LECCIÓN 340 Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 340

Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.

1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. 2Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. 3Su sufrimiento ha terminado. 4Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. 5Gracias por el día de hoy, Padre mío. 6Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.

2. ¡Regocíjate hoy! 2¡Regocíjate! 3Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. 4Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. 5Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. 6No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.





AUDIOS de la Lección 340
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 340
A través de Mariano Noé


Ocurrir de la Lección 340
a través de Martin Musarra


Lección 340
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda




































LECCIÓN 340

Hoy puedo estar libre de todo sufrimiento.

Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, viene reiterándonos la necesidad de cambiar nuestros pensamientos pues estos son los causantes de todo lo que nos pueda afectar o, no, de acuerdo al maestro que escojamos para que los dirija. Hoy, insiste en lo mismo.

Nos dice:

”Padre, Te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido”.

La libertad es hacer la Voluntad de Dios. Es confiar plenamente en Él. Libertad en la cual, en mi mente, sólo hay cabida para los Pensamientos de Dios. 

Jesús, insiste en que hoy aceptaré usar la libertad a favor de Dios. Hoy. No en un futuro. Hoy, puedo utilizar el día sin la carga de errores del pasado que perdono con la ayuda del Espíritu Santo de tal manera que pueda disfrutar de este día plenamente, sin culpa y sin miedo. 

En esta segunda parte de las lecciones, Jesús, nos plantea la importancia de tener momentos con Dios a lo largo del día que pueden convertirse en instantes santos donde suspendamos los juicios, nos olvidemos, así sea por un instante, del sistema de pensamiento del ego, y nos sintamos unidos a Dios y a nuestros hermanos, donde dejemos la culpa y el miedo. En esos instantes con Dios estaré libre del ego y podré gozar de la plenitud de mi libertad como Hijo de Dios. Así se convierte en un día santo. Y el Hijo de Dios deja de sufrir por el dominio del ego.

Continúa Jesús:

”Su sufrimiento ha terminado. Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo por medio del perdón y se libere por siempre de todo sufrimiento”.

El sufrimiento del Hijo de Dios se origina en la culpabilidad por la creencia en la separación de Dios. Aceptar el sufrimiento es ceder ante la tentación de verse débil e indefenso para no asumir la responsabilidad que le corresponde de hacer la Voluntad de Dios, que quiere para él es su felicidad. El sufrimiento es una ilusión que puede tener mucho poder. Para salir de él se necesita la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Además, detrás de todo sufrimiento se oculta algún pensamiento que niega el perdón. Desconociendo que el perdón pone fin a cualquier forma de dolor. 

Dice Jesús:

”Gracias por el día de hoy, Padre mío. Vine a este mundo sólo para poder llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él”.

Jesús, nos llama a consagrarle el día a Dios. A agradecerle el día. A ponerle el día a Su servicio. A agradecerle que nos haya dado Su Ser, que es el mismo de Él. Del Ser que nos dio se desprenden los demás dones que nos ha dado. A agradecerle que siempre tengamos Su recuerdo, que nunca lo podemos perder. Sólo es cuestión de decidirnos a recordar, a quitar todos los resentimientos, toda la culpa y el miedo que nos acompaña para que avancemos hacia el recuerdo de Dios. A agradecerle por la seguridad que nos brinda. Porque está siempre con nosotros. Nunca nos ha dejado solos. A agradecerle por toda la paciencia que tiene con nosotros cuando nos negamos a escuchar Su Voz.

 Él confía plenamente en nosotros y sabe que, algún día, lo vamos a escuchar. A agradecer la promesa que nos hizo de que vamos a despertar de este sueño y vamos a regresar a Dios. A agradecerle por haber creado al Espíritu Santo para que nos ayude a despertar. Vine a este mundo para tener este día: el día en que me libero del ego y acepto la Voluntad de Dios. Me decido a no sufrir más.

La explicación de la oración es muy clara sobre el pensamiento de la lección Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento:

”¡Regocíjate hoy! ¡Regocíjate                                       ! Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. Ni uno sólo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su Regazo, despierta ahora en el Cielo, en el corazón del Amor”.

Con relación al tema del ego.

Nos dice, Jesús, en el tema especial 12. ¿Qué es el ego?:

”Y la paz se les restituirá para siempre a las santas mentes que Dios creó como Su Hijo, Su Morada, Su Dicha y Su Amor, completamente Suyas y completamente unidas a Él”.

El ego necesita el conflicto para poder subsistir. Si estoy en conflicto no puedo tener paz. La paz permite la liberación de la culpa que me hace sentir indigno del Amor de Dios. Consigo la paz mediante el perdón y la aceptación de la Expiación para mí mismo. La lección de hoy es una buena orientación para superar el ego: Hoy puedo estar libre de todo sufrimiento. Es mi decisión dejar de lado todos los pensamientos que me causan conflicto y sufrimiento y me hacen perder la paz. La paz siempre será el mejor indicador de la necesidad de perdonar. Si siento que pierdo la paz pido ayuda al Espíritu Santo y a Jesús, me aquieto, es decir, paro los juicios, y espero el mensaje de paz y de amor de mi Padre.


Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.



Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. L-71. 9:7-10

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.















