LECCIÓN 119 (3er Repaso)

Lea aquí la Introducción al 3er Repaso


LECCIÓN 119

Para los repasos de por la mañana y por la noche:


1.    (107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

2 Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño. 3 Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios.


2.    (108) Dar y recibir son en verdad lo mismo.

2 Hoy lo perdonaré todo para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí y llegar a reconocer mi impecabilidad.


3. A la hora en punto:

2 La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

3 Media hora más tarde:

4 Dar y recibir son en verdad lo mismo.







AUDIOS de la Lección 119
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 119
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.


Ocurrir de la Lección 119
a través de Martin Musarra


Lección 119 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda













LECCIÓN 119

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Para los repasos de por la mañana y por la noche:

1. (107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño. Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios.

2. (108) Dar y recibir son en verdad lo mismo.

Hoy lo perdonaré todo para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí y llegar a reconocer mi impecabilidad.

3. A la hora en punto:

La verdad corregirá todos los errores de mi mente.
Media hora más tarde:

Dar y recibir son en verdad lo mismo.

La verdad corregirá todos los errores de mi mente

Nos dice Jesús:

 _”Me equivoco al pensar que pueda haber algo que pueda hacerme daño. Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios”_.

Nada me puede hacer daño porque fui creado por Dios y no por el ego y no soy un cuerpo sino que soy Espíritu. Esa es la verdad. Ya lo habíamos estudiado en la lección 97 Soy espíritu:

 ”La idea de hoy te identifica con tu único Ser. No acepta una identidad dividida ni trata de formar una unidad entrelazando factores opuestos. Simplemente declara la verdad” (L 97.1:1-3) 

No somos una entidad dividida en mente y cuerpo. Somos espíritu. La mente es el principio activo del espíritu y permite que el espíritu se manifieste en este mundo.

El cuerpo, como la proyección de la mente colectiva ego que creyó separarse de Dios, no es eterno, perece, cambia. El espíritu, por el contrario, es eterno, es inmutable como nos dice, Jesús, en la pregunta 1 del Manual para el maestro:

 _”El Espíritu es el Pensamiento de Dios que Él creó a semejanza de Sí Mismo. El Espíritu unificado es el único Hijo de Dios, o Cristo”._(C.1:3-4).

 Nuestro Ser, que es Espíritu, no puede ser dañado, no puede sufrir, no puede morir. El ser con minúscula, el personaje con el que nos identificamos detrás de un nombre, profesión, etc. que está plenamente identificado con un cuerpo, ése no es nuestro Ser con mayúscula.

Jesús, nos dice en la lección 281 Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer daño:

 _”Padre, Tu Hijo es perfecto. Cuando pienso que algo o alguien me ha hecho daño, es porque me he olvidado de quien soy y de que soy tal como Tú me creaste”_. (L-281.1.1:1.2)

 Son mis interpretaciones equivocadas, mis juicios, mis resentimientos los que me hacen daño. Volvemos a una de las enseñanzas fundamentales del Curso: se trata, no de cambiar el mundo, sino de cambiar la manera como lo interpretamos de acuerdo al maestro que escojamos para hacerlo: el ego o el Espíritu Santo.

Dar y recibir son en verdad lo mismo.

Para el ego cuando se da se pierde, se tiene menos, pues se basa en el principio de la escasez. Si se da, se busca obtener un beneficio. Para el Espíritu Santo dar y recibir en verdad son lo mismo pues se basa en el principio de la abundancia: cuando se da se gana, nunca puede haber pérdida; si doy amor, recibiré amor. Dar y recibir es lo mismo también opera para el ego: si doy conflicto, recibiré conflictos.

Jesús nos dice en la lección:
”Hoy lo perdonaré todo”
 y relaciona el perdón con el dar y el recibir como que en verdad son lo mismo. ¿Qué relación tendrán? ¿Qué significa perdonarlo todo? ¿Qué le tengo que perdonar a mi hermano? A mi hermano no le tengo que perdonar nada. Lo único que tengo que perdonar son mis interpretaciones sobre lo que hace mi hermano. Mi hermano no me ha hecho nada. A mi Ser, al Hijo de Dios, al Cristo que soy no le pueden hacer daño. Si yo cambio mi manera de ver a mi hermano y lo veo como lo que es: un Hijo de Dios, un ser de luz y de amor y no como el ser separado y conflictivo que he creído que es, ahí, estoy perdonando todo. Y esa nueva mirada, es la que le doy a mi hermano. Lo veo como un Hijo de Dios. A lo mejor mi hermano no se vea así. Pero mi mirada de amor será el espejo donde se vea como lo que es: el Hijo de Dios. Y es ese reconocimiento, así sea por un instante, el que recibiré de mi hermano, haciendo así realidad el que dar y recibir son en realidad lo mismo.

Les recomiendo aplicar esta lección a cualquier situación de conflicto que se les presente. En ese momento, tienen una oportunidad única para perdonar. No acumulen resentimientos, perdónenlos ahí mismo. También les recomiendo leer la introducción al tercer Repaso. Como siempre les digo hagan la lección de la mano de Jesús y del Espíritu Santo, sin olvidarse de reír, porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda


Kenneth Wapnick

Lección 119
 Repaso III

«(1) (107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente. Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño. Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios.

