Introducción a la Segunda Parte del Libro de ejercicios
LECCIÓN 271
Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.
1. Cada día, cada hora y cada instante elijo lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí. ²Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en la creación de Dios. ³En la visión de Cristo, el mundo y la creación de Dios se encuentran, y según se unen, toda percepción desaparece. ⁴La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y creación.
2. Padre, la visión de Cristo es el camino que me conduce a Ti. ²Lo que Él contempla restaura Tu recuerdo en mí. ³Y eso es lo que elijo contemplar hoy.
de CELEBRANDO EL MILAGRO
LECCIÓN 271
Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús en la lección 271 Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo continúa desarrollando el tema de la visión de Cristo.
Nos dice Jesús:
”Cada día, cada hora, y cada instante decido lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí”.
Siempre estoy decidiendo. Primero, decido el maestro que va a guiar mi pensamiento y mi conducta: el ego o el Espíritu Santo. Así, decido conflicto, culpa, miedo, separación, el pasado y el futuro, enfermedad, etc., con el ego. Con el Espíritu Santo decido paz, inocencia, amor, unidad, el presente, la salud, etc.
Las decisiones con el ego están motivadas por el deseo de ser especial, por el deseo de no perdonar, por el deseo de culpabilizar al otro y mostrar mi inocencia, por la búsqueda de aprobación, por la búsqueda de lo que creo me va a dar placer y felicidad, por el aferrarme al pasado y no quererlo soltar y perdonar, etc.
Siempre, llevan implícito el deseo de permanecer separados. Vale la pena recordar lo que es el deseo. El deseo, como ese fuerte impulso hacia algo que considero me va a dar satisfacción, seguridad, valoración, etc., es muy importante en mi vida. He deseado fabricar este mundo de la separación siguiendo al sistema de pensamiento del ego, pero, también, puedo desear, ahora, dejarlo siguiendo el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Por mi deseo me separé de la verdad. Por mi deseo, elijo regresar a ella. Es muy importante, estar preguntándonos: ¿Qué es lo que verdaderamente deseo? Esto me ayudará a centrarme y a no dispersarme.
Nos dice Jesús:
”Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en Su Creación”.
Hoy acepto la Voluntad de Dios. No pierdo de vista que Dios es mi objetivo, mi centro y mi referente a alcanzar, pero para lograrlo tengo que perdonar siempre con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Los testigos de Dios son mis hermanos que me muestran lo que tengo que perdonarme y sanar en mi mente.
Nos dice Jesús:
”En la visión de Cristo, el mundo y la creación de Dios se encuentran, y según se unen, toda percepción desaparece. La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y creación”.
Se da un proceso de acercamiento al mundo real. Se da un proceso de fusión con la Unidad de Dios y ya no se requiere la percepción porque la percepción está basada en la separación: en la cual hay un sujeto y un objeto, y hay polaridades con las cuales hacemos comparaciones y por lo tanto manifestamos diferencias – alto, bajo; luz, obscuridad, etc.; hay un comienzo y un final, etc. En el mundo real, sólo hay unidad. Podemos sentir esa Unidad con Dios en el instante santo.
Con relación al tema del Cristo
Nos dice Jesús en el tema especial 6. ¿Qué es el Cristo?:
”Cristo es el Hijo de Dios tal como Él lo creó. Cristo es el Ser que compartimos y que nos une unos con otros, y también con Dios”.
Cristo es la extensión de del Espíritu de Dios, Su creación como Su Hijo único o la totalidad de la Filiación. Es la Segunda Persona de la Trinidad. Comparte las mismas cualidades del Padre y crea como Él porque fue creación de Dios. No debe equipararse exclusivamente con Jesús, nuestro hermano mayor quien perdonó completamente, completó el proceso de la Expiación, vio la faz de Cristo en todos sus hermanos y recordó a Dios. Cristo es el Ser que compartimos con nuestros hermanos, esa parte divina que todos tenemos y que nunca nos ha abandonado. En la lección de hoy, la 271 Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo, Jesús, nos llama a centrarnos en la visión de Cristo. A todo momento tenemos la posibilidad de elegir ver el Cristo en nuestros hermanos. Y si no lo podemos hacer es una oportunidad para perdonar lo que nos esté haciendo perder la paz e insistir nuevamente en verlo.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
LECCIÓN 271
"Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Esta lección es el anverso de la de ayer. Si ayer decíamos que "Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo." Ahora decimos que "Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.". Cuando digo que no utilizaré los ojos del cuerpo, estoy diciendo que voy a utilizar la visión de Cristo, la visión del amor. Ayer era la negación de lo que no soy, hoy es la afirmación de lo que soy. Ayer me negaba a utilizar el ego como el intérprete de mis experiencias, hoy elijo al Espíritu Santo como mi maestro y guía. Así es la dinámica pedagógica del Curso. Se niega lo que no somos, para afirmar lo que somos. El perdón que nos enseña el Curso utiliza la misma metodología. Primero traemos a nuestra consciencia el error, luego reconocemos que no es verdad, para posteriormente, elegir abandonar el error, y liberarnos del mismo. De esta manera el error es reemplazado por la verdad. La culpa y el miedo es reemplazado por el amor y la paz. De esta manera el perdón niega lo que no somos (ego) para afirmar lo que de verdad somos (amor).
Lo único que tenemos que hacer en todo momento es elegir entre la culpa y el amor. "Cada día, cada hora y cada instante elijo lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí." todo se reduce al propósito de lo que quiero ver, si elijo juicios veré culpables, si elijo amor, veré inocencia y paz. A toda hora estamos tomando decisiones, de nosotros depende que tipo de decisiones tomamos.
"Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en la creación de Dios." Así que hoy, desde que nos levantamos y a lo largo del día, elegimos ver con los ojos de Cristo, escuchar la Voz del Espíritu Santo, y ver a todos como mis hermanos en lugar de enemigos.
"En la visión de Cristo, el mundo y la creación de Dios se encuentran, y según se unen, toda percepción desaparece." la visión de Cristo, al perdonar todos mis errores, se convierte en un puente entre este mundo y el Cielo, será un encuentro breve, pues en un mundo perdonado, la percepción será sustituida por el conocimiento, el miedo por el amor, el conflicto por la paz, y el sufrimiento por la felicidad. Después de eso la percepción y el mundo desaparecen, pues el Cielo ha ocupado su lugar, y la ilusión desaparece ante la verdad, así como la oscuridad desparece ante la luz.
"La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y creación." La visión de Cristo, solo ve nuestra condición inmortal y amorosa, no ve nuestros miedos a la muerte, por lo que renacemos al amor. La visión de Cristo nos recuerda quienes somos y nos conduce de regreso a nuestro Padre.
ORACION DEL DÍA:
"Padre, la visión de Cristo es el camino que me conduce a Ti. Lo que Él contempla restaura Tu recuerdo en mí. Y eso es lo que elijo contemplar hoy."
Con el perdón desarrollamos la visión de Cristo, y a partir de ahí, la visión de Cristo se convierte en nuestro camino de regreso, a partir de ahí todo lo contemplamos con paz y amor, y la luz que vamos emanando iluminará el camino de regreso a casa, en esos momentos poderosos acompañantes nos guiarán, pues el Amor nunca se olvida del amor.
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
Oscar Gómez Díez
https://www.facebook.com/travesiainterior
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LECCIÓN 271
"Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Esta lección es el anverso de la de ayer. Si ayer decíamos que "Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo." Ahora decimos que "Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.". Cuando digo que no utilizaré los ojos del cuerpo, estoy diciendo que voy a utilizar la visión de Cristo, la visión del amor. Ayer era la negación de lo que no soy, hoy es la afirmación de lo que soy. Ayer me negaba a utilizar el ego como el intérprete de mis experiencias, hoy elijo al Espíritu Santo como mi maestro y guía. Así es la dinámica pedagógica del Curso. Se niega lo que no somos, para afirmar lo que somos. El perdón que nos enseña el Curso utiliza la misma metodología. Primero traemos a nuestra consciencia el error, luego reconocemos que no es verdad, para posteriormente, elegir abandonar el error, y liberarnos del mismo. De esta manera el error es reemplazado por la verdad. La culpa y el miedo es reemplazado por el amor y la paz. De esta manera el perdón niega lo que no somos (ego) para afirmar lo que de verdad somos (amor).
Lo único que tenemos que hacer en todo momento es elegir entre la culpa y el amor. "Cada día, cada hora y cada instante elijo lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí." todo se reduce al propósito de lo que quiero ver, si elijo juicios veré culpables, si elijo amor, veré inocencia y paz. A toda hora estamos tomando decisiones, de nosotros depende que tipo de decisiones tomamos.
"Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en la creación de Dios." Así que hoy, desde que nos levantamos y a lo largo del día, elegimos ver con los ojos de Cristo, escuchar la Voz del Espíritu Santo, y ver a todos como mis hermanos en lugar de enemigos.
"En la visión de Cristo, el mundo y la creación de Dios se encuentran, y según se unen, toda percepción desaparece." la visión de Cristo, al perdonar todos mis errores, se convierte en un puente entre este mundo y el Cielo, será un encuentro breve, pues en un mundo perdonado, la percepción será sustituida por el conocimiento, el miedo por el amor, el conflicto por la paz, y el sufrimiento por la felicidad. Después de eso la percepción y el mundo desaparecen, pues el Cielo ha ocupado su lugar, y la ilusión desaparece ante la verdad, así como la oscuridad desparece ante la luz.
"La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y creación." La visión de Cristo, solo ve nuestra condición inmortal y amorosa, no ve nuestros miedos a la muerte, por lo que renacemos al amor. La visión de Cristo nos recuerda quienes somos y nos conduce de regreso a nuestro Padre.
ORACION DEL DÍA:
"Padre, la visión de Cristo es el camino que me conduce a Ti. Lo que Él contempla restaura Tu recuerdo en mí. Y eso es lo que elijo contemplar hoy."
Con el perdón desarrollamos la visión de Cristo, y a partir de ahí, la visión de Cristo se convierte en nuestro camino de regreso, a partir de ahí todo lo contemplamos con paz y amor, y la luz que vamos emanando iluminará el camino de regreso a casa, en esos momentos poderosos acompañantes nos guiarán, pues el Amor nunca se olvida del amor.
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.