LECCIÓN 73 Mi voluntad es que se haga la luz.

 LECCIÓN 73

Mi voluntad es que se haga la luz.


1. Hoy vamos a examinar la voluntad que compartes con Dios. ²Dicha voluntad no es lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada. ³La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la Creación. ⁴Los vanos deseos del ego no se pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder alguno. ⁵Sus deseos no son infructuosos en el sentido de que pueden dar lugar a un mundo de ilusiones en el cual puedes llegar a creer ciegamente. ⁶Desde el punto de vista de la Creación, no obstante, son ciertamente infructuosos, pues no dan lugar a nada que sea real.

2. Los vanos deseos y los resentimientos son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves. ²Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos—los cuales son indispensables para sustentar este mundo—lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén “justificados”. ³Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos. ⁴Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. ⁵Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser.

3. Pierdes conciencia de tu voluntad en esta extraña negociación en la que la culpa se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. ²¿Podría un mundo como éste haber sido creado por la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre? ³¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo? ⁴La Creación es la Voluntad conjunta de Ambos. ⁵¿Hubiese creado Dios un mundo que Lo pudiese destruir?

4. Hoy trataremos una vez más de ponernos en contacto con el mundo que es acorde con tu voluntad. ²La luz está en él porque no se opone a la Voluntad de Dios. ³No es el Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él. ⁴Las tinieblas han desaparecido, ⁵y los vanos deseos del ego se han disipado. ⁶Sin embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es un reflejo de tu voluntad. ⁷Por lo tanto, es dentro de ti donde la buscaremos.

5. Tu imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti. ²Ni la fuente de la luz ni la de la obscuridad pueden encontrarse fuera de ti. ³Tus resentimientos nublan tu mente y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso. ⁴El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz. ⁵Hemos subrayado repetidas veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos, y que ésta no puede interponerse entre tu salvación y tú. ⁶La razón es muy simple. ⁷¿Quieres realmente estar en el infierno? ⁸¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?

6. Olvídate de los argumentos del ego que tratan de probar que todo eso es realmente el Cielo. ²Tú sabes bien que no lo es. ³Eso no puede ser lo que deseas para ti mismo. ⁴Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden pasar. ⁵El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que realmente deseas. ⁶Eso es lo que en verdad es tu voluntad. ⁷Y por ende, la salvación es asimismo tu voluntad. ⁸Tú quieres tener éxito en lo que nos proponemos hacer hoy. ⁹Así que lo emprendemos con tu bendición y grata conformidad.

7. Tendremos éxito hoy si recuerdas que lo que quieres para ti es la salvación. ²Quieres aceptar el plan de Dios porque eres parte integrante de él. ³No tienes ninguna voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan ni tampoco es ése tu deseo. ⁴La salvación es para ti. ⁵Por encima de todo quieres tener la libertad de recordar Quién eres realmente. ⁶Hoy es el ego el que se encuentra impotente ante tu voluntad. ⁷Tu voluntad es libre y nada puede prevalecer contra ella.

8. Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu voluntad recordar. ²Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza. ³Deja que hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno al Cielo.

9. Comenzaremos nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad. ²No es el designio de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad. ³Es el único objetivo aquí con el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo. ⁴Triunfarás hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos. ⁵Su voluntad queda ahora reinstaurada en su conciencia. ⁶Él está dispuesto hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a salvarse.

10. Después que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila certeza:

²Mi voluntad es que se haga la luz. 

³Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la mía.


⁴Deja entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al Poder de Dios y en unión con tu Ser. ⁵Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección. ⁶Únete a Ellos que te señalan el camino.

11. En las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. ²Di:

³Mi voluntad es que se haga la luz. 

⁴La obscuridad no es mi voluntad.


⁵Debes repetir esto varias veces por hora. ⁶Es de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento. ⁷Esto te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos en la obscuridad.





AUDIOS de la Lección 73
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 73
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.


