Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 333
El perdón pone fin al sueño de conflicto.
1. El conflicto debe ser resuelto. 2Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. 3Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente. 4Pues sólo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece.
2. Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda, y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. 2Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. 3Ninguna otra luz puede salvar al mundo.4Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bienamado.
AUDIOS de la Lección 333
de CELEBRANDO EL MILAGROLectura de la Lección 333
A través de Mariano Noé
Ocurrir de la Lección 333
a través de Martin Musarra
Lección 333
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 333
El perdón pone fin al sueño de conflicto.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, en lección 331*El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya*, nos decía que no había razón para tener conflicto porque la Voluntad de Dios y la nuestra, es la misma. Sólo cuando pensábamos lo contrario surgía el conflicto. La Voluntad de Dios no es que suframos. Si sufrimos es porque decidimos, en nuestra mente, desconocer nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios. El desconocer la Voluntad de Dios nos lleva al miedo que aprisiona el mundo, como vimos en la lección de ayer. Pero, Dios nos dio una solución para liberar el mundo: el perdón. Hoy, nos dice que el perdón pone fin al sueño de conflicto.
Dice Jesús en la lección:
”El conflicto debe ser resuelto. Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, así como la realidad que se le ha asignado”.
Recordemos que Jesús nos enseña que hay dos mecanismos de defensa fundamentales para el ego: la negación y la proyección. Los mecanismos de defensa los utilizamos para defendernos de aquello que percibimos como amenaza del mundo externo. Con ellos queremos proteger nuestros mundos particulares y especiales a consecuencia de lo cual se incrementa la separación. Con la negación no queremos ver el problema, no queremos ver el conflicto tal como nos dice, Jesús, en el día de hoy. Son formas de negación del conflicto, por tanto, las que nos habla, Jesús, anteriormente. Podíamos agregarle el mentir, perder el sentido mediante el alcohol, las drogas y demás adicciones conocidas, y la disociación. La disociación es una forma de negación en la cual el ego pretende que coexistan dos sistemas de creencias que no pueden coexistir y mantenerlas ambas vigentes en nuestra mente, tales como el sistema de pensamiento del ego y el del Espíritu Santo.
El otro mecanismo de defensa fundamental del ego es la proyección que determina la percepción: lo que veo internamente, en mi mente, es lo que proyecto afuera, lo que percibo afuera. La culpa, los resentimientos, la ira, los conflictos, los proyecto afuera. Por eso, Jesús, insiste en la necesidad de la corrección de nuestra mente mediante el perdón para que no sigamos proyectando conflictos. Porque el conflicto se encuentra en nuestra mente y es, ahí, donde debemos corregirlo eligiendo al Espíritu Santo como nuestro guía.
Para el ego, el conflicto es fundamental. No quiere solucionarlo. Lo que quiere es mantenerlo y reforzar nuestro deseo de ser especial, no soltar el pasado, mantener la exclusión y la separación y no perdonar.
Continúa Jesús:
”Pues sólo entonces se pueden desmantelar las defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece”.
Se requiere, con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, y haciendo uso del perdón, desmantelar las defensas de la negación y la proyección del ego que mantienen el conflicto y permitir que la verdad aparezca claramente. Es decir, se trata de llevar la obscuridad de los conflictos a la luz de la verdad de Dios.
En la oración de la lección Jesús equipara al perdón con la luz. La luz del amor, de la paz, de la bondad, de la misericordia, de la tolerancia, de la confianza… El Espíritu Santo siempre está con nosotros diciéndonos que perdonemos. Cuando no perdonamos, estamos en la obscuridad del ego, en la obscuridad del conflicto.
Hagamos la oración a lo largo del día:
”Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. Ninguna otra luz puede salvar el mundo. Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bienamado”.
Con relación al tema del ego.
Nos dice, Jesús, en el tema especial 12. ¿Qué es el ego?:
”El ego es demente. Lleno de miedo, se alza más allá de lo Omnipresente, apartado de la Totalidad y separado de lo Infinito. En su demencia cree también haber vencido a Dios. Y desde su terrible autonomía “ve” que la Voluntad de Dios ha sido destruida”.
