Que recuerde que Dios es mi objetivo.
1. Lo único que necesitamos hacer es entrenar nuestras mentes a pasar por alto todos los objetivos triviales e insensatos, y a recordar que Dios es nuestro objetivo. 2Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes, eclipsado tan sólo por nuestras absurdas e insignificantes metas, que no nos deparan nada y que ni siquiera existen. 3¿Vamos acaso a continuar permitiendo que la gracia de Dios siga brillando inadvertida, mientras nosotros preferimos ir en pos de los juguetes y las baratijas del mundo? 4Dios es nuestro único objetivo, nuestro único Amor. 5No tenemos otro propósito que recordarle.
2. No tenemos otro objetivo que seguir el camino que conduce a Ti. 2Ése es nuestro único objetivo. 3¿Qué podríamos desear sino recordarte? 4¿ Qué otra cosa podemos buscar sino nuestra Identidad?
AUDIOS de la Lección 258
de CELEBRANDO EL MILAGROLectura de la Lección 258
A través de Blanca Nivia Morales Contreras
Ocurrir de la Lección 258
a través de Martin Musarra
Lección 258 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 258
Que recuerde que Dios es mi objetivo.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, en la lección 258 Que recuerde que Dios es mi objetivo, retoma, otra vez, la importancia de tener a Dios como nuestro objetivo.
Nos dice Jesús:
_”Lo único que necesitamos hacer es entrenar nuestras mentes para pasar por alto nuestros objetivos triviales y a recordar que Dios es nuestro objetivo”_.
El ego, surgió con la creencia en la separación de Dios. Y esta separación originó la división en partes de dicha mente colectiva que proyectó este mundo y al cuerpo. Cada fragmento de esa mente, que se cree separada, está ligada a un cuerpo que quiere mantener su propia identidad particular: su deseo de ser especial que lo distinga de las otras partes, de los otros hermanos. En ese proceso, aparecen multitud de objetivos triviales que hay que alcanzar para poder lograr ser aceptado y valorado en este mundo del ego. Y esos objetivos parecen ser la respuesta a también a la multitud de problemas que creemos tener en este mundo del ego.
Por fortuna, ya Jesús nos ha enseñado que no hay sino un solo problema: la separación y el resentimiento que lo acompaña, como vimos en la lección 79 Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto. Pero, si hay un solo problema hay, una sola solución como nos dice Jesús en la lección 80 Permítaseme reconocer que mis problemas se han resuelto. La solución es el milagro que me permite dejar los resentimientos y sentirme en unidad con Dios, con mi hermano y conmigo mismo en el proceso de la salvación.
El milagro, al que tengo derecho, puedo reclamarlo, en cualquier momento. A cualquier momento puedo pedirles a Jesús y al Espíritu Santo el milagro de la corrección de mi mente que está centrada en objetivos triviales para que tenga a Dios como el único objetivo. Pero siempre utilizando el perdón. Y Jesús es claro: esto es un entrenamiento de la mente. Cualquier situación que nos haga perder la paz, la perdonamos inmediatamente. No las dejamos acumular. Recordemos lo que estamos haciendo con las lecciones: cada hora recordamos a Dios, cada hora perdonamos los pensamientos no amorosos que hayamos tenido con el fin de que en la hora que empieza, nuestra mente esté limpia de conflictos y esté en paz, para que podamos recordar que Dios es nuestro objetivo.
Jesús nos dice:
_”Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes, eclipsado tan sólo por nuestras absurdas e insignificantes metas, que no nos deparan nada y que ni siquiera existen”_.
Siempre hemos tenido y tendremos el recuerdo de Dios en nuestra mente. Mantengámonos firmes en este proceso de recordar a Dios, de recordar nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios.
Continúa Jesús:
_”¿Vamos acaso a continuar permitiendo que la Gracia de Dios siga brillando inadvertida, mientras nosotros preferimos ir en pos de los juguetes y baratijas del mundo? Dios es nuestro único objetivo, nuestro único Amor. No tenemos otro propósito que recordarle”_.
