Nuestras ideas para el repaso de hoy son las siguientes:
1. (61) Soy la luz del mundo.
2 ¡Cuán santo soy, que se me ha encomendado la función de iluminar el mundo! 3 Que permanezca en quietud ante mi santidad. 4 Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos. 5 Y que en su paz pueda recordar Quién soy.
2. Algunas variaciones específicas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir dificultades podrían ser: 2 Que no nuble la luz del mundo en mí.
3 Que la luz del mundo refulja sobre esta apariencia.
4 Esta sombra desaparecerá ante la luz.
3. (62) Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
2 Sólo aceptando mi función podré ver la luz en mí. 3 Y en esa luz mi función se perfilará claramente y sin ninguna ambigüedad ante mis ojos. 4 Esta aceptación no depende de que reconozca cuál es mi función, pues aún no comprendo lo que es el perdón. 5 Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es.
4. Algunas variaciones para las aplicaciones más concretas de esta idea podrían ser:
2 Que esto me ayude a aprender el significado del perdón.
3 Que no separe mi función de mi voluntad.
4 No me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mí.
AUDIOS de la Lección 81
de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 81
A través de Mariano Noé
Ocurrir de la Lección 81
a través de Martin Musarra
Lección 81 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
MATERIAL DE APOYO
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*
Comienza el Segundo repaso donde se repasarán dos lecciones por día. El repaso de hoy es de las lecciones 61 y 62.
1. (61) *Soy la luz del mundo*
Nos dice Jesús:
_Nuestras ideas para el repaso de hoy son las siguientes_:
1 (61) *Soy la luz del mundo*.
_”¡Cuán santo soy, que se me ha encomendado la función de iluminar el mundo! Que permanezca en quietud ante mi santidad. Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos. Y que en su paz pueda recordar Quién soy”¬¬_.
_Algunas variaciones específicas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir dificultades podrían ser_:
*Que no nuble la luz del mundo en mí*.
*Que la luz del mundo refulja sobre esta apariencia*.
*Esta sombra desaparecerá ante la luz*.
_Comentario del repaso de la lección 61_
_”¡Cuán santo soy yo a quien se le ha encomendado la función de iluminar el mundo”_.
Aquí, de nuevo, Jesús, nos habla acerca de nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios, como el Ser que somos, como la parte de nuestra mente que está completamente identificada con Dios, que tiene sus cualidades y que es completamente diferente a este personaje que creemos ser a partir de tomar al ego como maestro. Para acceder a este Ser necesitamos la ayuda del Espíritu Santo.
Recordemos que la luz de la que está hablando Jesús no es la luz que vemos con los ojos físicos. Es un estado mental donde hay tal unificación que las nubes de los resentimientos no pueden entrar. Es un estado de paz, de fortaleza, donde no se pueden ver opuestos. Esta luz es ajena a este mundo y siempre ha estado con nosotros desde que decidimos venir a este mundo de la separación. Otra cosa es que no queramos verla. Pero, para poder verla necesitamos sanar nuestra mente mediante el perdón de todos los juicios que emitimos. Es que mediante los juicios nublamos la luz del mundo en nosotros. Jesús, nos dice en el Curso que los juicios son los causantes de todo el dolor existente en este mundo, se basan siempre en el pasado, son un arma contra la verdad, son lo opuesto al amor y mantienen vigente el conflicto y las ilusiones.
_”Que permanezca en quietud ante mi santidad”_, nos dice Jesús.
Es decir, que esté sin juicios, sin interpretaciones de ataque y separación. Y reconozca, en mi Ser, mi santidad, mi inocencia, mi pureza, mi bondad, mi unidad con todos mis hermanos y con Dios. Se acaban los conflictos porque en la paz recuerdo mi verdadera identidad como Hijo de Dios.
Repaso de la lección 62:
2. (62) *Perdonar es mi función por ser la luz del mundo*.
