LECCIÓN 222
Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*
Jesús, nos dice, en esta lección, que *Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él*. Se trata, hoy, de tener la experiencia de ello, de sentir que nunca estamos solos. Nunca nos hemos separado de Dios. Dios, hace parte de nosotros, de nuestra realidad espiritual en la que siempre estamos. Este mundo y este cuerpo fue producto de la mente colectiva que se creyó separada de Dios.
Jesús, nos dice que el propósito de este mundo, fabricado por el ego, es que contribuya a nuestro despertar. Todo lo de este mundo: el aire, el agua, el hogar, el alimento…puede contribuir a ver la presencia de Dios. Literalmente, no está en el agua sino en el propósito que puede tener el agua para nosotros: utilizar el cuerpo como medio de comunicación para llevar la Palabra de Dios a nuestros hermanos y contribuir a su despertar. Todo esto puede ser muy general. Se trata de que personalicemos sus enseñanzas, que las aterricemos en nuestras vivencias personales y luego las generalicemos a nuestros hermanos.
*Con relación al tema del perdón*.
Dice Jesús en el tema especial 1 ¿Qué es el perdón?:
_“El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió”_.
Así, como nunca me he separado de Dios, tampoco me he separado de mi hermano. Mi hermano y yo somos uno: somos tal como Dios nos creó. Lo que veo en mi hermano es mi propia proyección. Si tengo pensamientos de ataque los proyectaré en mi hermano y creeré que él me está atacando. Perdonar es cambiar la manera de ver a mi hermano. Así un, aparente, ataque de mi hermano, lo puedo interpretar como una petición de ayuda o de amor y mi respuesta será acudir a su petición con amor, paz, bondad porque siento que *Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él*.
Esta convicción es la que sustenta uno de los pensamientos más hermosos de Jesús:
_”El más santo de todos los lugares de la tierra es aquel donde un viejo odio se ha convertido en un amor presente”_. T-26. IX. 6: 1
*Proceso de práctica de la lección*.
1. _Tener momentos con Dios por la mañana y por noche_
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como nos lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)
2. _Recordatorios cada hora_.
Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser o 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3. _Recordatorios frecuentes de la lección entre horas_.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios.
4. _Respuesta a la tentación_.
Repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 222
*Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él*.
KENNETH WAPNICK
Esto se refiere a la conocida declaración de San Pablo de los Hechos de los Apóstoles, a la que me referí antes. Recuerda a nuestras mentes la lección 41, "Dios está conmigo donde quiera que vaya". No hace falta decir que el significado de las palabras no debe ser tomado literalmente.
(1:1-2) Dios está conmigo. Él es mi fuente de vida, la vida interior, el aire que respiro, el alimento que me sostiene, el agua que me renueva y limpia.
Dios no está en nuestra agua, comida o aire; Él no está en el mundo. Estas palabras simbolizan que Dios es nuestra vida. Lo que nos sostiene aquí son el agua, la comida y el aire, y nuestros cuerpos no pueden vivir sin ellos. De la misma manera, nuestra identidad como espíritu no puede vivir sin Dios, porque Él es nuestra Fuente y nuestra Vida, y nuestro ser está sólo en Él:
... No puedes escapar de lo que eres. Porque Dios es misericordioso, y no dejó que su Hijo lo abandonara. Por lo que Él está agradecido, pues en eso consiste tu escape de la locura y de la muerte. En ningún otro lugar, excepto donde Él está, se le puede encontrar (T-31.IV.11:3-6).
(1:3-4) Él es mi hogar, en el cual vivo y me muevo; el Espíritu que dirige mis acciones, me ofrece Sus Pensamientos, y garantiza mi seguridad de todo dolor. Él me cubre de bondad y de cuidado, y sostiene en amor al Hijo sobre el que él resplandece, el cual también resplandece sobre él.
Creemos que nuestro hogar es el cuerpo, y por lo tanto estamos tentados a traer a Dios al mundo mientras buscamos tomar su hogar en nuestros cuerpos. Queremos que Jesús haga lo mismo, y en una comprensión al revés de su curso distorsionamos su mensaje para que signifique hacer nuestros cuerpos más felices. En verdad, sin embargo, queremos hacer nuestro hogar en Dios, lo cual se refleja aquí en el amor recto de Jesús. No queremos llevar la luz a las tinieblas, sino las tinieblas de nuestra falsa identidad a la luz de quiénes somos verdaderamente como Cristo. Sólo entonces podremos estar seguros y experimentar la bondad, el cuidado y el Amor de nuestro Padre, no como un cuerpo de un cuerpo, sino como una mente que es parte de la Mente. Así nos pregunta Jesús retóricamente:
... ¿Es Él[Dios] un cuerpo, y te creó como Él no es, y donde Él no puede estar? Estás rodeado sólo de Él (T-18.VI.10:5-6).
