Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 310
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
1. Quiero pasar este día Contigo, Padre mío, tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días. 2Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. 3El júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo desde el Cielo. 4Este día será el dulce recordatorio que me haces para que Te recuerde; la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo; la señal de que se me ha concedido Tu Gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy.
2. Este día lo pasaremos juntos tú y yo. 2Y todo el mundo unirá sus voces a nuestro canto de gratitud y alegría hacia Aquel que nos brindó la salvación y nos liberó. 3Nuestra paz y nuestra santidad nos son restituidas. 4Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones.
AUDIOS de la Lección 310
de CELEBRANDO EL MILAGROLectura de la Lección 310
A través de Blanca Nivia Morales Contreras
Ocurrir de la Lección 310
a través de Martin Musarra
Lección 310
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 310
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Ayer, Jesús, nos llamaba a no tener miedo de mirar dentro de nosotros para encontrar el Ser de paz y amor que verdaderamente somos. Hoy, nos llama a pasar este día sin miedo y lleno de amor.
”Quiero pasar este día Contigo, Padre mío, tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días”, nos dice Jesús.
Tu Voluntad, es que sea feliz, que me encuentre en unidad Contigo y con mis hermanos, que tenga paz, que reconozca mi verdadera identidad como Hijo de Dios, que no tenga dudas, que me sienta abundante, lleno de amor, que no tenga ira ni resentimientos, que perdone…La dicha que me acompaña, no tiene que ver nada con nada externo. Es la conciencia de que mi voluntad es la de Dios.
Continúa Jesús:
”Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. El júbilo que me invade no se puede medir en días o en horas, pues le llega a Tu Hijo desde el Cielo”.
Son esos momentos de quietud y de paz, donde nos encontramos con Dios, donde trascendemos, por un instante, las limitaciones de este mundo y del cuerpo y nos sentimos ligados a algo más grande y valioso de lo que conocemos. Podemos acceder a esos momentos cuando nos decidimos por el maestro del amor y la alegría: el Espíritu Santo.
Jesús, nos asegura que podemos acceder a esos momentos en el capítulo 18 sección VI:
”Es posible porque tú lo deseas. En la súbita expansión de conciencia que tiene lugar sólo con que tú lo desees reside el irresistible atractivo del instante santo. Te exhorta a que seas tú mismo en la seguridad de su abrazo. Ahí se te libera de todas las leyes de la limitación y se te da la bienvenida a la mentalidad receptiva y a la libertad. Ven a este lugar de refugio, donde puedes ser tú mismo en paz”.
T-18. VI. 14:1-5)
Hermosa descripción de Jesús. Podemos acceder a esos momentos de paz y júbilo si le ponemos toda la fuerza de nuestro deseo, acompañados del Espíritu Santo y de Jesús.
Continúa Jesús:
”Este día será el dulce recordatorio que me haces de que Te recuerde; la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo; la señal de que se me ha concedido Tu Gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy”.
Jesús, nos llama, en este día, a que cada momento que pasemos en este mundo lo utilicemos para nuestro despertar. A que sintamos que somos liberados del conflicto y ver en mis hermanos, no a mis enemigos sino a mis salvadores. Salvadores porque me enseñan lo que tengo que cambiar, lo que tengo que perdonar.
Dice Jesús:
”Este día lo pasaremos juntos tú y yo. Y todo el mundo unirá sus voces a nuestro canto de alegría y gratitud hacia Aquel que nos brindó la salvación y nos liberó. Nuestra paz y nuestra santidad nos son restituidas. Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues le hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones”.
Este día no tendremos miedo pues tenemos como nuestros guías al Espíritu Santo y a Jesús. Lo que hay es amor en nuestros corazones. El ego quiere que nos mantengamos en el miedo, pues el miedo nos mantiene en la separación: de nuestros hermanos y de Dios. Y si tenemos miedo, podemos ser muy crueles atacando a nuestros hermanos, lo que se convierte en un ataque a nosotros mismos, como nos ha enseñado Jesús.
Con relación al tema del Segundo Advenimiento
Nos dice Jesús en el tema especial 9. ¿Qué es el Segundo Avenimiento?:
”Ora pues porque el Segundo Advenimiento tenga lugar pronto, pero no te limites a eso. Pues necesita tu ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. Pero sobre todo, necesita tu buena voluntad. Regocijémonos para que podamos hacer la Voluntad de Dios y unirnos en Su santa luz. ¡Pues mirad!, el Hijo de Dios es uno con nosotros, y podemos alcanzar el Amor de nuestro Padre a través de él”.
Nos ponemos al servicio del Segundo Advenimiento cuando utilizamos el perdón y aceptamos la Expiación para nosotros mismos. Cuando en nuestras relaciones con nuestros hermanos somos factor de paz, de amor, de unidad; cuando convertimos nuestras relaciones especiales en relaciones santas.
La lección de hoy Paso este día sin miedo y lleno de amor, es un buen aporte al Segundo Advenimiento. Este, es un deshacimiento de todas las ilusiones del ego cuyos ejes son la culpa y el miedo. Podemos tener momentos de quietud donde estamos con Dios y aceptamos que no hay nada que temer. De esa manera, le damos entrada al reconocimiento de nuestra verdadera identidad y avanzamos hacia el Segundo Advenimiento.
Proceso de práctica de la lección
1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
2. Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
4. Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
«Paso este día sin miedo y lleno de amor.»
Lección 310
"El ego, por supuesto, me haría pasar este día con miedo y odio, creyendo que está justificado. Por tanto, tengo miedo de ti, porque eres malvado y pecador. Además, quiero que seas abusivo porque eso prueba que la separación es real, pero tú eres el responsable de eso, no yo.
(1:1) «Quiero pasar este día Contigo, Padre mío, tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días.»
Jesús usa este simbolismo de Dios como Padre para enseñar que nuestro día debería ser dedicado a aprender las lecciones de perdón. Dios no ha dispuesto nada para nosotros, pero el perdón es el medio por el cual Su recuerdo es restaurado a nuestra conciencia a través del Espíritu Santo.
(1:2-4) «Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. El júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo desde el Cielo. Este día será Tu dulce recordatorio de que Te recuerde, la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo, la señal de que se me ha concedido Tu gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy.»
En Un Curso de Milagros, la dicha no tiene nada que ver con algo externo, que a menudo se asocia con lo que hace que el cuerpo se sienta feliz. La verdadera dicha, por otra parte, es el resultado de aprender que nuestra realidad no es de este mundo, y viene cuando agradecidamente despertamos a ese pensamiento.
El párrafo 2 comienza con otra exhortación de Jesús a que pasemos el día con él:
(2:1) «Este día lo pasaremos juntos, tú y yo.»
Pasamos el día con Jesús al elegirlo para que nos instruya en la manera apropiada de percibir nuestras vidas. Lo elegimos como nuestro maestro, no para pedir su ayuda, para que seamos maravillosamente felices aquí, porque parte de nosotros en realidad quiere ser maravillosamente infeliz. Pedimos su ayuda, en cambio, para que percibamos el mundo como un vehículo para regresar a nuestras mentes, para que podamos ver lo que está allí y así tomar una decisión informada en contra de nuestra infelicidad, y a favor de nuestra serena dicha.
(2:2-4) «Y todo el mundo unirá sus voces a nuestro himno de alegría y gratitud hacia Aquel que nos brindó la salvación y nos liberó. Nuestra paz y nuestra santidad nos son restituidas. Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues le hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones.»
Esta es otra referencia al versículo de la primera carta de Juan: “El perfecto amor echa fuera el temor” (1 Jn 4:18). Cuando elegimos a Jesús como nuestro maestro, estamos llenos de su amor y el miedo ha desaparecido. Es, de hecho, imposible experimentar miedo en presencia del amor, razón por la cual el objetivo secreto del ego para nosotros es que tengamos miedo - su arma secreta contra el amor:
“Pues aunque el ego se manifiesta de muchas formas, es siempre la expresión de una misma idea: lo que no es amor es siempre miedo, y nada más que miedo.” (T-15.X.4:4-5)
Por consiguiente, Jesús nos pide que elijamos su amor sobre el temor del ego. Una vez elegido, él se convierte en nuestro salvador del miedo, que no puede afectarnos mientras nos identifiquemos con su amor, que une a la Filiación en su paz y santidad. Con el amor en nuestros corazones, ¿cómo podríamos tener miedo?
“El regalo que le has hecho a tu hermano me ha dado [Jesús] la certeza de que pronto nos uniremos. Comparte, pues, esta fe conmigo, y no dudes de que está justificada. En el amor perfecto no hay cabida para el miedo porque el amor perfecto no conoce el pecado, y sólo puede ver a los demás como se ve a sí mismo. Si mira dentro de sí mismo con caridad, ¿qué podría inspirarle temor afuera?” (T-20.III.11:1-4) "
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 310
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Ayer practicábamos que "Hoy no tendré miedo de mirar dentro de mí." Si logro ese propósito de mirar mi mente, hacerme responsable de mis pensamientos, perdonar mis culpas y mis miedos, puedo reconocer mi amor y la voluntad de Dios dentro de mi. Entonces puedo pasar "este día sin miedo y lleno de amor."
Si he perdonado mis miedos, puedo contemplar con amor todo lo que parezca sucederme durante este día.
ORACIÓN DEL DÍA:
"Quiero pasar este día Contigo, Padre mío, tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días. Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. El júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo desde el Cielo. Este día será el dulce recordatorio que me haces para que Te recuerde; la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo; la señal de que se me ha concedido Tu Gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy."
Si mi día está libre de miedo y lleno de amor, estoy en el no tiempo, estoy en el ahora, en el momento presente, por eso "El júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo desde el Cielo." cuando estoy lleno de amor no puedo experimentar miedo, y si no siento miedo tampoco puedo experimentar el tiempo.
Acordémonos de esos momento que nos sentimos alegres y felices, solemos decir que el tiempo pasó muy rápido, o que no sentimos el paso del tiempo.
Contrariamente, cuando estamos en una situación de miedo y angustia, pareciera que el tiempo transcurre muy lentamente, cada segundo que sucede lo contamos como si fuera una agonía. De ahí que nuestra percepción del tiempo es muy subjetiva, pues depende desde que estado emocional lo estemos interpretando, depende del maestro que hayamos elegido escuchar, el ego o el Espíritu Santo.
"Este día lo pasaremos juntos tú y yo. Y todo el mundo unirá sus voces a nuestro canto de gratitud y alegría hacia Aquel que nos brindó la salvación y nos liberó." Si elegimos pasar este día llenos de amor, si elegimos pasar este día con Dios, lo único que podemos experimentar es alegría y gratitud por nuestra única Fuente de felicidad: Dios, el Amor. De esta manera, "Nuestra paz y nuestra santidad nos son restituidas." Si hemos perdonado nuestros miedos y nuestras incertidumbres, si ponemos nuestro futuro en Manos de Dios, lo único que podemos experimentar es paz. Por eso podemos llegar a la siguiente gozosa conclusión:
"Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones."
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "9. ¿Qué es el Segundo Advenimiento ?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.