LECCIÓN 244 No estoy en peligro en ningún lugar del mundo.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM


LECCIÓN 244
 
No estoy en peligro en ningún lugar del mundo.
 
1. Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre porque Tú estás allí con él. 2Sólo con que invoque Tu Nombre recordará su seguridad y Tu Amor, pues éstos son uno. 3¿Cómo puede temer, dudar o no darse cuenta de que es imposible que pueda sufrir, estar en peligro o ser infeliz cuando él te pertenece a ti, es bienamado y amoroso, y está por siempre a salvo en Tu Paternal abrazo?

2. Y ahí es en verdad donde nos encontramos. 2No hay tormenta que pueda venir a azotar el santuario de nuestro hogar. 3En Dios estamos a salvo, 4pues, ¿Qué podría suponer una amenaza para Dios, o venir a asustar a lo que por siempre ha de ser parte de Él?



AUDIOS de la Lección 244
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 244
A través de Mariano Noé.


Ocurrir de la Lección 244
a través de Martin Musarra


Lección 244 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


































LECCIÓN 244

No estoy en peligro en ningún lugar del mundo.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


La lección 244 No estoy en peligro en ningún lugar del mundo es otra lección de confianza en Dios. Ya, Jesús, nos venía enseñando esto, específicamente, desde la lección 48 No hay nada que temer:
_”La presencia del miedo es señal inequívoca de que estas confiando en tu propia fortaleza. La conciencia de que no hay nada que temer indica que en algún lugar de tu mente, aunque no necesariamente en algún lugar que puedas reconocer, has recordado a Dios y has dejado que Su fortaleza ocupe el lugar de tu debilidad. En el instante en que estés dispuesto a hacer eso, ciertamente no habrá nada que temer”_. 
L-48. 3: 1-3 

Jesús, no puede ser más claro: si tengo miedo es porque desconozco el Poder, la fortaleza de Dios, el recuerdo de Dios, que se encuentra en mí y he querido mantener alejado de mí. Si acudo a mi mente recta, con la ayuda del Espíritu Santo, miraré al mundo con la visión de Cristo, veré un mundo perdonado de paz y de amor. Miraré a mis hermanos desde el milagro, es decir, cambiaré mi percepción de ellos y donde antes había condenación y rechazo ahora veré inocencia, libre de los juicios y las creencias proyectadas en ellos. Es ver a mis hermanos llenos de amor, tal como Dios me creó. Y tal como vea a mis hermanos así me veré a mí mismo. 

Un milagro es ver Amor donde antes había miedo, dolor y sufrimiento, es sentir Amor en él y en mí. Si miro con los ojos de Cristo, si veo a mi hermano en la luz, él, que de momento no se ve así, observará en mi mirada la grandeza que lo caracteriza, se reconocerá como el Hijo de Dios que es y se acabará el temor para ambos. 

Por eso nos dice, Jesús, en la lección: 
_”Tu Hijo está a salvo donde quiera que se encuentre porque Tú estás allí con Él. Sólo con que invoque Tu Nombre recordará su seguridad y Tu Amor, pues estos  son uno”_.  

Este es el camino para superar el mundo de miedo y de conflicto que hemos fabricado con el ego. Recordemos que cuando Jesús habla del Nombre de Dios no se refiere a los distintos nombres que le damos sino a su Ser Amoroso, eterno, omnisciente, perfecto, omnipotente que comparte con Su creación, el Cristo, el Hijo de Dios que somos. En el Ser que compartimos con Dios somos invulnerables.

Continúa Jesús:

”¿Cómo puede temer, dudar o no darse cuenta de que es imposible que pueda sufrir, estar en peligro o ser infeliz cuando él Te pertenece, es amado y amoroso, y está por siempre a salvo en Tu Paternal abrazo?” 

Sólo podemos creer que podemos sufrir en el mundo que hemos fabricado con el ego. En nuestro Ser, en Dios, es imposible sufrir y tener miedo. Podemos decidir sentirnos protegidos a toda hora, si confiamos en Dios. Y cuando tengamos dudas acudamos al Espíritu Santo y a Jesús para que nos ayuden a ver con los ojos del amor y no del miedo. Este es el milagro al que tenemos derecho. Y así estaremos completamente seguros en cualquier lugar del mundo. No hay nada que temer. No estamos solos. Recordemos que Dios siempre camina a nuestro lado.

Con relación al tema del mundo

Dice Jesús en el tema 3. ¿Qué es el mundo?:

_”El mundo, por lo tanto,  se fabricó con la intención de que fuera un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. Esa fue la cuna de la percepción, pues el Conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados”_.    

Cuando se estaba en la Unidad, en Dios, en el Conocimiento, no existía la percepción. Con la creencia en la separación surge la división entre un sujeto que percibe algo y un  objeto que es percibido por el sujeto. Surgen las polaridades para poder hacer comparaciones: grande- pequeño, luz- obscuridad, vida-muerte, etc., etc. Las comparaciones, a su vez, sirven para mantener las diferencias en grados y niveles y sustentar, de esa manera, el deseo de ser especial.

 Continúa Jesús:
”Más los ojos engañan y los oídos oyen falsedades. Ahora es posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.” 