Ocurrir de la Lección 73
a través de Martin Musarra


Lección 73 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda








LECTURA DE LA LECCIÓN 73




LECCIÓN 73
COMENTADA POR JORGE LUIS ALVAREZ CASTAÑEDA




OCURRIR DE LA LECCIÓN 73




LECCIÓN JORGE PELLICER




LECCIÓN DAVID HOFFMEISTER




LECCIÓN MARIA IBARS



LECCIÓN KENNETH WAPNICK




LECCIÓN 73

Mi voluntad es que se haga la luz.

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, en esta lección, nos propone de nuevo ir hacia el interior de nuestra mente para llegar a la luz que nos muestra el mundo real. 

Recordemos lo que es la luz. Es una metáfora que usa Jesús para describir un estado mental unificado en el cual: la obscuridad no puede verse, es un estado de fortaleza, donde no hay opuestos, donde hay paz perfecta. No se puede percibir con los ojos del cuerpo. 

Jesús nos dice:
_”La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la creación”_. 

Recordemos que aquí se refiere al Ser que somos, al Ser con mayúscula, a esa parte de la mente que nunca se ha separado de la Mente de Dios, al Hijo de Dios, al Cristo y no a las figuras del sueño o personajes (Jorge, Pedro, María), es decir, al ser con minúscula que utiliza el ego para mantener la separación. El Curso pretende que mediante el entrenamiento mental del perdón y con la ayuda del Espíritu Santo el ser con minúscula se integre al Ser con mayúscula.

Nuestra voluntad es idéntica a la Voluntad de Dios porque fuimos creados como extensión de su Voluntad. Y la Voluntad de Dios es paz, Amor, felicidad, unidad, salud, alegría, confianza, fe, tolerancia. La Voluntad de Dios no tiene nada que ver con lo que Jesús llama los vanos deseos del ego y los resentimientos que son los fabricantes de este mundo que vemos. Por eso, nos dice Jesús:

_Los vanos deseos y los resentimientos son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves. Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos—los cuales son indispensables para sustentar este mundo—lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén “justificados”. Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos. Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser”_.

Los vanos deseos, las ilusiones que tenemos con el ego, buscan justificar nuestro deseo de ser especiales con el cual fabricamos nuestros pequeños mundos particulares en los nos sentimos mejores, diferentes y separados de nuestros hermanos. Pero, para justificar estos pequeños mundos necesitamos los resentimientos que  nos mantienen en el pasado reviviendo, una y otra vez,  la supuesta ofensa que nos hicieron en el pasado o que no queremos perdonar. Los resentimientos son fundamentales para mantener nuestros pequeños mundos separados. Pero, para que esto funcione necesitamos continuamente que estar elaborando juicios para atacar y defendernos, por eso, necesitamos figuras a quienes atacar, de quienes defendernos. Estas figuras nos separan de nuestros hermanos porque no son fruto sino de nuestras proyecciones de culpa y miedo que hemos descargados sobre ellos. Preferimos ver a nuestros hermanos culpables y vernos culpables con relación a ellos y, de esa manera, profundizar los resentimientos, que aceptar que la Voluntad de Dios es la misma nuestra. 

La voluntad que compartimos con Dios no tiene nada que ver con este mundo de resentimientos, de odios, de sufrimiento y de muerte.

 Jesús nos dice:
_“Tus resentimientos nublan tu mente, y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso. El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz”_.

 Y nos pregunta:
“¿Quieres realmente estar en el infierno? ¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?”

Todas estas últimas lecciones nos dejan un despertar de conciencia, un nuevo renacer que está despertando en nuestro interior; andar por el valle de la luz ese es el camino que siempre podemos escoger; tener la mente limpia, sin culpas es lo mejor, lo más grande que se puede vivir; nunca nos hemos ido del Amor de Dios. Nunca hemos abandonado la luz que hay en nuestra mente recta que trasciende, mediante el perdón, toda la obscuridad de los resentimientos y de los vanos deseos del ego y que nos permite ver el mundo real, el mundo perdonado, el mundo del amor de Dios.