El ego, la mente colectiva que proyectó este mundo y el cuerpo, tiene que ser demente porque estando en la Unidad en Dios, en su perfecta paz y dicha, decide pensar separarse de Dios. Esa creencia de creer separarse de la Totalidad y del infinito no le ha producido sino dolor, sufrimiento y conflicto. Es demencia creer que es posible vencer a Dios valiéndose del sufrimiento que genera el sistema de pensamiento del ego lo cual demostraría que Dios no es tan poderoso porque ni siquiera puede impedir el sufrimiento de Su Hijo. Una total demencia cuando la naturaleza de Dios y de Su Hijo es Amor y de ninguna manera quiere que Su Hijo sufra. De esta manera, el ego juega a sentirse víctima de un dios castigador por todo cuanto le suceda eximiéndose, así, de asumir la responsabilidad de generar los cambios para volver a la paz de Dios. Esto lo haría la mente tomadora de decisiones, con la ayuda del Espíritu y de Jesús.
Proceso de práctica de la lección
1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
2. Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
4. Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
«El perdón pone fin al sueño de conflicto.»
Lección 333
"Este mundo se originó con un pensamiento de miedo, la fuente del conflicto que es la raíz de todos los sueños. Así, por ejemplo, temo a alguien o algo fuera de mí, cuya voluntad es atacar, claramente en conflicto con mi voluntad, que percibo como amorosa y pacífica. Sin embargo, es imposible estar en este mundo como un cuerpo sin conflictos de esta naturaleza, porque la esencia de la vida física está enraizada en el principio de la mente errada de «uno o el otro» - un aspecto de la noción de Darwin sobre la supervivencia del más apto. Solo cuando, a través del perdón, salimos del sueño con Jesús, nos damos cuenta de la naturaleza ilusoria del sistema de pensamiento de separación y conflicto del ego. Esta lección es especialmente importante debido a su énfasis en resolver el problema del conflicto del ego en la mente, no en el mundo o el cuerpo.
(1:1-3) «El conflicto debe ser resuelto. Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente.»
Los psicólogos psicodinámicos se han centrado en lo que ellos denominan el «conflicto básico», y cada teórico ha tenido una definición diferente. Jesús también tiene una teoría y define el conflicto básico entre la ilusión y la verdad. Este conflicto del ego con Dios subyace a todo en este mundo, y Jesús enfatiza que no podemos resolverlo fuera, sino sólo en su origen: la decisión de la mente de tener la razón en vez de ser feliz, alineándose con el ego en lugar del Espíritu Santo. Por lo tanto, ningún conflicto es realmente resuelto en el mundo, y nunca habrá una paz duradera aquí; sólo odio, porque no estamos en contacto con su fuente que yace dentro del sistema de pensamiento del ego compartido por las partes de cada conflicto - pasado, presente y futuro.
Por lo tanto, necesitamos ver el conflicto donde está: en la mente, elegido por la mente. Una vez elegido, el conflicto es disociado y luego - proyectado - es visto en el mundo. Entonces no hay ninguna esperanza de deshacerlo. Como nuestro maestro, Jesús nos pide que dejemos que sus ojos sean los nuestros, para que podamos aprender que la verdadera fuente del conflicto nunca está afuera - entre las personas, los gobiernos, las religiones y las razas - sino en la mente que cree que sólo puede existir a través del conflicto, arraigada en su creencia de que ha librado una guerra con Dios, Le ha derrotado y ahora debe evitar Su inevitable represalia. El proceso de curación comienza con nuestras percepciones externas, y Jesús nos ayuda a ver que éstas son sólo “la imagen externa de una condición interna” (T-2 1.in.1: 5).
(1:4) «Pues sólo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece.»
El conflicto finaliza cuando llevamos su oscuridad a la luz del perdón - «en la mente». Pedirle ayuda a Jesús significa mirar la situación a través de sus ojos, aprendiendo que lo que percibimos como conflicto afuera es una proyección del conflicto dentro: nuestra guerra con Dios. Sólo cuando miramos ese pensamiento podemos darnos cuenta de su locura, permitiendo que la luz de la verdad lo desvanezca.
(2) «Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda, y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. Ninguna otra luz puede salvar al mundo. Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bienamado.»
Jesús está diciendo que ningún problema será resuelto en este mundo sin que primero lo llevemos a su fuente, y luego cambiemos la decisión de la mente en favor del ego. Sólo entonces volverá la luz."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 333
"El perdón pone fin al sueño de conflicto."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Pongamos atención a la idea del día. No sólo está diciendo que perdonemos nuestros conflictos. Nos está diciendo que el perdón pone fin a todo sueño de conflicto. Lo acaba de raíz. ¿Cómo lo logramos?
Esta es una lección sobre cómo hacer que el perdón sea eficaz. Si bien es cierto el perdón que nos propone el Curso se puede resumir en una técnica de tres pasos:
Identificar
Abandonar
Reemplazar
Muchos estudiantes manifiestan que aplican los pasos del perdón pero que sienten que no han recuperado la paz que esperaban después de perdonar. En otras palabras el conflicto continúa. Así que tenemos que indagar como estamos perdonando para que el ego no se nos escurra por los pliegues de nuestra mente.
El ego es como un camaleón que cambia de color, según las circunstancias del entorno, según las emociones, ya sea de peligro, de pelea o de cortejo. Se mimetizan adoptando un color similar del lugar donde reposan.
Nuestro ego igual que un camaleón se camufla de múltiples maneras, cuando se siente en peligro y se defiende, pareciera sobrevivir a nuestros intentos de deshacernos de él.
De ahí que la primera afirmación de la lección sea: "El conflicto debe ser resuelto." que es otra manera de decir que el ego debe ser deshecho. El ego debe ser enfrentado hasta que desaparezca, de otra manera el conflicto continuará. "Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños." Los mecanismos de defensa del ego son múltiples, y nos dejamos engañar de muchas de las formas anteriormente descritas.
Jesús nos dice que el ego "Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente." Somos nosotros los que le damos realidad al conflicto, y nos enganchamos en una espiral de ataques y contraataques, cuyo único propósito es hacer real la separación. Con cada conflicto alimentamos la fiera de nuestro ego, la única manera de parar esta espiral de locura es dejar de juzgar, y proceder a identificar los pensamientos de conflicto de nuestro ego para disolverlos con la luz del perdón.
Jesús nos enseña que no debemos tanto buscar la verdad como poner la atención en lo que es falso, para poder perdonarlo, pues cada vez que perdonamos la verdad aflora en nosotros. Para ello debemos afinar nuestra capacidad de auto observación para que el ego no se escabulle por las rendijas de nuestra mente, por los mecanismos de evasión o negación, de encubrimiento o engaño.
Para ello debemos ver de frente el conflicto, observarlo, sentirlo, y luego con el poder de una sonrisa desde nuestro corazón, decirle: "no soy eso, tu no eres mi verdadero Ser, eres un pensamiento falso", y proceder a soltarlo, sin juicios ni condenas, ni ataques de ninguna clase, solo basta reconocer que no es verdad, y elegir abandonarlo. "Pues sólo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar su luz sobre él según desaparece."
La situación es que el ego parece emerger desde nuestro inconsciente y se nos vuelve consciente cuando lo proyectamos en forma de conflicto, y cuando este se presenta buscamos justificarlo, demostrar que tenemos razón, que la culpa no fue nuestra sino de los otros, por lo que identificar las manifestaciones de nuestro ego parece difícil, pues no queremos asumir la responsabilidad por nuestros pensamientos y perdonarlos, y nos dejamos llevar por la evasión, la negación, la introyección, y los demás mecanismos de defensa del ego.
Así que hoy nos vamos a proponer a poner fin a todo sueño de conflicto, vamos a observar a nuestro ego sin que se nos escape de la constante mirada del amor, lo abrazamos con la luz de nuestro perdón, que disolverá toda oscuridad en nuestro corazón.
ORACIÓN DEL DIA:
"Padre, el perdón es la luz que Tú elegiste para que desvaneciese todo conflicto y toda duda, y para que alumbrase el camino que nos lleva de regreso a Ti. Ninguna otra luz puede dar fin a nuestro sueño malvado. Ninguna otra luz puede salvar al mundo. Pues dicha luz es lo único que jamás ha de fallar, ya que es el regalo que le has hecho a Tu Hijo bien amado."
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "12. ¿Qué es el ego?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
CELEBRANDO EL MILAGRO
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!