Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 327
No necesito más que llamar y Tú me contestarás.
1. No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. 2Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. 3Déjame aprender mediante mi experiencia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. 4Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él. 5Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él.
2. Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. 2Permítaseme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. 3Tú eres Tu Palabra. 4Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convicción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.
AUDIOS de la Lección 327
de CELEBRANDO EL MILAGROLectura de la Lección 327
A través de Mariano Noé
Ocurrir de la Lección 327
a través de Martin Musarra
Lección 327
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 327
No necesito más que llamar y Tú me contestarás.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Esta es una lección muy bella. Trata sobre la importancia de la fe de saber que se cuenta con Dios siempre y que siempre cumplirá Su promesa de que hemos sido salvados. ¿Qué podría darnos más seguridad?
Dice Jesús en la lección:
”No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará”.
Jesús, en la lección 325 Todas las cosas son reflejo de ideas, nos enseñaba como surgía el proceso mental de la percepción:
”comienza con una idea de lo que quiero. A partir de ahí la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso, y, por lo tanto, procura encontrarlo”. L-325. 1:1-2
Y para poder encontrarlo necesita poner fe en ello. No es posible actuar sin fe, nos dice Jesús. Otra cosa es que la tengamos en el lugar equivocado. La fe es, por lo tanto, la expresión de aquello donde escogemos depositar nuestra confianza.
Somos libres de poner nuestra fe en el ego o en el Espíritu Santo y esta decisión la estamos haciendo a todo momento. Si ponemos nuestra fe en el Espíritu Santo y en Jesús, estamos reconociendo la unidad con mi hermano y con Dios, estoy reconociendo que mi hermano es un Hijo de Dios como yo, estoy sanando mi mente y dejando el miedo, estoy aceptando el Amor de Dios. Siento que mi fortaleza proviene de Dios y, por tanto, no hay nada que temer. Esta fe se alimenta de la confianza de que en mí se encuentra un Poder que está en mí pero que no es de mí: el Poder de Dios.
Continúa Jesús:
”Que aprenda mediante mi experiencia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él”.
Jesús, desde el comienzo de sus enseñanzas, nos ha dicho que este es un Curso para ponerlo en práctica. No es para que lo comprendamos intelectualmente. Si no llevamos a la práctica sus enseñanzas no estamos generando los procesos de cambio en nuestra manera de pensar. Cuando lo ponemos en práctica surgen las experiencias necesarias para ir deshaciendo el ego. El hacer las lecciones e, incluso el no hacerlas, hace parte del proceso de cambio. Al aplicar las lecciones y las enseñanzas de Jesús encontramos que nos generan paz y deseos de hacer cambios en nuestras vidas y así comprobamos que el Curso funciona.
Nos dice Jesús:
”Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me llama y que sólo espera que Lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para llegar a Él”.
En la lección anterior vimos que éramos un Efecto de Dios. Que Dios era nuestra Causa. Hoy, Jesús nos llama a creer en ello. A que tengamos fe de que si lo llamamos Él nos contestará. No lo dudemos. Dios nunca nos ha abandonado. Siempre ha estado en el interior de nuestra mente. Siempre en nuestra mente ha habido un Altar al Nombre de Dios ante el cual depositamos las azucenas del perdón.
Es la ofrenda que le damos cuando lo llamamos, cuando oramos. Es lo que espera de nosotros. No quiere que lo llamemos teniendo odio en nuestro corazón. No sigamos llamando al ego para que nos guíe. Sabemos que nos ha traído sólo dolor y sufrimiento. Llamemos a Quien siempre nos va a responder. Dios sólo espera que lo llamemos para acudir presto a ayudarnos. Confiemos que así será.
Hagamos la oración las veces que podamos en este día:
”Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. Que las ponga a prueba en vez de juzgarlas. Tu Palabra es una Contigo. Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convicción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.”
Con relación al tema de la Creación.
Nos dice, Jesús, en el tema especial 11. ¿Qué es la Creación?:
”Nosotros, los Hijos de Dios, somos la Creación. Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos y ellos comparten Su Certeza”.
El sistema de pensamiento del ego busca que creamos que fuimos nuestros propios creadores, quiere que nos centremos en el cuerpo que perece y desconozcamos nuestro carácter eterno como Espíritu que somos. Nuestra naturaleza es Amor como creación de Dios. En las partes de la mente que se creen separadas existe el recuerdo de Dios a la espera de pedir la Ayuda del Espíritu Santo y de Jesús para superar el miedo a Dios que impide aceptar Su Certeza.
Proceso de práctica de la lección
1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
2. Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
4. Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
👉🏼Comentarios de Kenneth Wapnick
«No necesito más que llamar y Tú me contestarás.»
(Lección 327)
"Llamamos y Dios nos responde, porque Su Respuesta ya está presente en nuestras mentes. Nos alejamos y elegimos la respuesta del ego en su lugar. Llamar a Dios ahora es darnos cuenta de nuestro error, y así volvemos a la parte tomadora de decisiones de nuestras mentes y elegimos correctamente. Dios responde automáticamente porque nos hemos colocado en la presencia de Su Respuesta.
🔹(1:1-4) «No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega. Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. Déjame aprender mediante mi experiencia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él. Ésa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él.»