Los ejercicios de hoy apuntan a alcanzar el mundo que está de acuerdo con tu voluntad que es la misma Voluntad de Dios: el mundo real. Les sugiero que realicen las prácticas tal como les propone Jesús, de la mano del Espíritu Santo y, como es una lección que busca que seamos felices, no nos olvidaremos de reír.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección como se nos propone siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír, porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda



LECCIÓN 73: Mi voluntad es que se haga la luz.
Kenneth Wapnick 


En esta lección Jesús continúa hablando de las quejas. Comienza, sin embargo, por contrastar la voluntad con el deseo, una distinción que se explica con más detalle en el texto (véase, por ejemplo, T-7.X.4-7): el ego desea; el espíritu quiere. 
(1:1-2) Hoy estamos considerando la voluntad que usted comparte con Dios. Esto no es lo mismo que los deseos ociosos del ego, de los cuales surgen la oscuridad y la nada. 
El deseo ocioso del ego es estar separado de la Voluntad de Dios, un yo individual separado de Su Unidad viviente. De ese deseo ilusorio surge la nada y la oscuridad: primero el sistema de pensamiento egoísta del pecado, la culpa y el miedo; y luego el mundo. 
(1:3-7) La voluntad que compartes con Dios tiene todo el poder de la creación en ella. Los deseos ociosos del ego no son compartidos, y por lo tanto no tienen poder alguno. Sus deseos no son ociosos en el sentido de que pueden hacer un mundo de ilusiones en el que su creencia puede ser muy fuerte. Pero en realidad son ociosos en términos de creación. No hacen nada que sea real. 
Los deseos ociosos del ego no tienen poder en la realidad, pero ciertamente lo tienen dentro del sueño. En el nivel de la verdad, el ego no es absolutamente nada, pero dentro de su propio sistema de pensamiento es muy poderoso. Después de todo, cree que destruyó el Cielo. Sin embargo, debido a que el ego está por su cuenta, carece del poder de la Unidad del Cielo, que es el poder de la creación. El "poder" de la mala creación del ego sólo puede hacer 
ilusiones; por lo tanto, es ocioso. Mencioné anteriormente que en el texto Jesús hace la misma distinción. He aquí un extracto de sus comentarios: 
... Dios quiere. Él no lo desea. Su voluntad es tan poderosa como la suya porque es la suya. Los deseos del ego no significan nada, porque el ego desea lo imposible. Puedes desear lo imposible, pero sólo puedes hacerlo con Dios. Esta es la debilidad del ego y su fuerza (T-7.X.4:6-11). 
(2) Los deseos ociosos y los agravios son socios o co-creadores para imaginar el mundo que usted ve. Los deseos del ego dieron lugar a ello, y la necesidad del ego de agravios, que son necesarios para mantenerlo, lo puebla con figuras que parecen atacarte y que llaman a un juicio "justo". Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea para traficar con los agravios. Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. Contemplándolos, no conoces a tus hermanos ni a tu Ser. 
Cuando Jesús habla de "imaginar el mundo que vemos", no quiere decir que hay un mundo ahí fuera que simplemente percibimos mal. Él está hablando del mundo de percepción que vemos. No es sólo que veamos por medio de nuestros malos pensamientos. El hecho de que veamos en primer lugar es el objeto de la corrección de Jesús. El mundo perceptivo -"el sistema delirante de los que se vuelven locos por la culpa" (T-13.in.2:2)- fue creado por el deseo de proteger la decisión de nuestra mente de estar separados, y la dinámica de la proyección, que logró esto, también es utilizada para proteger la proyección original (o primaria). Nuestros agravios contra los demás -las proyecciones secundarias, si se quiere- perpetúan el delirante sistema de separación manteniéndolos separados de nosotros, al mismo tiempo que los mantenemos como pecadores merecedores de castigo. Todo esto -las relaciones especiales de amor y odio que son el pan y la mantequilla del ego- atacan continuamente nuestra realidad y la de nuestros hermanos como Cristo: El Hijo único de Dios, indiferenciado e indiviso. Nuestra especialidad los viste en la oscuridad de nuestras necesidades y demandas, escondiendo la luz que nos une a todos como un solo Ser. 
