LECCIÓN 253 Mi Ser es amo y señor del universo.



LECCIÓN 253

Mi Ser es amo y señor del universo.

 

1. Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido. 2Aun en este mundo, soy yo el que rige mi destino. 3Lo que sucede es lo que deseo. 4Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda. 5Tengo que aceptar esto. 6Pues de esta manera se me conduce más allá de este mundo a mis creaciones -las criaturas de mi voluntad- , las cuales moran en el Cielo junto con mi santo Ser y con Aquel que me creó.


2. Tú eres el Ser a Quien Tú creaste como el Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. 2Mi Ser, que es señor y amo del universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí Misma.




AUDIOS de la Lección 253
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 253
A través de  Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 253
a través de Martin Musarra


Lección 253 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda






































LECCIÓN 253


Mi Ser es amo y señor del universo.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


La lección 253 Mi Ser es amo y señor del universo, es una lección que crea inquietud cuando la leemos y nos puede parecer que es exagerada y que no se aplica a nosotros. Recordemos que Ser con mayúscula se refiere al Hijo de Dios, al Cristo que somos no al ser con minúscula, al personaje que hemos fabricado con el ego que siempre se considera carente e inadecuado. La palabra universo merece ser aclarada. Para Jesús, es lo mismo que la Creación de Dios, la suma de todo lo que Él creó: la Filiación. 

Jesús nos aclara al respecto en el capítulo 15 sección VIII:
_”Tu única relación es la relación que tienes con todo el universo. Y ese universo, al ser de Dios, está mucho más allá de la mísera suma de todos los cuerpos separados que percibes. Pues todas las partes del universo están unidas en Dios a través de Cristo, donde se vuelven semejantes a su Padre”_.  (T-15. VIII. 4:4-6). 

Ahora miremos la afirmación de que mi Ser es amo y señor del universo. Jesús nos lo aclara en el capítulo 16 sección III: 
_”¿Qué puede haber más allá de Dios? Si tú, que lo contienes a Él y a quien Él contiene, eres el universo, todo lo demás tiene que estar afuera, donde no existe nada”_. (T-16. III. 6:2-3). 

Esta es una afirmación del primer nivel en el que está escrito el Curso. El primer nivel es el nivel metafísico no-dulista y se refiere a Dios, a Cristo, al Cielo, al conocimiento, a la verdad, a la Unidad. El otro nivel, es el nivel dos o de este mundo del ego, basado en la separación y en la percepción. En el nivel uno, no existe sino Dios y sus creaciones, mi Ser, el Hijo de Dios, el Cristo. Se está en la Mente Uno, en la Mente de Dios. Por lo tanto, no existe nada afuera. En el nivel dos, existe este mundo como proyección de la mente colectiva que creyó separarse de Dios. No se trata de negar el mundo porque mientras tengamos un cuerpo este mundo influye en nosotros. Se trata de mirarlo con la visión de Cristo para cambiar la manera como nos relacionamos con nuestros hermanos.

Jesús nos dice en la lección:
_”Es imposible que me pase algo sin yo haberlo pedido. Aún en este mundo, soy el que rige mi destino. Lo que sucede es lo que deseo. Lo que no ocurre es lo que no quiero que suceda”_.

Bueno, esta es una afirmación muy fuerte de Jesús que cuestiona la manera como nos hemos formado en este mundo del ego. Siempre son los otros los que nos tratan mal, los que son injustos, los que no nos valoran, los que no nos consideran, los que nos maltratan. Nada que ver con asumir nuestra responsabilidad frente a lo que nos sucede AHORA. Siempre es ahora.

 Jesús, nos ha enseñado que la pregunta más importante que debemos hacernos es ¿Para qué? ¿Cuál es el propósito? ¿Para qué: tolero un maltrato, una situación que me causa malestar, no perdono, hago lo que no quiero hacer, etc.? Jesús, nos llama a preguntarnos ¿para qué? porque esta pregunta centra la responsabilidad en nosotros y no afuera de nosotros. La pregunta ¿Por qué? saca la responsabilidad de lo que nos sucede de nosotros mismos y la pone afuera, en el mundo, en los demás, en el gobierno, etc. Esta es la lógica del ego. Siempre mirar afuera para culpabilizar a otros de tal manera que yo quede inocente. Para Jesús, no somos culpables, ni nuestros hermanos lo son. Somos es responsables de lo que nos sucede. Nada más. Cero por ciento de culpabilidad y ciento por ciento de responsabilidad. Esta es fórmula feliz de la salvación. 

Hagamos la oración de la lección para reafirmarnos en el Ser que somos:

_”Soy el Ser que Tú creaste como Tu Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. Mi Ser, que es señor y amo del universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí Misma”_.

Con relación al tema del pecado

Jesús nos dice en el tema especial 4. ¿Qué es el pecado?: 
_”El cuerpo es el instrumento que la mente fabricó en su afán por engañarse a sí misma. Su propósito es luchar”_.
 
El cuerpo al servicio del ego se centra en la lucha. En el mundo del ego hay que luchar para sobrevivir. Nada se consigue sin lucha por que la lógica que lo mueve es o soy yo o es el otro. Siempre hay ganadores y perdedores. Lo cual, inevitablemente, lleva al conflicto y a que se desarrollen relaciones de ataque-defensa permanentemente. Pero también nos dice Jesús en relación al cuerpo:
_”Mas la meta por la que lucha puede cambiar. Y entonces el cuerpo lucha por otro objetivo…La verdad puede ser su objetivo tanto como las mentiras. Y así, los sentidos buscarán lo que da fe de la verdad”_.


El cuerpo, que es neutro, puede ponerse al servicio del Espíritu Santo y utilizarse como medio de comunicación para transmitir la verdad y la Palabra de Dios y contribuir a la salvación.


Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda














LECCIÓN 253
 
Mi Ser es amo y señor del universo.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Esta es una lección sobre el libre albedrio. Un tema central en Un Curso de Milagros. 

La Creación es una manifestación de la libre voluntad del Padre. Y la separación fue el  resultado de  la libre voluntad del Hijo, así sea una creación falsa, así sea un error a corregir. De ahí que la salvación también deba ser resultado del libre albedrio del Hijo. Así como elegimos al ego como nuestro maestro, ahora podemos elegir al Espíritu Santo como nuestro Maestro para emprender el camino de regreso a casa. Por eso no somos víctimas de nada ni de nadie, sólo de nuestros propios pensamientos. Y por esa misma razón, la idea del pecado original tampoco es posible. No estamos en este mundo como resultado de un castigo divino, por la supuesta ofensa de Adam y Eva, y tampoco heredamos el castigo de haber perdido la inmortalidad por culpa del pecado original, y según esa creencia, desde esa época, tenemos un cuerpo que sufre, se enferma y muere por un castigo que se mantendrá por siempre. Si el pecado original fuese cierto, jamás podríamos volver a Dios pues el tiempo y la eternidad nunca se encontrarán, como tampoco el miedo y el amor. 

 "Mi Ser es amo y señor del universo." Fijémonos en dos palabras de la idea de hoy. "Ser" con mayúscula, que lo podríamos utilizar para referirnos a la mente superior, la mente correcta  guiada por el Espíritu Santo.  Y al nivel más metafísico, se refiere al Hijo de Dios en el estado del Cielo, y a un nivel más profundo al Cristo desempeñando la función de amo y Señor del universo co- creando junto a Su Padre.  Ello es lo opuesto a "ser" con minúscula, que se usa para referirse a la mente errada, guiada por el ego. Y la palabra universo, que poco se usa en el Curso, que es diferente al mundo, que es el espacio donde se desenvuelve el ego. Así que tanto el sujeto como el espacio en que actúa es la del perfecto Hijo de Dios, el Cristo que siempre hemos sido y siempre seremos. 

"Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido." si Mi Ser es amo y señor del universo, si gozo de los mismos atributos creadores de mi Padre, pues fui creado a Su Semejanza, entonces lo puedo todo, menos crear a Dios. Sobre ese  principio, que me podría ocurrir? Absolutamente nada. Por lo tanto, no hay nada que temer, no hay ningún peligro del cual deba protegerme, incluso el sueño de separación no ha alterado ni una sola nota del himno celestial, pues al fin y al cabo no es más que un sueño del que me olvidé reírme, y lo hice real por un momento dentro mi propio sueño, de ahí que ni Dios mismo se ha enterado que soñé separarme de Él. 

"Aun en este mundo, soy yo el que rige mi destino." si yo fui el que inventé este mundo, pues yo mismo lo gobierno, así crea que el ego me gobierna a mí.  Mi voluntad de elegir, mi voluntad de amar no ha desaparecido por la creencia que me he separado de mi Padre. Hoy puedo elegir mirar mi sueño y decir esto no es real, y decidir despertar del mismo. 

"Lo que sucede es lo que deseo." nada existe más allá de la voluntad de Dios, y por analogía, nada existe más allá de mi voluntad, así sean decisiones equivocadas como la de creer que vivo en este mundo. Algunos objetaran que ellos no eligieron tener un accidente en la que se lastimaron, o que tampoco eligieron la enfermedad que padecen, pero no estamos hablando de los deseos conscientes sino de los inconscientes, desde donde emanan los pensamientos de culpa, miedo, carencia y ataque, cuyo guion ha escrito el ego, de ahí que perdonar implique hacer consciente esos pensamientos, observarlos y decidir soltarlos, abandonarlos, y permitir que el Espíritu Santo los reemplace por pensamientos de amor y paz. 
Por ello todo lo que creo experimentar, fue lo que pensé, lo que deseé, así sean ilusiones. Ahora puedo elegir ver de otra manera, y ver el mundo real, el mundo de amor,  perdonando todo aquello que me impedía contemplarlo. 

"Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda." solo ocurre lo que deseo, así que vigilo mis pensamientos no amorosos, perdonando todo lo que no es real, para que solo ocurra lo amoroso, lo bondadoso en mi vida. 

Si reconozco que no soy el sueño, sino el soñador, puedo elegir que quiero soñar, incluido despertar del sueño. "Pues de esta manera se me conduce más allá de este mundo a mis creaciones -las criaturas de mi voluntad- , las cuales moran en el Cielo junto con mi santo Ser y con Aquel que me creó."

ORACIÓN DEL DÍA:

"Tú eres el Ser a Quien Tú creaste como el Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. Mi Ser, que es señor y amo del universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí Misma."
 
PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "4. ¿Qué es el pecado?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 









TEXTO T.25


















CELEBRANDO EL MILAGRO 

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BENDICIONES!















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