Lea aquí la Introducción al 4to Repaso
LECCIÓN 150
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(139) Aceptaré la Expiación para mí mismo.
(140) La salvación es lo único que cura.
LECCIÓN 150
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(139) Aceptaré la Expiación para mí mismo.
(140) La salvación es lo único que cura.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, nos da las pautas para hacer las prácticas de este Cuarto repaso. En dos ocasiones de cinco minutos al comenzar y terminar el día, nos dice Jesús:
”Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte.”
La libertad y la paz nos van a guiar en estas prácticas. ¿Y de qué libertad y paz se trata? De la libertad y la paz que experimentamos cuando nos sentimos unidos a Dios, seguros y protegidos por Dios, confiados en Dios, sabedores de Su Amor, sabedores de que contamos con su fortaleza, con su luz, con su verdad, con su inagotable paciencia, con Su Palabra de que hemos sido salvados…Todo esto y más encierra el pensamiento central de la lección ”Mi mente sólo alberga lo que pienso con Dios.” Este pensamiento nos cuesta aceptarlo porque no queremos perdonar y nos cuesta soltar el rencor y los resentimientos. Pero contamos con la guía del Espíritu Santo y de Jesús que, si se lo solicitamos, nos ayudarán a perdonar.
A este pensamiento nos propone, Jesús, que le dediquemos cinco minutos, que sólo pensemos en este pensamiento y sintamos las bondades que se derivan de él. Sintamos la libertad y la paz que se derivan de sentirnos unidos a Dios y _”para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir en ese Día”_.
Estemos decididos a tener sólo los Pensamientos de Dios. Ante cualquier situación que nos haga perder la paz podríamos preguntarnos: “Qué pensaría Dios en esta situación?” Eso nos podría ayudar a retornar a la senda del perdón.
Después de este período de preparación de nuestra mente que, Jesús, nos propone sea de cinco minutos, nos dice que cerremos los ojos, repitamos las ideas lentamente y pensemos en las dos ideas del repaso que se presentan sin comentarios. Pídele ayuda al Espíritu Santo para que sea Él quien te explique los pensamientos tal como nos lo describe Jesús:
_”Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él”_.
También, Jesús, nos propone hacer repasos, cuando marque la hora, en los cuales repitamos, lentamente, las dos ideas del día y nos demos un tiempo de recogimiento y de paz sin ninguna premura
_”con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti”_.
Y, Jesús, nos dice finalmente:
”Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra.”
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(139) Aceptaré la Expiación para mí mismo.
El tema central del repaso nos ayuda a entender estos dos pensamientos del repaso. Si en mi mente sólo están los pensamientos amorosos de Dios y los acepto, quiere decir que acepto el principio de la Expiación de que la separación de Dios nunca ocurrió y permito que sanación llegue y me salve de la creencia en la separación y en este mundo del ego.
Aceptaré la Expiación para mí mismo
La Expiación es el plan del Espíritu Santo para deshacer la creencia en la separación y corregir los errores que se producen de dicha creencia cuando colocamos al frente de nuestras vidas al ego. Aceptar la Expiación para nosotros mismos implica aceptarnos a nosotros mismos tal como Dios nos creó y sentirnos unidos a Dios y a la Filiación. Implica, también, aceptar la presencia del Espíritu Santo y rechazar las dudas del ego. Nuestra principal misión en este mundo no es nada externo. Es la aceptación de la Expiación para nosotros mismos, es decir, la corrección de nuestras mentes. Jesús, nos dice que nuestra misión va más allá que nuestra propia felicidad. Necesitamos a nuestros hermanos. No podemos ser felices sin los otros. Si acepto la Expiación para mí mismo el amor y la paz de mi mente se extienden automáticamente. Y, Jesús, nos da un programa maravilloso:
”Acepta hoy la Expiación, no para cambiar la realidad, sino simplemente para aceptar la verdad de lo que eres, y luego sigue tu camino regocijándote en el infinito Amor de Dios.”
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(140) La salvación es lo único que cura.
