LECCIÓN 288 Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 288

Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.

1. Éste es el pensamiento que me conduce a Ti y me lleva a mi meta. 2 No puedo llegar hasta Ti sin mi hermano.3 Y para conocer mi Fuente, tengo primero que reconocer lo que Tú creaste uno conmigo. 4 La mano de mi hermano es la que me conduce a Ti. 5 Sus pecados están en el pasado junto con los míos, y me he salvado porque el pasado no existe. 6 Que no lo siga atesorando en mi corazón, pues me desviaría del camino que me lleva a Ti. 7 Mi hermano es mi salvador. 8 Que no ataque al salvador que Tú me has dado. 9 Por el contrario, que honre a aquel que lleva Tu Nombre para así poder recordar que es el mío también.

2. Perdóname hoy. 2 Y sabrás que me has perdonado si contemplas a tu hermano en la luz de la santidad. 3 Él no puede ser menos santo que yo y tú no puedes ser más santo que él.



AUDIOS de la Lección 288
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 288
A través de Mariano Noé 


Ocurrir de la Lección 288
a través de Martin Musarra


Lección 288
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda































LECCIÓN 288


Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.

Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Esta es una lección que cuestiona pues, cargamos muchos pensamientos no amorosos en relación a nuestros hermanos que nos negamos a soltar, que no queremos olvidar y, para los cuales, en muchas ocasiones, deseamos lo peor. 

 Jesús nos dice:

”Este es el pensamiento que me conduce a Ti y me lleva a mi meta. No puedo llegar a Ti sin mi hermano”.

Éste es un pensamiento de unidad. Dios es Unidad. Nuestro principal problema es la creencia en la separación de Dios, que se expresa en todas las relaciones que se establecen con nuestros hermanos, cuando estamos bajo la dirección del ego. Y la solución que quiere Dios es la unidad: con nuestros hermanos y con Dios. 

”Y para conocer mi Fuente, tengo primero que reconocer lo que Tú creaste uno conmigo. La mano de mi hermano es la que me conduce a Ti. Sus pecados están en el pasado junto con los míos, y me he salvado porque el pasado no existe. Que no lo siga atesorando en mi corazón pues me desviaría del camino que me lleva a Ti”.

Reconozco que mi Fuente es Dios. Que soy tal como Dios me creó al igual que mi hermano. Cuando, Jesús, dice que no puedo llegar a Dios sin mi hermano es en el sentido de que, en mi mente, no excluyo a mi hermano y he perdonado todo lo que me separe de él y lo considero tan merecedor de estar con Dios, como yo. Jesús, nos llama a aceptar que el pasado no existe. Esto no lo aceptamos porque seguimos aferrados a los errores que creemos nuestros hermanos cometieron para, así, mantenernos separados. Para el ego el pasado es muy importante. Impone la creencia de que hay que pagar en el futuro los errores del pasado desconociendo el único tiempo donde podemos hacer cambios: el presente.

 Se trataría de corregir, en el presente, los errores del pasado, de tal manera, que el futuro pueda ser diferente. Esa corrección la realizamos mediante el perdón y la guía del Espíritu Santo y de Jesús. Esto lo conseguimos en el instante santo. Recordemos que el instante santo es aquel momento en que avanzamos en nuestra conexión con Dios, nos olvidamos del pasado, no hacemos juicios pues nuestra mente se acalla, nos olvidamos del cuerpo, sentimos la paz, la dicha, el amor y el sentirnos unidos a nuestros hermanos y a Dios. En esos instantes podemos avanzar años en nuestro desarrollo espiritual. 

”Mi hermano es mi salvador. Que no ataque al salvador que Tú me has dado. Por el contrario, que honre a aquel que lleva tu Nombre para así poder recordar que es el mío también”.

Mi hermano es mi salvador. Los errores que veo en mi hermano son producto de mis propias proyecciones. Jesús, nos ha enseñado que, así como vea a mi hermano, me veré a mí mismo. Jesús, nos llama a honrar a nuestros hermanos quienes también llevan el Nombre de Dios, el Ser de Dios, como nosotros.
 
En la explicación de la lección, Jesús, nos dice que lo perdonemos. En realidad no tenemos que perdonarle nada. Lo que hemos hecho, siguiendo al ego, es descargarle nuestras proyecciones de pecado o falta, culpa y miedo.
 
