LECCIÓN 234 Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.




LECCIÓN 234
 
Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.
 
1. Hoy vislumbraremos el momento en que los sueños de pecado y de culpa hayan desaparecido y hayamos alcanzado la santa paz de la que nunca nos habíamos apartado. 2Sólo un instante ha transcurrido entre la eternidad y lo intemporal. 3Y fue tan fugaz, que no hubo interrupción alguna en la continuidad o en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo. 4Jamás ocurrió nada que perturbase la paz de Dios el Padre ni la del Hijo. 5Hoy aceptamos la veracidad de este hecho.




2. Te agradecemos, Padre, que no podamos perder el recuerdo de Ti ni el de Tu Amor. 2Reconocemos nuestra seguridad y Te damos las gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados.






AUDIOS de la Lección 234
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 234
A través de Mariano Noé.


Ocurrir de la Lección 234
a través de Martin Musarra


Lección 234
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda




































LECCIÓN 234

Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

La lección 234 Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo de nuevo retoma el tema del recuerdo de Dios y del instante santo. En realidad, nunca hemos dejado de ser el Hijo de Dios. Otra cosa es que, por la creencia en la separación, hayamos decidido que no lo somos. La mente colectiva ego, que creyó separarse de Dios, sintió que cometió una falta o pecado en el pasado, por la cual siente culpa en el presente y espera, con miedo, un posible castigo de Dios en el futuro. Así, surgen los distintos aspectos del tiempo ligado a la trilogía base del ego: pecado, culpa y miedo. 

Simultáneamente proyecta, para escapar del castigo de Dios, este mundo y el cuerpo. Pero la separación de Dios nunca ocurrió. Sólo fue un sueño que el Hijo de Dios se tomó en serio. El caso es que esta mente colectiva cree que la ilusión es real. Por eso, el Padre crea al Espíritu Santo, como intermediario entre el Cielo y este mundo del ego, para que nos ayude a regresar a casa. Y en los billones de fragmentos, en que se esa mente colectiva cree estar dividida, se encuentra el recuerdo de Dios. Nunca se ha perdido. 

Por eso nos dice Jesús en la lección:

_”Sólo un instante transcurrió  entre la eternidad y lo intemporal. Y fue tan fugaz, que no hubo ninguna interrupción en la continuidad ni corte alguno en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo”_. 

En el instante santo revivimos ese momento de Unidad con Dios y con nuestros hermanos. El pasado y futuro cesan, nos centramos en el presente, sin juicios, sin preocupaciones por el cuerpo, sentimos que somos Espíritu y que somos amor al sentirnos unido a todo y a todos, sentimos nuestra santidad. 

En el instante santo:

_”vislumbramos el momento en que los sueños de pecado y de culpa han desaparecido y hemos alcanzado la santa paz de  la que nunca nos habíamos apartado”_.

 Esos momentos de paz que alcancemos en el instante santo se extenderán también a toda la Filiación. La paz siempre empieza con nosotros y se extiende a nuestros hermanos siempre contando con la ayuda del Espíritu Santo y Jesús y mediante el perdón que aporta las condiciones para que la paz se extienda. Si quiero extender la paz no puedo hacerlo si siento la más leve sensación de ataque hacia mi hermano. La renuencia a perdonar a mi hermano me aleja del reconocimiento de mi Identidad como Hijo de Dios, del reconocimiento como el Hijo de Dios que soy. El perdón es la garantía para que pueda decir Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.

 La oración de la lección es una reiteración de nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios y por eso debemos agradecerle a Dios:

_”Te agradecemos Padre que no podamos perder el recuerdo de Ti y de Tu Amor”_. 

Siempre hemos contado con el recuerdo de Dios. Así, nos esforcemos, siguiendo al ego, de ocultarlo.

_”Reconocemos nuestra seguridad”_.
 
