LECCIÓN 243 Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 243

Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra.


1. Hoy seré honesto conmigo mismo. 2No pensaré que ya sé lo que no puede sino estar más allá de mi presente entendimiento. 3No pensaré que entiendo la totalidad basándome en unos cuan­tos fragmentos de mi percepción, que es lo único que puedo ver. 4Hoy reconozco esto. 5Y así quedo eximido de tener que emitir juicios que en realidad no puedo hacer. 6De esta manera, me libero a mí mismo y a todo lo que veo, de modo que pueda estar en paz tal como Dios nos creó.

2. Padre, hoy dejo que la creación sea lo que es. 2Honro todos sus aspec­tos, entre los que me cuento. 3Somos uno porque cada aspecto alberga Tu recuerdo, y la verdad sólo puede derramar su luz sobre todos nosotros cual uno solo.






AUDIOS de la Lección 243
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 243
A través de Mariano Noé.


Ocurrir de la Lección 243
a través de Martin Musarra


Lección 243 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda







































LECCIÓN 243


Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra


Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!

La lección 243 Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra es una lección que, si la aplicamos, es muy sanadora. Recordemos lo que hemos hablado de los juicios. Podríamos decir que hay dos tipos de juicios. Hay juicios funcionales o no condenatorios que nos permiten funcionar en éste mundo. Yo puedo decir que el semáforo está en rojo. Ahí, es sólo información funcional. Otra cosa es cuando no sólo digo que el semáforo está en rojo sino que me agarro echarle o echarme insultos. Estos son los juicios condenatorios a los que se refiere, Jesús, en el Curso. Y que hacen mucho daño. Busquen cualquier situación de conflicto en este mundo en la cual no estén los juicios de por medio. Miren las distintas diferencias a nivel social, religioso, cultural, económico, entre países, con las minorías, etc., y encontrarán que todas ellas se sustentan y fundamentan en juicios. Eso, si miramos afuera de nosotros. 

Si miramos en relación a lo que ha sido nuestras vidas encontramos muchos juicios que hemos directamente recibido de nuestros padres, hermanos, familiares, amigos, etc., y hay otros juicios que hemos venido elaborando, inconscientemente, que están marcados por la culpa y el miedo y que han influido directamente en nuestras vidas. 

Ayer, Jesús, nos decía que no entendíamos el mundo ni nuestras vidas y que necesitábamos la ayuda del Espíritu Santo para salir de este mundo del conflicto y poder tomar las decisiones que nos conduzcan a Dios. Hoy, nos concreta la idea: no entendemos el mundo porque estamos llenos de juicios que influyen en nuestras vidas y la de nuestros hermanos. No sé nada de la vida de mis hermanos y tampoco tengo claridad sobre la mía. No tengo elementos para juzgar a nadie.

 Jesús, nos dice:

_”Hoy seré honesto conmigo mismo. No pensaré que ya sé lo que no puede sino estar más allá de mi presente entendimiento”_.
 
Ser honesto es reconocer que no sé nada, de nada. Sólo cuando reconozco no saber me abro a la posibilidad a oír a Alguien que sí sabe y que me puede ayudar: el Espíritu Santo. Lo contrario, es querer que las cosas sean a mi manera lo cual fomenta la separación. 

Continúa Jesús:

_”No pensaré que entiendo la totalidad basándome en unos cuantos fragmentos de mi percepción, que es lo único que puedo ver”_. 

La percepción está limitada por mis interpretaciones y por mis juicios. Veo lo que quiero ver, oigo lo que quiero oír y mi percepción busca los testigos que me lo comprueben.

Nos dice Jesús:

_”Hoy reconozco esto. Y así quedo eximido que tener que emitir juicios que en realidad no puedo hacer”_.
 
Esto me genera paz. No me caso con juicios y esquemas. Estoy abierto a lo que se dé en el presente.
Y, así:
_”De esta manera me libero a mí mismo y a todo lo que veo para estar en paz tal como Dios nos creó”_, nos dice Jesús.
 
No me encadeno a una interpretación de mi hermano basada en el pasado y en mi deseo de ser especial. Veo a mi hermano como es en el presente, sin juzgarlo.

Nos dice Jesús en la oración:

Padre, hoy dejo que la Creación sea lo que es. Honro todos sus aspectos, entre los que me cuento. Somos uno porque cada aspecto alberga Tu recuerdo, y la verdad sólo puede derramar su luz sobre todos nosotros cual uno solo.

