tu poca fe, unida a Su entendimiento, Él establecerá tu papel en la Expiación y se asegurará de que lo cumplas sin ninguna dificultad. Y con Él construirás los peldaños, tallados en la sólida roca de la fe, que se elevarán hasta el Cielo.” (T-18.V.2:5-7)

(8:1-2) «Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado. Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás.»

Este pasaje es importante porque nos refleja que Jesús sabe que este es un proceso: “Es posible que aún no reconozcas Su respuesta”. Él no espera que nosotros atravesamos instantáneamente las nubes de la ilusión hacia su luz. Como en muchos otros lugares, Jesús nos recuerda el objetivo, la fuerza de nuestro deseo de lograrlo y la cantidad de práctica que tenemos por delante. Una vez más, “el desenlace es tan seguro como Dios”, y simplemente espera la disminución de nuestro temor de que podamos aceptar la respuesta de Dios.

(8:3-5) «Trata de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito.»

Esto, entonces, se convierte en el prototipo para vivir en el mundo. A medida que experimentamos las nubes de culpabilidad y miedo, ansiedad y depresión del ego, tratamos de recordar Quién va con nosotros. Es solo a través de esta experiencia de confianza en un poder que no somos nosotros – el Amor de Dios y no el ego – que finalmente podemos pasar a través de las nubes hacia la luz. Como Jesús explica, hablando del círculo de miedo en palabras que ya hemos citado:

“Pero Dios puede llevarte hasta allí, si estás dispuesto a seguir al Espíritu Santo a través del aparente terror, confiando en que Él no te abandonará ni te dejará allí. Pues Su propósito no es atemorizarte, aunque el tuyo lo sea. Te sientes seriamente tentado de abandonar al Espíritu Santo al primer roce con el anillo de temor, pero Él te conducirá sano y salvo a través del temor y más allá de él.” (T-18.IX.3:7-9)

Debido a nuestro Compañero debemos tener éxito, porque la verdad siempre tendrá éxito sobre la ilusión, ya que la verdad es todo lo que hay.

(8:6) «Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.»

Como acabamos de ver, no somos nosotros quienes realizamos esta unión, sino el poder de Dios. Esto en realidad significa el Espíritu Santo, Quien restaura a nuestra conciencia la unidad de voluntades que es nuestra única realidad.

(9:1-2) «En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla.»

Jesús no se está refiriendo a sí mismo o al Espíritu Santo aquí. «Ellos» no buscan. Quiere decir que no estamos buscando la luz solos, porque nuestros hermanos son uno con nosotros en la Filiación de Dios. Ese entendimiento viene cuando pedimos ayuda al Espíritu Santo en lugar de al ego demente, siempre que tenemos la tentación de aferrarnos a un resentimiento.

La motivación para tal cambio viene con el reconocimiento de que nuestra felicidad depende de ello:

(9:3-6) «Di entonces:

Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí. No puedo ver lo que he ocultado. Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado.»

No solo «nuestra» felicidad depende de ello, sino nuestra salvación del infierno de la culpabilidad; no solo «nuestra» salvación, sino la de toda la Filiación ya que, una vez más, nuestras mentes son una.

(9:7-8) «Asegúrate asimismo de decir para tus adentros:

Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mí, si sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien.»

En otras palabras, Jesús nos dice que debemos monitorear nuestras mentes para todos los pensamientos de ataque – “grandes” o “pequeños”, “justificados” o “injustificados” – y darnos cuenta de que están ocultando la luz del mundo de nosotros. Dejar a un lado el hecho de que nuestros resentimientos ocultan la luz de esta otra persona; «nos» mantiene en la oscuridad. Nuestro liberación es la motivación – la única motivación que realmente funcionará – para dejarlos ir.”


Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.




LECCIÓN 69

*"Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí."*

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

 En la lección de ayer veíamos que *"el amor no abriga resentimientos"* es imposible que en un estado de total Amor incondicional, pueda haber algún resentimiento. La luz del amor lo ilumina todo, no hay un rastro de oscuridad que persista ante la presencia del Amor. Esa es nuestra naturaleza esencial como el perfecto Hijo de Dios. Pero en este mundo de opuestos, dualidades, conflictos, hay un algo que nos impide ver la luz que es nuestra verdadera naturaleza, ese algo es la culpa, los resentimientos, mis pensamientos de ira y ataque. Todos los que creemos vivir en este mundo no somos conscientes de que realmente no vemos, mucho menos *"Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan."* somos como los prisioneros de la alegoría de la caverna de Platón, que solo podían ver hacia el fondo de la cueva, y creían que las sombras que veían proyectadas era su realidad, y consideraban que esas sombras eran la verdad, que eso era ver, por eso *"Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla inmerso en la oscuridad, y tú junto con ellos."* La oscuridad de nuestras culpas, miedos, pensamientos de ira y ataque, todos los resentimientos acumulados y no sanados, ocultan la luz del amor y nos muestran un infierno de conflictos, y creemos que lo que muestran nuestros ojos es la verdad. La buena nueva que nos trae el Curso es que eso puede cambiar, y que podremos ver de verdad: *"a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos."* pongamos atención a lo que acaba de afirmar Jesús: *"te liberas junto con ellos."* la salvación, la liberación no es una empresa individual sino común, y nos podemos preguntar por qué? La culpa se expresa de dos maneras: 
1. ataque contra uno mismo: la enfermedad
2. Proyectas la culpa sobre tus hermanos o sobre Dios, ahora ellos son los culpables de tus desgracias, eso se convierte en pensamientos de ira o ataque, esos son tus resentimientos. 
Los resentimientos son siempre contra alguien, contra tus hermanos. Por eso *"Comparte tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a ambos."* por eso, cuando te liberas de tus resentimientos, liberas a tus hermanos, cuando te sanas, sanas a tus hermanos junto contigo. Por eso concluye que sanarnos es nuestro único objetivo en este mundo *"La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta."* si de verdad queremos sanarnos, si de verdad queremos volver a ver la luz del Amor, debemos quererlo, debemos desearlo, debemos anhelarlo. *"Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa."* el propósito de la lección de hoy es llegar a experimentar la luz que somos. Intentaremos *”nuevamente llegar a la luz en ti."* y nos pide que dediquemos varios minutos *"a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo."* observemos cómo le da una gran importancia a lo que vamos hacer, nos está ofreciendo una practica que nos lleve de la oscuridad a la luz: *"Estamos tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta."* y si lo logramos podemos trascender nuestros sufrimientos: *"Estamos tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol."* la luz del sol del Amor secara nuestras lágrimas, y en su reemplazo aparecerá nuestra sonrisa de paz y plenitud al poder proclamar lo que soy: la luz del mundo. 

*PRÁCTICA:*

Aquiétate por unos 15 minutos. *"Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. Piensa en tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él."* intenta visualizar lo mejor que puedas lo que se te está indicando. Y *"Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver. Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insustancialidad. Eso es lo que vamos a intentar hoy."'* vamos a atravesar nuestra propia oscuridad de rabias, ira, pensamientos de ataque contra nuestros hermanos y contra Dios, vamos a atravesar toda esa nube espesa y oscura de resentimientos que hemos acumulado. Así que *"Resuélvete a atravesar las nubes. Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. Sigue adelante; las nubes no te pueden detener."* si tienes una firme convicción de lo que estás haciendo, las nubes no te podrán detener, pues el ego y los resentimientos no son más que falsas ilusiones instaladas en nuestra mente, las despejas, las desechas con firmeza y desaparecen. *"Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante."'* 

Si ponemos nuestra voluntad al servicio del amor, no estaremos solos en ello. *"Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz. Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya."* si tienes el propósito de llegar a Dios, Dios mismo irá hacia ti *"y te llevará a la luz."* y para que no nos quede dudas de lo que sucederá, nos dice que. *"Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado."* ten por seguro que si te decides ir hacia Dios, Dios irá hacia ti. 

 Jesús es consciente de nuestras dudas y vacilaciones, que posiblemente, nos impidan experimentar completamente este ejercicio, por lo que nos dice: *"Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. Trata de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya."* No trates de controlar la experiencia, deja simplemente que suceda, y no te dejes bloquear por el miedo. Entrégate totalmente a Dios y déjate guiar por la amorosa mano de Jesús y del Espíritu Santo.

 De ahí la importancia de la quietud y el silencio: *"Después de que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti."* lograr el estado de quietud es muy importante, pues tratamos de llegar a lo más profundo de nuestra consciencia y convertirla en el receptáculo de tu amor y de tu paz

*PRÁCTICAS CORTAS:*

*"En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. Di entonces:"*

 *" Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí."*

*"No puedo ver lo que he ocultado."*

*"Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado."*

Y repítete con mucha frecuencia la idea de hoy. De ser posible varias veces cada hora, recuerda que estas sustituyendo la oscuridad de tus resentimientos por la luz del Amor. 

*RESPUESTA A LA TENTACION:*

Y si a lo largo del día crees experimentar alguna situación conflictiva, dite para tus adentros:

*"Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mí,"*

Si logramos hacer lo mejor posible la práctica, nuestra luz interior podrá brillar e iluminar al mundo con nuestra paz y con nuestro perdón, y de esa manera ponemos *"fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen."*
Esta lección nos pide que tengamos confianza en el apoyo que recibiremos si nos decidimos con certeza a irradiar nuestra luz a todos nuestros hermanos, y al ver sus rostros radiantes, aumentará nuestra voluntad común de caminar todos juntos hacia nuestra eterna morada, nuestro Padre nos aguarda y los ángeles entonan el himno celestial que nos da la bienvenida. Avancemos hacia la luz que nos espera, pues es nuestra propia luz.  




~ Reflexiones de Sarah - UCDM - Lección 69: “Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.” ~ 

"Con el fin de conocer nuestra verdadera Naturaleza tal como Dios nos la ha dado, necesitamos liberar los obstáculos que ocultan la verdad de Quiénes somos. Al abrigar resentimientos, hemos elegido olvidar nuestra verdadera Naturaleza. ¿Qué tan motivados estamos para recordar el Amor de Dios que nunca nos ha dejado? Su recuerdo aún se encuentra en nuestras mentes, pero siempre y cuando nos pongamos del lado del ego, abrigaremos resentimientos, que es lo que el ego nos invita a hacer. Su existencia depende de nuestro consentimiento en culpar a otros y verlos como responsables por nuestra infelicidad y falta de paz.

No somos quienes pensamos que somos, pero siempre y cuando abriguemos resentimientos, no conoceremos nuestra verdadera Identidad. Como se ha señalado en la Lección de ayer: “tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme, parece estar despierta.” (W.68.2.1) La única manera de conectarse con el Ser Crístico es “ver más allá del velo de tinieblas que lo mantiene oculto.” (W.69.2.4) La práctica de la meditación que se ofrece en esta Lección es para ayudarnos a experimentar la Luz que somos detrás de las nubes de la ilusión que mantienen a la Luz oculta de nuestra conciencia.

La práctica comienza con una mentalidad de “firme determinación para llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa.” (W.69.3.1) Debemos reconocer que no hay ningún otro propósito ni ninguna otra función aquí que cumplir. (W.69.3.3) Es necesario ver “cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer,” (W.69.6.1) y “Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado.” (W.69.8.1) Debe haber una sensación intensa y profunda del valor que le damos a esta actividad. Sin embargo, basándose también en la Lección de ayer, hay una gran cantidad del uso de la palabra “trata”. Con ello se reconoce que todavía estamos practicando algo que no es fácil para nosotros.

Jesús sabe que esto es un proceso para nosotros. Hasta que experimentemos la Luz detrás de las nubes, “no vemos nada que nos indique” que está allí. (W.69.5.1) Hasta que no tengamos algo de experiencia de la paz, la alegría y el Amor sin límites que viene de esto, nuestra motivación no será fuerte. Cuando tengamos algunas experiencias de este estado de paz, nuestra motivación aumentará. Ahora mismo Jesús reconoce: “Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver.” (W.69.5.2-3) Hasta que tengamos la experiencia de ir “a través de ellas y más allá de ellas,” no “estaremos muy convencidos de su insubstancialidad.” (W.69.5.4) La fe y la confianza nos llevarán de nuevo a nosotros mismos.

¿Qué son estas nubes? Son nuestros pensamientos erróneos sobre nosotros mismos y el mundo, basados en la creencia de que hemos pecado por haber elegido el sistema de pensamiento del ego. Ahora experimentamos culpa. Con la decisión que tomamos de separarnos y establecer nuestro propio reino, vino la incertidumbre y el temor. Proyectamos la traición de lo que pensamos que hemos hecho en los demás. Ahora los hacemos responsables por nuestra condición y esperamos ser traicionados a su vez. Esta es la base para los resentimientos que abrigamos contra ellos. No nos damos cuenta de que todo comienza en nuestras propias mentes.

Las historias que tenemos sobre nosotros mismos y el mundo constituyen estas nubes, las cuales cubren la verdad. Las nubes son ilusorias. Nuestras mentes tratan de poner orden en el caos. Tratamos de poner alguna explicación de por qué somos de la manera que somos, y por qué nuestras vidas parecen ser lo que son, pero es todo un cuento que nos hemos inventado. Hicimos todo esto. Cuando tenemos conciencia de esto, hay una sensación de desorientación. El suelo sobre el que parecíamos estar de pie ya no se siente tan sólido. Las creencias y opiniones que una vez estimamos ya no son sólidas. La duda ha entrado en nuestras mentes. Hemos empezado a ver que nuestros pensamientos no tienen realidad. En realidad, estamos haciendo progresos.

Quienes pensamos que somos, como cuerpos y personalidades, y todo acerca de lo que es este mundo, todo parece tan convincente, por lo que la experiencia de ir más allá de las nubes es un reto para nosotros, sin embargo, tan importante. “Después que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti.” (W.69.6.1) Este mundo no existe en realidad, pero es el mundo en el que creemos y es una proyección del sistema de pensamiento que abrigamos en nuestras mentes. Se trata de un sistema de pensamiento de pecado, culpa y miedo. Lo que estamos dejando a un lado son nuestros resentimientos del pasado, la culpa que viene de lo que pensamos que hemos hecho de nosotros mismos, y el temor a las represalias en el futuro.

Tenemos un propósito aquí que Jesús dice que nos es “más querido que ninguna otra cosa.” (W.69.3.1) Sólo tenemos una necesidad y esa es nuestra salvación. Lo que realmente significa que es nuestra curación. Más que cualquier otra cosa, hay una parte de la mente que quiere sentirse curada y plena. Sí, hay resistencia porque hay otra parte de la mente que ha elegido la separación, y todavía está invirtiendo en estar lo cierto acerca de nosotros mismos y el mundo. Esta parte todavía cree que sabe cómo encontrar su propia felicidad, pero en última instancia estamos tomando este Curso porque hemos oído la llamada en nosotros para ir a nuestro Hogar. Esta parte de nosotros ya no quiere caminar en el miedo, ni experimentar la carencia, la soledad y la separación con sus “regalos” de especialismo e individualidad. “Tú, que formas parte de Dios, no te sientes a gusto salvo en Su paz.” (T.5.III.10.7) (ACIM OE T.5.V.42) “No podrás por menos que buscar, ya que en este mundo no te sientes a gusto. Y buscarás tu hogar tanto si sabes dónde se encuentra como si no.” (T.12.IV.5.1) (ACIM OE T.11.V.40)

