LECCIÓN 242 Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que Le hago.






LECCIÓN 242


Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago.


1. Hoy no dirigiré mi vida por mi cuenta. 2No entiendo el mundo, por lo tanto, tratar de dirigir mi vida por mi cuenta es una locura. 3Mas hay Alguien que sabe qué es lo que más me conviene. 4Y Él se alegra de tomar por mí únicamente aquellas decisiones que me conducen a Dios. 5Pongo este día en Sus manos, pues no quiero demorar mi regreso al hogar, y es Él el que conoce el camino que me conduce a Dios.


2. Y así, ponemos este día en Tus Manos. 2Venimos con mentes comple­tamente receptivas. 3No pedimos nada que creamos desear. 4Concédenos tan sólo lo que Tú deseas que recibamos. 5Tú conoces nuestros deseos y necesidades. 6Y nos concederás todo lo que sea necesario para ayudarnos a encontrar el camino que nos lleva hasta Ti.





AUDIOS de la Lección 242
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 242
A través de Mariano Noé.


Ocurrir de la Lección 242
a través de Martin Musarra


Lección 242 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda








































LECCIÓN 242


Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que Le hago.


Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!

La lección 242 Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago es una lección de agradecimiento y de confianza. Dios, nos ha creado a Su Semejanza. Nuestro Ser, el Hijo de Dios, el Cristo que somos comparte las mismas características de nuestro Padre. Y hoy, Jesús, nos plantea que, como agradecimiento, se lo dediquemos a Dios. Dedicárselo implica confiar en Él. Confiar en el Guía que nos dio para que saliéramos de este mundo de ilusiones que hemos fabricado siguiendo al ego.

 Por eso nos dice Jesús:

_”Hoy no dirigiré mi vida por mi cuenta. No entiendo el mundo, por lo tanto, tratar de dirigir mi vida por mi cuenta es una locura. Mas hay Alguien que sabe que es lo que más me conviene”_.

Dios, en el momento en que creímos separarnos de Él, creó al Espíritu Santo, para que nos ayudara a cambiar nuestra manera de pensar y corregir nuestros errores. El perdón es el recurso fundamental que el Espíritu Santo utiliza para ayudarnos a despertar de este mundo de ilusiones. Lo único que tenemos que hacer es pedir su ayuda. Esta es la “pequeña dosis de buena voluntad” que se requiere de nuestra parte. Cuando pedimos ayuda reconocemos que no sabemos nada, de nada. No entendemos el mundo, como dice Jesús, pero hay Alguien que si sabe. Esto implica confianza. La confianza es la principal característica de los maestros de Dios. 

Jesús, nos dice sobre la confianza en la pregunta 4 del Manual para el maestro: 

_”Los maestros de Dios tienen confianza en el mundo porque han aprendido que no está regido por las leyes que el mundo inventó. Está regido por un Poder que se encuentra en ellos, pero que no es de ellos. Este Poder es el que mantiene todas las cosas a salvo. Mediante este Poder los maestros de Dios contemplan un mundo perdonado… Una vez que hemos experimentado ese poder, es imposible volver a confiar en nuestra insignificante fuerza propia”_. M.4.I.1:4-7, 2:2 

Confiar plenamente en Dios es el proceso a desarrollar con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús y el trabajo del perdón. El objetivo de las lecciones del Curso es que avancemos en este proceso. El tiempo que tardemos para ello depende del compromiso que se tenga en el trabajo de perdón y de aceptar la Expiación para nosotros mismos. 

Jesús nos dice:

_”Y se alegra de tomar por mí únicamente aquellas decisiones que me conducen a Dios. Pongo este día en Sus Manos, pues no quiero demorar mi regreso al hogar, y es Él Quien conoce el camino que me conduce a Dios”_.
 
