LECCIÓN 177 (Repaso 163-164)

LECCIÓN 177

 Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

1. (163) La muerte no existe. ²El Hijo de Dios es libre.

³Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

2.   (164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente.

²Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.



AUDIOS de la Lección 177
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la introducción al 5to Repaso
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.

Lectura de la Lección 177
A través de Mariano Noé


Ocurrir de la Lección 177
a través de Martin Musarra


Lección 177
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda










































LECCIÓN 177

 

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

1. (163) La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre.

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

2. (164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente.

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

Comentada por:

Jorge Luis Álvarez Castañeda

 

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

 

QUINTO REPASO


En este repaso nos estamos preparando para la segunda parte del libro de ejercicios. Jesús, nos pide que le pongamos más empeño pues de ello depende nuestra propia salvación. Este repaso nos puede ayudar a seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y con mayor fe. Tener como guía la idea central del repaso: Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


Oración


Haz la oración de la lección con toda fe. Ella te ayudará a realizar el repaso:


”Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aun así él sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.

_De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que siempre nos lo recordarás. Y si nos extraviamos, no te olvidarás de llamarnos de vuelta. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta llegar a Ti. Y aceptamos la Palabra que nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que nos has dado”_.

 

Jesús, nos dice que le pidamos al Padre que aplaque nuestras dudas y aquiete nuestras santas mentes. Es decir, que tengamos menos juicios, menos resentimientos y pensamientos no amorosos para poder escucharlo cuando le pedimos que nos hable. Sólo deseemos escucharlo. Queremos escuchar Su Palabra y hacerla nuestra.

 

Le pedimos que guíe nuestras prácticas como un padre lo hace con su hijo. Necesitamos aceptar que no sabemos nada pero que hay Alguien a nuestro lado que, si sabe y está dispuesto a ayudarnos, si se lo pedimos. Necesitamos confiar que, si nos tropezamos, nos levantará.  Si nos extraviamos y olvidamos el camino, Él nos ayudará a no perder el rumbo. Le pedimos que aligere nuestros pasos al ayudarnos a quitarnos las culpas y miedos del pasado y el futuro. Y, en esa forma, tendremos mayor certeza al tener claro el propósito de lo que hagamos. Todo esto hará que más rápido lleguemos a nuestro objetivo central: Dios. Lo que implica la aceptación de la Palabra de Dios como lo que unificará nuestras prácticas.


El pensamiento central 


El pensamiento central del repaso es:

Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.

Precede a los pensamientos a repasar que  clarifican algún aspecto del Ser que expresa ese pensamiento central. Sólo este Ser conoce el Amor, nos dice Jesús. Siempre hemos tenido el recuerdo de Dios que está en este Ser. Los Pensamientos del Ser son perfectamente congruentes: lo que piensa, lo que dice, lo que hace, son lo mismo. El Ser conoce a Su creador: acepta que fue creado por Dios y no por el ego, como el ser con minúscula, del ego. Se comprende a Si Mismo al aceptar Su Identidad como Hijo de Dios. Goza de un conocimiento y amor perfectos al estar en el Cielo con Dios y disfruta de Su Amor y conocimiento perfectos. Y nunca abandona su estado de unión con Dios, no tiene nada que ver con la separación.


Cada una de las ideas que se van a repasar clarifican algún aspecto de dicho pensamiento central o contribuye a hacerlo más significativo.

 

 

Comentario de la lección 177

 

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

 

1. (163) La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre.


Si creemos que Dios es sólo Amor, y, por ende, es lo que soy yo” el pensamiento de que ”La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre” es cierto. El Amor de Dios, de nuestro Padre, es eterno como expresión de Su naturaleza y, también, lo es la de Su Hijo: el Cristo, el Hijo de Dios, el Ser que somos. Por lo tanto, la muerte no existe porque no somos un cuerpo: somos espíritu, tal como vimos en la lección 97 Soy espíritu. 


Recordemos lo que nos decía Jesús:


_”Eres el Espíritu que ha sido amorosamente dotado de todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. Tú eres el Espíritu que completa a Dios mismo y que comparte con Él Su función de Creador. Él está siempre contigo, tal como tú estás con Él”_. L.97. 2: 2-4


La muerte es el sueño central del ego y con él quiere demostrar que Dios ha muerto y ha fracasado al no poder conservar la vida de su hijo.


 El pensamiento de la muerte se manifiesta de muchas formas nos dice Jesús en la lección 163:


_”tristeza, miedo, ansiedad o duda; ira, falta de fe, desconfianza;  preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en que el deseo de ser como no eres puede venir a tentarte”_. L-163. 1:

 2 


Todo este sufrimiento que conlleva la muerte no puede ser creado por un Padre amoroso como Dios, por lo tanto, Dios no creó la muerte. La muerte hace que perdamos la libertad porque estamos ligados a lo que le suceda al cuerpo que, indefectiblemente, va a morir. De lo que se trata, en este repaso, es que recordemos nuestra naturaleza como Amor de Dios y que, en todas las situaciones cotidianas que se nos presenten, no pongamos a la muerte como guía sino al Amor, que es lo que somos.


2. (164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente.

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


El Amor que somos lo expresamos ahora porque el presente es el único tiempo que existe y la verdad – Dios o nuestra Fuente - sólo se conoce en el presente. Ahora, en este mismo instante, si lo pedimos podemos conocer la verdad, la podemos ver, no con los ojos del cuerpo, sino con la visión de Cristo. Hoy, podemos dejar de lado las aflicciones y aceptar los dones que Dios nos da. Podemos ir al interior de nuestra mente y encontrar los tesoros de paz y de amor que llevamos en nuestros corazones y que no se han perdido. Hoy, los compartiremos con nuestros hermanos. Hoy, no juzgaremos porque los juicios nos separan de nuestros hermanos.


