¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?
1. Padre, la verdad me pertenece. ²Mi hogar se estableció en el Cielo mediante tu voluntad y la mía. ³¿Podrían contentarme los sueños? ⁴¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? ⁵¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? ⁶No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. ⁷Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. ⁸El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste.
2. Hoy dejamos atrás las ilusiones. ²Y si oímos a la tentación llamarnos e invitarnos a que nos entretengamos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará gustosamente todo temor.
de CELEBRANDO EL MILAGRO
LECCIÓN 272
¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Ayer, veíamos la importancia de la visión de Cristo y como esta nos permitía ver un mundo perdonado, un mundo en paz, sin miedo, en amor. Hoy, Jesús, nos pregunta en la lección 272 ¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?
Afirma Jesús:
”Padre, la verdad me pertenece”.
Vale la pena recordar lo que es la verdad. En general, cuando se habla de verdad se relaciona con lo que es verdadero, con lo que es real, lo que es un hecho. Para el Curso, hace relación a la realidad trascendental que está más allá del espacio y el tiempo, hace relación a Dios como nuestro Creador. La verdad es total, lo incluye todo no se puede dividir. La verdad es sólo una. La verdad es dicha, seguridad, grandeza, perfección. He tenido miedo de mi grandeza y en su lugar he inventado ilusiones como nos pregunta hoy Jesús.
Dice Jesús:
”Mi hogar se estableció en el Cielo mediante Tu voluntad y la mía”.
Como el Cristo, el Hijo de Dios, el Ser que soy mi función también es de co-creedor, con mi Padre.
” ¿Podrían contentarme los sueños?”
Recordemos que, Jesús, nos enseñó, en el anterior tema del cuerpo, que la cuna de todos los sueños es el miedo. Para escapar del ancestral miedo a Dios me invento ilusiones y sueños donde fabrico mi mundo particular donde sentirme seguro, en paz y feliz.
”¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? ¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo?”
Las ilusiones se oponen a la verdad y están ligadas al miedo. Pueden dar la ilusión de una felicidad transitoria que siempre está amenazada por el miedo de que en cualquier momento se pueda perder. La verdad es lo único que me puede hacer feliz: la verdad de mi verdadera identidad como Hijo de Dios. El recuerdo de Dios que siempre me acompaña, que siempre está en mi mente, así pretenda olvidarlo bajo capas y capas de conflictos y resentimientos.
”No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste”.
De nuevo, retoma Jesús, la principal lección del Curso: Soy tal como Dios me creó. Ese es mi principal problema: no sé quién soy. Cuando estoy dominado por el sistema de pensamiento del ego he perdido mi verdadera identidad y, ahora, voy por la vida lleno de dudas, de miedo, de culpa, de ira, de remordimientos, planeando y planeando la ilusión, que ahora sí, me va a solucionar los problemas y me va a hacer feliz. Se trata de desear y decidirme por el sistema de pensamiento del Espíritu Santo y dejar de creerle al ego.
Por eso, Jesús nos dice para que lo hagamos sin dudar:
”Hoy pasamos de largo las ilusiones. Y si oímos a la tentación llamarnos, incitándonos a que nos quedemos y a que sigamos entreteniéndonos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará gustosamente todo temor”.
Con relación al tema del Cristo
Nos dice Jesús en el tema especial 6. ¿Qué es el Cristo?:
”Cristo es el Ser que compartimos y que nos une unos a otros, y también con Dios”.
Cristo es nuestra Identidad. Es el recuerdo de Dios que compartimos con todos nuestros hermanos. Esa es la verdad que pone fin a todas las ilusiones como vimos en la lección de hoy. Si aceptamos la verdad no habrá lugar al miedo y al ataque hacia nuestros hermanos porque compartimos una sola mente. Con la ayuda del Espíritu Santo trascenderemos la separación mediante el perdón.
Nos dice Jesús:
”Es el Pensamiento que todavía mora en la Mente que es Su Fuente. No ha abandonado Su santo hogar ni ha perdido la inocencia en la que fue creado. Mora inmutable para siempre en la Mente de Dios”.
Cristo, como Pensamiento creado en la Mente de Dios, no ha abandonado Su Fuente porque los pensamientos no pueden abandonar la mente que los piensa. Mis pensamientos de separación no han abandonado mi mente. Nunca me he separado de Dios. Este es el principio de la Expiación. El ego quiere que centre mi atención afuera. Se trata, por el contrario, de centrarla en mi interior y reconocer el Cristo que soy que nunca ha abandonado la Mente de mi Padre.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
Viaje por el libro de ejercicios de UCDM
Lección 272. «¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?»
"Jesús nos dice a lo largo de Un Curso en Milagros que nunca estaremos satisfechos, felices o en paz en el mundo, porque sólo las ilusiones existen aquí. Los ídolos del especialismo funcionan por un tiempo, y luego nos fallan, pero el amor de Jesús funciona todo el tiempo y nunca falla, independientemente de las circunstancias externas. Así él diría: "Que mi amor sea lo que busques, porque solo eso te satisfará".
(1:1-2) «Padre, la verdad me pertenece. Mi hogar se estableció en el Cielo mediante tu voluntad y la mía.»
Volvamos a leer estas reconfortantes palabras del Epílogo a la clarificación de términos, en paralelo con lo anterior:
“Nuestra jornada ya ha comenzado. Hace mucho tiempo que el final se escribió en las estrellas y se plasmó en los Cielos con un rayo de luz brillante que lo ha mantenido a salvo en la eternidad y a lo largo del tiempo, y que aún lo conserva inalterado, imperturbable e inmutable.” (C-ep.2:4-6)
(1:3-8) «¿Podrían contentarme los sueños? ¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? ¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste.»
Nos damos cuenta de nuestro error, por elegir las ilusiones que no nos han traído la felicidad. Sin embargo, la verdad de la Expiación del Espíritu Santo nos restaura el feliz recuerdo del amor del Cielo:
“Recuerda que siempre eliges entre la verdad y las ilusiones; entre la verdadera Expiación que cura, y la "expiación" del ego que destruye. Todo el poder y Amor de Dios, sin límite alguno, te apoyarán a medida que busques únicamente el papel que te corresponde desempeñar en el plan de Expiación que procede de Su Amor.” (T-16.VII.10:1-2)
(2) «Hoy dejamos atrás las ilusiones. Y si oímos a la tentación llamarnos e invitarnos a que nos entretengamos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará gustosamente todo temor.»
Jesús nos está dejando saber, como veremos repetidamente, que estamos continuamente tentados a permanecer en los sueños de relaciones especiales del ego, y no podemos sino sufrir debido a sus juicios y pensamientos de ataque. Sin embargo, Jesús quiere que reconozcamos cuánto daño y dolor nos trae nuestro especialismo, porque en ese momento de reconocimiento aceptaremos gustosamente sus palabras, de buen grado tomaremos su mano mientras salimos del sueño con él. Esta es nuestra elección a hacer. Jesús no puede hacerlo por nosotros, pero su presencia amorosa continuamente nos llama a hacer la única elección que él hizo, como leemos de nuevo del texto:
“He dicho ya que puedo ascender hasta lo alto y hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a instancia tuya. El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta, tal como se encontraba en la mía. La Biblia dice: "Que more en ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. Te pide que pienses tal como yo pensé, uniéndote de esta manera a mí en el modo de pensar de Cristo.” (T-5.I.3:2-4,6)
¿Cómo no podríamos hacer tal elección, cuando sólo el Cielo nos traerá paz?"
Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 272
"¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?"
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Este no es un tema de poca monta. Pues fue por ir tras ilusiones que fabricamos este mundo separado del Reino de nuestro Padre. Fue por ilusiones que le dimos la espalda al amor y fabricamos pobres sustitutos de lo que realmente somos. Si la separación no tuviese los alicientes de las ilusiones, esta no se hubiese producido. Este mundo se mueve sobre la dinámica de placer y dolor, vamos en pos de placer, que al durar poco, nos lleva a una búsqueda permanente de placeres en medio de dolores, de esa manera nos volvemos adictos de todo tipo de "placeres" que supuestamente nos brindan felicidad: los juegos, las drogas, el alcohol, la moda, el consumo, el sexo, como también adictos al trabajo siendo una forma de evasión a otros conflictos o sufrimientos.
En este mundo la separación nos conduce a sentirnos incompletos, que nos genera una insatisfacción permanente. Creemos sentirnos incompletos sino conquistamos a la pareja de nuestra vida, y si creemos haberlo logrado, pasado un tiempo, lo que antes nos hacía sentir satisfechos ahora ya no. Lo notamos más rápido con los objetos de consumo, que nos lleva de una satisfacción rápida a nueva insatisfacción que sólo se suple con nuevos objetos de consumo, llámense ropa, zapatos, joyas o aparatos electrónicos.
En cambio, el estado del Cielo nos ofrece un goce y disfrute permanente, sin experimentar pérdida alguna, un estado de abundancia y plenitud total. Hace tiempo atrás le preguntaban a un místico de origen hindú sobre cómo era la experiencia de la iluminación y su respuesta no pudo ser más gráfica: "es como un orgasmo permanente", un goce infinito. Este es un buen símbolo mundano para representar una experiencia que está más allá de este mundo, y que es lo que nos inquiere la idea del día: "¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?" planteada la pregunta, la respuesta está en nuestras manos, y para la cual nos tenemos que decidir: por el infierno de carencias e insatisfacciones de este mundo? o por la felicidad del Cielo?. Si escogernos esta última, debemos perdonar todas las ilusiones que nos iimpien experimentar el Cielo de nuestra mente santa.
ORACION DEL DÍA:
"Padre, la verdad me pertenece. Mi hogar se estableció en el Cielo mediante tu voluntad y la mía. ¿Podrían contentarme los sueños? ¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? ¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste."
La única manera de trascender las ilusiones es recordar quienes somos realmente. Y afirmar que "la verdad me pertenece." Y reconocer que '"Mi hogar se estableció en el Cielo" a partir de aceptar mi verdadera identidad, preguntarme como puedo contentarme con las ilusorias distracciones del mundo, que unas veces aparecen y otras desaparecen, cuando lo tengo todo como Hijo de Dios.
Cuando comprendemos que este mundo se basa en las carencias y la lucha por los recursos que creemos escasos, y que jamás ninguna ilusión nos va a brindar la abundancia y plenitud que sólo puedo lograr en el Cielo, entonces, y sólo entonces, puedo tomar la decisión de elegir el Cielo y todo lo que este me ofrece, en lugar del infierno de culpa, miedo, conflictos y carencias de este mundo. "Hoy dejamos atrás las ilusiones. Y si oímos a la tentación llamarnos e invitarnos a que nos entretengamos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará gustosamente todo temor."
Cuando elegimos al Cielo, perdonamos todo lo que nos impida llegar a Él, y en ese momento el amor reemplaza todo miedo que podamos sentir, el camino ha sido despejado y las puertas del Cielo se han abierto, la fiesta de la unidad con su infinito goce nos espera. El recuerdo de lo que siempre hemos sido se ha restablecido definitivamente, hemos despertado del sueño de separación, pues ”El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste."
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.