_” Sólo aceptando mi función podré ver la luz en mí. Y en esa luz mi función se perfilará claramente y sin ninguna ambigüedad ante mis ojos. Esta aceptación no depende de que reconozca cuál es mi función, pues aún no comprendo lo que es el perdón. Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es_.
_Algunas variaciones para las aplicaciones más concretas de esta idea podrían ser_:
*Que esto me ayude a aprender el significado del perdón*.
*Que no separe mi función de mi voluntad*.
*No me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mí*”.
_Comentario del repaso de la lección 62_
El Curso nos ha dado la herramienta fundamental del perdón para poder alcanzar la paz interior y reconocer nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios. Sabemos, por la lección 46 *Dios es el Amor en el que perdono*, que no podemos perdonar solos. Necesitamos hacerlo con Dios y que siempre, al único al que perdonamos, es a nosotros mismos. Cuando perdono accedo a la luz en mí al verla en mis hermanos. Si acepto mi función de perdonar veré la luz en mí y sanaré mi mente del pecado o ausencia de amor, la culpa, el miedo, los resentimientos. El perdón hace que deje mi deseo de ser especial con el cual me separo de mis hermanos y de Dios. El perdón es la respuesta a cualquier clase de ataque que perciba en mis hermanos y veré, en él, una petición de ayuda o de amor de mi parte y, en consecuencia, la daré. En el perdón reside mi paz. Si no perdono, es imposible estar en paz.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo leerse la introducción al segundo repaso, realizar la lección como se les propone y escuchar el mensaje de Dios que los está esperando. No realizarla solos sino con el Espíritu Santo y con Jesús. Sin olvidarse de reír, porque la Voluntad de Dios para nosotros es que seamos felices.
¡Muchas, muchísimas, bendiciones!
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
~ Viaje x Lecciones UCDM - Lección 81 - Repaso II ~
"Como mencioné al discutir el primer repaso, Helen le había informado a Jesús que no quería que se repitiera la misma declaración introductoria mundana en todo momento. Uno de sus criterios para juzgar si Jesús realmente era quien decía ser, era ver si dictaba diferentes palabras para la apertura de cada lección (por ejemplo, «Nuestras ideas para el repaso de hoy son»; «Repasaremos estas ideas hoy»; «Hoy vamos a repasar estas ideas»; etc.). Habiendo visto ahora otro ejemplo de cómo estas lecciones comparten el mismo contenido, pero diferente forma, podemos pasar de lo ridículo a lo sublime.
(1) (61) «Yo soy la luz del mundo.
¡Cuán santo soy yo, a quien se le ha encomendado la función de iluminar el mundo! Concédaseme poder permanecer en quietud ante mi santidad. Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos. Y que en su paz pueda recordar Quién soy.»
En esta primera lección encontramos una clara declaración de nuestro verdadero Ser, que se refleja en lo que la Voz del Espíritu Santo nos recuerda: nuestra función de iluminar el mundo. Como habíamos visto cuando discutimos esta lección anteriormente, no iluminamos un mundo externo, como lo haría una lámpara que emite su resplandor. El mundo existe sólo en la mente del Hijo de Dios, y se oscurece porque hemos elegido escuchar al ego. Al elegir así al Espíritu Santo, nos convertimos en Su luz de verdad. Dado que el Hijo de Dios es uno, y que el mundo se encuentra en la mente del Hijo, también nos convertimos en la luz del mundo. En esta luz, el conflicto no puede ser, porque existe sólo en la oscuridad del sistema de pensamiento del ego de oposición.
(2) «Algunas variaciones específicas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir dificultades podrían ser:
No he de nublar la luz del mundo en mí.
Que la luz del mundo resplandezca a través de esta apariencia.
Esta sombra desaparecerá ante la luz.»
Cuando elegimos a Jesús, las sombras del mundo - la proyección de nuestra culpa - deben desaparecer. Ellas no tienen poder ante la luz, siempre y cuando elijamos la luz, independientemente de la forma de las sombras. Una ilusión es una ilusión es una ilusión, y no tiene poder ante la verdad. Por lo tanto, nuestra función diaria es llevar nuestras percepciones de oscuridad a la luz de la verdad de Jesús.
