La libertad de la creación garantiza la mía.
1. Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo. 2Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar 3Pero en realidad sus sueños ya se acabaron, y la verdad ocupa su lugar. 4Ahora él es libre. 5¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?
2. Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. 2Mi Padre ama a aquel a quien creó como Su Hijo. 3¿Me negarías, entonces, los regalos que me hiciste?
AUDIOS de la Lección 279
de CELEBRANDO EL MILAGRO
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Lección 279 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 279
La libertad de la Creación garantiza la mía.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
En esta lección, Jesús, retoma el tema de Cristo que estamos viendo. La Creación es del Padre y de Su Hijo, de Cristo. Dios, creó a Su Hijo, como una extensión de Su Espíritu. La función del Hijo, en el Cielo, es crear, así como Su Padre lo hizo al crearlo a Él. Se está en el Conocimiento, en la unidad. En este mundo del sueño del ego, la mente que se cree separada de Dios se encuentra en la percepción y no crea, sino que fabrica. Hoy, Jesús, dice que vea en mi hermano el Cristo que es quien goza de todas las cualidades de Dios, incluida la de la libertad de crear, para, de esta manera, garantizar mi libertad de crear como el Cristo que también soy. Esto implica tener la visión de Cristo.
Nos dice Jesús:
”Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo”.
Se me ha prometido el fin de la creencia en la separación. Por el principio de la Expiación la separación nunca ha existido. Se me ha prometido el fin de los sueños de miedo del ego: ya hemos sido salvados.
Esto lo aclara Jesús en la lección 234:
”Te damos gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados”. L-234. 2:2
Continúa, Jesús, en la lección:
”Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar”.
En los sueños de separación renuncio a verme como Espíritu y me aprisiono en un cuerpo como medio de defenderme del posible castigo de Dios. Espero que en el futuro se me den las mejores condiciones, alcance los méritos que creo ahora no tener, desconociendo que el único tiempo que existe es el presente donde ya lo tengo todo, como el Cristo que soy.
”Pero en realidad sus sueños ya se acabaron y la verdad ocupa su lugar”, nos dice Jesús.
Los sueños de separación ya se acabaron. Nunca se dieron, de hecho, porque la separación de Dios nunca ocurrió. Este es el principio de la Expiación.
Jesús, nos describe este proceso así en el capítulo 27 sección VIII:
”Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios, olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno. A causa de su olvido ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos “reales”. T-27.VIII.6:2-3
Es una locura desear separarse de la Unidad, del Amor, de la Paz de Dios. Es para reírse. El problema es que el Hijo de Dios se lo tomó en serio y fabricó este mundo y el cuerpo. Pero, Jesús, nos enseña que podemos salir de este sueño cuando lo queramos. Se trata de ir al instante santo, al altar al Nombre de Dios que hay en nuestra mente y depositar ante este altar las azucenas del perdón, la ofrenda que le llevamos a Dios cuando oramos.
De esa manera vamos sanando la mente para que pueda decir:
”Ahora el es libre. ¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?”
Mi Padre, me ofrece la libertad, la paz, Su Amor, mi Ser. Quiero decidirme a aceptar sus regalos. Mi Padre quiere lo mejor para mí. No quiere que sufra por mis pensamientos de ataque y condenatorios que fabrico siguiendo al ego. Quiere que vea los milagros que hay para mí. La aceptación de sus regalos es el regalo que le ofrezco. Acepto de buen grado Su Voluntad: que para mí sólo hay perfecta felicidad.
Vale la pena que recordemos a lo largo del día la oración de la lección:
Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. Mi Padre ama a Aquel a Quien creó como Su Hijo. ¿Me negaría, entonces, los regalos que me hizo?
Con relación al tema del Cristo
Jesús, nos dice en el tema especial 6. ¿Qué es el Cristo?:
”Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. Pues cuando el perdón descanse sobre el mundo y cada uno de los Hijos de Dios goce de paz, ¿qué podría seguir manteniendo las cosas separadas, cuando lo único que aún queda por verse es la faz de Cristo?”.
El Espíritu Santo transformará todos los sueños de temor del ego por el sueño de perdón total del mundo del ego en el proceso de la Expiación. Esto implica estar en la percepción verdadera, haber sanado la mente, de tal manera, que se vea la faz de Cristo, el rostro de Cristo en todos los hermanos: en ellos sólo se ve impecabilidad e inocencia. La faz de Cristo es el gran símbolo del perdón, es la salvación, es el símbolo del mundo real. Cuando se ve con la faz de Cristo, se deja de ver este mundo de conflicto.
Ver el Cristo en todo es una experiencia interna, no es una imagen visual. Se ve en todos los hermanos el Hijo de Dios, lo que implica que el fin de los sueños prometido por Dios, de lo que nos habla la lección de hoy, se cumplió.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
”La libertad de la creación garantiza la mía.”
Lección 279
"Mi libertad para elegir dentro del sueño se me garantiza en virtud del hecho de que soy libre en el Cielo. Esa es mi realidad, reflejada aquí en el mundo de la elección. Por lo tanto, los sueños de aprisionamiento del ego no han tenido ningún efecto en la libertad que Dios me dio en mi creación, y que ahora felizmente ejerzo en nombre de mi Ser.
(1) «Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo. Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar. Pero en realidad sus sueños ya se acabaron, y la verdad ocupa su lugar. Ahora él es libre. ¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?»
Quiero aprender que mi experiencia aquí es un sueño, y que no me hará feliz. Es un sueño que me aprisiona en un cuerpo, así como en mis pensamientos extraños y locos. Pero también puedo elegir estar fuera del sueño, y como continuamente elijo hacerlo a través del instante santo, recuerdo más y más frecuentemente que mi realidad es el único Hijo de Dios, la fuente de la verdadera libertad. Lee estas inspiradoras palabras de “Los Regalos de Dios”:
“Cuán gozoso y santo es nuestro camino cuando la muerte no tiene dominio, y el sueño de separación, agonía y pérdida ha sido disipado para siempre. No pienses que nada de lo que los regalos del miedo ofrecen vale la pena ni un instante de vacilación, cuando la puerta del Cielo está ante ti y el Cristo de Dios está esperando tu regreso. Estad quedos y escuchadle, porque Su llamada a vosotros no puede ser más insistente ni más querida, porque no es más que la llamada del Amor mismo, que no dejará de hablaros de Dios....Cuán amado eres, una parte de Cristo, en Quien todo regalo de Dios yace para siempre, sin el cual Él está incompleto, Quien es la compleción de Su Padre. ¿Puede un sueño destruir una verdad tan santa y tan pura que abarca toda la verdad y no deja nada más allá de sí misma? Puedes traicionar un amor tan perfecto que sus regalos se convierten en unicidad, y este único regalo es todo lo que hay para dar y recibir? Oh, venid y dejad que la creación sea de nuevo todo lo que siempre fue y seguirá siendo por siempre y para siempre. Que al sueño del tiempo se le dé su fin señalado, y que el Hijo de Dios se apiade de sí mismo.” (Los Regalos de Dios, pp. 121-22).
Reconociendo el dolor de nuestros aprisionantes sueños de separación y especialismo, felizmente elegimos el camino de la libertad al ver a nuestros hermanos como nosotros mismos, y llegamos a aprender que somos el Cristo que Dios creó uno con Él. Atrás han quedado las cadenas del pecado y de la muerte, y damos gracias de que nuestros pensamientos erróneos no tuvieran ningún efecto sobre la realidad. El Hijo de Dios «es» Su Hijo.
(2) «Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. Mi Padre ama a aquel a quien creó como Su Hijo. ¿Me negarías, entonces, los regalos que me hiciste?»
Por supuesto que Dios no lo haría, pero nosotros ciertamente lo haríamos, y creemos que lo hemos hecho. Así Jesús nos anima a dar a nuestro Padre el regalo de aceptar Su Amor:
“Hemos hablado de los regalos de Dios para ti. Ahora también debemos hablar de aquellos que puedes darle a Él. Porque estos completan Su dar, como es el Suyo para ti lo que te hace completo. Dar es gozo, santidad y curación. Aquí está tu respuesta al mundo, y también la de Dios. Porque aquí es donde te unes a Él, Su semejanza es tuya sólo en esto.” (Los Regalos de Dios, p.123).
Nuestra unicidad garantiza que a pesar de los mejores intentos de nuestro ego, no podemos sino aceptar los regalos de Dios - Su promesa para nosotros es la nuestra para Él. El Padre ama a Su Hijo, y el Hijo le devuelve ese amor, porque el amor sólo puede darse a sí mismo."
Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
Kenneth Wapnick
”La libertad de la creación garantiza la mía.”
Lección 279
"Mi libertad para elegir dentro del sueño se me garantiza en virtud del hecho de que soy libre en el Cielo. Esa es mi realidad, reflejada aquí en el mundo de la elección. Por lo tanto, los sueños de aprisionamiento del ego no han tenido ningún efecto en la libertad que Dios me dio en mi creación, y que ahora felizmente ejerzo en nombre de mi Ser.
(1) «Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo. Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar. Pero en realidad sus sueños ya se acabaron, y la verdad ocupa su lugar. Ahora él es libre. ¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?»