”Perdóname hoy. Y sabrás que me has perdonado si contemplas a tu hermano en la luz de tu santidad. Él no puede ser menos santo que yo y tú no puedes ser más santo que él”.
 
Con relación al tema del Espíritu Santo

Jesús, nos dice en el tema especial 7. ¿Qué es el Espíritu Santo?:

”Desde el conocimiento, donde Dios lo ubicó, el Espíritu Santo te exhorta a dejar que el perdón repose sobre tus sueños para que puedas recobrar la cordura y la paz interior. Sin el perdón, tus sueños seguirán aterrorizándote”.

Si no perdono vivo atado a los resentimientos del pasado que me niego a soltar y en los cuales revivo, una y otra vez, con la misma intensidad que en el pasado, la situación que, supuestamente, me hizo mi hermano. Vivo aferrado a un pensamiento que no perdono que permanece ligado a un juicio, con el cual tergiverso los hechos para seguir separado de mi hermano. El mantenerme en esta situación no puede sino traerme miedo. Pero no estamos solos. El Espíritu Santo nos ayuda a superar el miedo.

Como nos dice Jesús en el capítulo 4. Sección I:

”Cuando sientas miedo, aquiétate y reconoce que Dios es real y que tú eres Su Hijo amado en Quien Él se complace”. T-4. I. 8:6

Mi hermano es mi salvador nos dice Jesús en la lección de hoy. Pidamos la ayuda del Espíritu Santo para Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.

Proceso de práctica de la lección


Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.











 Viaje x Lecciones UCDM
 Lección 288 - 
Que me olvide hoy del pasado de mi hermano. 

"Este olvido del pasado ocurre en el instante santo, cuando regresamos a casa cambiando nuestra percepción de los demás. Al dejar ir los pecados de los que mis resentimientos te acusaban, hago lo mismo por mí mismo - los pecados que percibí en ti son los pecados proyectados que primero hice realidad en mí. Así, vemos de nuevo la continuidad de las enseñanzas de Jesús sobre el perdón a lo largo de todo el libro de ejercicios.

(1:1-2) «Éste es el pensamiento que me conduce a Ti y me lleva a mi meta. No puedo llegar hasta Ti sin mi hermano.» 

Jesús no quiere decir esto en cuanto al comportamiento, porque no necesitamos un compañero literal para hacer este curso. Puesto que el mundo existe sólo en nuestras mentes, el mensaje de Jesús es para deshacer el sistema de pensamiento de «uno o el otro»: alcanzamos el cielo del ego a expensas de alguien más. Sin embargo, el verdadero Cielo se alcanza aceptando la corrección familiar del Espíritu Santo.

 “Y juntos alzaréis la mirada con fe o no la alzaréis en absoluto.” (T-19.IV-D.12:8)

(1:3-9) «Y para conocer mi Fuente, tengo primero que reconocer lo que Tú creaste uno conmigo. La mano de mi hermano es la que me conduce a Ti. Sus pecados están en el pasado junto con los míos, y me he salvado porque el pasado ya pasó. No permitas que lo siga abrigando en mi corazón, pues me desviaría del camino que me lleva a Ti. Mi hermano es mi salvador. No dejes que ataque al salvador que Tú me has dado. Por el contrario, déjame honrar a aquel que lleva tu Nombre, para así poder recordar que es el mío también.» 

Jesús habla de la Filiación como una sola cosa, y por lo tanto estate atento a los resentimientos que pudieran decir: "La Filiación de Dios está fragmentada y tengo pruebas. Mira lo que estos victimarios me han hecho a mí y a otros inocentes. Tú te equivocas, Jesús, y yo tengo razón: el Hijo de Dios no puede ser uno, porque hay una clara jerarquía entre el bien y el mal.” Justificamos nuestra posición usando el pasado para hacer que los pecados de otros sean reales, lo cual se convierte en nuestra defensa contra el instante santo donde los cuerpos pecaminosos no existen. Sólo el recuerdo del Amor de Dios permanece en la mente sanada, y es esto lo que tememos. Nuestro hermano se convierte en nuestro salvador, no por
las cosas especiales que él hace por nosotros, sino porque en él vemos el recuerdo del verdadero Hijo de Dios que había estado enterrado en nuestras mentes. Lo recordamos en la medida en que nos damos cuenta de que los resentimientos que abrigamos son los resentimientos que abrigamos contra nosotros mismos y contra Dios. Tal locura no puede hacernos felices, ni puede negarle el perdón a Jesús, como él nos dice ahora:

(2) «Perdóname hoy. Y sabrás que me has perdonado si contemplas a tu hermano en la luz de la santidad. Él no puede ser menos santo que yo, y tú no puedes ser más santo que él.»