 Por eso, nos dice Jesús, en la lección 164:

_”Bendecimos al mundo al contemplarlo en la luz en la que nuestro Salvador nos contempla a nosotros”_. L-164. 7: 6


*Proceso de práctica de la lección *


Tiempo de quietud por la mañana y por noche.


Les recomiendo leer la Introducción al QUINTO REPASO. Es muy inspiradora y nos ayuda a clarificar para donde vamos con Jesús.


Apóyate de la oración para pedir la ayuda y la presencia de Dios en estos repasos para que contribuyan a tu proceso espiritual.


El centro del repaso es asimilar esta idea: 

Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.


 Cerrar los ojos. Aquietar la mente. No engancharse en pensamientos distractores. El propósito del repaso es que logremos asimilar e integrar esta idea de verdad pues es fundamental en nuestro proceso. Lo que se busca con las ideas que se repasan es que clarifiquen la idea central, es decir, que encontremos aspectos de ella en las ideas del repaso y hacerlas más significativas.


En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta sin palabras sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz.


Tiempo mínimo 5 minutos. Ideal 30 minutos o más. 


Las ideas de hoy a repasar son:

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre.

 

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

Ahora somo uno con Aquel que es nuestra Fuente.


Recordatorios cada hora.


1 o 2 minutos a la hora en punto.

Repite la idea recordando que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza.

Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. Dale gracias por los regalos de la hora que ha pasado. Y deja que Su Voz te diga lo que Él quiere que hagas en esta hora que empieza.


Respuesta a la tentación.


Cada vez que sientas la tentación de  desconocer el Hijo de Dios que eres, que necesitas perdonar y que estás perdiendo la paz, repite las ideas del día.



Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la Introducción al QUINTO REPASO y realizar la lección de la mano de Jesús y el Espíritu Santo tal como se les propone. Y sin olvidarse de reír, pues la Voluntad de Dios para nosotros es perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda










LECCIÓN 177


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


PRÁCTICA:


Aquiétate durante 5 minutos como mínimo, o hasta 15 o 30 minutos, de acuerdo a tu disposición, en dos ocasiones  en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo  en tu consciencia las siguientes palabras:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


1. "(163) La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


2. "(164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


Y en la medida que te relajas, y en profundo silencio interior, con mucha fe y convicción reconoces el Amor de Dios y que tú también lo eres por ser Su Hijo bien amado, así que pídele al Espíritu Santo que te ayude a experimentar el amor que eres, y te lleve a contemplar a Dios, y en medio de la quietud y el silencio déjate ir, poderosos compañeros te guiarán. 


PRÁCTICAS CORTAS Y FRECUENTES:


Nos sentaremos un par de minutos cada hora, en silencio a reiterar nuestro único propósito de recordar y aceptar a Dios,  reconociendo que Su Amor es también el mío, solo debo aceptarlo, y permitirme experimentarlo, y en silencio y quietud nos decimos:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


1. "(163) La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


2. "(164) Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente."


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


PENSAMIENTO CENTRAL:


Recordemos que tenemos un pensamiento central a lo largo de los 10 días de repaso:


"Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo." 


 Utilizaremos este pensamiento central antes y después de cada una de las 2 lecciones de repaso, como si las estuviéramos envolviendo en esta idea  central, con el propósito de "mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día."


La intensidad que se nos pide para la práctica es cada vez mayor: "con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día."


Recordaremos y repetiremos este pensamiento a lo largo del día, lo utilizaremos como como si se tratara de un mantra, o como si estuviéramos practicando un rosario. 


ORACIÓN PARA PEDIR GUÍA EN NUESTRAS PRÁCTICAS: 


Para ello haremos diariamente a lo largo de este repaso la siguiente oración en la que pedimos guía y fortaleza a Dios:


"Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino."

"De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado."

Amén. 


DEL MIEDO A LA MUERTE AL AMOR ETERNO:


En este mundo experimentamos miedo por identificarnos con el cuerpo y con el sistema de pensamiento del ego. Y el más temible de todos  los miedos es el miedo a la muerte.


Según el ego, la muerte es el mayor castigo por haber ofendido a Dios, se supone que tras la separación perdimos nuestra condición inmortal, y por lo tanto, estamos condenados a morir. 


La historia del ego, oscila, por un lado, entre la afirmación de la culpa, el pecado y el castigo, entre ellos la muerte. Por otro lado, la búsqueda casi desesperada de luchar contra la muerte, de superar la hambruna, las enfermedades, y las guerras, y buscar como prolongar la vida de los cuerpos, que es lo mismo que decir, buscar la inmortalidad. Pero la inmortalidad es un hecho, y no sé va a conseguir a través del elixir de la eterna juventud que el ego ha buscado a través de milenios, ni lo va a conseguir a través de inventos biotecnológicos. 

La inmortalidad es el  estado natural del Hijo de Dios, esa condición no ha cambiado ni va a cambiar por qué tengamos un sueño de separación y muerte. Cuando despertemos del sueño nuestra mente se liberará del miedo a la muerte, reconoceremos nuestra naturaleza de Amor inmortal. 


Cuando reconocemos que no somos un cuerpo, que el ego no nos puede gobernar, cuando perdónanos  nuestras creencias en el miedo y la muerte, y aceptamos que somos tal como Dios nos creó: mentes libres e inmortales, unidas por el amor, entonces iniciamos nuestro viaje de regreso a casa, para volver a ser uno con Aquel que es nuestra Fuente. En ese momento la muerte queda atrás y la vida eterna se nos manifiesta como nuestra única realidad, la realidad que siempre hemos sido y que seguiremos siendo por siempre jamás, pues el Amor nunca muere, siempre es. 



Texto









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BENDICIONES!




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