LECCIÓN 267 Mi corazón late en la paz de Dios.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 267

Mi corazón late en la paz de Dios.


1. Lo que me rodea es la vida que Dios creó en Su Amor. 2Me llama con cada latido y con cada aliento; con cada acción y con cada pensamiento. 3La paz llena mi corazón e inunda mi cuerpo con el propósito del perdón. 4Ahora mi mente ha sanado, y se me concede todo lo que necesito para salvar al mundo. 5Cada latido de mi corazón me inunda de paz; cada aliento me infunde fuerza. 6Soy un mensajero de Dios, guiado por Su Voz, apoyado por Su amor y amparado eternamente en la quietud y en la paz de Sus amorosos Brazos. 7Cada latido de mi corazón invoca Su Nombre, y cada uno es contestado por Su Voz, que me asegura que en Él estoy en mi hogar.


2. Que preste atención sólo a Tu Respuesta, no a la mía. 2Padre, mi corazón late en la paz que el Corazón del Amor creó. 3Y es ahí y sólo ahí donde estoy en mi hogar.






AUDIOS de la Lección 267
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 267


Ocurrir de la Lección 267
a través de Martin Musarra


Lección 267 
comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda






































LECCIÓN 267

Mi corazón late en la Paz de Dios.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


La lección 267 Mi corazón late en la Paz de Dios es una lección muy bella y motivadora. Jesús, utiliza la analogía del corazón para enseñarnos la importancia de la paz de Dios. La paz de Dios debe ser el motor que mueve nuestra mente, el indicador de nuestro estado de ánimo y de cómo estamos actuando: ¿estamos en paz?, ¿estamos dando paz? Si perdimos la paz, así sea en forma muy leve, es el momento de aquietarnos, pedir la ayuda de Jesús y del Espíritu Santo y perdonar. Ojalá de inmediato. No hay que dejar que el malestar que produce la pérdida de la paz se amplié con juicios y más juicios. 

Jesús, nos dice en la lección:

”Lo que me rodea es toda la vida que Dios creó en Su Amor. Me llama con cada latido y con cada aliento; con cada acción y con cada pensamiento”.
 
En el capítulo 6 sección 5A encontramos lo que significa vida para Jesús:

”Todo se logra con la vida, y la vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra en la mente”. T-6.5.A.1:3

Continúa Jesús en la lección:

”La paz llena mi corazón e inunda mi cuerpo con el propósito del perdón”.
 
El propósito de las enseñanzas de Jesús es que alcancemos la paz de Dios, pero esta no la podemos alcanzar sin el perdón.

”Ahora mi mente ha sanado, y se me concede todo lo que necesito para salvar al mundo. Cada latido de mi corazón me inunda de paz; cada aliento me inunda fuerza”.

Recordemos que cuando Jesús habla de mundo se refiere al mundo que existe en nuestras mentes. El mundo externo fue producto de las proyecciones de la mente colectiva que se creyó separada de Dios. El mundo que tengo que salvar es el mundo de mi mente de la creencia en el ego. 

”Soy un mensajero de Dios, guiado por Su Voz, apoyado por Su amor y amparado tiernamente en la quietud y en la paz de Sus amorosos Brazos. Cada latido de mi corazón invoca Su Nombre, y cada uno es contestado por Su Voz que me asegura que en Él estoy en mi hogar”.
 
Recordemos la lección 154 Me cuento entre los ministros de Dios. En ella Jesús nos decía sobre los ministros o mensajeros de Dios: 
”¿Queréis recibir los mensajes de Dios? Pues así es como os convertís en Sus mensajeros. Sois nombrados ahora…Nadie puede recibir, y comprender que ha recibido, hasta que no se dé. Pues sólo al dar puede aceptar que ha recibido.” L-154. 8:1-3, 8:6-7

Jesús es muy claro. Los mensajeros de Dios: han escuchado los mensajes de Dios y quieren recibirlos; reciben el mensaje; lo dan a sus hermanos y lo reconocen en sí mismos, lo integran. 

En la oración, Jesús, nos habla de la Respuesta. La Respuesta de Dios al mundo del ego es el Espíritu Santo quien está para ayudarnos a regresar a nuestro hogar en Dios. Vale la pena que hagamos esta hermosa oración a lo largo del día:

Que preste atención sólo a Tu Respuesta, no a la mía. Padre mi corazón late en la paz que el Corazón del Amor creó. Y es ahí y sólo ahí donde estoy en mi hogar.

Con relación al tema del mundo

Jesús, nos dice en el tema especial 5 ¿Qué es el cuerpo?:
“El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura”_.
  
El cuerpo, al igual que cualquier cosa en este mundo, es neutro. Depende del propósito con el que lo utilicemos y del maestro que lo oriente.  Para el ego, como lo explicó Jesús en los párrafos anteriores, es un instrumento de separación, que genera sufrimiento y dolor, que genera ilusiones, es un sueño que pretende demostrar el fracaso de Dios, es un instrumento de ataque y defensa, es el centro de la inmensa parte de nuestra atención que refuerza la demencia del ego, etc. Ahora, Jesús, nos dice que, al servicio del Espíritu Santo, puede ayudarnos a recuperar la cordura. 

En la lección de hoy se habla de los mensajeros de Dios. Pues, bien podemos utilizar el cuerpo al servicio de esta hermosa misión: llevar los mensajes de paz y de Amor de Dios a nuestros hermanos para, de esta manera, poder reconocerlos e integrarnos en nosotros mismos. Si damos paz, recibiremos paz. Si damos amor, recibiremos amor.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.

.











Kenneth Wapnick 

Mi corazón late en la paz de Dios.

Lección 267

"Ya hemos visto que cuando Jesús usa la palabra «corazón», él se refiere a la «mente». «Corazón» es simplemente una representación más poética. Es mi mente la que late en la paz de Dios, ciertamente no una parte de mi cuerpo. Hemos visto cómo Jesús usa imágenes del cuerpo a lo largo de Un Curso de Milagros - en este caso imágenes que connotan amor - sin embargo, no hace falta decir que no son más que símbolos que se encuentran con nosotros en la condición física en la que creemos que existimos. (T-25.I.7:4).

(1:1-3) «Lo que me rodea es la vida que Dios creó en Su Amor. Me llama con cada latido y con cada aliento; con cada acción y con cada pensamiento. La paz llena mi corazón e inunda mi cuerpo con el propósito del perdón.»

Una vez más, Jesús indica que él está hablando del «propósito». Debemos tener cuidado de no cambiar su significado. Cuando mi corazón o mente late en la paz de Dios, es debido a que mi tomador de decisiones se ha unido con el Espíritu Santo en mi mente recta, y así comparto Su propósito. El propósito del ego para este mundo es atacar, haciendo así que la separación sea real. El propósito del Espíritu Santo es deshacer la separación a través del perdón.

(1:4-7) «Ahora mi mente ha sanado, y se me concede todo lo que necesito para salvar al mundo. Cada latido de mi corazón me inunda de paz; cada aliento me infunde fuerza. Soy un mensajero de Dios, guiado por Su Voz, apoyado por Su amor y amparado eternamente en la quietud y en la paz de Sus amorosos Brazos. Cada latido de mi corazón invoca Su Nombre, y cada uno es contestado por Su Voz, que me asegura que en Él estoy en mi hogar.»

Mi vista sanada me muestra un mundo con un solo propósito, y todo está unido en esta visión de perdón. Mi mente está ahora liberada de la culpa y el odio que me mantuvieron alejado de los amorosos Brazos de Dios, y puesto que mi mente está abierta a recibir al Hijo de Dios, siento que la serena fortaleza de mi Padre me rodea en Su Amor silencioso.

(2:1) «Que preste atención sólo a Tu Respuesta, no a la mía.» 

Esta es una oración al tomador de decisiones de la mente, para que elija la Respuesta de Dios en lugar de la suya propia. Así encontramos otra manera de decir que reconocemos nuestra elección errónea en favor de la ilusión, y ahora decidimos en favor de la verdad que descansa en nuestras mentes correctas, y que ha esperado pacientemente nuestra decisión de volver a unirnos a ella.

(2:2-3) «Padre, mi corazón late en la paz que el Corazón del Amor creó. Y es ahí y sólo ahí donde estoy en mi hogar.»

Al aceptar gozosamente la Respuesta de Dios, mi corazón vuelve a unirse al Suyo, y sé que estoy en casa, en la paz y la quietud de Su Amor. Recordemos esta conclusión en el poema ya citado de Helen, “My Father’s House”:

"Allí camina conmigo 
La Luz que el Cielo considera como el mismo.
Soy un Hijo de Dios. Mi nombre es el Suyo.
La casa de mi Padre es donde «está» mi quietud."

(Los Regalos de Dios, p. 59)"

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.













LECCIÓN 267

 "Mi corazón late en la paz de Dios."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

El corazón es la representación del centro donde emana el amor. La paz es un atributo del Amor. Es imposible experimentar la paz de Dios  si antes no se ha experimentado Su amor. La paz de Dios es mucho más que una ausencia de guerra o conflicto, es un estado de plenitud y amor gozoso difícil de describir con palabras, de ahí que la Biblia la defina como la paz que sobrepasa todo entendimiento. Nos  será muy difícil  experimentar el amor de Dios, si antes no hemos sanado nuestra mente, de todas las interferencias que hemos fabricado para ocultar o negar el amor que somos. 

"Lo que me rodea es la vida que Dios creó en Su Amor." recordemos una lección anterior que nos decía que el amor de Dios me rodea. (L 264) en la lección de hoy nos dice  que el Amor de Dios es lo que crea vida. Solo Dios crea vida. Lo que Dios no crea, como este mundo y los cuerpos, no son reales. Lo que nosotros consideramos vida biológica, se considera como una falsa ilusión, una fabricación de nuestra mente errada, que le da sustento al ego. 

El amor  "Me llama con cada latido y con cada aliento; con cada acción y con cada pensamiento." nosotros creímos abandonar el amor, pero el amor nunca nos ha abandonado. El amor nos seguirá llamando con su dulzura y paciencia infinita, hasta que decidamos escucharle y despertar del sueño de separación. No importa  el lugar donde creemos estar, o  el cuerpo que creemos ser, el Espíritu Santo busca comunicarse con nosotros para recordarnos quienes somos en realidad. 

"La paz llena mi corazón e inunda mi cuerpo con el propósito del perdón."  Esta es una bella lección con figuras literarias, para explicarnos que el Amor de Dios impregna todo nuestro Ser, y aparentemente a nuestro cuerpo. La lección parece unir la verdad (espíritu, mente) y la ilusión (cuerpo), pero no es más que un recurso pedagógico al reinterpretar el papel del cuerpo al servicio de una mente amorosa. Si no estudiamos esta lección desde la dimensión metafísica del Curso, nos podemos equivocar al creer que el amor de Dios se manifiesta en nuestro cuerpo físico, pues la Verdad no descansa sobre el error. Pero cuando llevamos los errores ante la verdad, su luz y Su Amor desvanecen toda ilusión, y restablecen la verdad de lo que somos a través del perdón. 
 
Si logro perdonar mis pensamientos de culpa, miedo, carencias y conflictos, mi mente cambia, y los pensamientos del  ego, son sustituidos por pensamientos de paz y amor. Al sanar mis culpas, mis miedos, mis conflictos y mis creencias en las enfermedades, puedo experimentar sanación en mi mente y en mi cuerpo, por lo que la paz será el resultado lógico que habré de experimentar. Recordemos que la enfermedad no es mas que un uso no amoroso del cuerpo. 

En este caso "El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura." (L-PII.5.4:1) de la mano del Espíritu Santo reinterpretamos el rol del cuerpo, que pasa de ser un instrumento de ataque del ego, a un instrumento de comunicación para perdonar, sanar y amar.  "Ahora mi mente ha sanado, y se me concede todo lo que necesito para salvar al mundo." una mente sanada se pone al servicio del Espíritu Santo, para ayudar a completar el plan de Dios para la salvación. 

Pese a que el cuerpo es ilusorio, nuestra mente experimenta sus emociones y sentimientos a través del cuerpo, "Cada latido de mi corazón me inunda de paz; cada aliento me infunde fuerza." Una vez que mi mente correcta une su voluntad a la de Dios, me convierto en el  "mensajero de Dios, guiado por Su Voz, apoyado por Su amor y amparado eternamente en la quietud y en la paz de Sus amorosos Brazos." y en ese propósito seré guiado por la Voz que habla por Dios, y Su paz y Su Amor me abrigaran en los eternos Brazos de Dios. 

Cuando me abro al amor de Dios, Su paz hace parte de mi y la siento dentro de mi: "Cada latido de mi corazón invoca Su Nombre, y cada uno es contestado por Su Voz, que me asegura que en Él estoy en mi hogar." esta es una hermosa expresión para describir a quien se ha entregado completamente al amor de Dios, su mente solo piensa en Dios, y sólo escucha Su Voz, esa es la certeza de un santo. 

Esta es una hermosa lección,  algo compleja de explicarla, pues pasa desde una dimensión metafísica, a una reinterpretación del cuerpo y su papel ya no al servicio del ego sino del Espíritu Santo. 

ORACION DEL DÍA:

"Que preste atención sólo a Tu Respuesta, no a la mía. Padre, mi corazón late en la paz que el Corazón del Amor creó. Y es ahí y sólo ahí donde estoy en mi hogar."

Si logramos solo prestar atención a la Voz de Dios, y a no escuchar al ego, prácticamente el aprendizaje ha concluido, estoy a las puertas del Cielo, y espero que Dios de el último paso y me recoja en Sus amorosos brazos, para sentirme finalmente en mi Hogar, disfrutando de la paz y la dicha que mi Padre me ha brindado por siempre. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "5. ¿Qué es el cuerpo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  













Share:

Facebook comments: