Lección 148 (4to Repaso)


 LECCIÓN 148


Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.


(135) Si me defiendo he sido atacado.

(136) La enfermedad es una defensa contra la verdad.



AUDIOS de la Lección 148
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 148
A través de Mariano Noé 


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a través de Martin Musarra


Lección 148
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

























*LECCIÓN 148*

 

*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.

 

(135) Si me defiendo he sido atacado.

(136) La enfermedad es una defensa contra la verdad.

 

Comentada por:

Jorge Luis Álvarez Castañeda

 

*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*

 

Jesús, nos da las pautas para hacer las prácticas de este Cuarto repaso. En dos ocasiones de cinco minutos al comenzar y terminar el día, nos dice Jesús:


_”Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte”_. 


*La libertad* y *la paz* nos van a guiar en estas prácticas. ¿Y de qué libertad y paz se trata? De la libertad y la paz que experimentamos cuando nos sentimos unidos a Dios, seguros y protegidos por Dios, confiados en Dios, sabedores de Su Amor, sabedores de que contamos con su fortaleza, con su luz, con su verdad, con su inagotable paciencia, con Su Palabra de que hemos sido salvados…Todo esto y más encierra el pensamiento central de la lección


_”Mi mente sólo alberga lo que pienso con Dios.”_ 


Este pensamiento nos cuesta aceptarlo porque no queremos perdonar y nos cuesta soltar el rencor y los resentimientos. Pero contamos con la guía del Espíritu Santo y de Jesús que, si se lo solicitamos, nos ayudarán a perdonar.


A este pensamiento nos propone, Jesús, que le dediquemos cinco minutos, que sólo pensemos en este pensamiento y sintamos las bondades que se derivan de él. Sintamos la libertad y la paz que se derivan de sentirnos unidos a Dios y 


_”para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir en ese Día”_. 


Estemos decididos a tener sólo los Pensamientos de Dios. Ante cualquier situación que nos haga perder la paz podríamos preguntarnos: “Qué pensaría Dios en esta situación?” Eso nos podría ayudar a retornar a la senda del perdón.


Después de este período de preparación de nuestra mente que, Jesús, nos propone sea de cinco minutos, nos dice que cerremos los ojos, repitamos las ideas lentamente y pensemos en las dos ideas del repaso que se presentan sin comentarios. Pídele ayuda al Espíritu Santo para que sea Él quien te explique los pensamientos tal como nos lo describe Jesús:


_”Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él”_.

 

También, Jesús, nos propone hacer repasos, cuando marque la hora, en los cuales repitamos, lentamente, las dos ideas del día y nos demos un tiempo de recogimiento y de paz sin ninguna premura

_”con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti”_.


Y, Jesús, nos dice finalmente:


_”Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra”_.


 

*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.

 

(131) Nadie que realmente se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.

 

Recordemos que la verdad se refiere a Dios, a que fuimos creados por Él no por el ego, fuimos creados como una extensión de Su Pensamiento. La verdad se refiere al Ser de Dios que es amoroso, por lo tanto, *Mi mente alberga sólo lo que piensa con Dios*, es decir, sólo pensamientos amorosos. Pues bien, Jesús nos dice que si nos proponemos alcanzar la verdad no podemos fracasar. Es decir, si tenemos en nuestra vida un solo objetivo: recordar a Dios. 


Esta es una meta segura a diferencia de las metas del ego que se basan en buscar y buscar, pero no encontrar. Cuando se encuentra algo que se quiere, resulta que este no es lo que esperábamos y, de nuevo, nos ponemos a seguir buscando. Nuestra búsqueda siempre se relaciona con lo que consideramos nos hará felices. Y, cómo todo, dependerá del maestro que escojamos. Si escogemos al ego la buscaremos afuera lo cual implica que si yo gano habrá otro que pierda.


 Jesús nos plantea que el mundo del ego no tiene el poder de imponernos sus metas a no ser que nosotros lo permitamos. Nos propone que lo que busquemos sea el Cielo donde realmente, en el amor de Dios, seamos plenamente felices. Y no tenemos que esperar mucho tiempo. Podemos encontrarlo ahora mismo. La Voluntad de Dios dispone que estemos en el Cielo. Depende de que nos decidamos a considerar a Dios como la única alternativa en nuestra vida, nuestro único referente, nuestra razón de ser y, por eso, *nadie que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar*.


Si escogemos al Espíritu Santo buscaremos la felicidad en nuestra paz interior, en el reconocimiento del Ser, del Hijo de Dios que somos. Al acudir a nuestro interior encontraremos la visión de Cristo que nos permite ver un mundo de amor y de perdón. Lo cual nos producirá una inmensa paz y libertad al estar sin juicios, comparaciones y exclusiones.

 

*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.

 

(135) Si me defiendo he sido atacado.

 

Ambos pensamientos de la lección de hoy se relacionan con el tema central del repaso. Si acepto que en mi mente sólo existen los pensamientos de Dios, es decir, la verdad, no tengo ninguna necesidad de defenderme y, por lo tanto, de enfermarme. Además, de que la paz y la libertad me acompañaran.


*Si me defiendo he sido atacado.*


En el mundo del ego donde prima el conflicto, la culpa y el miedo, todo esto como consecuencia de la creencia en la separación de Dios, las defensas aparecen como consecuencia de las ilusiones pues con las defensas quiero mantener el mundo particular que he fabricado para sentirme especial y diferente de mis hermanos. Jesús, no se opone a que lo tengamos. Sólo que lo veamos de otra manera con el Espíritu Santo. Las defensas, por lo tanto, son para las ilusiones. La verdad, es decir, todo lo relacionado con Dios y Su Hijo, el Cristo, no necesita defensa. 


