LECCIÓN 346 Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 346

Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor.

1. Padre, al despertar hoy los milagros corrigen mi percepción de todas las cosas. ²Y así comienza el día que voy a compartir Contigo tal como compartiré la eternidad, pues el tiempo se ha hecho a un lado hoy. ³No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto, ni siquiera las veré. ⁴Lo que hoy busco trasciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben en él. ⁵Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor. ⁶Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra ley que no sea Tu ley del amor. ⁷Quiero encontrar la paz que Tú creaste para Tu Hijo, y olvidarme, conforme contemplo Tu gloria y la mía, de todos los absurdos juguetes que fabriqué.

2. Y al llegar la noche; recordaremos únicamente la paz de Dios. ²Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra, cuando nos olvidamos de todo excepto del Amor de Dios.





AUDIOS de la Lección 346
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 346
A través de Mariano Noé


Ocurrir de la Lección 346
a través de Martin Musarra


Lección 346 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

































LECCIÓN 346
Hoy la Paz de Dios me envuelve y me olvido de todo excepto de Su Amor.

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, nos recuerda hoy la importancia de la Paz de Dios. En la pregunta 20 del Manual para el maestro nos dice:

”¿Qué es la Paz de Dios? La Paz de Dios no es más que esto: el simple entendimiento de que Su Voluntad no tiene opuestos…La Paz de Dios es la condición para que se haga Su Voluntad. Alcanza Su Paz y Le recordarás”. (M-20. 6: 1-2, 12-13)

La Paz de Dios se alcanza renunciando al pasado, en el instante santo. La Paz de Dios se puede encontrar mediante el perdón. La Paz de Dios se conserva cuando no se cae en la tentación de acudir a la ira y de hacer juicios.

Jesús nos dice en la lección:

”Padre, al despertar hoy los milagros corrigen mi percepción de todas las cosas. Y así comienza el día que voy a compartir Contigo tal como compartiré la eternidad, pues hoy el tiempo se ha hecho a un lado”.

Jesús, retoma el instante santo, al cual podemos acudir cuando lo deseemos, en el cual me olvido del tiempo; del cuerpo; de los conflictos con mis hermanos; me siento unido a Dios y a mis hermanos, me siento dichoso, en paz y lo único que puedo ver es un mundo perdonado, de tal manera, que me olvido de todo, excepto de Su Amor.

Y puedo tomar la decisión de estar con Dios todo el día como nos  enseñó, Jesús, en la lección 232 Permanece en mi mente todo el día, Padre mío. El estar con Dios, me permite ver los aparentes
conflictos del mundo externo, de otra manera. Si veo violencia, agresividad y odio entre hermanos puedo decir que eso no es la Voluntad de Dios, que eso no es de Dios. Que la Voluntad de Dios no es
esa. 

Dios no quiere que suframos como dice la lección 101 La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. Si lo que veo externamente me conmueve, no lo juzgo. Pido ayuda al Espíritu Santo y le entrego los pensamientos no amorosos para que los transforme en pensamientos amorosos. Le pido que cambie mi percepción. Este es el proceso de la Expiación.

Continúa Jesús en la lección:

_”No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto, ni siquiera las veré. Lo que hoy busco trasciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben en él. Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor”_.

No ando en pos de las cosas fabricadas teniendo al ego como maestro. Son temporales, basadas en la separación, en el miedo, en la culpa, en el conflicto. Lo que busco, el Amor de Dios, trasciende el
tiempo. Mediante el perdón y los milagros, en el instante santo, colapso el tiempo, me centro en el presente, de tal manera, que ya no tengo que cargar las culpas del pasado y puedo tomar contacto, así sea por un instante, con la eternidad.

Sigue Jesús:

_”Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra ley que no sea Tu Ley del Amor. Quiero encontrar la paz que Tu creaste para Tu Hijo, y olvidarme, conforme contemplo Tu Gloria y
la mía, de todos los absurdos juguetes que fabriqué”_.

Jesús, nos vuelve a recordar la ley del amor: el regalo que le hago a mi hermano, es el regalo que me hago a mí mismo. A Dios no puedo llegar solo. Llego con mi hermano.

Finalmente nos dice:

_”Y al llegar la noche, recordaremos únicamente la Paz de Dios. Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra, cuando nos olvidamos de todo excepto del Amor de Dios”_.

La paz de Dios me la da el tener claro que Dios es mi único objetivo. Si siento que pierdo la paz acudo al perdón y a la guía del Espíritu Santo y de Jesús. De esa manera, transcurre todo el día y al llegar la noche puedo decir como en la lección 232:

_”Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu Cuidado y felizmente consciente de soy Tu Hijo”_. 
L-232. 1: 4-5

*Con relación al tema del milagro*.

Nos dice, Jesús, en el tema especial 13. ¿Qué es un milagro?:

_”Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor. Y cada una de ellas se deposita ante la Palabra de Dios, en el Altar Universal al Creador y a la Creación, a la Luz de la perfecta pureza y de la dicha infinita”_.

De nuevo, Jesús, nos habla del altar que, en nuestra mente, tenemos a la Palabra de Dios, tras del cual se encuentra el recuerdo de
Dios. Y cómo, a dicho altar, sólo podemos llegar con las azucenas del perdón. Es la ofrenda que le llevamos a nuestro Padre cuando hemos perdonado a nuestros hermanos y nos hemos perdonado, pues, a Dios no podemos llegar solos. Esto implica sanar nuestra mente de todos los
pensamientos no amorosos del ego, siempre con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, de tal manera que hagamos posible la lección de hoy:
*Hoy la Paz de Dios me envuelve y me olvido de todo excepto de
Su Amor*.

*Proceso de práctica de la lección*

1. _Tener momentos con Dios por la mañana y por la noche_
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes.
Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del
día.

En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal
como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en
cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. L-71. 9:7-10

2. _Recordatorios cada hora_.
Cada hora recordaremos a Dios. Invocamos Su Nombre.
Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a
Dios.

3. _Recordatorios frecuentes de la lección entre horas_.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios.
Invocamos a Dios.

4. _Respuesta a la tentación_.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día
cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la
lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y
necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a
su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras
a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre
pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír
porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta
felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.









LECCIÓN 346: 
Hoy la Paz de Dios me envuelve y me olvido de todo excepto Su Amor
Kenneth Wapnick


Esta es otra lección importante que puede ser útil a lo largo del día. Date cuenta de cuánto olvidas Su Amor y procura recordar todo lo demás. Si es Su Amor lo que realmente quieres recordar, tus necesidades especiales se desvanecerán y Su Amor, reflejado a través de las enseñanzas de Jesús sobre el perdón, pasará al primer plano. Si te das cuenta de que el propósito de este día no es satisfacer las necesidades de tu ego, sino más bien ser un salón de clases en el que tu única necesidad de perdón esté satisfecha, ese propósito será el primer plano, y los eventos diarios y las relaciones reflejarán ese propósito cambiado. Así se habrán convertido en el plan de estudios en el que aprenderás las lecciones que te acelerarán a lo largo de tu camino de expiación. Ese es el significado de"olvido todas las cosas excepto Su Amor". Jesús no quiere decir que literalmente tengas que pensar en el Amor de Dios a lo largo del día; sino que te pide que pienses en el regalo que la reflexión del Amor te ofrece de maneras muy específicas: la oportunidad de aprender lecciones en tu salón de clases sobre el perdón. 
(1:1-2) Padre, hoy me despierto con milagros que corrigen mi percepción de todas las cosas. Y así comienza el día que comparto contigo como comparto la eternidad, pues el tiempo se ha apartado hoy. 
Cuando elijo el instante santo, estoy fuera del tiempo. Así es como se ha hecho a un lado. Esto no significa que niego que vivo en un mundo de tiempo y espacio. Simplemente significa que el mundo retrocede al fondo; su lugar es ocupado por la lección que viene de lo intemporal: mi realidad está fuera del sueño. Ahora entiendo que elegí este sueño porque deseaba mantener viva y bien mi figura especial de sueño, pero estoy lista y dispuesta a aprender algo más. 
(1:3-4) No busco las cosas del tiempo, y por eso no las miraré. Lo que busco hoy trasciende todas las leyes del tiempo y las cosas percibidas en el tiempo. 
Eso no quiere decir que no veas un programa de noticias, leas un periódico o escuches la triste historia de alguien, sino que los mires a través de los ojos de Jesús. Recuerda que antes de darte cuenta de que el mundo perceptivo es una ilusión, primero debes invertir la figura y el terreno percibido. Usted no quiere saltarse pasos, lo que significa que antes de darse cuenta de la naturaleza ilusoria de todo, incluyéndose a sí mismo, primero debe prestar atención a lo que sucede aquí, pero visto con un propósito diferente. El mundo de lo especial, en lugar de ser el frente y el centro, se convierte en el fondo de su nuevo propósito. Por lo tanto, lo que emerge en primer plano es la enseñanza de Jesús que te ayudará a darte cuenta de que puedes mirar al mundo de otra manera. 
(1:5-7) Olvidaría todas las cosas excepto Tu Amor. Yo permaneceré en Ti, y no conoceré más leyes que Tu ley de amor. Y yo encontraría la paz que Tú creaste para Tu Hijo, olvidando todos los juguetes tontos que hice al contemplar Tu gloria y la mía. 
Estos juguetes tontos, como hemos visto en otras partes, son los pensamientos del ego sobre el pecado y el ataque. 
(2) Y cuando llegue la tarde de hoy, no recordaremos nada más que la paz de Dios. Porque hoy aprenderemos qué paz es la nuestra, cuando olvidamos todas las cosas excepto el Amor de Dios. 
Este es el pensamiento con el que debemos despertar, permanecer con nosotros durante todo el día, y con el que nos vamos a la cama; es decir, nuestro único propósito aquí es aprender que no estamos aquí. Nuestro amante maestro nos ayuda a recordar este propósito cuando olvidamos.