Jesús nos está diciendo aquí, como veremos en la oración a continuación, que esto es algo que debemos practicar. Nuestra experiencia de que el Amor de Dios reemplaza el odio del ego nos enseñará que todo en Un Curso de Milagros es cierto, pero hasta que esta experiencia sea elegida, subsistirá una parte de nosotros que dudará de lo que dice. Es sólo cuando ponemos las ideas en práctica - dándonos cuenta de que el odio, el juicio y la depresión eran simplemente decisiones equivocadas - que nos damos cuenta: sí, todo esto es cierto, y elijo seguir el camino que me lleva a casa.
🔹(1:5) «Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él.»
Debido a que creo que abandoné a Dios, creo que Él me ha abandonado, un error que Su Voz corrige en este inspirador cierre de «El Canto de la Oración»:
📘“No abandones el Amor. Recuerda esto: pienses lo que pienses acerca de ti mismo, pienses lo que pienses acerca del mundo, tu Padre necesita de ti y te llamará hasta que al fin regreses a Él en paz.” (S-3.IV.10:6-7)
🔹(2:1) «Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen.»
Jesús está diciendo: “Le has dado al ego muchas oportunidades y te ha fallado miserablemente. Por favor, dame una oportunidad. Prueba lo que estoy diciendo, y mira cuánto mejor te sientes cuando dejas a un lado el juicio. Recuerda mis palabras:
📘“No tienes idea del tremendo alivio y de la profunda paz que resultan de estar con tus hermanos o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase.” (T-3.VI.3:1)
Inténtalo. Siempre puedes retener el juicio si quieres. Primero, sin embargo, prueba estos pensamientos y verás cuánto mejor te sientes sin tu especialismo.”
🔹(2:2-4) «Permítaseme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. Tú eres Tu Palabra. Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convicción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor.»
Esto significa que al menos temporalmente aceptaremos las promesas de Dios, sin juzgarlas. Una vez más, siempre podemos volver al ego si lo deseamos. Sin embargo, el hecho de que hayamos fracasado tan miserablemente por nuestra cuenta y que hayamos sido tan infelices a lo largo de nuestras vidas debería demostrar que nuestro sistema de pensamiento no funciona."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 327
No necesito más que llamar y Tú me contestarás.
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
"No se me pide que acepte la salvación sobre la base de una fe ciega." La fe es una de las 10 características de los maestros de Dios, pero no la única. "Someter todos los problemas a una sola Respuesta es invertir completamente la manera de pensar del mundo. Y sólo eso es fe" (M-IX.1:6-7) pero llegar a este nivel requiere haber cultivado la primera característica: la confianza. Y esta la conseguimos en la medida que decidamos experimentar a Dios.
El Amor siempre será la Respuesta a todo problema o inquietud, toda pregunta que hagamos a Dios será contestada desde el amor y la paz.
Contrariamente, el ego siempre nos contestará desde el miedo y el conflicto. La fe que nos propone Jesús está basada no sólo en las sólidas argumentaciones que el Curso nos provee, sino también en la práctica de la experiencia de los ejercicios diarios. No es una fe ciega, es una fe alimentada por nuestra sanación interior, por la experiencia de nuestras prácticas diarias. "Pues Dios ha prometido que oirá mi llamada y que Él Mismo me contestará. Déjame aprender mediante mi experiencia que esto es verdad, y es indudable que llegaré a tener fe en Él." una forma de determinar que algo es verdad es verificarlo con la práctica, con la experiencia. Si mi experiencia es exitosa, entonces "Esa es la fe que no se quebranta y que me llevará cada vez más lejos por la senda que conduce hasta Él." esta es la fe que se sustenta en la experiencia, en un aprendizaje que me enseña el poder del amor, lo que me da una confianza de que el camino que me resta por recorrer me conducirá a un desenlace feliz.
"Pues así estaré seguro de que Él no me ha abandonado, de que aún me ama y de que sólo espera a que yo lo llame para proporcionarme toda la ayuda que necesite para poder llegar a Él." Recordemos que esta segunda parte del libro de ejercicios tiene como eje principal buscar comunicarnos con Dios, en forma de meditaciones matutinas y nocturnas, precedido de los ejercicios de la lección diaria y una oración. Debemos tener la fe y la certeza que Dios contestará a nuestro llamado, para ello debemos aquietarnos para escucharlo en el silencio de nuestro corazón.
ORACIÓN DEL DÍA:
"Padre, te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas jamás tendré la experiencia de que no se cumplen. Permítaseme, por lo tanto, ponerlas a prueba en vez de juzgarlas. Tú eres Tu Palabra. Tú provees los medios a través de los cuales arriba la convicción, haciendo así que por fin estemos seguros de Tu eterno Amor."
Solo llevando a la práctica las enseñanzas de Jesús, podemos comprobar que son ciertas. Sentir las presencia de Dios, escuchar la Voz que habla por Él respondiendo nuestro llamado, sentir la sosegada paz que embarga nuestro ser tras cada meditación, y poder contemplar un mundo perdonado desde la paz y mi amor, de esta manera nuestra fe se va transformando en confianza y certeza, pues marchamos seguros a encontrarnos con nuestro Padre.
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "11. ¿Qué es la Creación?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.