  No cuestiono la Creación. La acepto de buen grado. No sé porque las cosas son como son. No excluyo a nadie. Que explicación tan bella la de Jesús de porque somos uno: cada aspecto de la creación alberga el recuerdo de Dios y la luz de la verdad, de la paz, de la fortaleza, del Amor de Dios, nos cubre a todos. 

Con relación al tema del mundo

Nos dice Jesús en el tema especial 3. *¿Que es el mundo?*:

”El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. Es el símbolo del miedo. ¿Más que es el miedo sino la ausencia de amor?”

Fabricamos el mundo para ratificar nuestra separación de Dios. Para esconder nuestra culpa y el miedo en las múltiples separaciones que nos inventamos para tratar de entender este mundo y eludir nuestra responsabilidad. Este mundo es una inmensa distracción para no asumir nuestra responsabilidad y perdonar la creencia en la separación. Este es el símbolo del miedo a Dios. Creemos que Dios nos va a castigar, lo cual no es cierto porque por el principio de la Expiación la separación de Dios, nunca ocurrió.  Como creemos que es cierto, Dios, creó al Espíritu Santo para que nos ayude a salir de este sueño del cual no queremos despertar. El Espíritu Santo nos va a enseñar de todo el amor de que somos capaces para superar, así, el miedo. En la lección de hoy, Jesús, nos dice que no juzguemos nada de lo que ocurra porque no sabemos nada y los juicios lo que hacen es fomentar la separación. En vez de juzgar, perdonar. Esa es la salida.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.  Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda

.
















~ Viaje x Lecciones UCDM - 
Lección 243 - 
Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra. ~

"Esta declaración clave se deriva lógicamente de la lección anterior. Lo juzgamos todo, basándonos en la premisa increíblemente arrogante de que sabemos. ¿Cómo podríamos? El punto central de Un Curso de Milagros es el hecho de que no podemos juzgar nada; esa es la función del Espíritu Santo, no la nuestra.

(1:1-3) "Hoy seré honesto conmigo mismo. No pensaré que ya sé lo que no puede sino estar más allá de mi presente entendimiento. No pensaré que entiendo la totalidad basándome en unos cuantos fragmentos de mi percepción, que es lo único que puedo ver."

Los fragmentos de mi percepción son las necesidades específicas que se han convertido en mi mundo: las personas especiales a las que pido ayuda; las situaciones especiales que satisfacen mis necesidades especiales; las partes especiales del cuerpo que me brindan placer o me causan dolor. Subyacente a este especialismo está la creencia de que entendemos lo que necesitamos. La honestidad es el humilde reconocimiento de que no lo hacemos.

(1:4-6) «Hoy reconozco esto. Y así quedo eximido de tener que emitir juicios que en realidad no puedo hacer. De esta manera, me libero a mí mismo y a todo lo que veo, de modo que pueda estar en paz tal como Dios nos creó.» 

Esta es otra forma de decir que estaba equivocado, pero Alguien dentro de mí sabe la verdad. A medida que transcurra tu día, mira cuán rápidamente confías en la ilusión de que sabes lo que más te conviene; observa cómo se te ocurren planes descabellados para llegar a la conclusión que crees que funcionará para ti. “La mente que ha sanado no planifica.” (W-pI.135.11: 1) porque la mente que ha sanado se da cuenta de que no hay problemas a ser resueltos. En el nivel de los específicos, esto ciertamente no significa que no debas hacer planes - todos tenemos que hacerlo en este mundo. Sin embargo, Jesús te pide que no te tomes estos planes demasiado en serio, y que no creas que lo que estás haciendo resolverá el problema real de la separación.

Recuerda que la estrategia del ego es inventar problemas inexistentes, haciendo que nos pasemos el resto de nuestras vidas tratando de resolverlos con soluciones que no funcionan. Sólo hay un único problema - nuestra elección equivocada en favor del ego; y una sola solución -  elegir al Espíritu Santo. Todo lo demás es un subterfugio para esta simplicidad. Por esa razón no podemos entender nada, ni saber cuál es su propósito. El único propósito de cualquier cosa es el de recordarnos que somos mentes y no cuerpos, y que la elección errónea de la mente puede ser corregida por nuestro Maestro interior. Nada más funcionará, porque la estrategia del ego es usar el mundo para garantizar que nunca volvamos a la mente desde nuestro estado insensato (sin mente).

La lección cierra con esta oración de unidad:

(2) «Padre, hoy dejo que la creación sea lo que es. Honro todos sus aspectos, entre los que me cuento. Somos uno porque cada aspecto alberga Tu recuerdo, y la verdad sólo puede derramar su luz sobre todos nosotros cual uno solo.»