(2) (108) Dar y recibir son en verdad lo mismo. Hoy lo perdonaré todo, para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí, y llegar a reconocer mi impecabilidad.

A la hora en punto: La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

Media hora más tarde: Dar y recibir son en verdad lo mismo.»

“Una y otra vez, Jesús nos recuerda que a través de nuestro perdón – de los demás y de nosotros mismos – despertaremos de los sueños de pesadilla de pecado y culpabilidad a la gloriosa verdad de nuestro Ser: el Hijo de Dios que descansa a salvo en la Mente de Su Creador.”

Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.

LECCIÓN 119

"La verdad corregirá todos los errores de mi mente."

"Dar y recibir son en verdad lo mismo."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Estas dos lecciones aparentemente no tienen nada en común. La primera, habla del papel de la verdad en nuestra sanación. La segunda, se refiere al principio de dar y recibir, que en el Curso, tiene una gran importancia, y que la asocia con la ley de causa y efecto. Más adelante veremos cómo el tema de la verdad, se vuelve transversal en ambas lecciones. 

1. (107) ”La verdad corregirá todos los errores de mi mente.”

"Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño. Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios."

Esta lección nos ubica en la dimensión más metafísica del Curso. Nos dice que descanso a "salvo en la Mente de Dios." En otras palabras  está diciendo, que mi Ser permanece en Dios, y por lo tanto, nada ni nadie me puede hacer daño. Entonces nos podemos preguntar, como lo hace la tradición Advaita de:

¿Quién es ese "yo" que se cree vulnerable?
¿Quién es ese "yo", que cree que le pueden hacer daño o lastimar?
¿Quién es ese "yo" , que vive lleno de miedo y temor? 

La respuesta es: 

Ese no soy Yo. 
Ese no es mi Ser. 
Ese es mi pequeño "yo" que se identifica con un cuerpo.
 Ese es mi ego. 

Por eso la lección concluye que "Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño." como perfecto Hijo de Dios, mi mente descansa en la de Él, mi espíritu inmortal permanece en Dios, y por lo tanto, es invulnerable y nada ni nadie puede amenazarlo ni dañarlo.
Esta lección, me  recuerda quien soy realmente, más allá del ego, del cuerpo, y de mis aparentes conflictos y temores. 

2. (108) ” Dar y recibir son en verdad lo mismo."

En mi mente, dar y recibir son en verdad lo mismo, y ocurren simultáneamente. Eso quiere decir que cada pensamiento que tenga en mi mente, tiene un efecto dentro de mí. No tengo ni existen pensamientos neutros. Si tengo un pensamiento de ataque contra un hermano, me estoy atacando a mi mismo. Si tengo un pensamiento de ira o rabia contra alguien, eso afectará inmediatamente mi paz y se puede reflejar en mi cuerpo, por ejemplo, tensión muscular, enrojecimiento del rostro,  improperios verbales o ataques físicos. Todo lo que hago, me lo hago a mi mismo. 

Así que "Hoy lo perdonaré todo, para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí, y llegar a reconocer mi impecabilidad." si perdono todos mis pensamientos no amorosos, lo único que va quedando, es el Amor que Soy. Si  perdono, lo que recibo inmediatamente es paz y amor. De esta manera "Dar y recibir son en verdad lo mismo." Por eso vigila lo que  piensas,  pues en eso te convertirás, y eso será lo que recibirás. Ten la certeza que recibirás exactamente lo mismo que te has dado. Así que ten pensamientos de paz y amor, si quieres recibir paz y amor. Jesús nos pide que expresemos amor, pues eso es lo que somos. 

PRÁCTICA:

Debemos dedicar una práctica matutina de 5 minutos y una nocturna también de 5 minutos, preferiblemente antes de irte a dormir. Aquiétate, sumérgete en tu silencio, interioriza las ideas y comentarios de esta lección y ánclalas en lo más profundo de tu consciencia:

"La verdad corregirá todos los errores de mi mente."

"Dar y recibir son en verdad lo mismo."

Práctica con la consciencia de que la verdad de mi Ser, es el mejor antídoto frente a la ilusión de mi no ser, de mi ego. 

PRÁCTICAS  CORTAS  Y  FRECUENTES:

A la hora en punto:

"La verdad corregirá todos los errores de mi mente."

Media hora más tarde:

"Dar y recibir son en verdad lo mismo."

RESPUESTA A  LA  TENTACIÓN:

Cada vez que se presente una situación conflictiva a lo largo del día, utiliza las ideas de la lección. 

La ley de causa y efecto nos dice que todo tiene su origen en nuestra mente. Lo que parezca  experimentar en el mundo, no es más que un efecto de mis pensamientos. La verdad de mi Ser, restablecerá mi realidad como el perfecto e inocente Hijo de Dios. En la medida que tenga solo pensamientos de perdón, paz y amor, en esa misma medida recibiré  lo que me he dado, ni nada más ni nada menos, pues todo lo que doy, es a mi mismo a quien se lo doy. Ofrezcamos amor y paz si queremos recibir amor y paz. 


CELEBRANDO EL MILAGRO 


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BENDICIONES!








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