LECCIÓN 291 Éste es un día de sosiego y de paz.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 291

Éste es un día de sosiego y de paz.

1. Hoy la visión de Cristo contempla todo a través de mí. 2 Su vista me muestra que todas las cosas han sido perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma visión al mundo. 3 En Su Nombre acepto esta visión para mí, así como para el mundo. 4 ¡Cuánta hermosura contemplamos en este día! 5 ¡Cuánta santidad vemos a nuestro alrededor! 6 Y se nos concede reconocer que es una santidad que compartimos, pues es la Santidad de Dios Mismo.


2. Padre, mi mente se aquieta hoy para recibir los Pensamientos que Tú me ofreces. 2 Y acepto lo que viene de Ti en lugar de lo que procede de mí. 3 No conozco el camino que conduce a Ti, 4 pero Tú lo conoces perfectamente. 5 Guía a Tu Hijo por el tranquilo sendero que lo lleva hasta Ti. 6 Haz que mi perdón sea total y completo y que Tu recuerdo retorne a mí.





AUDIOS de la Lección 291
de CELEBRANDO EL MILAGRO



Lectura de la Lección 291
A través de Mariano Noé 


Ocurrir de la Lección 291
a través de Martin Musarra


Lección 291 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda





































LECCIÓN 291

Éste es un día de sosiego y de paz.



Comentada por: 

Jorge Luis Álvarez Castañeda



¡Que la paz sea con nosotros hoy!



Esta es una hermosa lección. Jesús, sigue desarrollando el tema de la visión de Cristo. En la lección anterior nos decía que “lo único que veo es mi actual felicidad”, siempre y cuando soltaremos el pasado y el futuro y nos centráramos en el presente y viéramos con la visión de Cristo. Hoy, nos dice que Éste es un día de sosiego y de paz, si nos mantenemos con la visión de Cristo.



Nos dice Jesús en la lección:

”Hoy la visión de Cristo contempla todo a través de mí. Su vista me muestra que todas las cosas han sido perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma visión al mundo. En Su Nombre acepto esta visión para mí, así como para el mundo”.



La visión de Cristo nos permite contemplar todo con amor, en paz, sin juicios, sin exclusiones, sin ira, siempre desde el presente y sin resentimientos. En mi mente no hay sino paz y amor. Todas las cosas han sido perdonadas. En todos los hermanos veo al Hijo de Dios.



Jesús, nos describe este proceso sanador de perdón en el capítulo 29 sección III:  

”A todo aquel que perdonas se le concede el poder de perdonarte a ti tus ilusiones. Mediante tu regalo de libertad te liberas tú…Hazte a un lado y deja pasar al amor, el cual tú no creaste, pero si puedes extender. En la tierra eso quiere decir perdonar a tu hermano para que las tinieblas desaparezcan de tu mente. Una vez que la luz haya llegado hasta tu hermano a través de tu perdón, él no se olvidará de su salvador ni lo dejará sin absolver. Pues fue en tu rostro donde vio la luz que quiere mantener a su lado, a medida que camina a través de las tinieblas hacia la Luz eterna”. (T-29. III.3:12-13, 4:1-4)



Maravilloso texto de Jesús: si perdono las ilusiones de mi hermano, son perdonadas las mías.



Continúa Jesús en la lección:

”¡Cuánta hermosura contemplamos en este día! ¡Cuánta santidad vemos a nuestro alrededor! Y se nos concede reconocer que es una santidad que compartimos, pues es la Santidad de Dios Mismo”.



Si vemos con los ojos de Cristo, que es una visión interna, es porque tenemos los Pensamientos de Dios de paz, amor, bondad que son los que extendemos a nuestros hermanos reconociendo la santidad que caracteriza su Ser, que es la misma nuestra. Con la visión de Cristo no hay nada que temer.



Vale la pena realizar oración de la lección a lo largo del día:

”Padre, mi mente se aquieta hoy para recibir los Pensamientos que Tú me ofreces. Y acepto lo que viene de Ti en lugar de lo que procede de mí. No conozco el camino que conduce a Ti, pero Tú lo conoces perfectamente. Guía a Tu Hijo por el tranquilo sendero que lo lleva hasta Ti. Haz que mi perdón sea total y completo y que Tu recuerdo retorne a mí”.



Con relación al tema del mundo real



Jesús nos dice en el tema especial 8. ¿Qué es el mundo real?:

“El mundo real es un símbolo, como todo lo demás que la percepción ofrece. No obstante, es lo opuesto a lo que tú fabricaste. Ves tu mundo a través de los ojos del miedo, lo cual te trae a la mente los testigos del terror”. 



El mundo real es un símbolo, como todos los símbolos que surgen con la percepción que implican separación, donde hay un sujeto que percibe y un objeto percibido. En el Conocimiento, no hay símbolos, sólo existe la perfecta Unidad del Cielo. El Conocimiento es el mundo de Dios y Su Creación. Es no-dualista. El conocimiento para el mundo del ego implica la percepción donde hay un sujeto que percibe y un objeto que es percibido, es decir, implica separación.



El mundo real, como símbolo, refleja la realidad del Cielo, la perfecta santidad que no tiene nada que ver con el mundo de conflicto que hemos fabricado con el ego. En el instante santo podemos acercarnos a dicha santidad para no seguir viendo este mundo del ego con los ojos del terror y de la culpa del ego. Con la visión de Cristo podremos acercarnos al mundo real de tal manera que podamos decir como en la lección de hoy:Éste es un día de sosiego y de paz. 



Proceso de práctica de la lección



Tener momentos con Dios por la mañana y por noche


Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. 


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.


Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.


En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:


”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)


Recordatorios cada hora. 


Cada hora recordaremos a Dios.

Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.


Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 


Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.


 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.


Respuesta a la tentación.


Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.


Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda










Lección 291. 

«Éste es un día de sosiego y de paz.»

Kenneth Wapnick 


"Volvemos ahora a dos temas familiares: la visión de Cristo y la quietud y la paz de la mente.


(1:1-3) «Hoy la visión de Cristo contempla todo a través de mí. Su vista me muestra que todas las cosas han sido perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma visión al mundo. En su nombre acepto esta visión para mí, así como para el mundo.» 


Cuando la metafísica del Curso ha sido entendida, es evidente que Jesús está reflejando el principio de que el mundo y la mente son uno. Por lo tanto, la visión no tiene nada que ver con lo que ven nuestros ojos, sino con el maestro con quien hemos elegido ver. Cuando Jesús sea nuestra elección, nuestras mentes estarán en paz y todo lo que contemplemos será pacífico también.


(1:4-6) «¡Cuánta hermosura contemplamos en este día! ¡Cuánta santidad vemos a nuestro alrededor! Y se nos concede reconocer que es una santidad que compartimos, pues es la Santidad de Dios Mismo.» 


Quiero subrayar una vez más la importancia de mantener la metafísica de Un Curso de Milagros en mente. Sin esa base, podrías estar tentado a creer que Jesús está hablando acerca  de ver la santidad con tus ojos, y, por otra parte, que la santidad existe aquí: cuerpos sagrados, lugares sagrados, objetos sagrados. Además, si piensas que eres un buen estudiante del Curso, puedes intentar negar las cosas horribles que suceden en este mundo, pensando en su lugar que todo aquí es santo porque estás mirando a través de los ojos de la santidad. Esto es exactamente lo contrario de lo que Jesús está enseñando, que no tiene nada que ver con la santidad que ven tus ojos, sino únicamente con la santidad que aceptas en tu mente. Esta aceptación es precedida por el reconocimiento de lo que ha de ser corregido y deshecho en tu percepción. Por consiguiente, antes de que realmente puedas ver la santidad a tu alrededor, primero debes darte cuenta de cuán enojado, desesperado y molesto estás por lo que sucede en el mundo. Una vez más, siempre y cuando pienses que eres un cuerpo, nunca podrás ser feliz aquí. Los cuerpos son el equivalente al dolor, porque están hechos del pensamiento del dolor: la separación de Dios.


Así, no puedes compartir la visión de Cristo sin antes mirar lo que tu vista te ha dicho que es cierto, llevándolo a la corrección del Espíritu Santo en tu mente. En ese punto habrás aceptado la santidad que es tu verdadera Identidad y la de todos los demás.


Mirando a través de la lente de la santidad de la mente, la verás a todo tu alrededor - no porque algo haya cambiado externamente, sino debido a que tu mente ha cambiado.


(2:1) «Mi mente se aquieta hoy, para recibir los Pensamientos que Tú me ofreces.» 


Necesito aquietar mi mente de su identificación con el sistema de pensamiento del ego. La quietud de la Expiación ocupa ahora el lugar del ruido del ego, y éste es el Pensamiento que Dios me ofrece.


(2:2-6) «Y acepto lo que procede de Ti, en lugar de lo que procede de mí. No sé cómo llegar hasta Ti. Mas Tú lo sabes perfectamente. Padre, guía a Tu Hijo por el tranquilo sendero que conduce a Ti. Haz que mí perdón sea total y completo y que Tu recuerdo retorne a mí.»


La frase “No sé cómo llegar hasta Ti” viene de la oración al final de la Lección 189, y encontraremos referencias a ella en las lecciones venideras. La cuestión aquí, una vez más, es que reconozcamos que hemos cometido un error y que no conocemos el camino correcto, pero Dios - es decir, el Espíritu Santo - sí lo conoce: el tranquilo camino del perdón. Así, haber elegido a un Maestro diferente refleja la decisión de la mente de aceptar que estamos equivocados y que Él está en lo cierto."


~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.







LECCIÓN 291

"Éste es un día de sosiego y de paz."


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


Ayer recordábamos que la felicidad aflora en el presente y allí permanece. Las angustias de un hipotético futuro no resuelven nada y nos sacan de la paz. 


En la lección de hoy "Éste es un día de sosiego y de paz." me pone en un estado de auto reflexión, mientras contemplo por la ventana como el viento de la mañana, proveniente de la montaña, mueve el follaje de los árboles, y me digo "el mundo parece moverse, más mi mente debe permanecer serena y en paz". Ese es el sentido de esta lección. 


"Éste es un día de sosiego y de paz." el mundo parece moverse, y lo seguirá haciendo, más mi mente debe permanecer en paz, pues he elegido  perdonar mis incertidumbres y poner el futuro en Manos de Dios, y he decidido que  "Hoy la visión de Cristo contempla todo a través de mí." he decidido ver todo con los ojos del amor, seguir los consejos del corazón, dejar que el Espíritu Santo guíe mi día, pues es el único consejero que nunca se equivoca. 


Si a estas alturas del Libro de Ejercicios hemos realizado bien el trabajo de perdón, nuestra percepción de las cosas habrá cambiado, y "Su vista me muestra que todas las cosas han sido perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma visión al mundo." Y desde esta perspectiva la visión de Cristo, nos enseña a verlo todo con amor, y a contemplar la belleza de  todas las cosas, pues nos hemos desprendido de todo juicio. "En Su Nombre acepto esta visión para mí, así como para el mundo. ¡Cuánta hermosura contemplamos en este día!"


Cuando aprendemos a contemplar  todo con la visión de Cristo, ya no vemos al mundo con los ojos del cuerpo y de los juicios, en su lugar, vemos un mundo perdonado y en paz, sólo vemos la santidad que el Amor nos refleja: "¡Cuánta santidad vemos a nuestro alrededor! Y se nos concede reconocer que es una santidad que compartimos, pues es la Santidad de Dios Mismo." Un mundo perdonado, es el mundo real, que ha sustituido la culpa y el miedo, por la paz y el amor.  En ese estado mental, sentimos como el Amor de Dios envuelve todo lo que contemplamos, la verdad de lo que somos, la  realidad se nos aparece radiante y dichosa. 


ORACIÓN DEL DÍA:


"Padre, mi mente se aquieta hoy para recibir los Pensamientos que Tú me ofreces.  Y acepto lo que viene de Ti en lugar de lo que procede de mí.  No conozco el camino que conduce a Ti,  pero Tú lo conoces perfectamente.  Guía a Tu Hijo por el tranquilo sendero que lo lleva hasta Ti. Haz que mi perdón sea total y completo y que Tu recuerdo retorne a mí."


El perdón conduce nuestras mentes a un estado de quietud y serenidad, y de esa manera llegan a nosotros los pensamientos de Dios, y permitimos que Él guíe nuestro camino de regreso a casa, no interferimos, pedimos que Su paz y Su Amor permanezcan en nuestra mente en  todo momento, circunstancia o lugar y así podremos decir nuevamente: "Éste es un día de sosiego y de paz." gracias Padre, por todas tus bendiciones!! 


Contemplo a mi hermano con amor, veo la luz de su sonrisa, se que está paz, no puede ser de otra manera, los Hijos de Dios hemos recibido Su Bendición por siempre, y por siempre Su  Amor permanece en nosotros. 


PRACTICA:


Repasa el tema especial de esta sección, titulado "8. ¿Qué es el mundo real?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:


"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)


No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 




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