Lea aquí la Introducción al 4to Repaso
LECCIÓN 147
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(133) No le daré ningún valor a lo que no lo tiene.
(134) Quiero percibir el perdón tal como es.
*LECCIÓN 147*
*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.
(133) No le daré ningún valor a lo que no lo tiene.
(134) Quiero percibir el perdón tal como es.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*
Jesús, nos da las pautas para hacer las prácticas de este Cuarto repaso. En dos ocasiones de cinco minutos al comenzar y terminar el día, nos dice Jesús:
_”Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte”_.
*La libertad* y *la paz* nos van a guiar en estas prácticas. ¿Y de qué libertad y paz se trata? De la libertad y la paz que experimentamos cuando nos sentimos unidos a Dios, seguros y protegidos por Dios, confiados en Dios, sabedores de Su Amor, sabedores de que contamos con su fortaleza, con su luz, con su verdad, con su inagotable paciencia, con Su Palabra de que hemos sido salvados…Todo esto y más encierra el pensamiento central de la lección
_”Mi mente sólo alberga lo que pienso con Dios.”_
Este pensamiento nos cuesta aceptarlo porque no queremos perdonar y nos cuesta soltar el rencor y los resentimientos. Pero contamos con la guía del Espíritu Santo y de Jesús que, si se lo solicitamos, nos ayudarán a perdonar.
A este pensamiento nos propone, Jesús, que le dediquemos cinco minutos, que sólo pensemos en este pensamiento y sintamos las bondades que se derivan de él. Sintamos la libertad y la paz que se derivan de sentirnos unidos a Dios y
_”para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir en ese Día”_.
Estemos decididos a tener sólo los Pensamientos de Dios. Ante cualquier situación que nos haga perder la paz podríamos preguntarnos: “Qué pensaría Dios en esta situación?” Eso nos podría ayudar a retornar a la senda del perdón.
Después de este período de preparación de nuestra mente que, Jesús, nos propone sea de cinco minutos, nos dice que cerremos los ojos, repitamos las ideas lentamente y pensemos en las dos ideas del repaso que se presentan sin comentarios. Pídele ayuda al Espíritu Santo para que sea Él quien te explique los pensamientos tal como nos lo describe Jesús:
_”Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él”_.
También, Jesús, nos propone hacer repasos, cuando marque la hora, en los cuales repitamos, lentamente, las dos ideas del día y nos demos un tiempo de recogimiento y de paz sin ninguna premura
_”con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti”_.
Y, Jesús, nos dice finalmente:
_”Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra”_.
*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.
(133) No le daré ningún valor a lo que no lo tiene.
El tema central de la lección habla de nuestra unidad con Dios: estamos unidos con Dios porque hacemos parte de su Mente y nuestros pensamientos hacen parte de la Mente de Él. En la Mente de Dios sólo hay pensamientos amorosos, por lo tanto, nosotros también deberíamos tenerlos.
*No le daré valor a lo que no lo tiene*.
Jesús, nos plantea la importancia de saber elegir. En este mundo, aparentemente, hay miles de alternativas entre las cuales elegir. Pero, en realidad, no hay sino dos: o elijo la separación, quiere decir, que puse al ego como maestro o elijo la unidad, quiere decir que puse como maestro al Espíritu Santo. ¿Cómo sé cuál maestro escogí como guía? Si me produce paz o no. Si no me siento en paz es que elegí al ego y, entonces, lo que hay que hacer es perdonar. Jesús, nos dice que miremos si lo que elegimos nos aporta todo o bien no nos aporta nada. Y nos da unos criterios para elegir:
1. Lo que elijas ha de durar para siempre.
2. Si eliges quitarle algo a alguien te quedas sin nada.
3. ¿Por qué razón tiene valor para ti lo que elijas? ¿Qué propósito tiene?
