Lea la Introducción al Sexto Repaso de Un Curso de Milagros aquí
LECCIÓN 208
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
1. (188) La paz de Dios refulge en mí ahora.
2Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. 3Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. 4Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.
5No soy un cuerpo. 6Soy libre.
7Pues aún soy tal como Dios me creó.
AUDIOS de la Lección 208
de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 208
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
Ocurrir de la Lección 208
a través de Martin Musarra
Lección 208
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 208
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
(188) La Paz de Dios refulge en mí ahora.
Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la Paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
La Paz de Dios refulge en mí ahora.
La Paz de Dios siempre ha estado con nosotros, siempre ha estado en nuestro corazón. Lo que sucedió fue que decidimos olvidarla al creerle al ego. Pero podemos, ahora, decidirnos a tenerla. Contamos con el Espíritu Santo para que nos ayude a aquietar la mente, y para tener la voluntad de ordenarle a la mente que pare los juicios y las interpretaciones del ego que se refieren principalmente al cuerpo. Pero, recordemos que no somos un cuerpo, somos libres, somos espíritu. Recordemos que el objetivo de estas lecciones es entrenar nuestra mente para tener paz. La paz es el indicador de cómo estamos internamente. Si sentimos que estamos perdiendo la paz, en ese instante, pedimos ayuda y nos aquietamos. No hagamos nada sino tenemos paz. Ante cualquier situación que nos inquiete recordemos que el ego siempre habla primero y nos va a llamar al conflicto. Ese es el momento de aquietarnos, pedir la ayuda y esperar.
Confiemos que la respuesta del Espíritu Santo se nos dará cuando estamos en nuestra mente recta, bajo su guía. Y esa respuesta siempre tendrá que ver con que las partes del conflicto, ganen paz. A todo momento estamos eligiendo entre la paz y el conflicto. Bueno, decidámonos siempre por la paz. Y si no sucede así, nos aquietamos y pedimos la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, para perdonarnos.
Proceso de práctica de la lección
1. Tiempo de quietud por la mañana y por noche.
Tiempo mínimo 15 minutos. Ideal 30 minutos o más. Trata de dedicarle todo el tiempo que puedas y un poco más.
Repite y reflexiona sobre estos pensamientos de Jesús:
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
La paz de Dios refulge en mí ahora.
Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la Paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
Cierra los ojos. Aquieta la mente. Nos olvidamos del miedo del ego y recordamos el amor que somos como Hijos de Dios.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
No engancharse en pensamientos distractores. Pide la guía del Espíritu Santo. Si llega algún pensamiento distractor le ordenas a tu mente que no le preste atención y dices:
No quiero este pensamiento. El que quiero es: La paz de Dios refulge en mí ahora.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz.
La idea de hoy es:
La paz de Dios refulge en mí ahora.
2. Recordatorios cada hora
Repite:
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
La paz de Dios refulge en mí ahora.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza.
Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. Dale gracias por los regalos de la hora que ha pasado. Y deja que Su Voz te diga lo que Él quiere que hagas en esta hora que empieza.
3. Respuesta a la tentación.
No dejar ningún pensamiento trivial sin cuestionarlo. Si llega alguno le aseguras a tu mente que eso no es lo que quieres.
Le dices:
No quiero este pensamiento. El que quiero es: La Paz de Dios refulge en mí ahora.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les propongo leer la introducción al SEXTO REPASO. De igual manera, realizar las prácticas como se les propone en la introducción a éste repaso, siempre de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
Repaso VI
Lección 208
(1) (188) «La paz de Dios refulge en mí ahora.»
«Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.»
“Cuando Jesús habla de estar quedos, se refiere a silenciar los chillidos estridentes del ego. Cuando mi mente ya no esté llena de ruido, tampoco la escucharé en el mundo. El silencio y la quietud en mi mente ahora se reflejan en mi experiencia del mundo – tanto mi mente como la tierra están en quietud. Lo que sucede aquí no tiene ningún efecto sobre mi paz interior, porque he elegido la Voz de la quietud en lugar de la voz del ruido. “Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.”- Su paz se encuentra en mi mente recta, el hogar del Amor y ahora, felizmente, mi hogar también.”
Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 208
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
"No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó."
1. (188) "La paz de Dios refulge en mí ahora."
Tanto la idea central del repaso "No soy un cuerpo..." como la idea del día "La paz de Dios refulge en mí ahora." se conjugan para formar un solo pensamiento.
Si soy tal como Dios me creó, una mente libre e ilimitada y eternamente amorosa, por lo tanto, no soy un cuerpo limitado por el tiempo, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, entonces nos queda la pregunta ¿como logro experimentarme tal como Dios me creó? La respuesta está en el párrafo de la lección de hoy:
"Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo." ( L-208)
Lo primero que debemos hacer es aquietar el cuerpo, eso lo logramos si nos sentamos en una posición cómoda, respiramos lenta y profundamente haciendo consciencia de la respiración, y de esa manera vamos aquietando la mente egoica, ese torbellino de pensamientos relacionados con el cuerpo y su bienestar, preocupaciones acerca del dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte, o, pensamientos de ira, ataque y resentimientos contra otros y contra nosotros mismos.
Cuando logramos aquietar la mente, entonces en la quietud del ahora, del momento presente, del instante santo "La paz de Dios refulge en mí ahora." pues tanto la tierra (el mundo) como mi yo individual se han aquietando, y he dejado de juzgar y condenar, le damos paso a nuestro Ser, "en esa quietud hallaremos la paz de Dios." esa quietud es un estado de ausencia de conflictos, preocupaciones o sufrimientos de cualquier índole, en lugar de eso, reconocemos que la paz, "Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo." ( L-208) pues Dios y la paz son lo mismo, como lo son Dios y el Amor y la Felicidad, en ese instante reconozco que Dios y mi Ser son una sola identidad de Luz que irradia desde mi corazón e ilumina con su extraordinario destello sobre todas las mentes que Dios creó una conmigo.
PRÁCTICA DIARIA:
"No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó."
1. (188) "La paz de Dios refulge en mí ahora."
"No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó."
Con estas ideas nos levantaremos por la mañana, pasaremos todo el día y nos acostaremos pensando en ellas y nos levantaremos nuevamente.
Con estas ideas meditaremos en la mañana y en la noche, mínimo 15 minutos, y haremos una pausa cada hora para recordarlas en quietud y silencio y hacerlas nuestras, para igualmente repetirlas entre horas lo más que podamos.
RESPUESTA A LA TENTACION:
A lo largo del día, "Cuando la tentación te asedie, apresúrate a proclamar que ya no eres su presa, diciendo:"
"No quiero este pensamiento. El que quiero es ________ ."
(L– r VI. 6:1-2)
En el caso de hoy el pensamiento que quiero es:
1. (188) "La paz de Dios refulge en mí ahora."
"Y entonces repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado." (L-r VI.6:4)
No olvides dejar pasar ni un solo pensamiento vano en tu mente sin confrontarlo, sin perdonarlo, ya sea de ira, ataque, carencia, tristeza, culpa, miedo o cualquier otro pensamiento no amoroso que niegue tu realidad inmortal. La salvación depende que no dejes ni una sola mancha de oscuridad en tu mente, para que la luz de tu Amor ilumine al mundo y a todas las mentes que Dios creó una contigo.
TEXTO Cap 20
T.20.VIII
CELEBRANDO EL MILAGRO
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!