LECCIÓN 116 (3er Repaso)

 Lea aquí la Introducción al 3er Repaso


LECCIÓN 116

Para los repasos de por la mañana y por la noche:


1. (101)  La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.

2 La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. 3 Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya.


2. (102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.

2 Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. 3 Lo que me ha dado es lo único que quiero. 4 Lo que me ha dado es lo único que existe.


3. A la hora en punto:

2 La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.

3 Media hora más tarde:

4 Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.







AUDIOS de la Lección 116
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 116
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.


Ocurrir de la Lección 116
a través de Martin Musarra


Lección 116 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda











LECCIÓN 116

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Para los repasos de por la mañana y por la noche:

1. (101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.

La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya.

2. (102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.

Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. Lo que me ha dado es lo único que quiero. Lo que me ha dado es lo único que existe.

3. A la hora en punto:

La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
       Media hora más tarde:

Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.


¡Que lección tan maravillosa! Decir La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad cuestiona la idea de que vinimos a este mundo, a este “valle de lágrimas”, a sufrir y a ganarnos, mediante el sufrimiento y el sacrificio, nuestro derecho a la felicidad en el cielo.

 ¡Cuánto miedo hay detrás de esto! Jesús lo cuestiona: la Voluntad de Dios es que seamos felices, que tengamos perfecta felicidad. Si decidimos sufrir, sacrificarnos, deprimirnos, estar ansiosos, atacar, defendernos, culpabilizarnos, vivir en el miedo…no estamos haciendo la Voluntad de Dios y,  en el colmo de la arrogancia, le decimos a Dios: no voy a hacer Tu Voluntad, sino la mía: voy a sufrir.

Se han escrito muchísimos libros y muchísimas definiciones sobre la felicidad, con mayor o menor grado de complejidad, pues, como sabemos, al ego le encanta lo complejo, le encanta analizar y analizar, de tal manera que su contenido de separación quede muy bien oculto. Jesús, nos ha dicho que el Curso es simple: o estamos con el ego o con el Espíritu Santo, o estamos en la ilusión o en la verdad, o perdonamos totalmente o no perdonamos. Acorde con esto, Jesús, nos define la felicidad: la felicidad es hacer la Voluntad de Dios. Simple. Sin más arandelas. Y la Voluntad de Dios es que seamos felices, que recordemos nuestra verdadera identidad como el Hijo de Dios, el Cristo, el Ser que somos.

Jesús, nos dice en el capítulo 6 en la sección II:

_”El Espíritu Santo comienza percibiendo tu perfección. Como sabe que esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ellos como en ti. En vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el estado de inclusión. Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo percibe en todos las mismas necesidades. Esto invita automáticamente a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en este mundo. Esto se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el mundo es un lugar infeliz”_. T-6. II. 5: 1-7

  Aquí, hay varios elementos importantes para explicar la felicidad. Jesús, nos habla de nuestra perfección, que es la misma perfección de nuestros hermanos, es decir, nos propone romper con el especialismo y tener una relación de inclusión y no de exclusión, como pretende siempre el ego. Esta perfección es percibida por el Espíritu Santo en todos. Jesús, nos habla de la Expiación como _“la necesidad universal de este mundo”_, pues, necesitamos, como mentes que nos creemos separadas, sanar la mente. Por eso, le entregamos nuestros errores al Espíritu Santo para que los corrija en la Expiación. 

Así, que aquí tenemos los elementos para alcanzar la felicidad en el mundo y hacer la Voluntad de Dios: la perfección que comparto con todos mis hermanos, la Expiación y el Espíritu Santo que está para guiarnos, de tal manera, que podamos aprender y entender. Todo esto acompañado del perdón que, aunque no se mencione, está implícito en todas las enseñanzas de Jesús. No estamos solos. Hemos buscado muchas fórmulas para ser felices por nuestra cuenta pero nunca hemos quedado satisfechos pues, desde el ego, es imposible encontrar la felicidad porque se fundamenta siempre en la exclusión y no en la inclusión. Siempre habrá ganadores y perdedores. Con el Espíritu Santo no hay sino ganadores.

Hoy, también se trata de decir con  Jesús:

Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.

Queremos ser felices, eso es lo que nos merecemos. No vinimos a sufrir. Cuando perdonamos con el Espíritu Santo estamos aceptando el amor de Dios, estamos aceptando Su Voluntad para nosotros, estamos dejando de atacarnos a nosotros mismos, de separarnos del Amor de Dios y de nuestro Ser. Este es el camino para ser felices. No hay otro.

Les deseo que tengan muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la introducción al Tercer repaso y realizar la lección como se les propone. Y hoy, claro, que estamos hablando de la felicidad, no nos vamos a olvidar de reír. Siempre, siempre de la mano de Jesús y del Espíritu Santo.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda

Kenneth Wapnick

Lección 116
Repaso III

(1) (101) ”La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.”

La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya.

(2) (102) ”Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.”

Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. Lo que Él me ha dado es lo único que quiero. Lo que Él me ha dado es lo único que existe.

A la hora en punto: La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.

Media hora más tarde: Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.»

“El tema de la felicidad regresa, y recordamos que la declaración de que la Voluntad de Dios para nosotros es perfecta felicidad corrige las enseñanzas del ego de que la Voluntad de Dios es que suframos como expiación por nuestros pecados. El perdón refleja nuestra aceptación de Su Amor como todo lo que queremos y todo lo que somos. «No hay» nada más.”

Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.

LECCIÓN 116

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

1. "(101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad."

2. "(102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz."

Si leemos detenidamente las ideas de las dos lecciones de repaso, encontramos que los temas comunes son: la voluntad de Dios y la felicidad. En este mundo lo contrapuesto a la felicidad es el sufrimiento. 

