MANUAL PARA EL MAESTRO
9. ¿SE REQUIEREN CAMBIOS EN LAS CONDICIONES
DE VIDA DE LOS MAESTROS DE DIOS?
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1. Donde se requieren cambios es en las mentes de los maestros de Dios. 2 Esto puede o no entrañar cambios en las condiciones externas. 3 Recuerda que nadie está donde está por casualidad y que nada en el plan de Dios es al azar. 4 Es bastante improbable que los primero pasos a dar en la formación del nuevo maestro de Dios no sean cambios de actitud. 5 No hay, sin embargo, una norma fija al respecto, toda vez que el entrenamiento es siempre altamente individualizado. 6 Hay quienes son llamados a cambiar las circunstancias de sus vidas casi
de inmediato, mas éstos son generalmente casos especiales. 7 A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. 8 Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y todas las áreas de falta de perdón se tienen que eliminar. 9 De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a la que regresar.
de inmediato, mas éstos son generalmente casos especiales. 7 A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. 8 Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y todas las áreas de falta de perdón se tienen que eliminar. 9 De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a la que regresar.
2. A medida que el maestro de Dios avanza en su formación, aprende más concienzudamente una lección: 2 no tomar decisiones por su cuenta. a En lugar de ello, le pide a su Maestro Su respuesta y es ésta la que sigue como guía para sus acciones. 3 Esto le resulta cada vez más fácil, a medida que aprende a abandonar sus propios juicios. 4 Abandonar todo juicio—el requisito previo para poder oír la Voz de Dios—es normalmente un proceso bastante lento, no porque sea difícil, sino porque se tiende a percibir como una afrenta personal. 5 El entrenamiento del mundo tiene como meta el logro de un objetivo diametralmente opuesto al de nuestro programa. 6 El mundo enseña que confiar en nuestro propio juicio es muestra de madurez y fortaleza. 7 Nuestro programa enseña que abandonar todo juicio es la condición necesaria para la salvación.