(3) Tu voluntad se pierde en este extraño trueque, en el cual la culpa es intercambiada de un lado a otro, y los agravios aumentan con cada intercambio. ¿Puede un mundo así haber sido creado por la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre? ¿Creó Dios un desastre para su Hijo? La creación es la voluntad de ambos juntos. ¿Crearía Dios un mundo que se matara a sí mismo? 
Una vez más, Jesús no está hablando de un mundo en el que hay muerte física, accidentes aéreos u otros sucesos desastrosos; está hablando de un mundo físico, punto. El mundo de la percepción es el mundo de la dualidad; el mundo de las relaciones especiales en el que cada uno de los miembros de la pareja negocia con el otro por algunos trozos de lo especial. Cada uno busca dar lo menos y recibir lo más posible a cambio. Esta extraña y antinatural manera de relacionarse -un ego tratando de negociar con otro ego ego egoísta por lo que en última instancia no vale la pena- se describe de manera muy explícita en este pasaje de "La Elección para la Finalización": 
Lo más curioso de todo es el concepto del yo que el ego fomenta en la relación especial. Este "yo" busca que la relación se haga completa. Sin embargo, cuando encuentra la relación especial en la que cree que puede lograr esto, se delata a sí mismo y trata de "intercambiarse" a sí mismo por el yo de otro. Esto no es unión, porque no hay aumento ni extensión. Cada socio trata de sacrificar el yo que no quiere por el que cree que preferiría. Y se siente culpable por el "pecado" de tomar, y de no dar nada de valor a cambio. ¿Cuánto valor puede dar a un ser que daría para obtener uno "mejor"? (T-16.V.7) 
Al leer la Biblia, un estudiante de Un Curso de Milagros puede ver cómo la deidad bíblica está directamente involucrada en ese extraño trueque, intercambiando continuamente quejas con sus hijos. Este refuerzo de los principios especiales del ego explica la gran atracción que la Biblia ha tenido para sus lectores y seguidores, y uno puede preguntarse justificadamente si el Dios del Amor y la Unidad podría estar involucrado con tal locura. 
(4) Hoy intentaremos una vez más llegar al mundo que está de acuerdo con tu voluntad. La luz está en ella porque no se opone a la voluntad de Dios. No es el Cielo, pero la luz del Cielo brilla en él. La oscuridad ha desaparecido. Los deseos ociosos del ego han sido retirados. Sin embargo, la luz que brilla sobre este mundo refleja tu voluntad, y así debe ser en ti que la buscaremos. 
Este es el mundo real. Aunque sigue siendo una ilusión, refleja la realidad del Cielo ya que no se opone a la Voluntad de Dios de ninguna manera. En este estado de paz estamos fuera del sueño, viendo el mundo físico por lo que es. Hemos aceptado la Expiación por nosotros mismos al elegir, de una vez por todas, en contra de los deseos de separación del ego. Todo lo que queda es la luz de la verdad de la Expiación en nuestras mentes, esperando pacientemente nuestra decisión de buscarla. 
(5:1-4) Su imagen del mundo sólo puede reflejar lo que hay dentro. La fuente de la luz y de las tinieblas no puede ser encontrada sin ella. Los agravios oscurecen tu mente, y miras hacia un mundo oscuro. El perdón levanta las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite ver un mundo de luz. 
La verdad y las ilusiones están dentro de nuestras mentes; no fuera, como el ego quiere que creamos. Esta idea nos es más que familiar a estas alturas: Lo que vemos fuera es una proyección de lo que primero hemos visto dentro: la proyección hace percepción. Si queremos ver la luz fuera, primero debemos verla dentro, a la que no podemos llegar sin pasar por la oscuridad. Por lo tanto, el perdón, la anulación de la culpa de la mente, es el medio para lograr este resultado feliz y lleno de luz. 
(5:5-8) Hemos enfatizado repetidamente que la barrera de los agravios se pasa fácilmente, y no puede interponerse entre usted y su salvación. La razón es muy simple. ¿De verdad quieres estar en el infierno? ¿Realmente quieres llorar, sufrir y morir? 
La barrera se pasa fácilmente porque no consiste en nada más que nuestra decisión de estar en el infierno de la separación y el ataque. Una vez que Jesús nos enseñó que todo sufrimiento, incluso hasta la muerte, ha venido de esta decisión, la respuesta es muy simple: cambiar nuestras mentes y perdonar. 
(6:1-4) Olvida los argumentos del ego que buscan probar que todo esto es realmente el Cielo. Sabes que no es así. No puedes querer esto para ti. Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden ir. 