La salvación nos llega mediante la intervención del Espíritu Santo para dejar la creencia, en nuestra mente, de la separación de Dios, de la culpa y el miedo y de todos los pensamientos conflictivos que tenemos cuando seguimos al ego. Ya hemos visto que la enfermedad y la curación suceden en la mente. En este mundo se utiliza la magia, es decir, cualquier medio utilizado para resolver el problema de la enfermedad fuera de la sanación de la mente. Jesús, no se opone a su utilización sólo que nos advierte que las “curas” que se produzcan de esa manera no serán definitivas porque no se ha atendido a la verdadera causa que reside en la mente como culpabilidad y falta de perdón.
Jesús, nos aclara:
_”Donde no hay culpabilidad no puede haber enfermedad, pues esta no es sino otra forma de culpabilidad”_.
Este proceso de sanación de nuestra mente se fundamenta en el perdón con la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Les recomiendo leer la introducción al Cuarto repaso y hacer la lección como se les propone de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarnos de reír en este día porque la Voluntad de Dios para nosotros es perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 150
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."
(139) "Aceptaré la Expiación para mí mismo."
(140) "La salvación es lo único que cura."
PRÁCTICA:
Aquiétate durante 5 minutos, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:
"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."
Después de unos minutos en que introduces esta frase, en la que afirmas la indisoluble unidad de tu mente con la de Dios, en la que excluyes de tu mente cualquier pensamiento contrario al amor, procedes a incluir las dos ideas de repaso, así:
(139) "Aceptaré la Expiación para mí mismo."
(140) "La salvación es lo único que cura."
Repite estas dos ideas ”sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos." (introducción 4 repaso)
Y en la medida que estas palabras se asientan en tu consciencia, te relajas y te dejas ir de la mano de Quien nos guía con amor y "Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz." (introducción 4 repaso)
PRACTICAS CORTAS Y FRECUENTES:
Cada hora te aquietas durante un minuto y pasa un momento de recogimiento con el pensamiento que empezó el día, cierra los ojos y las repites lentamente para tus adentros.
"Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios."
(139) "Aceptaré la Expiación para mí mismo."
(140) "La salvación es lo único que cura."
Terminaremos este día de práctica tal como lo empezamos en la mañana, con una meditación de 5 minutos en la noche.
Algunos estudiantes de Un Curso de Milagros tienen dificultad con el lenguaje cristiano del Curso y la reinterpretación que hace de algunos términos, tales como Expiación, Salvación, Milagros, Espíritu Santo, Perdón, etc. Las lecciones de este repaso nos evocan estas ideas y las resistencias asociadas a ellas.
Lo único que necesito para sanarme es aceptar la sanación para mi mismo, es aceptar que debo cambiar mi manera de pensar, es aceptar el plan de Dios para la salvación, es aceptar el plan general de corrección del error de la separación que el Curso denomina Expiación, que es lo mismo que decir aceptar la guía del Espíritu Santo para mi sanación. Esta definición reinterpreta el concepto tradicional de expiación de la cultura judeo cristiana que la considera como los sacrificios que debemos realizar para pagar por nuestros pecados, en una purificación que incluye dolor y sufrimiento.
Para el Curso la Expiación excluye el sacrificio y el sufrimiento, pues es un plan del Amor para volver al Amor y se hace con la dulzura y la delicadeza que solo el Amor puede dar.
La salvación, la Expiación, y el Espíritu Santo en estos casos pueden significar lo mismo. Y el perdón es el mecanismo que se nos da para corregir nuestros errores de percepción, el resultado de la sanación de nuestros errores lo llamamos milagros.
El Curso tiene un lenguaje, tiene un léxico, pero si nos centramos en el propósito de sanar nuestra mente y volver a la unidad, todo se puede resumir en un proceso de elegir el amor y perdonar todo lo que no sea amor, entonces se nos vuelve más comprensible.
Elegir siempre el amor y la paz, y excluir todo lo que le sea contrario, elegir la verdad y excluir la ilusión, elegir a Dios y negar al ego, ver la inocencia en lugar de la culpabilidad, eso es todo, no es mas pero tampoco es menos. Se trata de elegir y discernir desde el amor y perdonar todo lo que no sea amor.
TEXTO
CELEBRANDO EL MILAGRO
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