Las “densas capas de nubes oscuras” (W.69.4.2) que rodean nuestras mentes, están ahí para ocultar el recuerdo del Amor de Dios, el Cual está enterrado en la mente. Todo lo que vemos en este lugar son las nubes porque estamos en las nubes. “Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él.” (W.69.4.3) Mirando desde donde creemos que estamos, parecemos estar fuera del círculo de Luz y bastante separados de él. Este círculo de Luz está por todas partes, sin embargo, no lo vemos porque nuestros ojos fueron hechos para no ver. Todo lo que vemos, en cambio, son las pesadas y oscuras nubes, las cuales son las nubes del ego de culpabilidad, miedo, ansiedad y depresión.

A medida que hacemos el trabajo del perdón llevando conciencia a la forma en que estamos invirtiendo en nuestro especialismo, se hace el espacio en nuestras mentes para que la Luz de nuestro Ser pueda venir a través. Liberamos a nuestros hermanos junto con nosotros porque todos somos uno, y por lo tanto “vemos las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol” (W.69.2.5), lo cual es una metáfora de la belleza que viene con el reconocimiento de nuestra inocencia y la de nuestros hermanos.

Hemos llegado a pensar en la identidad del ego como nuestra realidad. Creemos que los ídolos de este mundo (el dinero, las relaciones especiales, los cuerpos, las cosas del mundo) nos harán felices. El ego trata de convencernos de que esta es nuestra realidad y no hay nada más. El ego se resiste a que tengamos un recuerdo de Quiénes somos porque, si realmente conociésemos nuestra santidad, no invertiríamos más en el ego. Es una amenaza significativa para el ego, pero pondría fin a nuestra ancestral búsqueda ;).

Más allá de nuestra mente del ego (la mente errada) y la mente recta, donde está el recuerdo de Dios, está la Luz de nuestro Ser. Es lo Que somos. Es como el sol inmutable que brilla detrás de las nubes. Las nubes parecen ocultar esa Luz y oscurecer la verdad. El verdadero Ser es reflejado en la mente recta, que es lo que estamos tratando de alcanzar. Mientras estemos en las nubes, todo lo que conocemos es nuestra individualidad, nuestro especialismo, y nuestra realidad mundana, los cuales parecen tan reales para nosotros, porque eso es todo lo que vemos y experimentamos. Necesitamos una razón para ir más allá de esta experiencia de un ser separado. Nuestra motivación para hacerlo se refuerza cuando experimentamos un alivio de la tiranía del ego y sus pensamientos obsesivos. Mediante la aplicación diaria de estas Lecciones, estamos aprendiendo a confiar en este proceso por el cual podemos deshacer la separación y todo el dolor y la angustia que viene con ello. Este proceso implica ir más allá de estos obstáculos al estar dispuestos a ver que son proyecciones de nuestros propios pensamientos de auto-ataque. Ahora podemos liberarlos e ir a través de ellos hacia la verdad.

A medida que hagamos la práctica, recordemos que las nubes no son externas. Son nuestros pensamientos acerca de nuestras experiencias en este mundo y los resentimientos que abrigamos. Todos ellos son ilusiones, pero es importante ver que no tienen poder, por lo que podemos ir más allá de ellos. Con el fin de mejorar nuestra motivación, es importante reconocer que los juicios y resentimientos los resentimientos siempre nos traen sufrimiento. Tratar de resolver los problemas reordenando las nubes no hace nada. No nos llevará a la Luz. Sin embargo, aquí es donde ponemos la mayor parte de nuestra atención al tratar de arreglar las cosas en el mundo de las formas.