Siempre estamos seguros en Dios. No hay nada que temer. La creencia de que Dios nos va a castigar es un recurso del ego para fomentar la separación. Pero no es cierto. Nuestro Padre es amoroso y nos dio al Espíritu Santo para que nos ayude a vencer el miedo a Dios.

_”Te damos gracias por todos los dones que nos has concedido”_. 

Nuestro Padre nos ha colmado de dones. El principal es nuestro Ser, el Cristo, el Hijo de Dios que somos. Y le podemos sumar el amor, la paz, la dicha, el perdón, la Gracia.. 

Te damos gracias 
_”por toda la amorosa ayuda que nos prestado”_.

 Dios siempre está con nosotros presto a ayudarnos cuando lo necesitemos. Sólo es cuestión de pedir Su ayuda. Es aceptar que la necesitamos. Es cuestión de soltar nuestra creencia de que podemos hacer las cosas a nuestra manera, sin Su ayuda. 

Te damos gracias
 ”por Tu inagotable paciencia.” 

La paciencia de nuestro Padre es infinita. Siempre está a nuestro lado esperando a que nos decidamos a mirarlo. No tiene para nosotros ningún reproche, ninguna crítica, ningún juicio. Sabe que algún día nos cansaremos del dolor y el sufrimiento del ego y, cuando lo hagamos, Él estará ahí para recibirnos y ayudarnos. 

Te damos gracias 
_”por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados”_. 

La separación de Dios nunca ocurrió. Ya estamos salvados. Es la Palabra que Dios nos dio. Sólo fue un mal sueño del que el Espíritu Santo nos ayudará a salir.

Con relación al tema de la salvación

Nos dice Jesús en el tema especial 2 ¿Qué es la salvación?:

_”Y así el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero que no reconocía su unidad. Al no reconocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad”_.

Como hemos visto nunca nos hemos separados de Dios. Siempre tenemos el recuerdo de Dios. La lección de hoy insiste en que retomemos nuestra Identidad como el Hijo de Dios que somos. Y tenemos conciencia de dicha Identidad en el instante santo, en los momentos que pasamos con Dios, tal como estamos estudiando en las lecciones. En esos instantes, si nos unimos de corazón a nuestros hermanos y a Dios, recuperamos, así sea por un momento, la unidad que creímos haber perdido y avanzamos en el camino de la salvación. De esa manera podremos decir con toda certeza: Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.

Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes.  Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz. 



Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora.   
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. Pueden ser o 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda












~ Viaje x Lecciones UCDM - 
Lección 234 - 
Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo. 
Kenneth Wapnick

"Jesús nos explica nuevamente que recordamos nuestra Identidad como Hijo de Dios cuando lo elegimos como nuestro maestro en lugar del ego, cambiando de su instante profano (del ego) a su instante santo de perdón (de Jesús).

(1) «Hoy vislumbraremos el momento en que los sueños de pecado y de culpa hayan desaparecido y hayamos alcanzado la santa paz de la que nunca nos habíamos apartado. Sólo un instante ha transcurrido entre la eternidad y lo intemporal. Y fue tan fugaz, que no hubo interrupción alguna en la continuidad o en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo. Jamás ocurrió nada que perturbase la paz de Dios el Padre ni la del Hijo. Hoy aceptamos la veracidad de este hecho.» 

“No se perdió ni una sola nota del himno celestial” (T-26.V.5: 4). En otras palabras, aunque nuestras preocupaciones mundanas parezcan tan reales, en verdad no son más que un sueño que se originó en un pensamiento que nunca ocurrió en realidad. El ego fabricó el mundo del tiempo y del espacio para camuflar la eternidad y la intemporalidad del Cielo, que aún esperan nuestro regreso del mundo demente e ilusorio de separación.

“En el tiempo esto [la separación] ocurrió hace mucho. En la realidad, nunca ocurrió...El mundo del tiempo es el mundo de lo ilusorio. Lo que ocurrió hace mucho parece estar ocurriendo ahora.” (M-2.2:7-3:2)

Y sin embargo, sólo «parece» estar ocurriendo. El sueño de separación de pecado, culpa y miedo desaparece en el instante en que vemos los intereses de nuestros hermanos como uno con los nuestros, a medida que el pasado del ego se reduce en el instante santo, y desaparece.

Por cierto, puedes ver en estas breves lecciones meditativas que Jesús vuelve continuamente  a los temas que él ha discutido en el texto y anteriormente en el libro de ejercicios.

(2) «Te agradecemos, Padre, que no podamos perder el recuerdo de Ti ni el de Tu Amor. Reconocemos nuestra seguridad y Te damos las gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados.»

Todo lo que hemos perdido es la conciencia del Amor de Dios. Sin embargo, no está realmente perdida porque ha sido mantenida en salvaguarda en nuestras mentes por el Espíritu Santo, Quien pacientemente espera nuestro regreso a la cordura cuando podemos elegir de nuevo.  ¿Cómo no sentir gratitud por Sus dones de perdón y paz cuando son los medios de salvación de nuestros sueños de pecado y culpa, y nuestro regreso al hogar que nunca dejamos?

“Y la gratitud hacia Dios se convierte en la manera en que Él es recordado, pues el amor no puede estar muy lejos de una mente y un corazón agradecidos. Dios puede entonces entrar fácilmente porque éstas son las verdaderas condiciones que hacen posible tu retorno al hogar.” (M-23.4:6-7) "

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.

















LECCIÓN 234
 
"Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

La separación fue un sueño de negación del Hijo al Padre. La salvación es un viaje de regreso, un deshacer del sueño de separación a través del perdón,  y la aceptación del Padre por parte del Hijo. La Salvación es el reconocimiento del Amor que siempre han unido al Padre y al Hijo. 
 
"Hoy vislumbraremos el momento en que los sueños de pecado y de culpa hayan desaparecido y hayamos alcanzado la santa paz de la que nunca nos habíamos apartado." este párrafo busca poner nuestra  mente en los umbrales del Cielo y mirar desde allí el camino recorrido, en el que ya hemos  perdonado nuestras culpas y alcanzado la paz que creíamos haber perdido. Es un salto sobre el tiempo para mirar desde la eternidad. 

"Sólo un instante ha transcurrido entre la eternidad y lo intemporal." el tiempo y el espacio son un resultado de la separación. Para la eternidad el tiempo es tan solo un instante que ya ocurrió, y que nosotros estamos recreando, pero creemos vivir de forma lineal del pasado al futuro. 

"Y fue tan fugaz, que no hubo interrupción alguna en la continuidad o en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo." observemos que nos está hablando de algo que sucedió, que el tiempo "fue tan fugaz" y que no tuvieron efecto alguno sobre los pensamientos de Amor que siempre han estado unidos. 

"Jamás ocurrió nada que perturbase la paz de Dios el Padre ni la del Hijo." la separación fue tan sólo un sueño, y como todo sueño al despertar nos damos cuenta que no afectó para nada nuestra realidad eterna de paz y amor, el Padre y el Hijo siguen siendo uno en amor y dicha. 

"Hoy aceptamos la veracidad de este hecho." hoy aceptamos que nuestra condición como Hijo de Dios no ha cambiado. Por eso la idea del día es una afirmación de que lo pareció suceder nunca sucedió:  "Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo." una ilusión nunca puede separar a Dios de Su Hijo. Por eso lo único que le podemos expresar a nuestro Padre es amor y gratitud. 

ORACIÓN DEL DÍA:

"Te agradecemos, Padre, que no podamos perder el recuerdo de Ti ni el de Tu Amor. Reconocemos nuestra seguridad y Te damos las gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados."

PRACTICA:

Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  










TEXTO 



T.23.IV






CELEBRANDO EL MILAGRO 

CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA 

BENDICIONES!






Share:

Facebook comments: