LECCIÓN 295 El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 295

El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.

1. Hoy Cristo pide valerse de mis ojos para así redimir al mundo. 2 Me pide este regalo para poder ofrecerme paz mental y eliminar todo terror y todo pesar. 3 Y a medida que se me libra de éstos, los sueños que parecían estar firmemente afianzados en el mundo desaparecen. 4 La redención es una. 5 Al salvarme yo, el mundo se salva conmigo. 6 Pues todos tenemos que ser redimidos juntos. 7 El miedo se presenta en múltiples formas, pero el amor es uno.

2. Padre mío, Cristo me ha pedido un regalo, que doy para que me sea dado. 2 Ayúdame a usar los ojos de Cristo hoy, y así permitir que el Amor del Espíritu Santo bendiga todo cuanto contemple, de modo que la compasión de Su Amor pueda descender sobre mí.



AUDIOS de la Lección 295
de CELEBRANDO EL MILAGRO



Lectura de la Lección 295
A través de Mariano Noé 


Ocurrir de la Lección 295
a través de Martin Musarra


Lección 295 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda
































LECCIÓN 295


El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


Cristo quiere valerse de mis ojos, desde mi mente recta, para salvar al mundo.


Nos dice, Jesús, en la lección:


”Hoy Cristo pide valerse de mis ojos para así redimir al mundo. Me pide este regalo para poder ofrecerme paz mental y eliminar todo terror y todo pesar. Y a medida que se me libra de éstos, los sueños que parecían estar firmemente afianzados en el mundo desaparecen”.


Jesús, nos plantea que miremos a nuestros hermanos con la visión de Cristo, es decir, que miremos más allá de los ojos del cuerpo en que nos quiere centrar el ego. Que miremos el contenido y no la forma. Mirar con el contenido es mirar a mis hermanos como Hijos de Dios que son y no enredarnos en las miles de formas y diferencias en que pretende sumirnos el ego.


Esto lo aclara Jesús en el capítulo 22 sección III:


”Los ojos del cuerpo ven únicamente formas. No pueden ver más allá de aquello para cuya contemplación fueron fabricados. Y fueron fabricados para fijarse en los errores y no ver más allá de ellos”. T-22. III.5:3-5


Si miro el contenido y no la forma dejo de lado todo miedo y todo pesar con el que busca enredarme el ego en el cuerpo, para no perdonar las ilusiones. Con Cristo, con la visión de Cristo, tendré pensamientos de amor y de paz que será los que extienda a mis hermanos.


Continúa Jesús:


”La redención es una. Al salvarme yo, el mundo se salva conmigo. Pues todos tenemos que ser redimidos juntos. El miedo se presenta en múltiples formas, pero el amor es uno”.


El amor es uno. Es lo que nos permite sentirnos unidos a todo y a todos. Jesús, se refiere aquí al proceso de Expiación. Todos tenemos que redimirnos del sistema de pensamiento del ego mediante el perdón. Todos tenemos que adquirir una percepción verdadera.


Jesús, desde la Introducción a las lecciones, nos enseñaba la importancia de la transferencia en el entrenamiento de que nos salváramos con todos los hermanos:


”La transferencia del entrenamiento para adquirir una percepción verdadera no procede del mismo modo en que procede la transferencia del entrenamiento del mundo. Si se ha logrado una percepción verdadera en conexión con una persona, situación o acontecimiento, la transferencia total a todo el mundo y a todas las cosas es inevitable. Por otro lado, una sola cosa que se excluya de la percepción verdadera imposibilita sus logros en cualquier parte”. Libro de ejercicios. intr.5:1-3


La oración de la lección es un llamado a valernos de la visión de Cristo para ver a los hermanos. Vale la pena que la recordemos a lo largo del día:


”Padre mío, Cristo me ha pedido un regalo, que doy para que me sea dado. Ayúdame a usar los ojos de Cristo hoy, y así permitir que el Amor del Espíritu Santo bendiga todo cuanto contemple, de modo que la compasión de Su Amor pueda descender sobre mí”.


Con relación al tema del mundo real


Jesús, nos dice en el tema especial 8. ¿Qué es el mundo real?:


”¿Qué necesidad tiene dicha mente de pensamientos de muerte, asesinato o ataque?  ¿De qué puede sentirse rodeada sino de seguridad, amor y dicha?  ¿Qué podría haber que ella quisiese condenar? ¿Y contra qué querría juzgar?” 