(1:5) ¡Cuán todavía está el que conoce la verdad de lo que dice hoy!
Cuando entendemos que las palabras del Espíritu Santo son verdaderas, no hay necesidad de hacer nada. Ya no tenemos que intentar frenéticamente mantener nuestra cordura y nuestros cuerpos felices. Cuando entendemos que no hay nada que perdonar, podemos estar realmente callados ante la verdad.
(2) Padre, no tenemos más palabras que Tu Nombre en nuestros labios y en nuestras mentes, mientras entramos silenciosamente en Tu Presencia ahora, y pedimos descansar contigo en paz por un tiempo.
Implícito en dejar de lado las palabras del ego es reconocer que fueron un error, como lo han sido nuestros intentos de entender a Dios, a Jesús y al perdón. Reconocemos ahora que estas palabras y conceptos no son lo que queremos, porque en vez de eso escogemos la expiación del Espíritu Santo. Es el único que nos lleva a la Presencia
de Dios, cuyo Nombre nos recuerda que también es nuestro, y en ese Hecho encontramos nuestra paz y descanso por un tiempo.
LECCIÓN 222
*"Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él."*
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Esta y las siguientes lecciones de la segunda parte del libro de ejercicios tienen una particularidad: están diseñadas para ser vividas, para ser experimentadas con fe y devoción, para ser proclamadas como una jubilosa oración, un canto de amor y gratitud a nuestro Padre eterno. La teoría ya la vimos en el libro del texto y en la primera parte del libro de ejercicios, y la seguiremos viendo en los temas especiales, que se nos van a ofrecer cada 10 lecciones. El tema especial que debemos estudiar y reflexionar entre la lección 221 hasta la 230, cuyo título es *"¿Que es el perdón?"*. Se nos sugiere leerla antes de la lección del día.
*"Dios está conmigo. Él es mi Fuente de vida, la vida interior, el aire que respiro, el alimento que me sustenta y el agua que me renueva y me purifica."*
La idea de la práctica de hoy, *"Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él."* nos refiere a la Omnipresencia de Dios, y a nuestra indisoluble unicidad con Él. Dios es la única Fuente de vida, y es impensable que exista otra fuente, recordar y aceptar esta verdad eterna es negar la parodia de "vida" que el ego pretendió vendernos. No hay vida sin Amor, pues el Amor es lo único que existe. El Amor lo abarca todo y no hay nada que no esté impregnado por el Amor.
*"Él es mi hogar, en el que vivo y me muevo; el Espíritu que dirige todos mis actos, me ofrece Sus Pensamientos y garantiza mi perfecta inmunidad contra todo dolor."* ser uno con Dios, es permitir que Su Espíritu dirija nuestros pasos, que nuestra mente no tenga otros pensamientos que los Suyos, y en medio de esa paz y gozo, no existe peligro alguno, ni miedo que me atormente ni sufrimiento que me amenace. Soy invulnerable como Dios Mismo pues Soy Su Hijo creado a Su semejanza.
*"Él me prodiga bondad y cuidado, y contempla con amor al Hijo sobre el que resplandece, el cual a su vez resplandece sobre Él. ¡Qué serenidad la de aquel que conoce la verdad de lo que Él dice hoy!"* Vivir en Dios, es contemplar como el Amor se refleja sobre Si Mismo en medio de un gozo infinito y una paz indescriptible.
*ORACIÓN*
Pronunciemos con mucho amor y devoción esta hermosa oración y luego nos aquietarnos y en silencio esperemos Su amorosa respuesta:
*"Padre, no tenemos en nuestros labios ni en nuestras mentes otras palabras que Tu Nombre, cuando acudimos silenciosamente ante Tu Presencia, pidiendo que se nos conceda poder descansar Contigo por un rato en paz."*
*PRACTICA:*
Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la oración y si logras memorizarla mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
*"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo."* (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.