Los sentidos del cuerpo nos engañan y los utilizamos de acuerdo al maestro que pongamos como guía: el ego o el Espíritu Santo. En la lección de hoy veíamos que No estoy en peligro en ningún lugar del mundo. Con el Espíritu Santo ya los sentidos no nos engañarán más y es posible avanzar hacia la certeza que habíamos perdido con el ego. Recordemos que la percepción depende de los pensamientos que tenga. Si tengo pensamientos de paz y de amor eso será lo que buscaré y encontraré en el mundo. O lo contrario. Es mi decisión siempre definir qué es lo que quiero ver en el mundo.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora.

Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda











LECCIÓN 244
No estoy en peligro en ningún lugar del mundo.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Metafísicamente hablando me puedo preguntar, si el mundo no existe, ¿como podría estar en peligro en algún lugar del mundo? Si el mundo es una ilusión, un sueño de separación, una percepción falsa, como podría estar en peligro? 
(aprovechemos esta lección para repasar con más detalle el tercer tema especial 3.*¿Que es el mundo?"*) 

Imaginemos que nos vamos a dormir  cada noche, y tenemos una pesadilla, en ella creemos estar en  peligro y nos angustiamos, al despertarnos nos damos cuenta que sólo fue un mal sueño, que realmente nunca estuvimos  en peligro. 

El mundo es la película mental de nuestro sueño de separación, pero en realidad seguimos seguros en los brazos de Dios. "Y ahí es en verdad donde nos encontramos."

No somos el sueño, somos el soñador, por eso no tenemos que hacer nada en el sueño, solo recordar que somos el soñador y despertar del sueño. Pero como creemos que el sueño es real, el Espíritu Santo nos ofrece dos herramientas para ayudarnos a despertar, el perdón y la curación. En el Cielo no hay nada que perdonar ni curar pues allí todo es perfección, por eso son herramientas ilusorias, y mientras sanamos nuestras mentes a través del perdón y la curación, buscamos comunicarnos con Dios a través de la oración y ascendemos al Cielo recordando a nuestro Padre y nuestro verdadero origen hasta que despertemos del sueño de separación. De esta manera llegamos a darnos cuenta que nunca salimos del Cielo y seguimos  seguros en los eternos brazos de Dios. 

Mientras creemos que estamos en este mundo,  el miedo será una las emociones básicas sobre las que el ego justifica su dinámica de separación. 

El mundo "Es el símbolo del miedo." (L-pII.3.2:2) tras la separación lo único que fabricamos fue una idea opuesta a cómo crea Dios, fabricamos un mundo mortal, sujeto al tiempo y al espacio, que es vulnerable y que puede ser destruido, o enfermar o morir. El miedo originario, es el miedo a Dios, a su supuesto castigo, el miedo a la pérdida, a la carencia, y el mayor miedo que percibimos es el miedo a la muerte, que oculta el principal miedo: el miedo a Dios, a un supuesto  castigo o  venganza divina. La lección de hoy busca enseñarnos  que no debemos temer a Dios, por el contrario, "Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre porque Tú estás allí con él." por eso podemos afirmar con certeza que  el Amor de Dios es la fortaleza en la que confío. (L-47)

"Sólo con que invoque Tu Nombre recordará su seguridad y Tu Amor, pues éstos son uno." Toda  oración empieza por invocar el nombre de Dios, solo basta invocar Su nombre  para sentir la confianza y seguridad de Su presencia.

Fuimos creados a semejanza de Dios, por lo tanto, gozamos de Sus atributos, entre ellos, la condición inmortal e invulnerable que caracteriza a Dios, sólo cuando nos identificamos con el cuerpo, nos sentimos vulnerables, que podemos perder algo o a alguien, que podemos ser heridos o destruidos, pero esto es una percepción falsa, nuestra verdadera identidad es ser una mente ilimitada, un espíritu inmortal, de ahí que "¿Cómo puede temer, dudar o no darse cuenta de que es imposible que pueda sufrir, estar en peligro o ser infeliz cuando él te pertenece a ti, es bien amado y amoroso, y está por siempre a salvo en Tu Paternal abrazo?" 

Si estamos en los brazos de Dios, ¿a que podemos temer? ¿De qué podemos dudar? ¿De qué nos  tendríamos que proteger?  "No hay tormenta que pueda venir a azotar el santuario de nuestro hogar."

Cuando perdonamos todo pensamiento de separación, culpa y miedo, y comenzamos a experimentar el amor que somos, el miedo desaparece, y podemos proclamar ”En Dios estamos a salvo,"

El miedo no es real, lo único real es el amor. El miedo es ausencia de amor, y ante la luz del amor todo miedo desaparece, si estáis en Dios "¿qué podría suponer una amenaza para Dios, o venir a asustar a lo que por siempre ha de ser parte de Él?" en Dios no hay miedo, y yo estoy en Dios, que podría asustarme?, o como dice el hermoso poema de Santa Teresa de Ávila:

"Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,"

"La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta." 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "¿Qué es el mundo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobre todo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  










TEXTO
















CELEBRANDO EL MILAGRO 

CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA 

BENDICIONES!










Share:

Facebook comments: