LECCIÓN 314 Busco un futuro diferente del pasado.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 314

 Busco un futuro diferente del pasado.

 1. De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente del pasado. 2El futuro se ve ahora simplemente como una extensión del presente. 3Los errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos. 4La muerte no podrá reclamar ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido en su objetivo, y se proveen gustosamente todos los medios necesarios para su logro. 5¿Quién podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido liberado, y su seguridad y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno de júbilo?

2. Padre, cometimos errores en el pasado, pero ahora elegimos valernos del presente para ser libres. 2Ponemos el futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros errores pasados, seguros de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro.





AUDIOS de la Lección 314
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 314
A través de Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 314
a través de Martin Musarra


Lección 314
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

































LECCIÓN 314

Busco un futuro diferente del pasado.


Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, continúa con el tema de la visión de Cristo, la percepción verdadera, aplicada al tema del tiempo. 

Nos dice:
”De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente del pasado. El futuro se ve ahora simplemente como una extensión del presente”.

Con la visión de Cristo sano mis pensamientos de pecado o separación, culpa y miedo. Veo un mundo perdonado y en paz, libre de conflictos y de resentimientos del pasado y del miedo al futuro, que se expresa de numerosas formas, pero, que, en últimas, no es sino el ancestral miedo al castigo de Dios. Dios no castiga los errores de Su Hijo. Lo ayuda a corregirlos con el Espíritu Santo y mediante el perdón.

 El estar anclados en el pasado por el pecado, supuestamente cometido, de la separación de Dios, origina que el presente se viva con culpa. Culpa que tampoco tiene ninguna razón de ser: Dios nos considera completamente inocentes. 

La visión de Cristo nos permite ver el futuro como una extensión del presente en el cual se corrigen los errores del pasado, de tal manera que el presente se disfrute plenamente: con paz, con amor, con bondad, con júbilo, con confianza y seguridad.. De tal manera, que la percepción verdadera me permite convertir el presente en un instante santo donde me olvido del tiempo, de los juicios, del cuerpo y me siento unido a Dios y a mis hermanos, en paz y lleno de amor.

La práctica que estamos haciendo de recordar a Dios cada ahora, apunta en esta dirección. Esos momentos que estamos en el presente con Dios van sanando la culpa que no nos deja estar en el presente y disfrutar plenamente nuestra relación con Dios y mis hermanos. De esta manera, vamos construyendo un futuro diferente de los errores del pasado. 

Continúa Jesús:

“Los errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de manera que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes y, al no tener forma, deja de tener efectos”_.

El futuro ya no es una repetición de lo que nos inventamos para separarnos de Dios en el pasado. Ya no tenemos miedo del futuro como vimos en la lección 194 Pongo el futuro en manos de Dios. 

Continúa Jesús en la lección:
”La muerte no podrá reclamar ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido en su objetivo, y todos los medios necesarios para su logro se proveen gustosamente”.
 
La muerte es el sueño central del ego. Es su invención para mantenernos en el miedo y en la separación. La visión de Cristo, con el Espíritu Santo, nos centra en la vida. La vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra en ella. Por eso, se trata de sanar la mente para que la vida renazca en el Hijo de Dios que creyó en la muerte al seguir al ego. Si hacemos de Dios nuestro único objetivo, surgirán los medios necesarios para nuestro despertar espiritual. Sólo se necesita confiar y confiar en Dios. Nada más.

Continúa Jesús:

” ¿Quién podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido liberado, y su seguridad y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno de júbilo?”

Terminan las quejas y lamentos de las posibles injusticias sufridas en el pasado, termina la culpa y el miedo: sólo queda la responsabilidad con Dios y nuestros hermanos, en el presente; sólo queda el aceptar la Voluntad de Dios de perfecta felicidad para nosotros; sólo queda hacer nuestros el amor y la paz de Dios; sólo queda el unirme a la Filiación en el plan de Dios para la salvación; sólo queda el perdón y la aceptación de la Expiación para mí mismo.

Hagamos de la oración de la lección nuestra guía:

”Padre, cometimos errores en el pasado, pero ahora elegimos valernos del presente para ser libres. Ponemos el futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros errores pasados, seguros de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro”.

Con relación al tema del Juicio Final

Nos dice, Jesús, en el tema especial 10.¿Qué es el Juicio Final?:

”Y todas las figuras del sueño con el que el mundo comenzó desaparecen junto con él. Los cuerpos no tienen ahora ninguna utilidad, por lo tanto, desaparecen también, pues el Hijo de Dios es ilimitado”.

Las figuras del sueño del ego son atemorizantes: expresan miedo, ira, culpa, pecado, resentimientos, especialismo. Pero no tienen razón de ser. Dios no es castigador. Si lo vemos así es por nuestras proyecciones de culpa y miedo. Con el Juicio Final desaparece la ilusión del cuerpo, la cerca con la cual pretendemos mantenernos separados de nuestros hermanos y de Dios, como nos ha enseñado Jesús.


Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.












Kenneth Wapnick

”Busco un futuro diferente al pasado.” 

LECCIÓN 314:

Esta es la última de la serie sobre el ego y su destrucción. Aquí se hace hincapié en nuestras expectativas de futuro. Para el ego, un pasado pecaminoso resulta en un presente culpable y un castigo inevitable en el futuro. Buscar un futuro diferente al pasado significa ver el futuro como la extensión del Amor eterno de Dios, lo que significa que no hay futuro. La lección 194 enseñó que poner el futuro en las manos de Dios corrige la creencia del ego de que en ellos seremos destruidos a causa de nuestros pecados. Esta lección nos ayuda a deshacer ese extraño concepto del ego. 
(1:1) De la nueva percepción del mundo surge un futuro muy diferente del pasado. 
Una vez que elegimos la nueva percepción (Lección 313), miramos todo de manera diferente, desde la perspectiva de la intemporalidad extendida hacia el sueño del tiempo. En la Lección 184, Jesús habló de nuestra necesidad de usar los símbolos del mundo, pero sin considerarlos como reales. Así utilizamos los símbolos del tiempo, pero sabiendo que nuestra realidad está fuera de ellos. 
(1:2-3) El futuro ahora es reconocido como una extensión del presente. Los errores del pasado no pueden arrojar sombras sobre él, de modo que el miedo ha perdido sus ídolos y sus imágenes, y al no tener forma, no tiene efectos. 
El amor existe sólo en el presente, y el futuro es ahora su extensión correcta. Fuera del sueño, nos damos cuenta de que esta extensión no es un evento lineal, como lo fueron nuestros errores del pasado que proyectaron una sombra sobre un futuro que sostenía nuestro castigo. En el instante santo no hay pasado ni futuro, sólo el Amor de Dios. Así, todo lo que parecía venir del miedo ha desaparecido en su propia nada. 
(1:4-5) La muerte no reclamará el futuro ahora, porque la vida es ahora su meta, y todos los medios necesarios son provistos felizmente. ¿Quién puede llorar o sufrir cuando el presente ha sido liberado, extendiendo su seguridad y paz a un futuro tranquilo y lleno de alegría? 
El fin de la muerte es el fin del ego, junto con su sistema de pensamiento de dolor y miseria. 
(2:1) Padre, nos equivocamos en el pasado, y elegimos usar el presente para ser libres. 
Esta idea de nuestra equivocación está implícita a lo largo de Un Curso de Milagros, pero aquí Jesús es explícito al pedirnos que admitamos que estábamos equivocados, no porque Dios quiera dominarnos, sino simplemente porque ser"correctos" no ha resultado en nuestra felicidad. Queremos llegar a un punto en el que podamos decir sinceramente que estamos contentos y agradecidos de que nos hayamos equivocado. 
(2:2) Ahora dejamos el futuro en tus manos, dejando atrás nuestros errores del pasado, y seguros de que Tú cumplirás tus promesas del presente, y guiarás el futuro en su santa luz. 
Una vez más, poner el futuro en las manos de Dios no tiene nada que ver con darle nuestro futuro. Simplemente corregimos el error de haber dado nuestro futuro al dios del ego, lo cual hicimos para evitar el castigo que probaría nuestro pecado y demostraría nuestra existencia. El cuerpo puede no sobrevivir a la muerte, pero el sistema de pensamiento de la individualidad permanece vivo y bien en la mente. Es por eso que Jesús habla de deshacer el sistema de pensamiento de la mente en el cual el pecado, la culpa y el miedo se reflejan en nuestro estado mundano del pasado, presente y futuro. Así se cumplen las promesas presentes de Dios.












LECCIÓN 314
 
"Busco un futuro diferente del pasado."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Nuestra percepción del tiempo es lineal, va del pasado, al presente y futuro. Como arrastramos el pasado al presente, no experimentamos el presente, el pasado invade nuestro presente, y sigue su trayectoria hacia el futuro. El pasado proyecta sobre el futuro todas sus culpas, miedos, conflictos y carencias. Entonces ¿como puedo buscar un futuro diferente al pasado? 
Para ello tengo que cambiar mi percepción del mundo y del tiempo. "De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente del pasado."

Jesús nos dice que toda sanación es una sanación del pasado, y eso lo logramos a través del perdón. Al sanar el pasado colapsamos el tiempo,  podemos hacernos conscientes del presente, permanecer alertas frente a eventuales pensamientos conflictivos para ser perdonados, con lo que el futuro lo escribiremos en el presente, y ya no será una simple continuidad del pasado. "El futuro se ve ahora simplemente como una extensión del presente."
Un pasado perdonado da pie a una nueva percepción, una percepción verdadera basada en el amor y el perdón. "Los errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos." el miedo ha sido sustituido por el amor presente, la imágenes que antes nos aterrorizaban han desaparecido. 
Una percepción verdadera, una interpretación del pasado desde el amor y el perdón, nos lleva a experimentar un presente de amor, paz y dicha. Si nuestro presente es ocupado por el amor, el miedo a la muerte se desvanece, el futuro ya no nos preocupa o angustia más, pues estamos viviendo en el único tiempo que existe, el momento presente, el ahora. "La muerte no podrá reclamar ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido en su objetivo, y se proveen gustosamente todos los medios necesarios para su logro."

Si libramos nuestro presente de los juicios del pasado, de las culpas, odios y resentimientos, de las falsas carencias, "¿Quién podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido liberado, y su seguridad y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno de júbilo?"

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre, cometimos errores en el pasado, pero ahora elegimos valernos del presente para ser libres. Ponemos el futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros errores pasados, seguros de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro."

Cuando elegimos al Espíritu Santo como nuestro único Guía, cuando ponemos todos nuestros pensamientos palabras y acciones en Sus Manos, cuando le pedimos que decida por nosotros en todo momento, circunstancia o lugar, hemos puesto el futuro en Manos de Dios, hemos puesto nuestro futuro en Manos del Amor, Su guía será infalible, Su fortaleza nos protegerá de cualquier tormenta que pareciera  presentarse y nos conducirá a puerto seguro, a las tranquilas y serenas aguas del océano celestial, del paraíso que creíamos haber perdido, pero que siempre ha estado esperando nuestro regreso, cual Hijo prodigo que se había perdido en sus propios sueños, y ahora despierta al eterno Hogar del Amor. 
 
PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "10. ¿Qué es el Juicio Final?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 



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