La mente que está en el mundo real, que ha perdonado, que se ha sanado con la visión de Cristo no ve odio por ninguna parte porque el odio es una ilusión. Es un miedo al amor y, por lo tanto, a Dios. Si camina con la visión de Cristo no hay nada que temer, no ve sino, en los, supuestos, ataques de sus hermanos peticiones de ayuda y de amor, peticiones a las que responde con expresiones de amor y de ayuda.


En el mundo real no hay nada que condenar ni juzgar, nos dice Jesús. Si veo en mis hermanos al Hijo de Dios no veré sino unidad. No necesito juzgar para mantener la separación y causar dolor. Sólo habrá todas las bondades de la Paz y del Amor de Dios: respeto, tolerancia, bondad, no habrá culpa ni miedo, ni sacrificio y sufrimiento sólo unidad, confianza, honestidad, fe...  Todas la cualidades que el Espíritu Santo nos está ayudando a recordar por nuestra condición de Hijos de Dios y esto lo hacemos con nuestros hermanos como Jesús nos ha enseñado en la lección 266:


”Padre, me diste todos Tus Hijos para que fuesen mis salvadores y mis consejeros de visión”. L-266. 1:1  


Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.














Kenneth Wapnick 

«El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.»

Lección 295

"Esta lección aparenta ser sobre el Espíritu Santo, pero es otro ejemplo de cómo Jesús usa «Cristo» como un sinónimo de la Voz que habla por Dios. El título dice que el Espíritu Santo ve a través de mí, pero Jesús comienza hablando de la mirada de Cristo; no Cristo como Él está en el Cielo, sino como un símbolo del principio de la Expiación - la Presencia del Espíritu Santo, que es en sí mismo la corrección.

(1:1-3) «Hoy Cristo pide valerse de mis ojos para así redimir al mundo. Me pide este regalo para poder ofrecerme paz mental y eliminar todo terror y pesar. Y a medida que se me libra de éstos, los sueños que parecían envolver al mundo desaparecen.» 

Todo lo que necesito hacer es cambiar mi visión o maestro, y el mundo de especialismo del sueño del ego - el dolor, la tristeza, la alegría y el placer - desaparece. Ahora volvemos al tema de la unicidad:

(1:4-5) «La redención es una. Al salvarme yo, el mundo se salva conmigo.» 

Para decir esto de nuevo, una afirmación como esta no tiene sentido a menos que comprendas la metafísica subyacente de Un Curso de Milagros. No hay ningún mundo fuera de la mente, que es una - una Mente en el Cielo, y una mente dentro del sueño. Esta última es el ego en sí - un Hijo de Dios que se quedó dormido. El universo físico surgió de esa mente, por lo cual todo es uno - el sueño y el soñador no están separados, y por lo tanto son redimidos Juntos.

(1:6) «Pues todos tenemos que ser redimidos juntos.» 

Cuando tu mente es curada y has aceptado el deshacimiento del pecado que es tu redención, sabes que el Hijo de Dios es uno y que todos han sido salvados junto contigo. Contemplas el sueño, estando ahora fuera de él, y ves las figuras del sueño como partes escindidas de un pensamiento: “Estoy separado de Dios” Esto te permite escuchar a la única Voz de la redención decirte que todo era un sueño.

(1:7) «El miedo se presenta en múltiples formas, pero el amor es uno.» 

Por lo tanto, no hay grados de dificultad en los milagros. El milagro refleja el Amor de Dios, sanando todos los problemas como uno porque no hay más que un único problema. Como una lección anterior señaló: “Un solo problema; una sola solución. La salvación se ha consumado” (W-pI.80.1: 5-6).

(2) «Padre mío, Cristo me ha pedido un regalo, regalo éste que doy para que se me dé a mí. Ayúdame a usar los ojos de Cristo hoy, y permitir así que el Amor del Espíritu Santo bendiga todo cuanto contemple, de modo que la compasión de Su Amor pueda descender sobre mí.»

Ver la faz de Cristo en nuestro hermano nos permite verla en nosotros mismos y en todo el Mundo:

“Contempla a tu Amigo, al Cristo que está a tu lado. ¡Qué santo y hermoso es! Pensaste que había pecado porque arrojaste sobre Él el velo del pecado para ocultar Su hermosura. A pesar de ello, Él te sigue extendiendo el perdón para que compartas con Él Su santidad...  Éste es tu hermano, que ha sido crucificado por el pecado y que aguarda para ser liberado del dolor. ¿No le concederías tu perdón, cuando él es el único que te lo puede conceder a ti?” (T-19.IVD.14:1-4; 15:1-2) "

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.