¿Que entendemos por voluntad? 

En este mundo comprendemos por voluntad la capacidad para decidir con libertad lo que se quiere, el deseo o la intención de hacer algo. 

¿Que entendemos por voluntad de Dios? 

Para Un Curso de Milagros, la voluntad de Dios, es la manifestación de Su Amor infinito, de un poder sin límites y sin cambios, al que nada se le puede oponer, se manifiesta de manera inmediata y para toda la eternidad. Fuimos creados por la voluntad de Dios y gozamos de sus mismos atributos, pues fuimos creados a Su Semejanza. En la tierra la voluntad de Dios para nosotros es Su plan para nuestra salvación.

¿Que entiende el ego por voluntad de Dios? 

En el  mundo del ego la voluntad de Dios se entiende como el plan de separación que estableció para nosotros, que experimentamos como pecado y culpa, que nos conduce al sufrimiento y sacrificio como el pago que debemos hacer para obtener su perdón, la vida eterna y la felicidad. 

En este mundo creemos tener una voluntad distinta y opuesta a la de Dios, es la “voluntad” del ego, que nos lleva a temerle a Dios, asociándolo con el castigo, el miedo, las carencias, la enfermedad y la muerte. 

Felicidad:

En este mundo se considera la felicidad como un estado de ánimo, de alegría por el logro de cosas externas a sí mismo, por la conquista y el disfrute de lo que se deseaba. En este mundo el ego nos lleva a pensar que la felicidad la logramos a través de las relaciones especiales, como una fantasía de amor,  que busca sustituir el amor de Dios.  Como la naturaleza de las relaciones especiales son las carencias, el apego, el conflicto y los resentimientos, lo que luego nos puede llevar a la venganza y el ataque, con lo que obtenemos un resultado opuesto a lo deseado, esto es, el sufrimiento. 
 
Para un Curso de Milagros la felicidad es un atributo del Amor, (L103). Y es un estado de paz, gozo, plenitud y satisfacción como resultado de recordar quienes somos realmente, y de extender ese amor a toda la vida en  todas partes. La felicidad es parte de la naturaleza de Dios. En este mundo recordamos nuestra naturaleza dichosa a través del perdón. La felicidad no está en obtener  ni acumular, sino en dar, en extenderse de forma infinita. 

Cumpliendo nuestra función de perdonar, despejamos los obstáculos para experimentar el amor, y de esta manera extendemos amor y  felicidad. Cuando perdonamos nuestras relaciones especiales, las volvemos santas, experimentamos  felicidad al reconocernos uno con nuestros hermanos. Cuando afirmamos que "La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad." es simplemente aceptamos lo que somos, nuestra naturaleza eterna de amor y dicha. Una vez la aceptamos  plenamente puede  permanecer  en la medida que nos mantenemos a favor del amor y la paz, perdonando todo lo que no sea amoroso en nosotros, en ese momento "Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz."

Sufrimiento:

En este mundo consideramos sufrimiento todo dolor físico o emocional. Y hemos confundido el sufrimiento con la felicidad. Creemos que somos pecadores, merecedores del castigo de Dios, y la felicidad sería el premio por nuestros sacrificios, y la obtenemos después de la muerte, pues consideramos que la paz no es posible en esta vida, por lo que se obtiene con la muerte, de ahí el dicho popular  sobre alguien que muere, en el que se suele decir "descansa en la paz de Dios." 

El sufrimiento seria la consecuencia de no poder lograr los deseos y fantasías, por los obstáculos o problemas percibidos, por lo que la felicidad es un propósito que se aplaza y se aplaza en medio de frustraciones y resentimientos. Mientras estemos gobernados por el ego, no sabremos cómo obtener la felicidad, pues no sabemos lo que más nos conviene (L24).  El sufrimiento es el resultado de elegir la separación y al ego como nuestro maestro, una mente conflictiva y dividida siempre nos llevarán a experimentar sufrimiento. La culpa inconsciente nos lleva a un deseo de ser castigados o tratados injustamente. Nuestra interpretación de lo que vemos como miedo, ataque o carencia nos lleva a experimentar el sufrimiento. El ego es la única causa de sufrimiento. 

PRÁCTICA:

Debemos dedicar una práctica matutina de 5 minutos y una nocturna también de 5 minutos, preferiblemente antes de irte a dormir. Aquiétate, sumérgete en tu silencio interior, interioriza las ideas y comentarios de esta lección y ánclalas en lo más profundo de tu consciencia:

1. "(101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad."

 "La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya."

2. "(102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz."

"Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. Lo que Él me ha dado es lo único que quiero.  Lo que Él me ha dado es lo único que existe."

Aceptar la voluntad de Dios, y unir mi voluntad con la Suya, es el único camino que me conduce al amor y la felicidad que soy. 

PRÁCTICAS CORTAS  Y  FRECUENTES:

A la hora en punto:

"La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad."

 Media hora más tarde:

"Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz."

RESPUESTA  A  LA  TENTACIÓN:

Cada vez que se presente una situación conflictiva a lo largo del día, utiliza las ideas de la lección. 

Experimentar el amor, la paz y la felicidad en este mundo es posible como un reflejo de los atributos de Dios.  Experimentar felicidad en este mundo no sólo es posible sino necesaria para despertar del sueño de separación, pues si experimentamos sufrimiento de la clase que sea, y del grado que sea, es indicación que no hemos sanado, que no hemos completado nuestra tarea de perdón, que el ego todavía nos gobierna, y que nuestro total  despertar no se ha logrado aún. Para lograrlo, debo aceptar la voluntad de Dios de perfecta felicidad para mí y de unir mi voluntad a la fuente de todo Amor y toda Dicha. 





CELEBRANDO EL MILAGRO 


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BENDICIONES!





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