En otras palabras, las ilusiones nunca nos harán felices. Tenemos que aceptar esa declaración como un hecho antes de que podamos estar dispuestos a pedir la ayuda de Jesús. Las ilusiones de lo especial pueden ciertamente traernos felicidad y placer, pero estos nunca pueden durar porque nuestras relaciones especiales fueron hechas para no durar. Este es "el punto más allá del cual las ilusiones no pueden ir". ¿Por qué querríamos buscar lo que inevitablemente nos fallará? Jesús regresa repetidamente a este punto, ya que su llamado es lo que él espera que eventualmente nos aleje del infierno. 
(6:5-6) El sufrimiento no es felicidad, y es felicidad lo que realmente quieres. Esa es tu voluntad en verdad. 
Una vez más, Jesús está señalando nuestra necesidad de darnos cuenta de que lo que hacemos en este mundo no nos hace felices. Hasta que no lo aceptemos, y aceptemos que ninguna de nuestras particularidades va a acabar con nuestro dolor o nos va a traer alegría, no vamos a pedir su ayuda, al menos no sinceramente. Intrínseco a este proceso es reconocer, como hemos visto antes, que sólo él puede enseñarnos la diferencia entre el dolor y la alegría, el encarcelamiento y la libertad, el sufrimiento y la felicidad. 
(6:7-9) Y así la salvación es también tu voluntad. Usted quiere tener éxito en lo que estamos tratando de hacer hoy. Lo llevamos a cabo con su bendición y su alegre acuerdo. 
Jesús no puede ayudarnos a menos que le demos nuestra bendición. Es por eso que primero debe convencernos de que él tiene razón y nosotros estamos equivocados, y que realmente preferimos ser felices y no correctos (T-29.VII.1:9). Sin tal convicción nunca elegiríamos seguirlo. Es por eso que él nos necesita tanto como nosotros a él (T-8.V.6:10). Necesitamos querer ser ayudados; sólo entonces se puede lograr nuestra salvación. 
(7) Tendremos éxito hoy si recuerdas que quieres la salvación para ti mismo. Quieres aceptar el plan de Dios porque lo compartes. No tienes ninguna voluntad que pueda oponerse realmente a ello, y no quieres hacerlo. La salvación es para ti. Por encima de todo, quieres la libertad de recordar quién eres realmente. Hoy es el ego el que está impotente ante tu voluntad. Tu voluntad es libre, y nada puede prevalecer contra ella. 
Otra charla de ánimo de Jesús, recordándonos que debemos recordar cuánto queremos su salvación en vez de la esclavitud del ego; que nuestra libertad yace en nosotros mismos como lo hace nuestro encarcelamiento. Cuando estamos tentados a olvidar, él nos recuerda que no importa cuán poderoso parezca ser el ego -externo e interno- no puede tener poder sobre nosotros a menos que lo permitamos. Por eso nada puede prevalecer contra nuestra voluntad, como nos dice en el texto: 
... El Reino está perfectamente unido y perfectamente protegido, y el ego no prevalecerá contra él (T-4.III.1:12; cursiva omitida). 
Esa es la fuente de nuestra esperanza y nuestra alegría. 
(8) Por lo tanto, hacemos los ejercicios del día de hoy con confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar, y recordaremos lo que es tu voluntad recordar. Ningún deseo ocioso puede detenernos, ni engañarnos con una ilusión de fuerza. Hoy dejen que se haga su voluntad, y terminen para siempre con la loca creencia de que es el infierno en lugar del Cielo lo que eligen. 
La charla de ánimo continúa, ya que Jesús quiere que entendamos la inherente debilidad de los deseos ilusorios del ego, que de ninguna manera pueden compararse con la fuerza de nuestra voluntad, siempre en armonía con la Voluntad de nuestro Creador y Fuente. 
(9) Comenzaremos nuestros períodos de práctica más largos con el reconocimiento de que el plan de Dios para la salvación, y sólo el suyo, está totalmente de acuerdo con su voluntad. No es el propósito de un poder alienígena que se les ha impuesto sin querer. Es el único propósito en el que tú y tu Padre están en perfecto acuerdo. Tendrás éxito hoy, el tiempo señalado para la liberación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos ociosos. Su voluntad ha sido restaurada a su conciencia. Él está dispuesto hoy mismo a mirar la luz que hay en él y ser salvo. 