LECCIÓN 295
El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Ayer practicábamos que "Mi cuerpo es algo completamente neutro." reconociendo que el cuerpo es un vehículo, un instrumento de la mente. Lo que tenemos que decidir es a qué mente obedece, a la mente errada del ego, o a la mente correcta del Espíritu Santo. 
Al haber elegido a favor del amor, puedo permitirme utilizar uno de los principales órganos de la percepción del cuerpo, los ojos, pero con un propósito distinto: que "El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.", puedo permitir que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mi, puedo permitir que el amor vea a través de mi. Para que ello sea posible puedo hacer varias cosas a lo largo del día:
1. Evitar hacer juicios o condenas. 
2. Hacer consciencia que Cristo está viendo a través de mi. Por lo que contemplo todo con amor, compasión, bondad, generosidad, paciencia, tolerancia, humildad, vocación de servicio y entrega. 
3. Sonreír desde el corazón todo lo que contemple. Mientras sostenga esa sonrisa, será muy difícil emitir juicios y condenas. Por cuanto tiempo? Lo ideal es por todo el día. Cada cual puede auto evaluarse en ese propósito. 
4. Si  identificas, que por algún momento, emites juicios o condenas, o tienes una situación conflictiva, te detienes por un momento, y le sonríes a esos errores de percepción, te dices que no son tu verdad, y  te perdonas, se lo entregas al Espíritu Santo, y permites nuevamente que  el Espíritu Santo vea hoy a través de ti.

"Hoy Cristo pide valerse de mis ojos para así redimir al mundo." El Cristo que pide valerse de mis ojos no es una entidad aparte de mi. Es esa parte amorosa de mi mente  superior o mente correcta, es el Cristo en mi, pues soy parte de la Mente de Cristo. 

Si hoy elijo ver a través de la visión de Cristo podré sentir paz y perdonar todo error, Cristo "Me pide este regalo para poder ofrecerme paz mental y eliminar todo terror y todo pesar." Si permito que  el Espíritu Santo vea hoy a través de mí, podré liberarme de los sueños ilusorios que desaparecerán junto con el mundo que sostienen. "Y a medida que se me libra de éstos, los sueños que parecían estar firmemente afianzados en el mundo desaparecen." nuestra tarea en este mundo consiste en despertar del sueño de separación a través del perdón. 

La separación parece manifestarse de múltiples formas y conflictos, pero la salvación es una. Si me sano,  el mundo que me había inventado para proyectar mis culpas y miedos, también se sana, pues el mundo no es más que una proyección de mi mente. "La redención es una. Al salvarme yo, el mundo se salva conmigo. Pues todos tenemos que ser redimidos juntos." Lo mismo sucede con mis relaciones de amor y odio especial. Al sanar mis relaciones, paso de tener relaciones especiales y conflictivas, a tener relaciones santas, unas  relaciones perdonadas. De ahí que la salvación sea una empresa conjunta. 

"El miedo se presenta en múltiples formas, pero el amor es uno." esto es lo mismo que los problemas, parecen ser muchos y diferentes, pero se reducen realmente a uno: la separación, y la solución es una: el retorno a la unidad. Parece que tenemos múltiples formas de miedo, pero su causa es una ausencia de amor. La solución a todo miedo es el amor perfecto. Y el amor perfecto, es la unidad de la totalidad de la Creación, todo abarcante e incluyente. Eso es lo que deberíamos ver cuando permitimos que el Espíritu Santo vea hoy a través de mí.

ORACIÓN DEL DÍA:

"Padre mío, Cristo me ha pedido un regalo, que doy para que me sea dado.  Ayúdame a usar los ojos de Cristo hoy, y así permitir que el Amor del Espíritu Santo bendiga todo cuanto contemple, de modo que la compasión de Su Amor pueda descender sobre mí." 

Todos los días deberíamos orar pidiendo poder ver con los ojos de Cristo, para bendecir todo cuanto contemple durante el día, y de esta manera permitir que el Amor descienda sobre mi. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "8. ¿Qué es el mundo real?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 


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