Acepto la unidad de la Filiación, y su necesidad, propósito e interés compartidos. Al honrar la Filiación no trato de cambiar a los demás o a mí mismo, atacar o excluir a nadie, o elevar a otros a la categoría de ídolos de amor especial - todos los Hijos de Dios son partes iguales de la misma unidad, incluyéndome a mí. Si la verdad no derrama su luz sobre todos nosotros, no puede ser la verdad. A lo largo de la historia, millones de personas han muerto en nombre de una verdad que excluye: mi camino es el correcto, y el tuyo está equivocado. Ningún camino funciona para todas las personas, pero en la forma no puede ser más verdadero que el de cualquier otra persona, incluyendo Un Curso de Milagros - el Espíritu Santo está igualmente presente en todos nosotros. Como nos ha sido enseñado: “La verdad es una; los sabios la conocen por muchos nombres.” Un Curso de Milagros no es más que una entre las muchas miles de formas del curso universal (M-1.4: 1-2)."

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por  el Dr. Kenneth Wapnick.











LECCIÓN 243
 
"Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

No juzgar es renunciar a acusar a ningún hermano por nada de lo que yo crea que me haya sucedido.  Es hacerme responsable de mis pensamientos y no proyectar mis culpas, miedos, furias o resentimientos contra mis hermanos. Es reconocer que el origen de toda experiencia está en mi mente, y por lo tanto, me perdono todo pensamiento de juicio que surja en mi mente. No juzgar es abrigar únicamente el amor y nada más que el amor. 
 
"Hoy seré honesto conmigo mismo." ¿Que entiende Un Curso de Milagros sobre la honestidad?:

"La honestidad no se limita únicamente a lo que dices.  El verdadero significado del término es congruencia: nada de lo que dices está en contradicción con lo que piensas o haces; ningún pensamiento se opone a otro; ningún acto contradice tu palabra ni ninguna palabra está en desacuerdo con otra. Así son los verdaderamente honestos.  No están en conflicto consigo mismos a ningún nivel. Por lo tanto, les es imposible estar en conflicto con nadie o con nada." (M-4.II:4-9)  Los verdaderamente honestos no juzgan, no critican, no condenan, y por lo tanto, no atacan. Los honestos son coherentes con el amor que reconocen en si mismos. 

Ser honestos es reconocer que los órganos de los sentidos me brindan una  percepción muy limitada, por lo que, "No pensaré que ya sé lo que no puede sino estar más allá de mi presente entendimiento.”      El conocimiento de la totalidad todo abarcante es un atributo de Dios y de Su Hijo en el estado del Cielo. En este mundo sólo veo fragmentos de un mundo ilusorio. "No pensaré que entiendo la totalidad basándome en unos cuantos fragmentos de mi percepción, que es lo único que puedo ver." la totalidad nunca la podré ver con los ojos del cuerpo. Por lo tanto, me es imposible juzgar una realidad que no puedo comprender en estos momentos. Solo Dios podría juzgar pues dispone de un conocimiento y una visión todo abarcante, por ello no juzga, pues en Su comprensión sabe que lo único que existe es el Amor, y el Amor une e integra, contrario al juicio y la condena que separa, disocia y es fuente de conflictos y enfrentamientos. El Amor es sólo unidad, paz y júbilo. 

Al reconocer las limitaciones de la percepción, que nunca me podrán mostrar todas las facetas de una situación,  "Hoy reconozco esto. Y así quedo eximido de tener que emitir juicios que en realidad no puedo hacer." ser honesto es reconocer que no puedo juzgar, que no conozco el significado real de las experiencias por las que pasan mis hermanos, lo único que puedo hacer es expresarles amor, comprensión, compañía, y apoyo. 

Si renuncio a los juicios, elijo mirar siempre dentro de mí con amor, sin culpas ni condenas, y contemplare el mundo con bondad, en ese momento, cesa todo conflicto y me encuentro en paz con mis hermanos y con Dios. "De esta manera, me libero a mí mismo y a todo lo que veo, de modo que pueda estar en paz tal como Dios nos creó." No juzgar me conduce a la unicidad de todo lo creado. No juzgar me conduce de regreso al Amor, a la Fuente de lo que Soy. 

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre, hoy dejo que la creación sea lo que es. Honro todos sus aspectos, entre los que me cuento. Somos uno porque cada aspecto alberga Tu recuerdo, y la verdad sólo puede derramar su luz sobre todos nosotros cual uno solo."

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "¿Qué es el mundo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  



TEXTO

















CELEBRANDO EL MILAGRO 

CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA 

BENDICIONES!










Share:

Facebook comments: