Este mundo dura tan sólo un instante.
1. Este pensamiento se puede utilizar para expresar que la muerte y el pesar es lo que le espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance. 2 Mas es también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado. 3 Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy.
2. Hoy vamos en busca de Tu mundo santo. 2 Pues nosotros, Tus amorosos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. 3 Mas al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera identidad. 4 Y damos gracias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. 5 Queremos ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad.
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Lección 300 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 300
Este mundo dura tan sólo un instante.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Esta lección remite a los fundamentos metafísicos del Curso. Recordémoslos. El Hijo de Dios se encontraba en la Unidad, en el Amor perfecto de Dios. En algún momento, surge una idea loca de querer separarse de la Unidad, de Dios. Y, en vez de reírse de semejante locura, esa mente colectiva, se la tomó en serio y proyectó este mundo y el cuerpo.
Nuestro Padre, sabía que Su Hijo había caído en un sueño, y, en ese instante, creó al Espíritu Santo para que lo ayude de salir de dicho sueño. Esa separación sólo duró un instante, en realidad nunca ocurrió, fue sólo una creencia del Hijo de Dios. Éste es el principio de la Expiación: nunca nos hemos separado de Dios.
Otra cosa, es que creemos que sí fue cierto y, de ahí, surge la trilogía del ego: pecado por la falta que creímos haber cometido con Dios en el pasado, culpa por dicha falta, en el presente y miedo del posible e inevitable castigo de Dios, en el futuro. Así surge el tiempo lineal tal como lo conocemos: pasado, presente y futuro.
Jesús, nos dice en la lección:
”Éste pensamiento se puede utilizar para expresar que la muerte y el pesar es lo que le espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance”.
En este mundo todo cambia continuamente. Todo es transitorio. Por la separación que lo rige, cada mente que se cree separada quiere realizar su deseo de ser especial, quiere hacer su propio mundo particular, defender sus propios intereses para sentirse diferente y especial.
Continúa Jesús:
”Más es también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado. Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy”.
Ninguna percepción falsa nos puede dominar permanentemente. Podemos, en cualquier momento, cambiarla. Recordemos la lección 236 Gobierno mi mente, la cual sólo yo debo gobernar.
Es cuestión de decidirnos a cambiar nuestra manera de pensar. No estamos solos para ello: tenemos al Espíritu Santo y a Jesús como nuestros guías. Así, como el momento de la separación sólo duro un instante, y, fue corregido al momento, de la misma manera, a cada instante, podemos decidirnos a hacer que el mundo del ego dure sólo un instante y cambiar, ese instante con el ego, en un instante santo, con el Espíritu Santo. En cualquier situación, por difícil que nos parezca, podemos cambiar del maestro del ego que pretende que nos sumamos en la desesperación y el conflicto, al maestro del Espíritu Santo que nos llamará a la paz, al amor, a la unidad, al perdón. Y así, podremos comprobar como el mundo de conflicto del ego duró un solo instante, nada más. Puedo ordenarle a mi mente que ante cualquier situación donde pierda la paz me pregunte: ¿Qué diría, que haría, Jesús, en este momento?
Y tengo que estarle agradecido a Dios por que este mundo duró sólo un instante. Este mundo no lo creó Dios. Le agradezco a Dios por haber creado al Espíritu Santo para que me ayude a salir de los momentos de conflicto en los que caigo, cuando sigo al ego.
La oración de la lección es muy bella y cierra el tema del mundo real que hemos estado estudiando. Hagamos la oración a lo largo del día:
”Hoy vamos en busca de tu mundo santo. Pues nosotros, Tus amorosos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. Más al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera identidad. Y damos gracias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. Queremos ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad”.
Con relación al tema del mundo real
Jesús, en el tema especial 8. ¿Qué es el mundo real? nos dice:
”Ese instante es nuestro objetivo, pues en él yace el recuerdo de Dios. Y según contemplamos un mundo perdonado, Él es Quien nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa, recordándonos nuestra Identidad, la cual nos ha sido restaurada mediante nuestro perdón”.
Para llegar a este último paso que da Dios para llevarnos al Cielo necesitamos haber avanzado, con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, en el proceso de perdón y aceptación de la Expiación para nosotros mismos. Estaremos en nuestra mente recta y Dios nos conducirá al Cielo cuando no tengamos resistencias a la salvación.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
Este mundo dura tan sólo un instante.
Lección 300
"Vemos aquí otro ejemplo del estilo de Jesús de hacer una afirmación y luego presentar la interpretación del ego. Esto es instructivo, porque nos recuerda cuán frecuentemente hacemos eso con el Curso. A menudo malinterpretamos las palabras de Jesús a fin de demostrar que nuestro sistema de pensamiento tiene la razón, logrando así tener éxito en hacer que Jesús sea parte de «nuestro» pensamiento, y en el proceso malinterpretamos su enseñanza. La lección empieza con Jesús explicando cómo el ego tomaría esta afirmación: “Este mundo dura tan sólo un instante”, y lo utiliza para convencernos de que estamos justificados en sentirnos desesperanzados. El ego nos anima a concluir que tal vez podamos ser felices por un instante, pero que eso es todo lo que conseguiremos. Al final, morimos desesperanzados, porque nunca hubo ninguna justificación para la esperanza. Huelga decir que el mensaje lleno de esperanza de Jesús enseña lo contrario.
(1:1) «Este pensamiento se puede utilizar para expresar que la muerte y el pesar es lo que le espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance.»
Implícito aquí es que no hay nada más que esto en el mundo. Nos ganamos unos momentos de felicidad, y luego se extinguen con tanta facilidad como la luz de una vela - la comprensión del ego de este pensamiento. La interpretación de la mente recta, sin embargo, es que el mundo dura tan sólo un instante porque eso es todo lo que es - nada: “...no se perdió ni una sola nota del himno celestial.” (T-26.V.5: 4). En verdad ese instante nunca ocurrió - un pensamiento demasiado atemorizante porque, si es cierto, significa que no existimos. Con el fin de mantener nuestras identidades vivas y bien, por lo tanto, tenemos que poner el Curso al revés y hacer que diga exactamente lo contrario de lo que significa.
(1:2-3) «Mas es también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo, ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado. Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy.»
Una vez más, el mundo dura tan sólo un instante porque procede de un pensamiento que no duró más que un instante. En el mismo momento en que la separación pareció ocurrir, Dios ofreció la Respuesta, una metáfora para la Expiación. Trata de ver cuán poderosamente te esfuerzas por demostrar que la Expiación está equivocada al hacer que este mundo y nuestro cuerpo, y nuestro paso por el tiempo y el espacio, sea real y presente; cómo no quieres dejar ir la ilusión y salir fuera del sueño y mirarlo de otra manera. Hacer eso significaría nunca más volver a tomarte en serio a ti mismo como un yo especial - el mayor temor del ego.
(2:1-3) «Hoy vamos en busca de Tu mundo santo. Pues nosotros, Tus amorosos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. Mas al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera Identidad.»
Esta es una admisión de nuestro error. La premisa de todas las lecciones en la Parte II - implícita o explícitamente - es la necesidad de reconocer nuestro error, que hemos perdido el rumbo porque seguimos «nuestro» camino en lugar del camino del perdón que Jesús nos ofrece, y que conduce en última instancia al mundo real.
(2:4-5) «Y damos gracias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. Queremos ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad.»
La gratitud es el punto fundamental en nuestro proceso, y al final estamos agradecidos por haber estado equivocados. Así hacemos que la separación y todas sus consecuencias desaparezcan en el instante santo, y se han marchado para siempre."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 300
Este mundo dura tan sólo un instante.
El tiempo, como todo lo de este mundo está sujeto a la percepción. Desde la perspectiva de Un Curso de Milagros, sólo hay dos opciones de percibir el tiempo:
El tiempo tal como lo concibe el mundo, como un recurso limitado, que transcurre de forma lineal, donde acumulamos pasado cómo una pesada carga de recuerdos, frustraciones. resentimientos, culpas, miedos y fracasos, que revivimos en el presente, para proyectarlo como un futuro de miedos y ansiedades. El peso del pasado, y las preocupaciones del futuro nos impiden vivir el presente y ser conscientes que es el único tiempo real. El tiempo mide la degradación de los cuerpos que parecen morir.
Desde la perspectivas del Curso, el tiempo, es una ilusión. Es el mecanismo que el ego utiliza para intentar separar la ley de causa y efecto. El Curso mira el tiempo desde la eternidad y por eso decimos: "Este mundo dura tan sólo un instante."
El mundo y el tiempo mirado, desde la perspectiva del ego, desde la perspectiva de nuestras carencias, nos muestra una perspectiva desoladora "Este pensamiento se puede utilizar para expresar que la muerte y el pesar es lo que le espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance." desde esta perspectiva el tiempo mide nuestras frustraciones y muerte.
Desde la perspectiva del Espíritu Santo, desde la perspectiva del amor, desde la perspectiva del perdón y nuestra sanación, el mundo y el tiempo, son "también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado." esta es la mirada desde la eternidad que somos, la mirada que sabe que este mundo de sufrimientos y conflictos en el que creemos vivir, no es más que una estrella fugaz, pues desde la eternidad el tiempo no es más que un instante, así como el mundo que parece contener.
Por eso debemos contemplar el mundo y su tiempo, desde la paz y la serenidad que somos, "Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy."
ORACIÓN DEL DÍA:
"Hoy vamos en busca de Tu mundo santo. Pues nosotros, Tus amorosos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. Mas al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera identidad. Y damos gracias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. Queremos ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad."
Nuestro propósito es liberarnos de este mundo y de su tiempo, y volver al mundo real del amor y la paz de Dios, donde la felicidad y la plenitud siempre nos han esperado, a la eternidad a la que es nuestro Hogar.
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "8. ¿Qué es el mundo real?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.