Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 334
Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga.
1. No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece. 2Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas. 3No dejes que hoy vuelva a aceptar regalos tan míseros. 4La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y eligen seguirlo. 5Esto es lo que elijo hoy. 6Y así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado.
2. Busco sólo lo eterno. 2Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. 3¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? 4Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado en él. 5Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad.
AUDIOS de la Lección 334
de CELEBRANDO EL MILAGROLectura de la Lección 334
A través de Mariano Noé
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a través de Martin Musarra
Lección 334
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 334
Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Dios, me ha otorgado el regalo de mi Ser, de mi verdadera identidad como Hijo de Dios. En Su infinita generosidad me ha hecho co-creador con Él. De, ahí, se desprenden los demás regalos que me ha dado: el regalo del perdón, de la impecabilidad, de la paz, de la dicha, de la felicidad, de la Gracia, el Espíritu Santo Mismo.
Nos dice Jesús en la lección:
”No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece”.
Mi Padre siempre me ha ofrecido perfecta felicidad y paz. Pero, yo decidí jugar a separarme de Él y hacerle caso a la parte de mi mente que acepta al ego como maestro, lo cual no me ha traído sino conflicto y sufrimiento. Bueno. En este mismo instante, si me decido, puedo dejar de sufrir y elegir al Espíritu Santo como guía quien me ayudará a perdonar y a aceptar los regalos de Dios.
Dice Jesús:
”Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso mientras se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas”.
No quiero seguir haciéndole caso al ego que sólo me ofrece un mundo de sueños que, continuamente, tiene que cambiar y mis pequeños mundos particulares que fabrico con el ego, desaparecen continuamente, pues con el ego nos es posible nunca estar satisfecho. Siempre habrá algo mejor para hacer haciendo la realidad su lema: busca, pero no encuentres.
Dice Jesús:
”Que hoy no vuelva a aceptar regalos tan míseros”.
Los regalos del ego se fundamentan en su trilogía de pecado, culpa y miedo que dan origen a la ira, a los resentimientos, a la depresión, a la ansiedad, a la enfermedad, al conflicto, a la desvalorización, a la exclusión, al especialismo, al sufrimiento y al sacrificio, etc. Estos son los regalos que nos proporciona el ego. Y, hoy, decido pedirle ayuda a mi Padre para no aceptar estos regalos. Pedir ayuda significa que reconozco que tengo un solo problema que es la creencia en la separación de Dios y decido pedirle ayuda a Alguien que sí sabe cómo resolverlos. Eso es todo lo que tengo que hacer. Esa es mi pequeña dosis de buena voluntad. El resto lo hace el Espíritu Santo. Únicamente tengo es que confiar. Nada más.
Continúa Jesús:
”La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y deciden seguirlo. Esto es lo que elijo hoy. Y así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado”.
Es necesario que tenga claro que quiero verdaderamente. Si hago mía la lección 258 Que recuerde que Dios es mi objetivo y que el perdón es la única manera de llegar a Dios, no me voy a enredar en los tesoros triviales del ego. Preparo mi mente con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús y mediante el perdón para que, en el instante santo, entre la verdad en mi mente y pueda aceptar los regalos de Dios.
Jesús, nos dice sobre el instante santo en el capítulo 18 sección IV:
”El instante santo es el resultado de tu decisión de ser santo. Es la respuesta. Desearlo y estar dispuesto a que llegue precede su llegada. Preparas tu mente para él en la medida que lo deseas por encima de todas las cosas. No es necesario que hagas nada más; de hecho es necesario que comprendas que no puedes hacer nada más…El Espíritu Santo pide muy poco. Él es Quien aporta la grandeza y el poder. Él se une a ti para hacer que el instante santo sobrepase con mucho tu entendimiento. Darte cuenta de lo poco que tienes que hacer es lo que le permite a Él dar tanto…Hemos subrayado que no tienes que comprender nada. La salvación es fácil de alcanzar porque no te pide nada que no puedas dar ahora mismo”. (T-18. IV. 1: 1-10, 7:6-7)
En la oración de la lección Jesús dice que busque sólo lo eterno. Lo consigo cuando tengo a Dios como mí único objetivo lo cual me ofrece certeza, solaz, paz. Se acaban las dudas pues se para dónde voy. Pero para llegar a Dios necesito a mi hermano, lo que implica que perdone la manera como lo veo desde el ego. Mi hermano es impecable, inocente, como yo. De esa manera, corrijo la forma de ver a mi hermano y se produce el milagro que genera el perdón.
Practiquemos la oración a lo largo del día.
”Busco sólo lo eterno. Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. ¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? Hoy quiero contemplar a mi hermano libre de pecado. Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad”.
Con relación al tema del ego.
Nos dice, Jesús, en el tema especial 12. ¿Qué es el ego?:
”Sueña con el castigo y tiembla ante las figuras de sus sueños: sus enemigos, que andan tras él queriendo asesinarlo antes de que él pueda proteger su seguridad atacándolos primero”.
El ego, necesita la existencia de chivos expiatorios a quien echarle la culpa de lo que suceda al personaje que ha decidido fabricar. Alguien debe ser castigado por lo que le suceda. Como se mete en la lógica del ataque y defensa sabe que, si ataca, así sea en la mente, piensa que va a recibir igual o peor respuesta. Esto no es sino expresión de la lógica a que lleva un pensamiento que no perdona: los papeles de víctima y victimario se complementan y se intercambian continuamente.