Si abrigamos resentimientos contra Jesús, y la Filiación es una, debemos abrigarlos contra todos los demás. De la misma manera, sabemos que abrigamos resentimientos contra Jesús si abrigamos un resentimiento contra otro. La práctica exitosa del libro de ejercicios se basa en aceptar el hecho de nuestra unidad: como Cristo, pero también como egos. Si realmente amamos a Jesús, por lo tanto, y queremos aprender sus lecciones, ¿cómo podemos hacerlo si no aplicamos lo que él enseña? Cuando atacamos a otro, le decimos que él está equivocado, porque nuestra felicidad viene de tener razón y probar que esta otra persona está equivocada. Para demostrar nuestro amor por Jesús y nuestro deseo de seguirlo a casa, por lo tanto, necesitamos hacer lo que él dice. Cuando no lo hacemos, él nos pide que seamos conscientes de estos pensamientos sin sentirnos culpables, porque esta es la base de nuestro perdón a él y a nosotros mismos - el medio para recordar la santidad del Hijo de Dios."

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.









LECCIÓN 288

"Que me olvide hoy del pasado de mi hermano."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

El Curso nos dice que toda sanación es una sanación del pasado. Y nuestro pasado a sanar, no es más que deshacer los juicios que hicimos  contra nuestros hermanos, y contra nosotros mismos. Mientras nuestras mentes estén ocupadas con pensamientos del pasado seguimos esclavizados por nuestras culpas, juicios, resentimientos,  pensamientos de odio, venganza y ataque. En esas condiciones nuestro futuro no será más que una proyección del pasado cargado de miedos e incertidumbres. Como consecuencia de ello no experimentamos el presente, el único momento en que podemos contemplar a nuestros hermanos con amor. 

ORACIÓN DEL DÍA:

"Éste es el pensamiento que me conduce a Ti y me lleva a mi meta. No puedo llegar hasta Ti sin mi hermano. Y para conocer mi Fuente, tengo primero que reconocer lo que Tú creaste uno conmigo.  La mano de mi hermano es la que me conduce a Ti.  Sus pecados están en el pasado junto con los míos, y me he salvado porque el pasado no existe. Que no lo siga atesorando en mi corazón, pues me desviaría del camino que me lleva a Ti. Mi hermano es mi salvador. Que no ataque al salvador que Tú me has dado. Por el contrario, que honre a aquel que lleva Tu Nombre para así poder recordar que es el mío también."

No puedo llegar a Dios sino a través de mis hermanos. No puedo llegar a la unidad sino trascendiendo la separación, perdonando los juicios que he emitido contra mis hermanos. Pues si los sigo condenando,  "me desviaría del camino que me lleva a Ti." No puedo llegar al Cielo sin antes reconocer mi verdadero origen que comparto con mis hermanos. 

Si perdono todos los juicios que he emitido contra mis hermanos, he sanado mi pasado. Cuando sano mi pasado libero mi presente, y puedo conectar con lo único eterno y real que soy, y que comparto con mis hermanos: el Amor. 

"Perdóname hoy" por extraño o absurdo que nos parezca, Jesús nos pide que lo perdonemos a Él, de todos los juicios que hemos hecho contra todos nuestros hermanos representado en Su Nombre, que también son los juicios contra  Dios, pues la Creación es una. "Y sabrás que me has perdonado si contemplas a tu hermano en la luz de la santidad. Él no puede ser menos santo que yo y tú no puedes ser más santo que él." todos somos santos e impecables, pues fuimos creados por la impecabilidad Misma. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "7. ¿Qué es el Espíritu Santo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 






Share:

Facebook comments: