LECCIÓN 278 Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 278

 Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.
 
1. Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo. ²Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles. ³Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser. ⁴Y significa asimismo que no formo parte de la realidad en absoluto, ⁵pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de la verdad.

2. Padre, lo único que pido es la verdad. ²He tenido muchos pensamientos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo. ³Hoy no quiero soñar. ⁴Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. ⁵Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro.




AUDIOS de la Lección 278
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Lección 278
a través de Mariano Noé


Ocurrir de la Lección 278
a través de Martin Musarra


Lección 278 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda



































LECCIÓN 278
Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


Esta lección es un desarrollo de la de ayer.
Jesús nos dice:
“Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente  vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo”.

El cuerpo surge como producto de la creencia en la separación de Dios con lo cual aparece el pecado o separación o ausencia de amor, la culpa y el miedo. 

Por eso, nos dice Jesús:

”Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles”.

Las leyes que el mundo obedece están basadas en la trilogía del ego: el pecado, la culpa y el miedo. Jesús, las llama las leyes del caos. Pueden estudiarlas en el Texto capítulo 23 .II. Un breve resumen de ellas sería:

Primera ley: La verdad es diferente para cada persona.

Habría diferentes verdades, grados niveles. Cada cual anda por el mundo creyendo su propia verdad y construyendo su propio mundo particular de acuerdo a ella, así tenga que pasar por encima de los otros. 

Segunda ley: ”No hay nadie que no peque”.

Por lo tanto, todo el mundo merece ataque y muerte. Este principio está muy ligado al primero. Es la exigencia de que el error merece castigo y no corrección. Contrario a la enseñanza de Jesús del perdón y la Expiación o la entrega al Espíritu Santo de nuestros errores, para que Él los corrija.

Tercera ley: ”Dios nos va a castigar”.

Dios nos va a castigar, tarde que temprano. Cometimos, al creer separarnos, de Él un crimen imperdonable. Lo cual contradice la enseñanza de Jesús: Dios no nos va a castigar. Él es un Dios amoroso. Él nos ve siempre inocentes y no culpables. 

Cuarta ley: ”Posees aquello de lo que te apropias”.

De acuerdo a esta ley para que yo gane otro tiene que perder. Siempre habrá prevención y desconfianza. Contrario a esta ley, Jesús, nos ha enseñado que sólo nos damos a nosotros mismos, que dar es lo mismo que recibir y que cuando se pide la intervención del Espíritu Santo, Él nos ayudará para que nadie salga perdiendo.
 
Estas cuatro leyes que, Jesús, llama con razón del caos, explican la dinámica de conflicto en la que se mueve este mundo de la separación en la que nos creemos aprisionados. 

Por eso, nos dice Jesús en la lección:

”Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser. Y significa asimismo que no formo parte de la realidad en absoluto, pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de ella”.

Si me siento encadenado por las leyes del caos que se potencian con mi deseo de ser especial, con el hecho de no querer soltar el pasado y del valor que le doy a las relaciones especiales, de esa manera, desconozco que la verdad es Dios y Sus creaciones y he decidido vivir en el mundo de las ilusiones, del miedo y del conflicto. He desconocido que mi objetivo es Dios y que mi propósito es perdonar las ilusiones. La oración de la lección precisa la salida que necesito:

”Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamientos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo. Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro”.

Con relación al tema de Cristo

Jesús nos dice en el tema especial 6. ¿Qué es el Cristo?:

”El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad”.

Cuando salgo del sueño, con la ayuda del Espíritu Santo y mediante el perdón, en el que estoy aprisionado y pretendo aprisionar a Dios, como vimos en la lección de hoy, entro en lo que, Jesús, llama el sueño feliz. En el sueño feliz el Espíritu Santo corrige los sueños de dolor y sufrimiento del ego, alimentados por sus leyes del caos. Es un estado mental de paz, de plenitud, de júbilo, de no conflicto. Sigue siendo un sueño al estar en este mundo, pero es feliz. No ve culpa por ninguna parte, ni hay juicios que originen ataques e ira. Se está en el presente y se ve a los hermanos como lo que son: Hijos de Dios. Es el sueño de perdón que nos aproxima al mundo real.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.

Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda










«Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.» (Lección 278)

"Si tú o yo estamos aprisionados, Dios debe estarlo también, porque somos uno; si niego la unicidad de la Filiación, niego la realidad de la creación y así niego la realidad de Dios. Sin embargo, se trata de una distorsión de la verdadera Unicidad de Padre e Hijo, porque somos uno en el Amor de Dios y en la libertad de Su Voluntad.

(1:1-2) «Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo. Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles.» 

Así, he hecho a Dios tan demente como yo, recordando las segunda y tercera leyes del caos (T-23.11.4-8) - el cuerpo pecaminoso es real, Dios creó el cuerpo, y por lo tanto Él debe estar loco porque cree en la separación, el nacimiento y la muerte. No se nos pide, cuando nos encontramos en los peldaños inferiores de la escalera, que neguemos que somos un cuerpo sujeto a las leyes físicas. Por ejemplo, si hace frío afuera usas un abrigo, y no cruzas la calle en el camino de los autos que vienen en dirección contraria. Obedeces las leyes del mundo, pero con la conciencia de que lo que estás obedeciendo es inherentemente una ilusión. Recordemos la discusión en la Lección 76: “No me gobiernan otras leyes que las de Dios.” La única ley que realmente quieres obedecer es el perdón, que te permite elegir ser feliz - en paz en lugar de en conflicto.

(1:3-5) «Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser. Y significa asimismo que no formo parte de la realidad en absoluto, pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de la verdad.» 

Mientras me identifique con mi cuerpo, estoy sujeto a sus leyes. Sin embargo, Jesús enseña que mi experiencia me engaña, porque el cuerpo no es mi realidad. El plan de estudios de su curso inicia conmigo desde donde creo que estoy - el cuerpo - y me lleva a donde estoy realmente en el sueño - la mente. No se me pide que niegue las leyes del cuerpo, sino únicamente que las interprete a través de las leyes del perdón. Recuerda, estar aprisionado no tiene nada que ver con lo físico, sino sólo con la decisión de la mente en favor del ego.

(2:1-2) «Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamientos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo.» 

La verdad no puede venir a nuestra conciencia sin antes darnos cuenta de que estábamos equivocados. Por lo tanto, comenzamos por reconocer nuestras falsas creencias. Estos pensamientos descabellados acerca de nosotros mismos y de los demás se relacionan con un cuerpo gobernado por las leyes del especialismo: alguien gana, otro pierde; alguien obtiene algo, otro ya no lo posee.

(2:3-5) «Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro.»

En la mente recta, habiéndonos dado cuenta de que cometimos un error, elegimos seguir el camino de la ley del perdón. Es una ley de la mente que, sin embargo, no nos pide hacer caso omiso de las leyes del mundo o el cuerpo. El perdón simplemente nos pide que las pongamos en su justa dimensión: las leyes del ego son verdaderas dentro del sueño, pero existen para nosotros ahora sólo para que podamos aprender que nuestra realidad está fuera de ellas. En verdad, seguimos siendo tal como Dios nos creó - en libertad y en amor."

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.













LECCIÓN 278
 
"Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

La idea del día nos parece una paradoja. ¿Puedo realmente aprisionar a Dios? Claro que no. Metafísicamente es un imposible. 

Pero si soy una extensión de Dios, y creo estar  aprisionado por los límites que parecen  imponerme las leyes del mundo, entonces voy a creer que esos límites también aprisionan a Dios. 

En mi país el secuestro extorsivo ha sido una práctica criminal muy frecuente durante las últimas 5 décadas. Cuando secuestran a alguien, toda la familia queda secuestrada, su vida cotidiana cambia en función de la libertad de su familiar, y se sienten vigilados y controlados tanto por la policía como por los secuestradores, se sienten aprisionados por unas situaciones externas a ellos, sienten que han perdido el control de sus vidas. No recuperan la tranquilidad hasta que se logre la libertad de su familiar, ya sea que paguen el rescate, su familiar se fugue o la policía lo rescate. Algo de sí mismos les ha sido arrebatado, se sienten incompletos y han perdido la paz. 

No se si esta analogía sirva para explicar la idea del día, pero me llegó al momento de comentarla. Cuando hacemos parte de algo y nos vemos separados de ello, pensamos que esa otra parte va a sufrir las mismas experiencias, se dice también, que los hermanos gemelos  experimentan con frecuencia este tipo de experiencias. 

 En el caso de la idea del día, nuestra culpa inconsciente nos lleva a pensar que hemos arrastrado a Dios en nuestra locura. "Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo." Si yo sufro y muero, pienso que a Dios le ocurrirá lo mismo. Si las leyes del mundo aprisionan al Hijo, también aprisionan al Padre. Los mismos juicios con que aprisiono a mis hermanos, los extiendo a Dios, al fin y al cabo, Él es el "culpable" de lo que me sucede por haberme "expulsado" del Paraíso, esa es la idea subyacente tras la separación, la culpa es del Amor que me creó. 

Así que no sólo proyecto contra mis hermanos mis culpas y miedos sino que también las proyecto sobre Dios "Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles."

De tal manera que si me siento atrapado por las leyes del mundo, he olvidado quien soy, Quien es mi Padre, y que solo puedo ser gobernado por la leyes del amor.  "Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser."

La libertad es una condición del estado del Cielo, si me siento aprisionado, estoy por fuera del amor y la paz, que son mi realidad inmortal, pareciera que la verdad no hiciera parte de mi. "Y significa asimismo que no formo parte de la realidad en absoluto, pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de la verdad." La única manera de salir de esta trampa es despertando del sueño de separación, el  perdón es la herramienta y el camino que nos conduce de regreso a la verdad y el amor, no hay otro camino, pues no existe nada más que el amor, esa es la verdad de lo que somos. 

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamientos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo. Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro.".

 La búsqueda de la verdad ha sido un anhelo de la humanidad, los antiguos griegos la llamaron filosofía, es la indagación sobre los orígenes, sobre la causa de las causas, nuestra verdadera Fuente, y sólo la encontraremos a través del perdón que remueve todos los obstáculos que nos impiden experimentar la luz de la verdad, que se encuentra salvaguarda en los serenos Brazos del Amor. 
 
PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "6. ¿Qué es el Cristo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 


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