Proceso de práctica de la lección
1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
2. Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
4. Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
«Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga.»
Lección 334
"Las lecciones 334 a 337 se centran en el tema de percibir la impecabilidad en nuestros hermanos, lo que nos permite darnos cuenta de que también somos impecables. Ellas a grandes rasgos están en paralelo con las dos secciones que finalizan el Capítulo 20: “La correspondencia entre medios y fin” y “La visión de la impecabilidad” (T-20.VII, VIII). El regalo del perdón despierta en nosotros el recuerdo de nuestra inocencia, pues al deshacer la creencia en el pecado que percibimos en otros, nos damos la oportunidad de elegir la impecabilidad que el Espíritu Santo ofrece sobre el regalo de la pecaminosidad del ego.
(1:1) «No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece.»
Una vez más, Jesús nos hace un llamamiento para que reconozcamos cuán infelices estamos viviendo bajo la guía del ego, y cuán felices seríamos si le permitiéramos a él ser nuestro maestro en su lugar.
(1:2) «Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas.»
En otras palabras, el mundo ya terminó. El principio de la Expiación nunca ha dejado de ser, y todo lo que hemos soñado, pensado o experimentado es una ilusión que nunca ocurrió - “Hace mucho que este mundo desapareció” (T-28.I.1:6).
(1:3-6) «No dejes que hoy vuelva a aceptar regalos tan míseros. La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y eligen seguirlo. Esto es lo que elijo hoy. Y así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado.»
Vimos la importancia de elegir el segundo lugar, para que podamos recordar que nosotros - un aspecto del Hijo de Dios - somos parte del primero. Si estamos infelices con los regalos de la ira, la depresión o el dolor del ego, sólo necesitamos recordar que éstos fueron nuestra elección, y que por consiguiente podemos elegir de nuevo.
(2:1) «Busco sólo lo eterno.»
El ego siempre nos hará buscar lo efímero: los regalos del especialismo del mundo. Jesús nos recuerda que lo que realmente queremos, y únicamente deseamos, es el amor que nunca termina:
“Dedícate, por lo tanto, a lo eterno, y aprende a no ser un obstáculo para ello ni a convertirlo en un esclavo del tiempo.” (T-19.I.16:1)
(2:2-5) «Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. ¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado en él. Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad.»
La manera en que encontramos lo eterno en nosotros mismos es perdonando. Jesús, como hemos visto repetidamente, nos hace trabajar hacia atrás. Comenzamos donde creemos que estamos - en las relaciones especiales plagadas de necesidad y resentimientos. Aprendemos a utilizarlas como aulas de aprendizaje bajo la guía de nuestro nuevo maestro, en las cuales llegamos a comprender que el pecado que percibimos a nuestro alrededor, o incluso en nuestros propios cuerpos, es una proyección de la creencia de la mente en el pecado. Una vez que volvemos a la fuente del error, podemos, como el tomador de decisiones, elegir de otra manera. Comenzamos pidiendo ayuda para cambiar nuestra percepción de alguien percibido como externo a nosotros, y gentilmente nos trasladamos a nuestra mente desconcertada y corazón atemorizado, para aceptar allí nuestra impecabilidad inherente como el verdadero Hijo de Dios."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 334
"Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
¿Cuáles son los regalos que el perdón otorga?, para esta lección son la paz, y lo que se desprende del amor como la felicidad, la plenitud, etc.
Lo que diferencia a nuestro verdadero Ser del ego, es que este último se desenvuelve en el tiempo, en la temporalidad, en todo lo que cree nacer, ser destruido, enfermar, envejecer o morir. Mientras nuestro Ser es inmortal, invulnerable, impecable, eternamente amoroso y feliz, gozando de una paz infinita.
De ahí que si queremos escapar de este mundo de ilusiones debemos tener un sólo propósito: buscar "sólo lo eterno." pues es lo único real.
Permanecer en la ilusión es continuar en el sufrimiento y el conflicto. Y buscar solo lo eterno, lo logramos a través de deshacer las falsas creencia que me impiden ver la verdad de lo que Soy, en tal caso puedo reclamar los regalos que el perdón me ofrece, en primer lugar la paz.
"No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece." Ir en busca de lo eterno, lo real, lo permanente, de la paz y la felicidad requiere solo una cosa de nuestra parte: elegir el amor y nada más que el amor, ver solo amor en mis hermanos y lo veré también en mi.
Contrariamente, si elijo lo temporal, lo efímero, lo que cambia, lo que muta, lo que se degrada, se enferma y cree morir, entonces estoy aceptando los miserables regalos del ego, donde "Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas. No dejes que hoy vuelva a aceptar regalos tan míseros."
El Espíritu Santo nos ofrece la única alternativa real a este mundo de conflictos y sufrimientos, "La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y eligen seguirlo. Esto es lo que elijo hoy." Por eso es que el Curso nos va insistir una y otra vez que la paz y la felicidad son una decisión que reside únicamente en nosotros. Nuestro libre albedrio consiste en elegir entre el amor y el miedo, y por eso hoy "voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado." Y lo hago con convicción, con certeza y con la confianza que he logrado a través del perdón.
ORACIÓN DEL DIA:
"Busco sólo lo eterno. Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. ¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado en él. Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad."
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "12. ¿Qué es el ego?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
CELEBRANDO EL MILAGRO
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BENDICIONES!