Jesús nos pide que pongamos en práctica lo que nos ha estado enseñando; que pensemos seriamente durante los largos períodos de práctica del día acerca de nuestro error al pensar que querríamos, aunque pudiéramos, oponernos a la voluntad de Dios. Nos pide que veamos cuán infelices nos ha hecho ese error, y cuán felices podríamos ser simplemente dejando de lado la oposición de nuestro ego a la verdad. Así damos la bienvenida a la Voluntad de Dios donde ya está, cuando la conciencia del Cielo es restaurada en nuestras mentes en lugar del infierno que habíamos hecho en su lugar. 
Es importante entender que debemos aceptar verdaderamente esta enseñanza; de lo contrario, podríamos optar por practicar estas lecciones de manera conductual, sin realmente querer hacerlo. Al principio del texto Jesús nos advierte contra este mismo error de entrar en el conflicto de no querer hacer lo que sentimos que nos está pidiendo que hagamos, pero haciéndolo de todos modos: 
...Puedes comportarte como creas que debes, pero sin querer hacerlo del todo. Esto produce un comportamiento consistente, pero implica una gran tensión..... resultando en una situación en la cual 
usted está haciendo lo que no quiere hacer del todo. Esto despierta un sentido de coerción que generalmente produce rabia, y es probable que la proyección siga (T-2.VI.5:4-7). 
Es por eso que Jesús está continuamente enfatizando los beneficios para nosotros de dejar ir nuestras quejas. Quiere que queramos perdonar. Sólo entonces, verdadera y gozosamente, elegiremos hacerlo. 
(10) Después de recordarte esto, y determinando tener tu voluntad claramente en mente, díte a ti mismo con gentil firmeza y tranquila certeza: 
Allí habrá luz. Permítanme contemplar la luz que refleja la voluntad de Dios y la mía. 
Entonces deja que tu voluntad se afirme, unida con el poder de Dios y unida con tu Ser. Ponga el resto del período de práctica bajo Su guía. Únete a Ellos mientras Ellos lideran el camino. 
Hacemos nuestra parte uniéndonos a Dios y a Cristo en nuestras mentes. Esto permite que nuestra Voluntad conjunta brille a través de nosotros, abrazando la filiación en la unidad del amor. Este proceso de reflejar la voluntad de luz de la creación -la esencia de la curación- encuentra una expresión encantadora en el principio final de los hacedores de milagros, conocido por muchos estudiantes de Un Curso de Milagros como la "Oración por la Salvación": 
... Estoy aquí sólo para ser verdaderamente útil. Estoy aquí para representar a Aquel que me envió. No tengo que preocuparme de qué decir o qué hacer, porque el que me envió me dirigirá. Estoy contento de estar donde Él quiera, sabiendo que Él va allí conmigo. Seré sanado al dejar que Él me enseñe a sanar (T-2.V.18:2-6). 
Así somos guiados diariamente a sanar como somos sanados, perdonar como somos perdonados, y amar como somos amados. 
(11:1-5) En los períodos de práctica más cortos, otra vez haga una declaración de lo que realmente quiere. Diga: 
Allí habrá luz. La oscuridad no es mi voluntad. 
Esto debe repetirse varias veces por hora. 
Nuestra decisión se refleja en la voluntad de recordar -tan a menudo como podamos- que nuestra voluntad y la de Dios son una, a pesar de los delirios de grandeza del ego. Reforzamos esta disposición porque reconocemos que las ilusiones engendran oscuridad, mientras que la verdad nos libera en virtud de su luz -nuestra luz como Hijo de Dios, el Ser que Él creó como Él Mismo. 
(11:6-7) Es muy importante, sin embargo, aplicar la idea de hoy en esta forma inmediatamente, usted está tentado a tener una queja de cualquier tipo. Esto te ayudará a dejar ir tus quejas, en lugar de acariciarlas y esconderlas en la oscuridad. 
Jesús siempre nos pide que prestemos atención a nuestros pensamientos de ataque y a nuestras quejas. Así nos damos cuenta de que no nos harán felices, porque son un ataque activo al plan de salvación de Dios. Hemos llegado a comprender que hemos acariciado nuestros juicios debido a su habilidad para mantener nuestra individualidad a salvo y la luz de Cristo en las tinieblas, y el costo para nosotros de acariciar tales defensas era demasiado grande. Este reconocimiento hace que sea más fácil y más fácil dejar ir nuestras quejas, y elegir la luz del Espíritu Santo sobre la oscuridad del ego. 
Véase Few Choose to Listen, Vol. 2 de The Message of A COURSE IN MIRACLES (El mensaje de un CURSO DE MILAGROS, para una discusión completa de esta característica lingüística del curso, junto con ejemplos relevantes.

