LECCIÓN 274 Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 274

 Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada.

 

1. Padre, hoy quiero dejar que todas las cosas sean como Tú las creaste y ofrecerle a Tu Hijo el honor que se merece por su impecabilidad; el amor de un hermano hacia su hermano y Amigo. 2De ese modo soy redimido. 3Y del mismo modo, la verdad pasará a ocupar el lugar que antes ocupaban las ilusiones, la luz reemplazará toda oscuridad y Tu Hijo sabrá que él es tal como Tú lo creaste.


2. Hoy nos llega una bendición especial de Aquel que es nuestro Padre. 2Dedícale a Él este día, y no tendrás miedo de nada hoy, pues el día habrá sido consagrado al Amor.






AUDIOS de la Lección 274
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 274
A través de Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 274
a través de Martin Musarra


Lección 274
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda





























LECCIÓN 274

Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo.


Comentada por: 

Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


Jesús, en esta lección, trata de la necesidad de alejarnos del miedo y encaminarnos al amor, al cual nos resistimos.


Nos dice Jesús:


”Padre, hoy quiero dejar que las cosas sean como Tú las creaste y dar a Tu Hijo el honor que se merece por su impecabilidad; el amor de un hermano hacia su hermano y amigo. De ese modo soy redimido”.


Aquí, Jesús, se refiere a las cosas reales, es decir, a las cosas creadas por Dios. Este mundo del ego, montado sobre ilusiones, no lo creó Dios. Jesús, nos llama a utilizar la visión de Cristo para trascender este mundo de miedo buscando la unidad con los hermanos y ayudándolos a despertar. Viendo en ellos su inocencia y su impecabilidad, viendo en ellos amor y no miedo.


Esto nos lo enseña en el capítulo 28 sección III:


”No tengas miedo, hijo mío, sino más bien deja que los milagros iluminen dulcemente tu mundo. Y allí donde la diminuta brecha parecía interponerse entre tu hermano y tú, únete a él”. T-28.III.8:1-2


Importante llamado de Jesús a que pidamos los milagros que corrijan nuestra mente, de tal manera, que podamos ver en nuestro hermano no un enemigo, con el cual amplío la brecha de la separación, sino un salvador al mostrarme lo que necesito sanar y perdonar. Pidamos milagros para superar el miedo, de la mano de Jesús y del Espíritu Santo. El problema es que no sólo le tenemos miedo a los hermanos y a Dios sino al mismo amor. 


No creemos que somos amor. Esto lo explica Jesús en el capítulo 13 sección III:


”Bajo los tenebrosos cimientos del ego yace el recuerdo de Dios, y de eso es de lo que realmente tienes miedo. Pues este recuerdo te restituiría instantáneamente al lugar donde te corresponde estar, del cual te has querido marchar. El miedo al ataque no es nada en comparación con el que le tienes al amor. Estarías dispuesto incluso a examinar tu salvaje deseo de dar muerte al Hijo de Dios, si pensases que eso te podría salvar del amor. Pues este deseo causó la separación, y lo has protegido porque no quieres que este cese”. T-13.III. 2:1-5


No quiero unirme a mi hermano y a Dios, para no dejar mi deseo de ser especial, para no dejar mi pequeño mundo de relaciones especiales, para no perdonar los errores de mi hermano. Soy redimido cuando me uno al amor y no al miedo. Pero, prefiero no hacerlo y más bien elijo crucificarme en los resentimientos, en la culpa, en el miedo.


Jesús, nos llama hoy a dedicarle este día al Amor. Al Amor de Dios, nuestro Creador. Nos llama a sanar los pensamientos de miedo que no se justifican pues Dios no nos va a castigar.


”Y del mismo modo, la verdad pasará a ocupar el lugar que antes ocupaban las ilusiones, la luz reemplazará toda obscuridad y Tu Hijo sabrá  que él es tal como Tú lo creaste”. 


Con relación al tema del Cristo


Nos dice Jesús en el tema especial 6. ¿Qué es el Cristo?:


”Tu mente es parte de la Suya, y Ésta de la tuya. Él es la parte en la que se encuentra la Respuesta de Dios, y en la que se han tomado todas las decisiones y a los sueños les ha llegado su fin”.


