LECCIÓN 292
Todo tendrá un desenlace feliz.
1. Las promesas de Dios no hacen excepciones. 2Y Él garantiza que la dicha será el desenlace final de todas las cosas. 3De nosotros depende, no obstante, cuándo habrá de lograrse eso: hasta cuándo vamos a permitir que una voluntad ajena parezca oponerse a la Suya. 4Pues mientras pensemos que esa voluntad es real, no hallaremos el final que Él ha dispuesto sea el desenlace de todos los problemas que percibimos, de todas las tribulaciones que vemos y de todas las situaciones a que nos enfrentamos. 5Mas ese final es seguro. 6Pues la Voluntad de Dios se hace en la tierra, así como en el Cielo. 7Lo buscaremos y lo hallaremos, tal como dispone Su Voluntad, la Cual garantiza que nuestra voluntad se hace.
2. Te damos gracias, Padre, por Tu garantía de que al final todo tendrá un desenlace feliz. 2Ayúdanos a no interferir y demorar así el feliz desenlace que nos has prometido para cada problema que podamos percibir y para cada prueba por la que todavía creemos que tenemos que pasar.
LECCIÓN 292
Todo tendrá un desenlace feliz.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Esta es una lección de confianza en Dios. Todo va tener un desenlace feliz porque este mundo de locura del ego, no es la Voluntad de Dios. De este sueño de la separación vamos a salir con la guía del Espíritu Santo y de Jesús. Recordemos que Dios lo ha prometido como vimos en la lección 234:
”Te damos gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados”. L-234. 2:2
La separación de Dios nunca ocurrió, pero el caso es que le creemos a la mente colectiva que creyó separarse y caímos en este sueño de la separación del ego. Por eso, nuestro Padre, creó al Espíritu Santo para que nos ayude a salir de este sueño mediante el perdón y la aceptación de la Expiación para nosotros mismos.
Todo va a tener un desenlace feliz, así, de momento no entendamos lo que sucede. Necesitamos tener confianza en Dios como nos asegura Jesús en el capítulo 4 sección V:
”Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego”. T-4. V. 1:1-2
Nos dice, Jesús, en la lección:
”Las promesas de Dios no hacen excepciones. Y Él garantiza que la dicha será el desenlace final de todas las cosas. De nosotros depende, no obstante, cuándo habrá de lograrse eso: hasta cuándo vamos a permitir que una voluntad ajena parezca oponerse a la Suya. Pues mientras pensemos que esa voluntad es real, no hallaremos el final que Él ha dispuesto sea el desenlace de todos los problemas que percibimos, de todas las tribulaciones que vemos y de todas las situaciones a que nos enfrentamos”.
Dios, no hace excepciones y sus promesas se cumplen. Todos somos Hijos de Dios y Dios no tiene preferencias por Sus Hijos. Todos somos llamados a oír la Palabra de Dios y compartirla con sus hermanos, para, de esa manera, integrarla y asimilarla. Todos tenemos un papel que cumplir en plan de Dios para la salvación. Otra, cosa es que a pesar de ser llamados todos, algunos deciden escuchar ahora y otros, no.
El desenlace final es la dicha, nos asegura Jesús. Si mi objetivo es Dios, si mi propósito es el perdón y me decido a cumplir mi función, puedo disponer de la dicha, ya. De nosotros depende, únicamente, si elegimos al Espíritu Santo que nos lleva a la dicha, o, al ego, que nos lleva al sufrimiento.
Continúa Jesús:
” Mas ese final es seguro. Pues la Voluntad de Dios se hace en la tierra, así como en el Cielo. Lo buscaremos y lo hallaremos, tal como dispone Su Voluntad, la Cual garantiza que nuestra voluntad se hace”.
El final es seguro, la salvación es segura. Se trata de retirar todas las barreras que hemos interpuesto en nuestra mente a la presencia del amor y retirar toda nuestra atención del miedo. La Voluntad de Dios es que seamos felices. Esa es la verdad. La verdad es simple. Es sólo reconocer nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios.
Vale la pena hacer la oración de la lección a lo largo del día:
”Te damos gracias, Padre, por Tu garantía de que al final todo tendrá un desenlace feliz. Ayúdanos a no interferir y demorar así el feliz desenlace que nos has prometido para cada problema que podamos percibir y para cada prueba por la que todavía creemos que tenemos que pasar”.
Con relación al tema del mundo real
Jesús nos dice en el tema especial 8. ¿Qué es el mundo real?:
”El mundo real sólo lo pueden percibir los ojos que han sido bendecidos por el perdón, los cuales, por consiguiente, ven un mundo donde el terror es imposible y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo”.
Cuando perdonamos, sanamos nuestra mente. Aceptamos que no hay nada que perdonar sino nuestras propias interpretaciones con las cuales nos separamos de nuestros hermanos: nos aferramos al pasado; a los resentimientos; exageramos, los supuestos, errores del hermano y no vemos al hermano en el presente. El Espíritu Santo y Jesús, nos ayudan a ver en las, supuestas, agresiones del hermano, únicamente peticiones de ayuda que requieren de nosotros expresiones de amor, de bondad, de amabilidad, de unidad. Esto se logra mediante el perdón.