La siguiente lección trata sobre el perdón, el tema principal de Un Curso de Milagros.
(3:1) (62) «Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.»
Nuestra función en el Cielo es crear, con la cual nadie aquí está en contacto, porque no tiene una referencia mundana. Por otro lado, el perdón tiene un significado para nosotros. Anticipando la Lección 192, se nos recuerda:
“La santa Voluntad de tu Padre es que tú lo completes...extendiendo amor y creando en su
Nombre, por siempre uno con Dios y con tu Ser. Mas ¿qué sentido puede tener tal función en un mundo de envidia, odio y ataque?
Tienes, por lo tanto, una función en el mundo de acuerdo a sus propias normas. Pues, ¿quién
podría entender un lenguaje que está mucho más allá de lo que buenamente puede entender? El perdón es tu función aquí.” (W-pI.192.1:1-2:3)
En otra parte del texto, como recordarás, Jesús dice que nuestra función es curar:
“De la misma manera en que tu función en el Cielo es crear, aquí en la tierra es curar. Dios comparte tu función contigo en el Cielo, y el Espíritu Santo comparte la Suya contigo en la tierra.” (T-12.VII.4: 7-8)
Es nuestra función de perdón (o curación) la que nos permite liberar el sistema de pensamiento del ego, primero al no verlo en otro, y luego al darnos cuenta de que tampoco está realmente presente en nuestras mentes. Este deshacimiento de la culpa elimina las barreras que mantenían oculta nuestra verdadera función de creación, ya que mantenían oculta nuestra Identidad como Cristo.
(3:2-3) «Sólo aceptando mi función podré ver la luz en mí. Y en esa luz mi función se perfilará claramente y sin ambigüedad alguna ante mis ojos.»
Una y otra vez vemos el enfoque en eliminar los obstáculos - el significado del perdón - que alejan de nosotros la Luz del Amor de Cristo. Siempre es útil recordar el comienzo del texto:
“Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.” (T-in.1:6-7)
(3:4-5) «Esta aceptación no depende de que yo reconozca lo que mi función es, pues aún no comprendo lo que es el perdón. Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es.»
Esto es importante. Cuando comenzamos nuestro trabajo con Un Curso de Milagros, pensamos que el perdón es algo que hacemos con alguien más. Incluso más al punto, creemos que el perdón implica pasar por alto algo terrible que otros nos han hecho y decir que los perdonamos. Un paso más arriba es darnos cuenta: "No, yo soy el pecador en lugar de ti." Esto nos lleva a comprender que el perdón no tiene nada que ver con nadie más, sino sólo con nosotros mismos, porque no hay un mundo aparte de nuestras mentes.
Jesús está diciendo así que podemos comenzar este proceso sin entender realmente lo que implica; haciendo nuestro ascenso por la escalera sin ser conscientes de sus peldaños superiores, y mucho menos del Dios que está más allá de la escalera por completo. Basta con saber que hemos estado equivocados acerca de todo lo que hemos pensado, sentido y percibido. Podemos hacerlo muy bien ahora sin entender la respuesta al problema del ego. En efecto:
“Todavía estás convencido de que tu entendimiento constituye una poderosa aportación a la verdad y de que hace que ésta sea lo que es. Mas hemos subrayado que no tienes que comprender nada. La salvación es fácil de alcanzar precisamente porque no te pide nada que no puedas dar ahora mismo.” (T-18.IV.7:5-7)
Sin embargo, al menos podemos entender que no sabemos. Ese es el primer paso. Los siguientes son fáciles de seguir a medida que practicamos, como en estas tres aplicaciones específicas:
(4:2-4) «Que esto me ayude a aprender el significado del perdón.
No dejes que separe mi función de mi voluntad.
No me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mí.»
Como siempre, Jesús nos pide que veamos nuestras experiencias diarias como oportunidades para aprender a perdonar. Una vez más, anticipamos la maravillosa Lección posterior, «Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda» (W-pI.193). Aprendemos el uso apropiado del poder de nuestra mente, pasando del propósito extraño de ataque del ego al propósito de mentalidad correcta de curación del Espíritu Santo. Así devolvemos nuestra voluntad a la Voluntad que Dios creó."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 81
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Con esta lección iniciamos un nuevo repaso, se estudiaran 2 lecciones por día. En el día de hoy repasaremos las lecciones 61 y 62:
(61) *"Yo soy la luz del mundo."*
(62) *"Perdonar es mi función por ser la luz del mundo."*
Recordemos las instrucciones para las prácticas en la introducción del repaso Estas instrucciones son validas para las lecciones 81 hasta 90
Repaso lección 61
1. (61) *"Yo soy la luz del mundo."*
*"¡Cuán santo soy yo, a quien se le ha encomendado la función de iluminar el mundo!"* Reconocer la santidad de mi Ser es una condición para poder cumplir mi función de ser la luz del mundo. Pese a lo que creamos ver o experimentar en este mundo, nuestro Ser es santo e impecable, pues es Hijo de la Santidad.
*"Concédaseme poder permanecer en quietud ante mi santidad."* solo puedo acceder a mi santidad a través de la quietud y el silencio, el ruido del ego me distraerá, busca que mire fuera de mi. El silencio y la quietud propicia que vuelva la mirada hacia mí interior.
*"Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos."* cuando la luz hace presencia en nuestra consciencia, la percepción de conflicto desaparece. *"Y que en su paz pueda recordar Quién soy."* cuando me aquieto, en la paz de mi silencio, puedo recordar *"Quién soy."*
Cuando parezcan surgir dificultades durante el día, puedo aplicar las siguientes variantes:
*"No he de nublar la luz del mundo en mí."*
*"Que la luz del mundo resplandezca a través de esta apariencia."*
*"Esta sombra desaparecerá ante la luz."*
Repaso lección 62:
(62) *"Perdonar es mi función por ser la luz del mundo."*
Si reconozco que en mi consciencia brilla la luz del amor, asumo de manera natural mi función de perdonar. *"Sólo aceptando mi función podré ver la luz en mí. Y en esa luz mi función se perfilará claramente y sin ninguna ambigüedad ante mis ojos. Esta aceptación no depende de que reconozca cuál es mi función, pues aún no comprendo lo que es el perdón. Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es."* Si acepto mi función de perdonar, removeré los obstáculos que me impiden experimentar el amor, en ese momento podré ver la luz en mi. Un resultado de cumplir mi función (perdonar) es que se me revelará la visión espiritual, la visión de Cristo.
*"aún no comprendo lo que es el perdón."* Pese a que vamos en la lección 81, Jesús parte del supuesto que aún no comprendemos plenamente lo que es el perdón, y por lo tanto, lo que es nuestra función, pese a ello, la aceptación de mi función no depende que sepa plenamente que es el perdón, por ahora, lo importante es aceptarlo. Recordemos que *“soy la luz del mundo”* no es mi personaje con nombre y apellido, sino esa parte de mi mente que todavía recuerda a Dios, esa parte de mi mente que sigue unida a Dios. *"Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es."* si acepto mi función, confiaré que la luz me permitirá ver la verdad.
*RESPUESTA A LA TENTACION:*
Si durante el día se me presentan situaciones conflictivas, se nos sugiere utilizar estas variantes:
*"Que esto me ayude a aprender el significado del perdón."*
*"No dejes que separe mi función de mi voluntad."*
*"No me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mí."*
Si comparamos las lecciones de repaso con las originales, (la 61 y 62) notaremos que Jesús va introduciendo nuevas reflexiones en los repasos, no se trata de una repetición mecánica de las lecciones anteriores, sino de una profundización de la comprensión y la práctica.
Bendiciones
Texto
CELEBRANDO EL MILAGRO
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