Lea aquí la Introducción al 4to Repaso
LECCIÓN 145
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(129) Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
(130) Es imposible ver dos mundos.
LECCIÓN 145
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(129) Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
(130) Es imposible ver dos mundos.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*
Jesús, nos da las pautas para hacer las prácticas de este Cuarto repaso. En dos ocasiones de cinco minutos al comenzar y terminar el día, nos dice Jesús:
_”Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte”_.
*La libertad* y *la paz* nos van a guiar en estas prácticas. ¿Y de qué libertad y paz se trata? De la libertad y la paz que experimentamos cuando nos sentimos unidos a Dios, seguros y protegidos por Dios, confiados en Dios, sabedores de Su Amor, sabedores de que contamos con su fortaleza, con su luz, con su verdad, con su inagotable paciencia, con Su Palabra de que hemos sido salvados…Todo esto y más encierra el pensamiento central de la lección
_”Mi mente sólo alberga lo que pienso con Dios.”_
Este pensamiento nos cuesta aceptarlo porque no queremos perdonar y nos cuesta soltar el rencor y los resentimientos. Pero contamos con la guía del Espíritu Santo y de Jesús que, si se lo solicitamos, nos ayudarán a perdonar.
A este pensamiento nos propone, Jesús, que le dediquemos cinco minutos, que sólo pensemos en este pensamiento y sintamos las bondades que se derivan de él. Sintamos la libertad y la paz que se derivan de sentirnos unidos a Dios y
_”para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir en ese Día”_.
Estemos decididos a tener sólo los Pensamientos de Dios. Ante cualquier situación que nos haga perder la paz podríamos preguntarnos: “Qué pensaría Dios en esta situación?” Eso nos podría ayudar a retornar a la senda del perdón.
Después de este período de preparación de nuestra mente que, Jesús, nos propone sea de cinco minutos, nos dice que cerremos los ojos, repitamos las ideas lentamente y pensemos en las dos ideas del repaso que se presentan sin comentarios. Pídele ayuda al Espíritu Santo para que sea Él quien te explique los pensamientos tal como nos lo describe Jesús:
_”Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él”_.
También, Jesús, nos propone hacer repasos, cuando marque la hora, en los cuales repitamos, lentamente, las dos ideas del día y nos demos un tiempo de recogimiento y de paz sin ninguna premura
_”con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti”_.
Y, Jesús, nos dice finalmente:
_”Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra.”_
*Mi mente sólo alberga lo que piensa con Dios.*
(129) Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
Mi mente está llena de los pensamientos amorosos de Dios a los cuales puedo acceder cuando me decida hacerlo. Mi demora en hacerlo obedece a que me aferro a los resentimientos y conflictos que no quiero soltar porque me reafirman en mi individualidad especial de separación. Cuando me decida a perdonar, con la ayuda del Espíritu Santo, podré acceder a ellos.
El repaso de la lección 145 orientado por el tema central *Mi mente sólo alberga lo que piensa con Dios* nos da claridad sobre los temas repasados. Así, si en nuestra mente recta permanecen los pensamientos amorosos de Dios podemos entender como *Más allá de este mundo hay un mundo que deseo*.
Más allá de este mundo del ego de separación, conflicto, miedo, culpa, resentimientos, relaciones especiales… está el _Mundo real_ que es un estado mental de felicidad, de alegría porque en nuestra mente se ve con la visión de Cristo: un mundo perdonado y amoroso al cual bendice y no condena. La proyección de la culpa no se sigue proyectando sobre el mundo. El Espíritu Santo es el Hacedor del mundo real para que lo purifiquemos con pensamientos amorosos. Con dichos pensamientos, que vemos en nuestras mentes, veremos el mundo trayendo paz y amor en las relaciones con nuestros hermanos. Si vemos el mundo con la visión de Cristo encontraremos amor y no miedo.
En el mundo real podré alcanzar verdadera paz y libertad.
*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.
(130) Es imposible ver dos mundos.
*Es imposible ver dos mundos*. Jesús quiere, con este pensamiento, que seamos conscientes de que no podemos ver el mundo del ego y del Espíritu Santo, al mismo tiempo. La tendencia del ego es a no definirnos, a ser eclécticos: cojo lo que me conviene de cada sistema de pensamiento. Esta es una salida que fracasa. El ego no quiere que nos definamos por el mundo real. Recordemos que lo que vemos es un reflejo de nuestros pensamientos y lo que pensamos refleja lo que queremos ver. La pregunta es: ¿Queremos ver el mundo del ego o el del Espíritu Santo? Jesús, quiere que seamos conscientes de los pensamientos del ego que nos impiden acceder a los Pensamientos amorosos de Dios y con ayuda del Espíritu Santo, los perdonemos. De esa manera, ganaremos la libertad y la paz que se produce cuando asumimos nuestra responsabilidad como el Hijo de Dios, el Cristo, el Ser que somos.
Es nuestra responsabilidad acudir a los pensamientos amorosos que pensamos con Dios e iniciar el proceso de transformación de nuestra mente de tal manera que podamos gozar de la paz y la libertad que nos merecemos.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la introducción al Cuarto repaso y hacer la lección como se les propone de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que seamos felices.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*LECCIÓN 145*
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
(129) *"Más allá de este mundo hay un mundo que deseo."*
(130) *"Es imposible ver dos mundos."*
*PRÁCTICA LARGA:*
Aquiétate durante 5 minutos, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
Después de unos minutos en que introduces esta frase, en la que afirmas la indisoluble unidad de tu mente con la de Dios, excluyendo de tu mente cualquier pensamiento contrario al amor, procedes a incluir las dos ideas de repaso, así:
(129) *"Más allá de este mundo hay un mundo que deseo."*
(130) *"Es imposible ver dos mundos."*
Repite estas dos ideas *”sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos."*
Y en la medida que estas palabras se asientan en tu consciencia, te relajas y te dejas ir de la mano de Quien nos guía con amor y *"Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz."*
*PRACTICAS CORTAS Y FRECUENTES:*
Cada hora te aquietas durante un minuto y pasa un momento de recogimiento con el pensamiento que empezó el día, cierra los ojos y las repites lentamente para tus adentros.
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
(129) *"Más allá de este mundo hay un mundo que deseo."*
(130) *"Es imposible ver dos mundos."*
Terminaremos este día de práctica tal como lo empezamos, con una meditación de 5 minutos en la noche.
El mundo que vemos nos ofrece carencias, sufrimientos, enfermedad y muerte, pues está basado en la culpa y el miedo. Mas este mundo es un sueño ilusorio de separación, no es real. Cuando soy consciente de la irrealidad de este mundo, perdono mis ilusiones de separación, miro más allá del mundo que he proyectado desde mi mente falsa, y comienzo a ver el mundo que deseo ver, un mundo perdonado, en paz, un mundo sanado y feliz. Yo elijo que mundo deseo ver, pues es imposible ver dos mundos a la vez, elijo la separación o el perdón, el miedo o el conflicto, el sufrimiento o la felicidad. Si elijo albergar sólo lo que pienso con Dios, mi decisión ya está tomada, perdonaré todo lo que no sea amoroso y disfrutaré de mi despertar, reiré de mis fantasías de creer que podía cambiar mi realidad eterna, y doy gracias por la guía y compañía de Jesús y del Espíritu Santo, y recorro con amor y gratitud el camino que me lleva hacia el Amor que Soy.
TEXTO
CELEBRANDO EL MILAGRO
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!