4. Si sientes culpabilidad es que has colocado al ego al frente.
Jesús nos regala un pensamiento que tiene que ver con el tema central del repaso:
_”Al Cielo se llega con las manos vacías y las mentes abiertas las cuales llegan sin nada a fin de encontrarlo todo y reivindicarlo como propio”_.
El decidirme por el Cielo me asegurará la verdadera paz y libertad: no estoy atado a los pensamientos no amorosos que me separan de mis hermanos y de Dios y gozo de la libertad que proporciona el amor de sentirme unido a todo y a todos.
*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.
(134) Quiero percibir el perdón tal como es.
Jesús, nos plantea que el significado del perdón se puede tergiversar. Lo que prima en este mundo es el perdón-para-destruir en el cual alguien, que se cree especial, se digna perdonar a alguien que, a su juicio, no lo merece. Es el típico “perdono, pero no olvido”. Lo que se perdona son las ilusiones, no la verdad. Si acepto lo que plantea el ego de que mis pecados son reales y no ilusiones, el perdón no sería posible. El perdón es lo único que representa la verdad en medio de las ilusiones y pasa por encima de ellas, no ve pecados. Jesús, nos dice que cuando nos sintamos tentados de acusar a alguien de algún pecado nos digamos:
_”¿Me acusaría a mí mismo de eso?”_
El perdón es la mayor necesidad que existe en este mundo de conflicto. No podremos acceder a los Pensamientos de Dios que están en nuestra mente si no perdonamos. Perdonamos, claro está, que con el Espíritu Santo y con Jesús.
Si percibo el perdón tal como es esto me produce paz y libertad. No estoy atado a resentimientos y pensamientos no amorosos.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la introducción al Cuarto repaso y hacer la lección como se les propone de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarse de reír.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 147
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
(133) *"No le daré ningún valor a lo que no lo tiene."*
(134) *"Permítaseme poder percibir el perdón tal como es."*
*PRÁCTICA:*
Aquiétate durante 5 minutos, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
Después de unos minutos en que introduces esta frase, en la que afirmas la indisoluble unidad de tu mente con la de Dios, en la que excluyes de tu mente cualquier pensamiento contrario al amor, procedes a incluir las dos ideas de repaso, así:
(133) *"No le daré ningún valor a lo que no lo tiene."*
(134) *"Permítaseme poder percibir el perdón tal como es."*
Repite estas dos ideas *”sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos."* (introducción 4 repaso)
Y en la medida que estas palabras se asientan en tu consciencia, te relajas y te dejas ir de la mano de Quien nos guía con amor y *"Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz."* (introducción 4 repaso)
*PRACTICAS CORTAS Y FRECUENTES:*
Cada hora te aquietas durante un minuto y pasa un momento de recogimiento con el pensamiento que empezó el día, cierra los ojos y las repites lentamente para tus adentros.
*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*
(133) *"No le daré ningún valor a lo que no lo tiene."*
(134) *"Permítaseme poder percibir el perdón tal como es."*
Terminaremos este día de práctica tal como lo empezamos, con una meditación de 5 minutos en la noche.
Si logro entender el perdón como el mecanismo que me permitirá deshacer todos mis errores, todas mis culpas y mis miedos, si comprendo que el perdón es la herramienta que me ayuda a sanar mi mente y mis relaciones, y a liberarme de la esclavitud del ego, entonces despertaré del sueño de separación, podré entonces reconocer finalmente quien soy.
Desde mi verdadera identidad como el santo Hijo de Dios, desde la visión del amor, desde la visión de Cristo, reconozco lo ilusorio de este mundo, y no le daré valor a todo aquello que carece de amor, a todo aquello que no es real, pues he unido mi mente a la de Dios, y desde la totalidad de mi paz y de mi amor solo le daré valor al amor y nada mas que al Amor. Cuando el Amor se reconoce a Sí Mismo, el aprendizaje ha concluido, hemos llegado, gracias Padre por tus eternas bendiciones.
TEXTO
CELEBRANDO EL MILAGRO
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