ALGUNAS CITAS DE
UN CURSO DE MILAGROS SOBRE
LA SANTIDAD
Santidad:
En el Cielo la santidad no es un reflejo, sino la verdadera condición de lo que aquí no era más que un reflejo en ellos.
(T-14.IX.8:5).
Pues la santidad es poder, y cuando se comparte, su fuerza aumenta.
(T-15.VI.3.2).
Puede que aún pienses que no es posible entender lo que es la santidad porque no puedes ver cómo se puede extender de manera que incluya a todo el mundo. Y se te ha dicho que para que sea santa debe incluir a todo el mundo. La extensión de la santidad no es algo que te deba preocupar, pues no comprendes la naturaleza de los milagros.
(T- 16.II.1:1-3).
Pero recuerda esto: la santidad fue la meta que se fijó para tu relación, y no fuiste tú quien lo hizo. No fuiste tú quien la fijó porque la santidad no se puede ver excepto mediante la fe, y tu relación no era santa por razón de la limitada y reducida fe que tenías en tu hermano.
(T-17.VII.4:2-3).
Pues la santidad es simplemente el resultado de dejar que se nos libere de todos los efectos del pecado, de modo que podamos reconocer lo que siempre ha sido verdad. Es imposible ver un cuerpo libre de pecado, pues la santidad es algo positivo y el cuerpo es simplemente neutral.
(T- 20.VII.4:3-4).
Mas su perfecta impecabilidad os liberará a ambos, pues su santidad es totalmente imparcial y solo emite un juicio con respecto a todo lo que contempla.
(T-24.VI.5:5).
En la santidad de tu hermano —el marco perfecto para tu salvación y para la salvación del mundo— se encuentra el radiante recuerdo de Aquél en Quien tu hermano vive y en Quien tú vives junto con él.
(T- 24.VI.6:4).
La santidad de tu hermano es sacramento y bendición para ti.
(T- 24.VI.8:1).
Pues la santidad se ve a través de los santos ojos que ven la inocencia en su interior, y que, debido a ello, esperan verla en todas partes.
(T- 31.VII.11:3).
Tu santidad es la salvación del mundo.
(L-37.3:1).
Tu santidad invierte todas las leyes del mundo. Está más allá de cualquier restricción de tiempo, espacio, distancia, así como de cualquier clase de límite. El poder de tu santidad es ilimitado porque te establece a ti como Hijo de Dios, en unión con la Mente de su Creador.
(L-38.1:1-3).
Mi santidad es mi salvación.
(L-39).
Tu santidad es la respuesta a toda pregunta que jamás se haya hecho, se esté haciendo ahora o se haga en el futuro. Tu santidad significa el fin de la culpabilidad y, por ende, el fin del infierno. Tu santidad es la salvación del mundo, así como la tuya.
(L-39.4:1-3).
La santidad de mi Ser transciende todos los pensamientos de santidad que pueda concebir ahora. Su refulgente y perfecta pureza es mucho más brillante que cualquier luz que jamás haya contemplado. Su amor es ilimitado, y su intensidad es tal que abarca dentro de sí todas las cosas en la calma de una queda certeza. Su fortaleza no procede de los ardientes impulsos que hacen girar al mundo, sino del Amor ilimitado de Dios Mismo.
(L-252.1:1-4).
Mi santidad está mucho más allá de mi propia capacidad de comprender o saber lo que es. No obstante, Dios, mi Padre, Quien la creó, reconoce que mi santidad es la Suya.
(L-299.1:1-2).
Esto no es amor por la creación de Dios ni por la santidad que es Su regalo eterno.
(O-2.II.3:5).