LECCIÓN 340
Hoy puedo estar libre de todo sufrimiento. 
Kenneth wapnick


Esta lección nos proporciona otra declaración clara de lo que puede ser nuestra experiencia si elegimos al Maestro de la libertad en lugar del maestro del sufrimiento. 
(1:1-2) Padre, te doy gracias por el día de hoy, y por la libertad que estoy seguro que te traerá. Este día es santo, porque hoy tu Hijo será redimido. 
Nuestra gratitud no es por cualquier dolor que experimentemos este día, eso sería masoquismo. Agradecemos a nuestro Padre por Su Amor, el cual, a través de la Presencia del Espíritu Santo en nuestro sueño hiriente, nos recuerda que aún podemos elegir de nuevo. Nuestro sufrimiento es el efecto de la elección equivocada de la mente por un maestro, pero podemos cambiar la causa a la Causa que es la única que nos liberará de nuestra casa de prisión del dolor. El perdón es el medio del Espíritu Santo para liberarnos del infierno, porque refleja la Voluntad del Cielo, la única Fuente de gozo: 
Cumplir perfectamente la Voluntad de Dios es el único gozo y paz que se puede conocer plenamente, porque es la única función que se puede experimentar plenamente (T-8.III.2:1). 
(1:3-6) Su sufrimiento ha terminado. Porque él escuchará Tu Voz dirigiéndolo a encontrar la visión de Cristo a través del perdón, y será libre para siempre de todo sufrimiento. Gracias por lo de hoy, padre mío. Yo nací en este mundo pero para alcanzar este día, y lo que contiene en alegría y libertad para tu santo Hijo y para el mundo que él hizo, el cual es liberado junto con él hoy. 
Escoger la Voz del perdón en lugar de la voz de la culpa marca el fin del sufrimiento. No hay otra manera de recordar nuestro Ser sin dolor que reconocer que el fin del sufrimiento viene con el fin de la separación, expresado a través de no ver los intereses de otro como separados de los nuestros - la esencia del perdón. Como Jesús nos recuerda en la Psicoterapia: 
... Escucha a un hermano pedir ayuda y respóndele.... No hay otra manera de escuchar Su Voz. No hay otra manera de buscar a Su Hijo. No hay otra manera de encontrar tu Ser (P-2.V.8:4,6-8). 
(2) ¡Alégrense hoy! Alégrate! No hay lugar para nada más que alegría y agradecimiento hoy. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo hoy. Ninguno de nosotros, pero será salvado hoy. No uno que permanezca con temor, y ninguno que el Padre no se reúna consigo mismo, despierto en el Cielo en el Corazón del Amor. 
El único propósito correcto de estar aquí es aprender que el sufrimiento viene de un deseo que a su vez da lugar a un pensamiento. Esto, entonces, da lugar a una experiencia proyectada. Recordar estas importantes líneas del texto: 
... La percepción parece enseñarte lo que ves. Sin embargo, no es más que un testimonio de lo que enseñaste. Es la imagen exterior de un deseo; una imagen que usted quería que fuera verdadera (T-24.VII.8:8-10). 
Si no estoy contento con mi sufrimiento, puedo volver a la persona que toma las decisiones en mi mente y decir: "Ya no deseo esto." Sin embargo, decir que ya no deseo este dolor debe significar también que ya no deseo su causa: la decisión de estar solo y separado del Amor de Dios. Así me permito gozosamente escuchar el juicio amoroso de Dios sobre mí, Su Hijo: 
... Santo eres tú, eterno, libre y completo, en paz para siempre en el Corazón de Dios (M-15.1:11).














LECCIÓN 340

"Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Liberarse de todo sufrimiento no es cualquier logro. Para algunas tradiciones espirituales es el principal logro. El sufrimiento es un tema central del budismo. A tal punto que consideran la iluminación como la total ausencia de sufrimiento.  La palabra Nirvana se define en el budismo como el logro final, consistente en la liberación de los deseos, del sufrimiento, la conciencia individual y el ciclo de reencarnaciones.

Para Un Curso de Milagros la liberación del sufrimiento es muy importante pero no es la meta final. La meta es la paz a la que llegamos una vez eliminamos la culpa y el miedo, a través del mecanismo del perdón, que  libera al amor de todos los obstáculos que nos impedían experimentarlo, en ese proceso también nos liberamos de todo sufrimiento. Lograrlo es motivo de júbilo. 

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. Su sufrimiento ha terminado. Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. Gracias por el día de hoy, Padre mío. Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él."

Mas sin embargo, en esta lección, se equipara la liberación del sufrimiento como la meta final, "Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día" y esto se logra buscando  "la visión de Cristo a través del perdón" cuando elegimos escuchar solo a la Voz que habla por Dios guiarnos en todo momento. Al hacerlo, el resultado es la liberación de todo sufrimiento. De ahí que hoy es un día santo, motivo de jubilo: "¡Regocíjate hoy! ¡Regocíjate! Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día."

Nos encontramos en las lecciones finales, si las hemos practicado lo mejor posible, si hemos realizado bien nuestro trabajo de perdón, y buscamos aquietarnos mañana y noche, en nuestro silencio interior buscaremos escuchar la Voz de Dios y seguir Su amorosa guía, el resultado inevitable es que nos liberemos de todo sufrimiento, y despertemos en el corazón de Dios. 

"Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor." Aquí no sólo se está refiriendo a mí liberación individual sino también a la liberación del mundo que  fabricamos, de ahí la afirmación, "Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo" Esta lección nos anuncia el fin del mundo del sufrimiento y nuestro retorno definitivo a Dios, un estado de dicha infinita. Alegrémonos por haber elegido el amor y que este haya contestado nuestro llamado. Gracias Padre por tu infinita bondad!! 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "12. ¿Qué es el ego?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  











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BENDICIONES!








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