Si confiamos plenamente en el Espíritu Santo como nuestro guía, lo podemos hacer. Y, como todo en la enseñanza de Jesús, esto no se puede quedar en la teoría. Tenemos que llevarlo a la práctica, a la experiencia, al mundo de conflicto en que vivimos, en el día a día. Y tengo la paz como el indicador que me indica si tengo que perdonar. Si en cualquier momento siento que he perdido la paz de alguna manera; he tenido pensamientos de ataque contra mi hermano o contra mí mismo y ha aparecido mi deseo de ser especial para separarme de mi hermano y de Dios, en ese momento, sin postergarlo, debo pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, aquietarme y perdonar con Su Ayuda. Y si recupero mi paz por un momento y vuelvo a atacar, hago de nuevo el proceso, las veces que sea necesario.

 Le dedico este día a Dios confiando en Él. Ese es el regalo que le hago. He confiado la mayoría del tiempo de mi vida en el ego. Ahora, Dios, me pide que confíe en Él. Y, con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, me decido a hacerlo porque quiero, deseo, dejar de sufrir con el ego. 

Con relación al tema del mundo

Nos dice Jesús en el tema especial 3. ¿Qué es el mundo?:

_”Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer con todos sus errores. Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos”_.

Recordemos que, Jesús, nos está hablando es de cambiar el mundo que tenemos en nuestra mente, orientado por el ego. Que vayamos a los instantes santos, al santo altar al Nombre de Dios, en nuestra mente, ante el cual depositamos las azucenas de nuestro perdón, donde nos llenamos de la visión de Cristo con la cual llevamos paz y amor a nuestros hermanos. Ese es el proceso para deshacer el mundo del ego. La lección de hoy nos habla de confiar en el Espíritu Santo para que nos ayude a salir del mundo del ego porque no lo entiendo, pero Él sí sabe lo que me conviene en todo lo relacionado con mi regreso a Dios. En el proceso de deshacer el mundo del ego es importante decir de corazón: Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora


Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda





















LECCIÓN 242

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 
 
"Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago."
 
Osho, un reconocido maestro espiritual Hindú,  decía que un santo se la pasaba todo el día pensando en Dios, se acostaba pensando en Dios y se despertaba en la mañana pensando en Dios. Esa es la idea de esta lección, consagrar nuestro día a Dios, y ¿que mejor regalo le podemos ofrecer a nuestro Padre que nuestro amor y gratitud? 

"Hoy no dirigiré mi vida por mi cuenta." toda la narrativa de Un Curso de Milagros es un llamado a elegir entre la separación y la unidad, según elijamos lo uno o lo otro, elegimos al ego o al Espíritu Santo como nuestro guía. En esta lección nos decidimos a favor de Dios y Su Reino. Hoy elegimos escuchar únicamente la Voz que habla por Dios, y permitimos que sólo Él dirija nuestras vidas. 

"No entiendo el mundo, por lo tanto, tratar de dirigir mi vida por mi cuenta es una locura." intentar comprender este mundo es una locura, pues su origen es demente. Lo más inteligente y sabio es dejarse guiar por Quien lo conoce y lo abarca todo. "Mas hay Alguien que sabe qué es lo que más me conviene." ese Alguien es el Amor, y el Amor nunca se equivoca pues goza del conocimiento de la totalidad, es Omnisciente. 

El Espíritu Santo "se alegra de tomar por mí únicamente aquellas decisiones que me conducen a Dios."

Así que acepto solo Guía del Amor, siempre le peguntare que debo decir o que debo hacer, adónde debo ir, y estar receptivo para escuchar Su Voz. "Pongo este día en Sus manos, pues no quiero demorar mi regreso al hogar, y es Él el que conoce el camino que me conduce a Dios."   transcurro el día en la confianza absoluta que seré guiado en cada paso que de, pues estoy permitiendo que el Amor gobierne mi vida. Siempre preguntaré y en silencio escucharé Su respuesta. No hay pregunta sin respuesta, solo necesitamos estar receptivos a escucharla. 

ORACIÓN DEL DÍA:

"Y así, ponemos este día en Tus Manos. Venimos con mentes completamente receptivas. No pedimos nada que creamos desear. Concédenos tan sólo lo que Tú deseas que recibamos. Tú conoces nuestros deseos y necesidades. Y nos concederás todo lo que sea necesario para ayudarnos a encontrar el camino que nos lleva hasta Ti."

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "¿Qué es el mundo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobre todo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 


 




TEXTO
















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BENDICIONES!











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