LECCIÓN 73

 Mi voluntad es que haya luz.

La voluntad es nuestra capacidad de decidir libremente. Cuando afirmo que "Mi voluntad es que haya luz." estoy reconociendo implícitamente que lo que estoy viendo ahora es oscuridad. Por estos días del primer trimestre del año 2020, parece que la oscuridad del miedo colectivo se ha apoderado del planeta. Le hemos dado un nombre a la pandemia: "Corona virus" y en  un futuro se recordará como "Covid 2019" junto a los demás virus que surgieron en las ultimas décadas. Esta lección puede ser precisa para abordar el tema del pánico colectivo que parece embargar continentes y países, que está cambiando costumbres sociales. 
Esta lección nos recuerda que "Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos -los cuales son indispensables para sustentar este mundo- lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén "justificados"." los deseos del ego que originaron el mundo hay que defenderlos y para ello buscamos posibles resentimientos para justificar mis ataques  ¿Y que mejor que un virus para justificar mi miedo y por ende mis resentimientos?.
Parecemos observar como se cierran fronteras, se impiden los vuelos entre países, y como concurridas plazas y centros turísticos aparecen desocupados. El pánico ”al otro”, ya sea conocido, vecino, amigo o familiar, se expande a una velocidad nunca antes conocida. "Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos." los resentimientos en este caso, son el ataque y el miedo a tu hermano, el que me puede infectar y causar daño, el portador de la muerte a la que tanto temo. Por lo tanto, "Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos."
"Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser." Establecemos un muro sanitario, nos alejamos y los alejamos, afirmamos la separación, hacemos real la enfermedad y la muerte.
"Pierdes conciencia de tu voluntad en esta extraña transacción en la que la culpabilidad se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio." hemos creado un mundo de miedo y horror, pareciera que el miedo ha triunfado sobre el amor, la oscura sombra del ego parece cubrir todo el planeta   "Los vanos deseos y los  resentimientos son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves." las bolsas de valores de derrumban, los medios de comunicación propagan el miedo y los gobiernos parecen impotentes frente a un enemigo invisible pero arrollador. Y cada cual busca secretamente como salvarse  "Tus resentimientos nublan tu mente, y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso."

Que nos puede decir Un Curso de Milagros, y específicamente esta lección respecto a esta situación:?

"Tu imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti." El mundo que veo solo está reflejando a mi mundo interior. "Ni la fuente de la luz ni la de la oscuridad pueden encontrarse fuera de ti." Yo permití que la oscuridad entrara a mi consciencia. Así que lo primero que debo hacer mirar el mundo y sus miedos,  y preguntarme si es real?
Y sigamos preguntándonos: "¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo?" 
" ¿Cómo iba Dios a crear un mundo que pudiese destruirlo a Él?" 
Claro que no!!

Y sigamos preguntándonos:
"¿Quieres realmente estar en el infierno? ¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?" 
Claro que no!!

" Tú bien sabes que no lo es. Eso no puede ser lo que tú deseas para ti mismo.  Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden pasar." Ese punto, más allá del cual las ilusiones no pueden pasar, es tu voluntad, tu voluntad de amar y perdonar, tu voluntad que haya luz. Reconoce que
"El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que realmente deseas. Eso es lo que en verdad es tu voluntad."  reconoce que tu voluntad "no es  lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada." Reconoce que tu voluntad es la misma Voluntad de Dios, pues "La creación es la Voluntad conjunta de Ambos." y "La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la creación." Es a la Voluntad de Dios que apelamos, cuando practicamos la idea de hoy: ”Mi voluntad es que haya luz.” No estoy apelando a mi voluntad individual, aislada y temerosa. Estoy uniendo mi voluntad a la Voluntad de Dios, pues Padre e Hijo están indisolublemente unidos. Y partir de ahí, nos tenemos que preguntar "¿Cómo iba a haber podido crear la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre semejante mundo?"
Claro que no!!

Y esto es así por que "El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz." perdonemos nuestras creencias en la enfermedad, en los virus de cualquier clase y en la muerte, y reemplacemos la oscuridad por la luz del amor. No permitamos que el virus del miedo ensombrezca el mundo, iluminémoslo con el amor y la paz de nuestros corazones. He unido mi voluntad a la Voluntad de Dios, y nuestra voluntad es que haya luz!! 
Así que simplemente dejémonos guiar por el ejercicio de hoy tal como está planteado:

Practica:

Recuerda que debes aquietarte por 10 o 15 minutos, una vez por la mañana y otra por la noche. 

"Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu voluntad recordar."

"Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza."

"Deja que hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno al Cielo."

"Comenzaremos nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación, y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad."

"No es el propósito de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad."

"Es el único propósito aquí con el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo. Triunfarás hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos."

"Después que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila certeza:"


"Mi voluntad es que haya luz."

"Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la mía."

 
"Deja entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al poder de Dios y en unión con tu Ser. Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección."

Únete a tus hermanos en ver solo la luz del perdón, el amor y la paz, ilumina el mundo con tu luz, pues esa es tu voluntad y la Voluntad de Dios. 

Prácticas cortas:

"En las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. Di:"

 "Mi voluntad es que haya luz. La oscuridad no es mi voluntad."


Debes repetir esto varias veces por hora. Es de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento. Esto te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos en la oscuridad."
Mi voluntad es que haya luz. Que la luz del amor y el perdón  disipe la oscuridad del miedo. Los virus del miedo desaparecen con la radiante luz de unir mi voluntad con la Voluntad de Dios, Fuente de toda luz y poder. 
Bendiciones 




TEXTO






CELEBRANDO EL MILAGRO 

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BENDICIONES!














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