Se trata, no de cambiar el mundo, sino de adquirir una manera diferente de verlo basada en la paz, el amor, la bondad, la unidad, en la confianza, en la certeza de que Dios siempre nos acompaña. Esto se logra mediante el completo perdón del mundo del mundo que contemplo sin perdonar.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
LECCIÓN 292
"Todo tendrá un desenlace feliz."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Creemos vivir un drama de conflictos y sufrimientos, y nos sentimos atrapados en el infierno que nosotros mismos inventamos. La dinámica de este mundo, tal como la piensa el ego, no tiene salida. Parece que estamos condenados a la carencia, al dolor, la enfermedad, el conflicto, la vejez y la muerte, mientras proyectamos la culpa de lo que nos sucede a Dios o a nuestros hermanos.
Pareciera que estuviésemos condenados por siempre a sufrir. De ahí que el mensaje que nos trae Jesús es muy esperanzador: "Todo tendrá un desenlace feliz." y esa luz de esperanza se fundamenta en la Voluntad de Dios. Y se nos presenta como una promesa: "Las promesas de Dios no hacen excepciones. Y Él garantiza que la dicha será el desenlace final de todas las cosas." la promesa de Dios garantiza que el desenlace de este drama que creemos vivir, es la felicidad.
La idea de la lección parece ubicarse en el tiempo, la palabra "tendrá" escrita en futuro, unida a la palabra "promesa" del primer párrafo, pareciera que Dios se introduce en el tiempo y se relaciona con nosotros desde el tiempo. "De nosotros depende, no obstante, cuándo habrá de lograrse eso: hasta cuándo vamos a permitir que una voluntad ajena parezca oponerse a la Suya." El anterior párrafo parece reforzar esta perspectiva desde el tiempo, con las palabras "cuándo habrá de lograrse eso:" lo mismo sucede con otras frases posteriores, como:
"no hallaremos el final"
"ese final es seguro"
"Lo buscaremos y lo hallaremos,"
El Espíritu Santo sabe que este mundo, incluyendo el tiempo no existen. Pero el Espíritu Santo le asigna otra función al tiempo, la de ser un recurso de enseñanza, que será útil hasta que la enseñanza haya culminado, en ese momento, tanto el mundo como el tiempo desaparecen, pues pasamos al estado del Conocimiento todo abarcante de la eternidad en el Cielo. Desde esta perspectiva el Espíritu Santo parece conducirnos desde el tiempo al no tiempo, de otra manera sería más difícil comprender los mensajes que nos llegan desde la eternidad, pues nosotros creemos vivir en el tiempo.
La lección contrasta la voluntad del ego con la de Dios. Recordemos que la separación es el resultado de un sueño, de una fantasía de pretender crear diferente a Dios, y en vez de reírnos de nuestros pensamientos dementes, y al no rechazar esa idea loca, la hacemos real en una parte de nuestra mente.
Esa mente incorrecta la llamamos ego, y pareciera tener una voluntad que desafía la de Dios. "Pues mientras pensemos que esa voluntad es real, no hallaremos el final que Él ha dispuesto sea el desenlace de todos los problemas que percibimos, de todas las tribulaciones que vemos y de todas las situaciones a que nos enfrentamos." solo cuando dejemos de contraponer nuestra insignificante voluntad a la de Dios, es cuando podremos ver una luz de esperanza en el oscuro túnel de este mundo, y comenzaremos a vislumbrar una salida que será inevitable, pues que podría oponerse a la Voluntad de Dios? "Mas ese final es seguro. Pues la Voluntad de Dios se hace en la tierra, así como en el Cielo."
Así que ese final seguro y feliz "Lo buscaremos y lo hallaremos, tal como dispone Su Voluntad, la Cual garantiza que nuestra voluntad se hace." al unir nuestra voluntad a la de Dios, el final del sueño de separación será seguro, y la voluntad de Dios que seamos felices (L 101), aparecerá en nuestra consciencia, pues fue una promesa que Dios nos hizo en la eternidad y permanece para siempre, pues no está sujeta al desgaste del tiempo en la que las cosas parecen nacer y morir.
La promesa que el Amor le hace al Amor está escrita en las inmutables letras de la eternidad, solo esperan nuestro despertar para seguirla y disfrutarla por siempre.
ORACIÓN DEL DÍA:
"Te damos gracias, Padre, por Tu garantía de que al final todo tendrá un desenlace feliz. Ayúdanos a no interferir y demorar así el feliz desenlace que nos has prometido para cada problema que podamos percibir y para cada prueba por la que todavía creemos que tenemos que pasar."
Nuestra única función en este mundo es perdonar las ilusiones que nos alejan de la verdad, y no interferir en la Voluntad de Dios, dejándonos guiar por las amorosas manos del Espíritu Santo, y "Todo tendrá un desenlace feliz."
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "8. ¿Qué es el mundo real?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.