Este es el entrenamiento de la paz, de la bondad, de la alegría, de la felicidad, de la unidad, del amor. Pidamos con fuerza ver el milagro que hay para nosotros y poder mantenernos en él. Hagamos la oración de la lección a lo largo del día:
”No tenemos otro objetivo que seguir el camino que conduce a Ti. Ese es nuestro único objetivo. ¿Qué podríamos desear sino recordarte? ¿Qué otra cosa podemos buscar sino nuestra Identidad?”
Con relación al tema del pecado
Jesús, nos dice en el tema especial 4. ¿Qué es el pecado?:
_”Mientras tanto, su Padre ha seguido derramando Su luz sobre él y amándolo con un Amor eterno que sus pretensiones no pueden alterar en absoluto”_.
Dios nunca nos ha abandonado. Siempre camina a nuestro lado iluminando nuestra mente para que le transmitamos esa luz a nuestros hermanos. Esa luz que Dios nos transmite se entiende como un estado mental de paz y de amor donde la obscuridad del ego no puede percibirse. Esa luz de Dios nos permite ver la impecabilidad en nuestros hermanos y en nosotros mismos. Esa luz contribuye, por lo tanto, a que el recuerdo de Dios permanezca en nuestra mente, a que Dios sea nuestro objetivo, como nos ha enseñado Jesús en la lección de hoy: Que recuerde que Dios es mi objetivo.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más.
Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios..
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo.
También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
LECCIÓN 258
"Que recuerde que Dios es mi objetivo."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Esta es una lección para recordar. En la lección 256 decíamos "Dios es mi único objetivo hoy."*, ahora nos decimos que no me olvide de Dios, que lo recuerde en todo momento, circunstancia y lugar. Para ello, *"Lo único que necesitamos hacer es entrenar nuestras mentes a pasar por alto todos los objetivos triviales e insensatos, y a recordar que Dios es nuestro objetivo." este es un curso de entrenamiento mental, en la que aprendemos a perdonar, pasando por alto nuestros errores de percepción, así como los demás objetivos del mundo, entrenamiento que nos permite recordar a Dios, y recordar nuestra verdadera identidad como Sus perfectos hijos.
"Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes, eclipsado tan sólo por nuestras absurdas e insignificantes metas, que no nos deparan nada y que ni siquiera existen." El ego nos lleva a buscar múltiples objetivos, que alimentan sus ilusiones, y a olvidarnos de quienes somos realmente. Pero en lo profundo de nuestra mente yace el recuerdo de Dios, pues por mucho que neguemos el Amor no podemos deshacernos de Él, pues las ideas no abandonan su fuente, y nuestra Fuente siempre ha sido Dios. Solo el perdón y el recuerdo de Dios nos conducirán de regreso a nuestro Hogar.
"¿Vamos acaso a continuar permitiendo que la gracia de Dios siga brillando inadvertida, mientras nosotros preferimos ir en pos de los juguetes y las baratijas del mundo?" en todo momento y en todo lugar, el Amor estará presente recordándonos quienes somos, ¿hasta cuándo lo vamos a ignorar,? ¿cuando nos vamos a decidir a Escucharlo y seguir Sus pasos?
"Dios es nuestro único objetivo, nuestro único Amor." no hay más Amor que el de Dios y no existe nada más que Dios, esa es la única realidad y la única verdad, lo demás son ilusiones que desaparecerán junto con el tiempo, pues solo lo eterno es verdad.
De ahí que "No tenemos otro propósito que recordarle." en la medida que recordamos a Dios, recordamos nuestro Amor y nuestra verdad.
"ORACIÓN DEL DIA:
"No tenemos otro objetivo que seguir el camino que conduce a Ti. Ése es nuestro único objetivo. ¿Qué podríamos desear sino recordarte? ¿ Qué otra cosa podemos buscar sino nuestra Identidad?"
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "4. ¿Qué es el pecado" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
TEXTO T.25
CELEBRANDO EL MILAGRO
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BENDICIONES!