Quiero aprender que mi experiencia aquí es un sueño, y que no me hará feliz. Es un sueño que me aprisiona en un cuerpo, así como en mis pensamientos extraños y locos. Pero también puedo elegir estar fuera del sueño, y como continuamente elijo hacerlo a través del instante santo, recuerdo más y más frecuentemente que mi realidad es el único Hijo de Dios, la fuente de la verdadera libertad. Lee estas inspiradoras palabras de “Los Regalos de Dios”:
“Cuán gozoso y santo es nuestro camino cuando la muerte no tiene dominio, y el sueño de separación, agonía y pérdida ha sido disipado para siempre. No pienses que nada de lo que los regalos del miedo ofrecen vale la pena ni un instante de vacilación, cuando la puerta del Cielo está ante ti y el Cristo de Dios está esperando tu regreso. Estad quedos y escuchadle, porque Su llamada a vosotros no puede ser más insistente ni más querida, porque no es más que la llamada del Amor mismo, que no dejará de hablaros de Dios....Cuán amado eres, una parte de Cristo, en Quien todo regalo de Dios yace para siempre, sin el cual Él está incompleto, Quien es la compleción de Su Padre. ¿Puede un sueño destruir una verdad tan santa y tan pura que abarca toda la verdad y no deja nada más allá de sí misma? Puedes traicionar un amor tan perfecto que sus regalos se convierten en unicidad, y este único regalo es todo lo que hay para dar y recibir? Oh, venid y dejad que la creación sea de nuevo todo lo que siempre fue y seguirá siendo por siempre y para siempre. Que al sueño del tiempo se le dé su fin señalado, y que el Hijo de Dios se apiade de sí mismo.” (Los Regalos de Dios, pp. 121-22).
Reconociendo el dolor de nuestros aprisionantes sueños de separación y especialismo, felizmente elegimos el camino de la libertad al ver a nuestros hermanos como nosotros mismos, y llegamos a aprender que somos el Cristo que Dios creó uno con Él. Atrás han quedado las cadenas del pecado y de la muerte, y damos gracias de que nuestros pensamientos erróneos no tuvieran ningún efecto sobre la realidad. El Hijo de Dios «es» Su Hijo.
(2) «Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. Mi Padre ama a aquel a quien creó como Su Hijo. ¿Me negarías, entonces, los regalos que me hiciste?»
Por supuesto que Dios no lo haría, pero nosotros ciertamente lo haríamos, y creemos que lo hemos hecho. Así Jesús nos anima a dar a nuestro Padre el regalo de aceptar Su Amor:
“Hemos hablado de los regalos de Dios para ti. Ahora también debemos hablar de aquellos que puedes darle a Él. Porque estos completan Su dar, como es el Suyo para ti lo que te hace completo. Dar es gozo, santidad y curación. Aquí está tu respuesta al mundo, y también la de Dios. Porque aquí es donde te unes a Él, Su semejanza es tuya sólo en esto.” (Los Regalos de Dios, p.123).
Nuestra unicidad garantiza que a pesar de los mejores intentos de nuestro ego, no podemos sino aceptar los regalos de Dios - Su promesa para nosotros es la nuestra para Él. El Padre ama a Su Hijo, y el Hijo le devuelve ese amor, porque el amor sólo puede darse a sí mismo."
Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 279
"La libertad de la creación garantiza la mía."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
El estado del Cielo es de total libertad. En esa libertad fuimos creados. Y esa misma libertad garantiza la nuestra, para renunciar a este mundo, y elegir el amor, la paz y la dicha que siempre han sido nuestras.
La salvación es una promesa que el amor se hace a sí mismo, pues el Amor tiende a la unidad, a la integración. "Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo." Uno de nuestros principales obstáculos para nuestro despertar, es el temor a Dios, el creer que lo hemos ofendido y que nos castigará, de ahí que un tema recurrente del mensaje de Jesús sea: "el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo." fuimos nosotros quienes creímos abandonar a nuestro Padre, y podremos regresar como el Hijo prodigo, con la certeza que Él nos recibirá con los brazos abiertos y lleno de júbilo.
La separación es un sueño, y creemos ser prisioneros de las leyes de este mundo, y desde esa hipotética prisión, esperamos una libertad que ya poseemos como Hijos de Dios. "Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar." Al despertar del sueño, la consciencia de libertad aflorará en toda su dimensión, no hay ningún futuro que esperar, pues la verdadera libertad no está sujeta a los límites del tiempo.
El Curso busca llevar nuestra mente de los estrechos límites del tiempo de este mundo, a la dimensión de lo ilimitado de la eternidad, y en ese movimiento, no dejamos de sorprendernos: "Pero en realidad sus sueños ya se acabaron, y la verdad ocupa su lugar." Aquí vemos como se contraponen el tiempo y la eternidad. Desde el tiempo, nosotros nos experimentamos en este mundo, desde la eternidad, el tiempo ya terminó, y la verdad ocupa el lugar que antes parecían ocupar las ilusiones.
"Ahora él es libre." si asumo mi verdadera identidad como Hijo de Dios, perdono todas las falsas creencias acerca de mi, entonces puedo experimentar la libertad que siempre he tenido. En ese caso, "¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?" En otras palabras, para que seguir esperando ser libre, si puedo serlo ahora, eligiendo el amor y el perdón. El tiempo es ahora, pues no hay más tiempo que el momento presente.
ORACIÓN DEL DÍA:
"Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. Mi Padre ama a aquel a quien creó como Su Hijo. ¿Me negarías, entonces, los regalos que me hiciste?"
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.