Siempre he sido una persona muy responsable, que ha cuidado de las personas en mi vida. Este papel refleja una necesidad de mejorar las cosas para las personas en mi vida, sacrificándome por ellos. Este papel de dar a otros, sin embargo, no recibe fácilmente. He trabajado con esto vigilantemente desde hace muchos años y he renunciado a gran parte del comportamiento de complacer a las personas y que no me ha servido. Cuando lo hago, mis relaciones se vuelven más auténticas y sanas. Reconozco que la raíz de esta conspiración contra mí misma ha sido la auto-traición. Es acerca de traicionar a mi Ser auténtico y abandonar mi verdadera esencia. Recuerdo claramente una infancia de conciencia inocente, sabiendo que no estaba destinada para el papel que había asumido. Al ver que lo que hago contra mí misma lo estoy haciendo contra todos a quienes amo, mi motivación para perdonarme a mí misma se refuerza. Únicamente cuando reconozco la igualdad en todos puedo curar mis sentimientos de auto-traición. Esta oportunidad se me ha dado en el cuidado de mi anciana madre, de quien nunca estuve cerca. Ella está en mi vida para que yo mire mis roles anteriores y renuncie a las expectativas que coloco sobre mí misma. Ella es un espejo maravilloso para mí de lo que necesita ser sanado en mi propia mente.

Hoy, “trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia.” (W.69.4.1) Esto requiere de práctica. Se necesita de un nivel de concentración, disciplina y atención al que no estamos acostumbrados. Por lo tanto, esta práctica de meditación, como se introdujo en la lección 41 y continúa aquí, no es uno de disociación o de permitir que nuestras mentes se vuelvan perezosas. Esta Lección es acerca de concentración y atención. Se necesita de una “firme determinación para llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa.” (W.69.3.1) Vamos a estar resueltos hoy en nuestra práctica mediante el reconocimiento de que estamos invirtiendo en nuestra felicidad a través de esta práctica. Nuestra felicidad yace más allá de las nubes y en la verdad de Quiénes somos.

No nos dejemos ser tentados de abrigar cualquier cosa contra nadie hoy. Esto no es acerca de intentar sentir de Amor por todo el mundo, sino acerca de mirar honestamente nuestros pensamientos: resentimientos, opiniones que sostenemos, historias que contamos acerca de nosotros mismos y de los demás, necesidad de tener la razón, confiar en nosotros mismos para entender las cosas, y tratar de ir más allá de todo eso. Es reconocer que no sé nada. Este es el velo de oscuridad del que estamos tratando de ver más allá. Esto es lo que oculta la verdad de Quiénes somos.

Haz un compromiso contigo mismo de que vas a utilizar este día como un salón de clases para tu despertar a la verdad de Quién eres, y cada persona y cada situación está en tu salón de clases hoy para ayudar a hacer precisamente eso. No tenemos ningún otro propósito o función aquí. No estamos aquí por ninguna otra razón. Llegar a este lugar de Luz y de paz en nosotros es nuestro único objetivo, ya que es la única manera en que podemos “Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.” (W.69.8.6)

Todo el poder del universo está disponible para ayudarnos con esto ;). “Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz.” (W.69.7.2) Su poder está detrás de cada esfuerzo que hagamos. Se nos has garantizado el que podemos tener confianza en nuestra capacidad para experimentar la Luz en nosotros. Al entrar en esta práctica, mantén esta confianza en la mente. Estamos uniendo nuestra voluntad con la de Dios. Por lo tanto, estamos seguros de que tendremos éxito. ¿Conseguiremos tener éxito inmediatamente? Es posible, pero para la mayoría de nosotros probablemente será más bien un proceso de deshacimiento, y con cada esfuerzo que hagamos, nos acercaremos a nuestro objetivo (y).
 
Amor y bendiciones, Sarah <3 "

~ ACIM Edmonton - Sarah's Reflections - Lesson 69

“My grievances hide the light of the world in me.”



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BENDICIONES!






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