El centro de las defensas del ego es el cuerpo. Toda su atención está centrada en el cuerpo y no en lo que realmente somos: mente. Para defender nuestros mundos particulares necesitamos construir muchos planes de defensa. Jesús, nos dice que los planes de Dios no ofrecen dolor. Se trata de confiar en Dios en que nos proveerá todo cuanto necesitamos pues estamos convencidos de la verdad de Dios y decidimos dejarnos guiar. La confianza en Dios es la defensa que nos asegura un futuro tranquilo, no las defensas y los planes para querer controlar el futuro. Si confiamos en Dios la paz y la libertad nos acompañarán.


*Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios*.

(136) La enfermedad es una defensa contra la verdad.

 

¿Y porque tenemos que defendernos de la verdad, vale decir, de Dios? Porque creemos que nos va a castigar por la creencia en la separación. La enfermedad no es un accidente, ni proviene de agentes externos. Es una defensa. Tiene que ver con una decisión que hemos tomado en nuestra mente de oponernos a la verdad de Dios para demostrarle que somos más grandes que Él y que podemos oponernos a Su Voluntad. Así, por ejemplo, si en una situación determinada en una relación con un hermano desconozco el Hijo de Dios que es y lo ataco con mis pensamientos o físicamente, me estoy atacando a mí mismo y, ese ataque, se podría traducir en un síntoma corporal.

 

 La verdad sólo produce felicidad, dicha, paz, cordura. La ilusión y sus defensas sólo pueden producir dolor y sufrimiento. El origen de la enfermedad está en la mente. La curación también lo está. Se producirá cuando la paz y la verdad reemplacen las ilusiones mediante el perdón y la guía del Espíritu Santo. Hay que estar alertas a los pensamientos de ataque y perdonarnos para que el proceso de curación no se revierta. ¿Y cómo se revierte la curación? Jesús lo aclara en la lección 136:

 

_”Si permites que tu mente abrigue pensamientos de ataque, juzgue o trace planes para contrarrestar cosas que tal vez puedan pasar en el futuro te habrás vuelto a extraviar, y habrás forjado una identidad corporal que atacará al cuerpo, pues en ese caso la mente estará enferma”_. L-136. 19:2

 

La libertad y la paz siempre estarán presentes si estamos atentos a mantenernos en la verdad de Dios.


Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leer la introducción al Cuarto repaso y hacer la lección como se les propone de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que seamos felices. 


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda








LECCIÓN 148


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*

 

(135) *"Si me defiendo he sido atacado."*


(136) *"La enfermedad es una defensa contra la verdad."*


*PRÁCTICA LARGA:*


Aquiétate durante 5 minutos, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:


*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*


Después de unos minutos en que introduces esta frase, en la que afirmas la indisoluble unidad de tu mente con la de Dios, en la que excluyes de tu mente cualquier pensamiento contrario al amor, procedes a incluir las dos ideas de repaso, así:

 

(135) *"Si me defiendo he sido atacado."*


(136) *"La enfermedad es una defensa contra la verdad."*


Repite estas dos ideas *”sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos."* (introducción 4 repaso)


Y en la medida que estas palabras se asientan en tu consciencia, te relajas y te dejas ir de la mano de Quien nos guía con amor y *"Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz."* (introducción 4 repaso)


*PRACTICAS CORTAS Y FRECUENTES:*


Cada hora te aquietas durante un minuto y pasa un momento de recogimiento con el pensamiento que empezó el día, cierra los ojos y las repites lentamente para tus adentros. 


*"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."*

 

(135) *"Si me defiendo he sido atacado."*


(136) *"La enfermedad es una defensa contra la verdad."*


Terminaremos este día de práctica tal como lo empezamos, con una meditación de 5 minutos en la noche. 


Toda defensa es un ataque. Y es un ataque contra la verdad que somos. Es la negación que el Hijo de Dios es invulnerable y eterno. Es la falsa creencia que algo o alguien nos puede hacer daño o destruir. El miedo y la culpa son los pensamientos que alimentan tales creencias. 


La defensa siempre es un mecanismo del ego. En Dios y en el estado del Cielo no existen conceptos tales como defensa y ataque. El Amor en su eternidad es invulnerable, *"nada real puede ser amenazado"* ¿entonces que puede ser amenazado? Lo que no es real, lo que necesita justificarse, lo que se considera vulnerable, que cree que puede desaparecer o morir: nuestro ego, nuestra mente falsa, que al proyectar sus culpas sobre sus hermanos, se queda esperando con miedo un contra ataque. Cuando proyectas la culpa sobre tu propio cuerpo, das lugar a la enfermedad. Tanto la enfermedad como el ataque son defensas contra la verdad.


 Somos los perfectos e impecables Hijos de Dios, y es esa nuestra única verdad. Todo aquel que sabe quien realmente es, no se defiende, pues sabe que ello conduce a un ataque, y niega lo que es. De lo único que te tienes que "defender" son de tus propios pensamientos de culpa y miedo. Perdónalos y el miedo desaparece junto con las defensas que habías construido. Quien sabe realmente que es, simplemente enseña su amor y su inocencia, ahí radica su fortaleza y su seguridad; pues se reconoce como una mente ilimitada, eterna e invulnerable, no se identifica con el cuerpo, ni lo defiende, pues sabe que el cuerpo no es real. 


Las ilusiones simplemente se deshacen a través del perdón, para que brille la verdad y el amor, en ese momento descubres y disfrutas de una seguridad y de “una paz que sobrepasa todo entendimiento,” pues es una paz que no es de este mundo, es la paz que llega desde la eternidad a recordarte que ella eres tú. 




 TEXTO









CELEBRANDO EL MILAGRO 


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BENDICIONES!




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