LECCIÓN 256 Dios es mi único objetivo hoy.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 256

Dios es mi único objetivo hoy.


1. La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. 2No hay otra manera. 3Si la mente no le hubiese concedido tanto valor al pecado, ¿qué necesidad habría habido de encontrar el camino que conduce a donde ya te encuentras? 4¿Quién tendría aún incertidumbre? 5¿Quién podría estar inseguro de lo que es? 6¿Y quién podría seguir durmiendo entre espesas nubes de duda con respecto a la santidad de aquel que Dios creó libre de pecado? 7Aquí sólo podemos soñar. 8Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar hoy. 9Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes por fin regresan a Él.

2. Y así es, Padre nuestro, como queremos llegar a ti por el camino que Tú has señalado. 2No tenemos otro objetivo que oír Tu Voz y hallar el camino que Tu sagrada Palabra nos ha señalado.





AUDIOS de la Lección 256
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 256
A través de  Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 256
a través de Martin Musarra


Lección 256 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda






































LECCIÓN 256


Dios es mi único objetivo hoy.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


En la lección 256 *Dios es mi único objetivo hoy”, Jesús, nos dice:
_”La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay otra forma”_. 

No podemos llegar a Dios si abrigamos odio hacia nuestros hermanos. Pues mi hermano y yo somos tal como Dios nos creó. Compartimos los mismos dones de Dios. Somos Hijos de Dios. Si ataco a mi hermano, ataco a Dios. Pero Dios nos ha dado, en este sueño del ego, un medio excelente para sanar nuestra mente de todos los pensamientos de ataque, de los resentimientos, de la culpa y el miedo: el perdón. Recordemos que, en la oración, cuando vamos al altar de nuestra mente, lo que llevamos son las azucenas del perdón. Es la ofrenda que le entregamos a Dios. En “El canto de la oración”, Anexo al Curso, se plantea que  primero perdono, luego oro y, luego, vendrá la curación de mi mente. 

Jesús, nos dice:

”Si la mente no le hubiese concedido tanto valor al pecado, ¿ qué necesidad habría habido de encontrar el camino a donde ya te encuentras?” 

 Nos encontramos en Dios, siempre nos encontraremos en Dios. Otra cosa es que le creamos al ego que nos dice que estamos separados de Él. Por fortuna, tenemos al Espíritu Santo y al perdón, para ayudarnos a salir de este sueño de la separación mediante la sanación de nuestra mente. Recordemos que tenemos un reino que gobernar y es nuestra mente. A nuestra mente podemos ordenarle que tenga pensamientos amorosos, de paz.
 
 La emoción que suscita la paz es el amor y la que suscita la culpabilidad, el miedo. Podemos decirle a nuestra mente que perdone.

Jesús, continúa:

_”Aquí sólo podemos soñar. Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar hoy. Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes por fin regresan a Él”_.

 En este mundo de la ilusión, contamos con una ilusión que sana, que pone fin a las demás ilusiones: el perdón. El perdón nos ayuda a ver en nuestro hermano un Hijo de Dios, un salvador y no un enemigo. 

 Si deshago, mediante el perdón y la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, la manera equivocada como veo a mi hermano: dejo de hacerlo objeto de la proyección de mi culpa y de mi miedo y dejo de verlo como un enemigo; si dejo el miedo a Dios, me daré cuenta de que no hay nada que temer y podré vivir un sueño feliz, de paz y de amor. No necesito cambiar el mundo. Necesito cambiar la manera como lo veo. 

Si deseamos de todo corazón el hecho de que Dios es mi único objetivo hoy, si lo deseamos por encima de todas las cosas, se nos hará fácil utilizar el medio que Dios nos dio para llegar a Él: el perdón. Es tener claro el objetivo: Dios. Y preguntarnos cuando nos neguemos a perdonar: ¿Vale la pena alejarnos de Dios por no perdonar? Es necesario que hoy practiquemos la lección con convicción. Y si, por determinadas circunstancias no lo podemos hacer, retomamos lo más pronto que podamos. Y perdonamos todo lo que nos impida reconocer que Dios es mi único objetivo hoy. Vale la pena que digamos la oración del día siempre que podamos: 

_”Y así es, Padre nuestro, como queremos llegar a Ti por el camino que Tú has señalado. No tenemos otro objetivo que oír tu Voz y hallar el camino que Tu sagrada Palabra nos ha señalado”_. 

Con relación al tema del pecado

Jesús nos dice:
_”Los sueños de un loco son pavorosos y el pecado parece ser ciertamente aterrador”_.
 
Jesús, nos ha dicho que estar en el ego, que creer en la realidad de la separación de Dios, con su concerniente miedo a su inevitable castigo, es estar dementes. Es estar dementes creer, que un Padre amoroso, como es Dios, pueda castigar de forma inimaginable a Su Hijo por un error que se puede corregir con la ayuda del Espíritu Santo y mediante la utilización del perdón. La lección de hoy es el antídoto a esta idea demente del pecado: Dios es mi único objetivo hoy y el perdón es el medio para hacer realidad dicho objetivo.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. 

Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. 

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios. Perdonamos, con Dios, lo que nos haya quitado la paz en esa hora.

Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. 

También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda


















Kenneth Wapnick 

Dios es mi único objetivo hoy. 

Lección 256

"Las próximas tres lecciones tratan sobre el perdón.

(1:1-2) «La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay otra manera.»

Si somos serios sobre el deseo de volver a casa al Amor de Dios, que hemos expresado muchas veces, debemos ser serios sobre el medio que nos ayudaría a alcanzar este objetivo. Cuando abrigamos resentimientos contra nosotros mismos u otros, estamos afirmando que Dios «no» es nuestro objetivo hoy - el dios del ego tal vez, pero no el verdadero Dios. Por lo tanto, queremos tener claro, sin juzgarnos a nosotros mismos, que estar molesto, enfermo o enojado proviene del objetivo subyacente de mantener al ego en el poder y no regresar a casa - no queremos perder el yo del ego. Por lo tanto, es extremadamente importante que honremos y respetemos al tomador de decisiones de la mente, devolviéndole el poder que se perdió cuando seguimos al ego al mundo impotente de la insensatez (ausencia de mente).

(1:3-6) «Si la mente no le hubiese concedido tanto valor al pecado, ¿qué necesidad habría habido de encontrar el camino que conduce a donde ya te encuentras? ¿Quién tendría aún incertidumbre? ¿Quién podría estar inseguro de lo que es? ¿Y quién podría seguir durmiendo entre espesas nubes de duda con respecto a la santidad de aquel que Dios creó libre de pecado?»

Primero se cometió el error de elegir el pecado, y luego vino su deshacimiento a través del perdón, el medio del Espíritu Santo para despertar del sueño de pecado.

(1:7-9) «Aquí sólo podemos soñar. Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar hoy. Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes por fin regresan a Él.»

Jesús no está diciendo que tenemos que despertar a la realidad y desaparecer, sino que nos dice que quiere ayudarnos a hacer desaparecer el sistema de pensamiento del ego. Seguiríamos conservando nuestras identidades físicas y psicológicas - nada va a desaparecer repentinamente. Lo que empezará a cambiar, sin embargo, es la falta de paz e inquietud que sentimos. No obstante, para que eso ocurra, Jesús nos enseña a ver de otra manera a las demás personas. Su nueva manera de mirar - la percepción verdadera de perdón del Espíritu Santo -  se convierte entonces en el sueño feliz:

“Primero soñarás con la paz, y luego despertarás a ella. Tu primer intercambio de lo que has hecho por lo que realmente deseas es el intercambio de las pesadillas por los sueños felices de amor. En ellos se encuentran tus verdaderas percepciones, pues el Espíritu Santo corrige el mundo de los sueños, en el que reside toda percepción.” (T-13.VII.9:1-3)

(2) «Y así es, Padre nuestro, como queremos llegar a ti por el camino que Tú has señalado. No tenemos otro objetivo que oír Tu Voz y hallar el camino que Tu sagrada Palabra nos ha señalado.»

Estrictamente hablando, el perdón es un reflejo del Amor de Dios y no procede de Él. Más específicamente, este es el camino de Un Curso de Milagros. Hay otras espiritualidades que enfatizan otros acercamientos hacia Dios; pero este curso hace hincapié en el cambio de nuestra percepción de las demás personas - perdonándoles por lo que ellos no nos han hecho a Nosotros.

Por cierto, la “sagrada Palabra” de Dios se refiere aquí a estas lecciones del libro de ejercicios. De manera más general, la “sagrada Palabra” es el principio de Expiación."

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
















LECCIÓN 256
 Dios es mi único objetivo hoy.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Tras la separación creemos que hemos perdido el estado de plenitud y abundancia del Cielo. 
La sensación de carencia que experimentamos en este mundo, nos impulsa a plantearnos múltiples objetivos que nos ayuden a sentirnos completos e íntegros. De ahí que nos planteemos objetivos profesionales, afectivos, familiares, económicos, de prestigio, ya sean deportivos, artísticos, de ocio, de reconocimiento, de imagen, etc, todos ellos alimentan nuestros deseos y fantasías. Nuestras vidas transcurren superando los problemas y dificultades que nos impiden conquistar nuestros objetivos, y cuando los logramos nos sentimos satisfechos y felices, para luego sentir nuevas carencias. Y si no lo logramos nos sentimos frustrados y resentidos, o proyectamos culpas o ataques sobre  algo o alguien, que consideramos que nos impide lograr nuestros objetivos. Esa es la dinámica del ego. 

La salvación opera de manera contraria. Al proponerse volver a la unidad, unifica nuestros propósitos en un solo objetivo, que se sintetiza en la idea del día: "Dios es mi único objetivo hoy." que es lo mismo que decir, que el Amor es mi único objetivo. 
 
Una vez que establecemos nuestro único objetivo, lo que debemos establecer es cómo lograrlo: "La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay otra manera." si no deshacemos el sistema de pensamiento del ego, nos seguiremos sintiendo víctimas, acusando a Dios y a nuestros hermanos de nuestras desgracias, con lo que afirmamos la separación y negaremos el amor, y de esa manera, cerramos el camino de retorno a Dios y cerramos las puertas del Cielo. 

"Si la mente no le hubiese concedido tanto valor al pecado, ¿qué necesidad habría habido de encontrar el camino que conduce a donde ya te encuentras?" La creencia en el pecado es la causa de nuestros sufrimientos, y sólo el perdón nos puede liberar. 

"Aquí sólo podemos soñar."  este mundo es un sueño de separación, y por lo tanto, lo único que podemos hacer es soñar. Así que podemos elegir un sueño de perdón, y soñar que despertamos. "Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar hoy."

Por eso reiteramos nuestro único objetivo y la manera de lograr nuestro propósito: "Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes por fin regresan a Él."

ORACIÓN DEL DIA:

"Y así es, Padre nuestro, como queremos llegar a ti por el camino que Tú has señalado. No tenemos otro objetivo que oír Tu Voz y hallar el camino que Tu sagrada Palabra nos ha señalado."

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "4. ¿Qué es el pecado?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 







TEXTO T.25


















CELEBRANDO EL MILAGRO 

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BENDICIONES!













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