Recordemos que la mente es una sola mente y esa mente está dividida en el ego y el Espíritu y en el medio estaría el tomador de decisiones que escoge a cuál de los dos sigue. Nuestra mente hace parte de la mente de Cristo. En Cristo se encuentra la Respuesta de Dios, el Espíritu Santo, que fue creado por Dios cuando surgió la creencia en la separación para que nos ayude a salir de este sueño y regresar a casa. Pero esta separación de Dios nunca se dio. El problema es que nosotros creemos que fue real y por eso están el Espíritu Santo y Jesús para ayudarnos a despertar del sueño de la separación.



Proceso de práctica de la lección



Tener momentos con Dios por la mañana y por noche


Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.


Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.


En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.


En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:


”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)


Recordatorios cada hora. 


Cada hora recordaremos a Dios.

Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.


Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 


Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.


 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.


Respuesta a la tentación.


Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.


Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.






LECCIÓN 274

 Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada.


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


En las últimas lecciones hemos estado explicando la metodología de las enseñanzas del Curso.  Comentábamos la utilización de opuestos, por un lado, las afirmaciones, y por otro lado, las negaciones. Las lecciones nos exhortan a negar el ego como el intérprete de nuestras  experiencias, y en su lugar, nos invita a tener   al Espíritu Santo como nuestro maestro y guía. Así es la dinámica pedagógica del  Curso. Se niega lo que no somos, para afirmar lo que somos. 


 En la lección de hoy se utilizan los dos opuestos simultáneamente, por un lado, se afirma el amor, y por el otro, se  niega el miedo. Al mismo tiempo se afirma la verdad a la vez que se niega la ilusión: "Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada."


Igualmente, la  idea del día nos permite, resaltar otro aspecto de la pedagogía del Curso, el manejo del tiempo. Las lecciones siempre buscan situarnos en el momento presente, palabras como "Este día", "Hoy", "Ahora", "momento presente". "instante santo" etc, nos enseñan que siempre debemos situarnos desde el presente, pues sólo en el ahora podemos conectar con el Ser que somos, si nos situamos en el pasado o en el futuro, entramos en los terrenos ilusorios del ego. El perdón busca que sanemos el  pasado, y pongamos el futuro en Manos de Dios, con lo que liberamos el presente, lo que nos permite experimentar nuestra verdadera naturaleza amorosa. El instante santo solo lo podemos experimentar en el presente. 


El Curso nos dice que el miedo es ausencia de amor. Y que el Amor perfecto deshace todo miedo. 

En un mundo de opuestos y conflictos, de juicios y condenas, vemos a los otros como competidores o enemigos, que nos pueden hacer daño o destruir, por lo tanto, levantamos defensas y contra atacamos, esa es la dinámica del ego en este mundo. El miedo está presente consciente e inconscientemente en nuestra mente. El amor parece haber sido desterrado, pues la separación ha desunido lo que siempre el amor ha  mantenido unido. Pero es sólo una  ilusión. El Hijo de Dios sigue siendo tal como Dios lo creó, eterno, inmutable, impecable, unido con toda la Creación, y por siempre amoroso. Así que cuando decimos que este día le pertenece al amor, estamos diciendo que el amor es nuestra fortaleza, nuestra seguridad, y por lo tanto, el miedo no nos puede afectar hoy, pues estoy siendo abrigado y protegido por un amor que es absolutamente invulnerable. 

 

ORACION DEL DIA:


"Padre, hoy quiero dejar que todas las cosas sean como Tú las creaste y ofrecerle a Tu Hijo el honor que se merece por su impecabilidad; el amor de un hermano hacia su hermano y Amigo. De ese modo soy redimido. Y del mismo modo, la verdad pasará a ocupar el lugar que antes ocupaban las ilusiones, la luz reemplazará toda oscuridad y Tu Hijo sabrá que él es tal como Tú lo creaste."


Cuando reconocemos nuestra verdadera identidad, podemos tomar la decisión a favor del amor  negando la realidad del miedo. Dedícale este día a Dios y Su amor nos bendecirá, contemplando con bondad amorosa a todos aquellos que antes veíamos como enemigos y que ahora vemos como hermanos. El perdón ha restablecido la verdad. "Hoy nos llega una bendición especial de Aquel que es nuestro Padre. Dedícale a Él este día, y no tendrás miedo de nada hoy, pues el día habrá sido consagrado al Amor."

El amor es lo único que existe, si consagro este día al amor,  no permitiré que los pensamientos de miedo entren en mi mente santa. 


PRACTICA:


Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:


"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)


No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz  y nuestra felicidad. 



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