LECCIÓN 346

Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Los milagros corrigen todo lo que me impide recordar el Amor de Dios, una vez logrado, me envuelve la paz de Dios. El perdón me conduce a olvidarme de todo en este mundo y solo a recordar el Amor de Dios, a soltar el pasado y vivir un presente de paz y felicidad.
 
La lección nos plantea un propósito, que para nosotros podría ser un verdadero desafío, se trata de pasar todo el día  pensando solo en el Amor de Dios, y olvidarme de todo lo demás que no sea Su Amor, mantener mi mente en una  consciencia plena del momento presente, haciendo a un lado al tiempo, y permitiendo que la eternidad inunde todo mi Ser.

El perdón me conduce a permanecer en mi mente recta todo el día, y permite que la paz de Dios me envuelva completamente. 

Este es el propósito que Jesús  nos plantea para el día de hoy. Estamos dispuestos a cumplirlo? Dudaremos qué lo vamos a lograr? Si sentimos que fallamos por un momento, intentaremos perdonar y perseverar en  tener un día de total amor y total paz? Cada cual debe dar respuesta a lo largo del día si cumplió o no está meta, o que tanto la cumplió, y que le falta para perdonar y llegar al maravilloso momento  en que puedas decir, "lo logré!!" gracias Padre por tu Amor y Tu paz. 

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre, al despertar hoy los milagros corrigen mi percepción de todas las cosas. Y así comienza el día que voy a compartir Contigo tal como compartiré la eternidad, pues el tiempo se ha hecho a un lado hoy. No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto, ni siquiera las veré. Lo que hoy busco trasciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben en él. Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor. Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra ley que no sea Tu ley del amor. Quiero encontrar la paz que Tú creaste para Tu Hijo, y olvidarme, conforme contemplo Tu gloria y la mía, de todos los absurdos juguetes que fabriqué."

No andar  "en pos de cosas temporales,"  y ni siquiera verlas a lo largo del día, implica un estado de consciencia muy elevado en la que sólo está presente el amor de Dios y no veo nada más, no siento nada más, no escucho nada más, pues el Amor y la paz de Dios inunda todo mi Ser, y nada de este mundo lo puede afectar, sería algo así como haber traído el Cielo a este mundo y elevarme hacia el Cielo en un estado de perfecta santidad.

 La lección parte del presupuesto que ya lo hemos logrado, pues no duda que lo lograremos, solo nosotros con nuestras dudas e incertidumbres podríamos pensar que no lo vamos a lograr, de ser así, nos indicaría que todavía nos quedan cosas por perdonar y milagros por obrar.  

Hoy nos propondremos pasar todo el día solo con Dios y nada más que con Dios, me olvido de todo lo que no sea el Amor de Dios, me dejo envolver por Su paz, "Y al llegar la noche; recordaremos únicamente la paz de Dios. Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra, cuando nos olvidamos de todo excepto del Amor de Dios." Si permitimos que solo el Amor de Dios inunde mi corazón, mi mente, mi consciencia, todo mi Ser, podremos experimentar la paz de Dios, una paz que sobrepasa todo entendimiento, una paz de total plenitud y gozo infinito. Al llegar la noche, expresaremos nuestro canto de Amor y gratitud a nuestro Padre que siempre ha estado con nosotros, así nosotros hayamos pensado que nos habíamos alejado de Él. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "13. ¿Qué es un milagro?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  











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