Descanso en Dios.
1. Hoy pedimos descanso y una quietud que las apariencias del mundo no puedan perturbar. 2 Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos. 3 Pedimos seguridad y felicidad, aunque lo que parece que vemos sea peligro e infortunio. 4 Y disponemos del pensamiento que responderá a nuestra petición con lo que pedimos.
2. “Descanso en Dios.” 2 Este pensamiento te brindará descanso y sosiego, paz y quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas. 3 ”Descanso en Dios.” 4 Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el mundo y en todo lo que existe. 5 He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que haya venido alguna vez o haya de venir para estar aquí por algún tiempo. 6 He aquí el pensamiento mediante el cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reconocerse a sí mismo.
3. “Descanso en Dios”. 2 Completamente impávido, este pensamiento te sacará adelante a través de tormentas y luchas, más allá del infortunio y del dolor, de la pérdida y de la muerte, y te llevará a la certeza de Dios. 3 No hay sufrimiento que no pueda sanar. 4 No hay problema que no pueda resolver. 5 Y no hay apariencia que no se convierta en la verdad ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios.
4. Éste es el día de la paz. 2 Descansas en Dios, y mientras los vientos del odio dividen el mundo, tu descanso permanece imperturbable. 3 Tuyo es el descanso de la verdad. 4 Las apariencias no te pueden perturbar. 5 Exhortas a todos tus hermanos a que se unan a ti en tu descanso, y ellos te oirán y vendrán a ti porque descansas en Dios. 6 No oirán ninguna otra voz excepto la tuya porque tú le entregaste tu voz a Dios y ahora descansas en Él y dejas que Él hable a través de ti.
5. En Él no tienes inquietudes, preocupaciones, agobios, ansiedad, dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el pasado. 2 Descansas en la intemporalidad, mientras que el tiempo pasa de largo sin dejar marca sobre ti, pues nada puede jamás alterar tu descanso en modo alguno. 3 Descansa hoy. 4 Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. 5 Permite que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus frenéticas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó. 6 Deja que tu mente se aquiete y acepte con agradecimiento su curación. 7 Ahora que descansas en Dios ya no vendrán a rondarte sueños de terror. 8 Dedica tiempo hoy a ir más allá de los sueños hasta llegar a la paz.
6. En los descansos que hoy tomas cada hora, una mente fatigada de repente se alegra, un pájaro con las alas rotas rompe a cantar y un arroyo por largo tiempo seco mana de nuevo. 2 El mundo renace cada vez que descansas y que recuerdas cada hora que viniste a brindarle la Paz de Dios al mundo a fin de que pudiese descansar junto contigo.
7. Cada vez que hoy descansas cinco minutos el mundo se acerca más a su despertar. 2 Y el momento en que lo único que haya sea descanso se acerca más a todas las mentes cansadas y exhaustas, demasiado agotadas ahora como para poder seguir adelante solas. 3 Y estas mentes oirán al pájaro cantar otra vez y verán el arroyo manar de nuevo, y con renacida esperanza y renovado vigor marcharán con paso ligero por la senda que de súbito parece más fácil de recorrer a medida que avanzan.
8. Hoy descansas en la Paz de Dios, y desde tu descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a ti. 2 Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde reposas. 3 Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los más remotos lugares del mundo así como desde los más cercanos; invítalos a todos a entrar y a descansar contigo.
9. Hoy descansas en la Paz de Dios, tranquilo y sin miedo. 2 Cada uno de tus hermanos viene a descansar y a ofrecerte su descanso. 3 Aquí todos descansamos juntos, pues así es como nuestro descanso se vuelve total, y lo que hoy damos ya lo hemos recibido. 4 El tiempo no es el guardián de lo que damos hoy. 5 Damos a los que aún no han nacido y a los que ya partieron; a todo Pensamiento de Dios y a la Mente en la que estos Pensamientos nacieron y en donde descansan. 6 Y les recordamos su lugar de descanso cada vez que nos decimos a nosotros mismos: “Descanso en Dios”.
AUDIOS de la Lección 109
de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 109
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
Ocurrir de la Lección 109
a través de Martin Musarra
Lección 109 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 109
Descanso en Dios.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Esta es otra lección muy bella y sanadora. Y el descanso de que nos habla Jesús sólo lo podemos encontrar en el interior de nuestra mente donde habrá siempre un centro tranquilo y en paz, que es la morada de nuestro Ser, del Cristo, del Hijo de Dios que hay en nosotros. Todo este proceso de descansar en Dios lleva implícito el perdón y la aceptación de la Expiación para nosotros mismos, siempre contando con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús.
Tenemos derecho al descanso en Dios. El ego nos dice que no es cierto, que no somos dignos de descansar en Dios, que las cosas nos tienen que costar mucho sacrificio y sufrimiento para merecerlas. Jesús, nos dice que no tenemos por qué creerle al ego. Que podemos ver al mundo de otra manera: con los ojos del amor y no del miedo, que somos dignos del Amor de Dios. Esta lección debe leerse como una meditación.
Jesús nos dice en la lección:
_“Hoy pedimos descanso, y una quietud que las apariencias del mundo no pueden perturbar. Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos”_.
Hemos estudiado que los problemas no están en el mundo sino en la interpretaciones que hacemos de él de acuerdo al maestro que escojamos: al Espíritu Santo o al ego. En el mundo del ego los problemas siempre nos acompañarán porque son proyecciones de la culpa ancestral que cargamos por la creencia en la separación de Dios. Pero, recordemos que siempre podemos acudir al Espíritu Santo y a Jesús para que nos ayuden a perdonar nuestras interpretaciones y convertir los resentimientos que alimentan los problemas, en milagros. Recordemos la lección 78 ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!
El decir Descanso en Dios no significa que no veamos conflictos en el mundo sino que, mediante el perdón, los veremos de otra manera de tal forma que no se afecte nuestra paz. Recordemos que la paz es el indicativo que me muestra que necesito perdonar. Si ante una situación del mundo, siento el más leve malestar e incomodidad y siento que estoy perdiendo mi paz, necesito perdonar, pues ese, aparente, malestar esconde una inmensa ira.
Recordemos que hemos estado entrenándonos para ir a nuestro interior y encontrar la luz, encontrar la felicidad, la dicha, la paz, la verdad. Todos podemos acudir a ese lugar seguro en nuestra mente donde se encuentra nuestro Ser. A acceder a ese lugar se encamina nuestro entrenamiento mental de la mano de nuestro maestro interior.
Eso lo hemos trabajado en las últimas lecciones. Hoy, también vamos ir a ese centro tranquilo de nuestra mente, que no es afectado por las tormentas del mundo. Y esto es posible porque en nuestras mentes, que se creen divididas, existe un fuerte cimiento de amor mucho más fuerte que todo el odio del ego. Recordemos la lección 67 El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.
Jesús nos dice:
_“Hoy descansas en la Paz de Dios, y desde tu descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a ti. Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde reposas. Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los más remotos lugares del mundo, así como de los más cercanos; invítalos a todos a entrar y descansar contigo”_.
Que maravilla. Jesús, nos insiste en salvarnos con nuestros hermanos, pues al Cielo no se entra solo. Nos habla del “sagrado santuario” que no es más que la relación perdonada, santificada por la decisión de ver la santidad en nuestros hermanos y en nosotros mismos.
Esta es una lección muy bella. Busquen la manera de estar hoy con Dios, de descansar en Dios. Realicen la lección como se les plantea de la mano de Jesús y del Espíritu Santo. Sin olvidarse de reír, porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
Descanso en Dios.
Lección 109
“Esta lección (109) es particularmente hermosa, y debe leerse como una meditación. Espero no arruinarla con mis comentarios. Ten en cuenta que cuando Jesús habla de descansar en Dios, está en contraste con la inquietud y el mal-estar del mundo. Así vemos de nuevo su énfasis en contrastar la verdad y la ilusión: su reposo de verdadera quietud, y el asesinato del ego – estoy tranquilo y en paz porque obtuve lo que quería; gané y tú perdiste, así que descanso en el triunfo. Nótese, también, cómo la frase «Descanso en Dios» se repite casi como un motivo musical.
(1) «Hoy pedimos descanso, y una quietud que las apariencias del mundo no puedan perturbar. Pedimos paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos. Pedimos seguridad y felicidad, aunque lo que parece que vemos es peligro e infortunio. Y disponemos del pensamiento que responderá a nuestra petición con lo que pedimos.»
Jesús no está diciendo que deberíamos desaparecer en la cima de una montaña y descansar en Dios. Él nos pide que practiquemos esta lección en medio de nuestro mundo diario de agitación, sueños conflictivos, peligro e infortunio. El objetivo es pasar por nuestras vidas, llenas de «tormenta e ímpetu», y aún así sentir paz. Sin duda, los problemas siempre nos acompañan porque son proyecciones de la culpabilidad, que también están siempre con nosotros. Al elegir el perdón, sin embargo, el problema en la mente desaparece, al igual que los problemas percibidos en el mundo. Lo que queda es la paz y la quietud que viene del descanso, que es el feliz efecto de liberar nuestro aferramiento a la culpabilidad.
(2:1-4) « “Descanso en Dios.” Este pensamiento te brindará el descanso y el sosiego, la paz y la quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas. “Descanso en Dios.” Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el mundo y en todo lo que existe.»
Comenzamos con las apariencias; a saber, tú y yo somos diferentes, con diferentes objetivos. Pedirle ayuda a Jesús nos lleva más allá de las apariencias a la verdad, ya que su visión de intereses compartidos reemplaza nuestros juicios. Así abrimos los ojos y despertamos del sueño de separación.
(2:5) «He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que jamás haya venido o haya de venir para estar aquí por algún tiempo.»
Esto no tiene sentido si no te das cuenta de que el pasado, el presente y el futuro son uno, y el instante santo no es parte del tiempo lineal. Por lo tanto, Jesús no habla de hacer nada en el mundo, o de tejer magia que deshace el pasado y libera el futuro. Su tema es el amor que es atemporal.
(2:6) «He aquí el pensamiento mediante el cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reconocerse a sí mismo.»
El término «nace de nuevo» se usa en Un Curso de Milagros de manera bastante diferente de su uso común. Aquí, significa elegir de nuevo. Cuando elegimos al ego pensamos que teníamos vida, cuando en realidad era la muerte. Al elegir “morir al ego”, renacemos porque dejamos que Jesús nos recuerde que nuestro creador no es el ego. Así nacemos de nuevo a nuestra realidad como el único Hijo de Dios.
(3) « “Descanso en Dios.” Completamente impávido, este pensamiento te sacará adelante a través de tormentas y luchas, más allá del infortunio y del dolor, de la pérdida y de la muerte, y te llevará a la certeza de Dios. No hay sufrimiento que no pueda sanar. No hay problema que no pueda resolver. Y no hay apariencia que no se convierta en la verdad ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios.»
Como siempre, el pensamiento del día está destinado a ser practicado. Esto significa mirar la tormenta y la lucha diaria, la miseria y el dolor con los ojos de Jesús. Al ver el mundo de otra manera, sabemos que nada allí puede afectar el amor y la paz interior. Esta, entonces, es la esencia de Un Curso de Milagros, y es por eso que Jesús necesita que estudiemos y practiquemos sus enseñanzas: ser iguales a él – faros de luz que llaman a otras mentes a unirse en su descanso.
(4:1-2) «Éste es el día de la paz. Descansas en Dios, y mientras los vientos del odio dividen el mundo, tu descanso permanece imperturbable.»
Esto no significa que no veas el odio del mundo. Significa que no dejas que altere tu paz. El mundo debe estar lleno de odio porque es por eso que fue fabricado, y el amor no tiene lugar aquí; solo en el Cielo, cuando despiertas de los sueños del ego. Sin embargo, en este mundo, el perdón del odio es posible cuando no lo tomas personalmente o dejas que te afecte. Tal visión ocurre porque tu mente descansa sobre un cimiento de amor mucho, mucho más fuerte que el odio del ego.
(4:3-5) «Tuyo es el descanso de la verdad. Las apariencias no te pueden perturbar. Exhortas a todos tus hermanos a que se unan a ti en tu descanso, y ellos te oirán y vendrán a ti porque descansas en Dios.»
Estas no son una exhortación y convocatoria externas. Pueden reflejarse externamente, pero están presentes solo en tu mente, que, cuando se une con otras mentes, comparte su paz y descanso.
(4:6-5:1) «No oirán ninguna otra voz excepto la tuya porque tú le entregaste tu voz a Dios, y ahora descansas en Él y dejas que Él hable a través de ti. En Él no tienes inquietudes, preocupaciones, agobios, ansiedades o dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el pasado.»
Jesús no dice que descansar en Dios nos quitará nuestra individualidad. Él no pretende asustarnos. En esta etapa de nuestro aprendizaje, es importante comprender que cuando descansamos en Dios, conservamos un sentido del yo, pero uno libre de dolor. Recuerda que el Espíritu Santo no nos quita nuestras relaciones especiales, incluido nuestro yo. Él los transforma de instrumentos de dolor y culpa a otros de perdón y dicha, como lo explica el siguiente pasaje:
“El Espíritu Santo, siempre práctico en Su sabiduría, acepta tus sueños y los emplea en beneficio de tu despertar. Tú te habrías valido de ellos para seguir durmiendo. Dije antes que el primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan, es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices. Eso es lo que el Espíritu Santo hace en la relación especial. No la destruye ni te priva de ella. Pero sí la usa de manera diferente, a fin de ayudarte a que Su propósito se vuelva real para ti. Seguirás teniendo una relación especial, pero no será una fuente de dolor o de culpabilidad, sino de dicha y liberación. No será sólo para ti, pues en eso reside su infortunio. De la misma manera en que su falta de santidad la mantiene como algo aparte, su estado de santidad la convierte en una ofrenda para todo el mundo.” (T-18.II.6)
Por lo tanto, tomamos los “pequeños pasos” (W-pI.193.13: 7) que suave y pacientemente nos conducen a través del dolor a la paz, del tiempo al instante intemporal, y finalmente al eterno descanso en Dios.
(5:2-3) «Descansas en la intemporalidad, mientras que el tiempo pasa de largo sin dejar marca sobre ti, pues nada puede jamás alterar tu descanso en modo alguno. Descansa hoy.»
Jesús describe una “división” positiva en nuestra experiencia. Caminamos por esta tierra como lo hacen los demás, pero sigue habiendo una parte de nuestra mente que está plenamente consciente del amor de Jesús. Esto nos permite – sin importar la actividad del cuerpo o los eventos mundiales – nunca perder la paz. Por lo tanto, no abandonamos el mundo, sino el sistema de pensamiento del ego. El familiar párrafo final de “No tengo que hacer nada” resume esta conciencia dividida, en la que descansamos, aunque nuestros cuerpos estén bastante activos:
“Mas este lugar de reposo al que siempre puedes volver siempre estará ahí. Y serás más consciente de este tranquilo centro de la tormenta, que de toda su rugiente actividad. Este tranquilo centro, en el que no haces nada, permanecerá contigo, brindándote descanso en medio del ajetreo de cualquier actividad a la que se te envíe. Pues desde este centro se te enseñará a utilizar el cuerpo impecablemente.” (T-18.VII.8: 1-4)
Vemos así el poder de Un Curso de Milagros como un camino espiritual: por un lado aprendemos la naturaleza ilusoria del mundo; mientras que, por otro lado, se nos anima a ser instrumentos de paz en el mundo de la ilusión.
(5:4-5) «Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. Permite que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus frenéticas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó.»
Observa la aliteración aquí: «sumergirse» y «quietud»; «descanso», «respiro» y «asegurar»; «frenético», «fantasías» y «febril»: una ventaja para quienes aprecian esta forma estilística. En el nivel del contenido, no se nos pide que neguemos nuestras “frenéticas fantasías”, sino que simplemente comprendamos que no tienen ningún efecto sobre la verdad en nosotros. Sin nuestra creencia en ellas, los sueños de delirio febril pasan.
(5:6-8) «Deja que tu mente se aquiete y acepte con agradecimiento su curación. Ahora que descansas en Dios ya no vendrán a rondarte sueños de terror. Dedica tiempo hoy a ir más allá de los sueños, hasta llegar a la paz.»
Esto significa, nuevamente, que nada aquí te puede afectar. De vez en cuando puedes tener “sueños de terror”, pero serás capaz de dejarlos a un lado ligeramente al darte cuenta de que esto no tiene nada que ver contigo. Volviendo al adorable “Awake in Stillness” de Helen que vimos en una lección anterior, leemos más en el poema y encontramos estas tranquilizadoras palabras:
«El Cristo se está despertando en
El hogar que Él ha elegido como propio.
Su visión descansa sobre tus ojos, y pronto
Contemplarás Su rostro y olvidarás
Las fantasías que parecían ser tan reales
Hasta que llegó la quietud.»
(Los Regalos de Dios, p. 73)
Esta quietud, renace cuando “sueños de terror” han terminado, se convierte en el hogar de nuestro descanso.
(6) «En los descansos que hoy tomas cada hora, una mente fatigada de repente se alegrará, un pájaro con las alas rotas romperá a cantar y un arroyo por largo tiempo seco manará de nuevo. El mundo renace cada vez que descansas y recuerdas cada hora, que viniste a brindarle la paz de Dios al mundo a fin de que pudiese descansar junto contigo.»
No hace falta decir que Jesús no está hablando literalmente acerca de que el ala de un ave se haya sanado o que los manantiales fluyan. Estos son solo símbolos de la mentalidad correcta. Podríamos estar viviendo en medio de un desierto o en una terrible sequía sin pájaros en ninguna parte, y aún sentiríamos la paz de Dios. Estas maravillosas imágenes nos reflejan la dicha, la paz y la tranquilidad que vienen a nuestras mente cuando elegimos renacer. Debido a que Cristo es uno, puede renacer solo como uno. La canción olvidada tiene solo una nota.
(7) «Cada vez que hoy descansas cinco minutos el mundo se acerca más a su despertar. Y el momento en que lo único que haya sea descanso se acerca más a todas las mentes cansadas y exhaustas, demasiado agotadas ahora como para poder seguir adelante solas. Y estas mentes oirán al pájaro cantar otra vez y verán el manantial manar de nuevo, y con renacida esperanza y renovado vigor marcharán con paso ligero por la senda que de súbito parece más fácil de recorrer según siguen adelante.»
Esta es una hermosa lección para leer en silencio y, mientras lo haces, darte cuenta de que si no traes tu dolor y sufrimiento a sus pensamientos, no significarán nada más para ti que bellas palabras que te inspiran durante quince segundos. Entonces cierras el libro y vuelves a todo lo que te había perturbado previamente. Sin embargo, llevar el malestar a la belleza de la lección, aunque solo sea durante cinco minutos cada hora, es todo lo que se requiere para compartir su visión, que se convierta en tuya hasta que el tiempo finalice.
(8:1) «Hoy descansas en la paz de Dios, y desde tu descanso exhortas a tus hermanos a que encuentren el suyo y descansen junto a ti.»
Esto no se logra con palabras externas, sino con la simple presencia que les recuerda que pueden hacer la misma elección feliz que tú hiciste. El amor siempre llama al amor, para que sea él mismo.
(8:2) «Hoy serás fiel a tu cometido, al no olvidarte de nadie e incluir a todos en el infinito círculo de tu paz, el sagrado santuario donde reposas.»
El lenguaje religioso refleja lo sagrado de la experiencia, no por algo externo, sino por la Presencia amorosa de Dios en nuestras mentes. El sagrado santuario de descanso es la relación perdonada, santificada por la decisión de ver sólo la santidad en nuestros hermanos y en nosotros mismos:
“¡Cuán santo debes ser tú, que desde ti la Voz de Dios llama amorosamente a tu hermano para que puedas despertar en él la Voz que contesta tu llamada! ¡Y cuán santo debe ser tu hermano cuando en él reside tu propia salvación, junto con su libertad!” (T-26.IX.1:1-2)
(8:3) «Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan desde los más remotos lugares del mundo, así como desde los más cercanos; invítalos a todos a entrar y a descansar contigo. »
Esto es imposible siempre y cuando abrigues pensamientos de especialismo: algunas personas que amo, otras que odio; algunos que quiero ayudar, otros a quienes quiero crucificar. Una vez más, Jesús no habla de nada externo, sino de una experiencia de amor que abraza a la Filiación como un todo. Si realmente deseas tomar la mano de Jesús y volver a casa, debes soltar las manos de todos los que odias o piensas que amas. Debes dejar atrás cada pensamiento especialismo y venir a él, como él dice, con las “manos completamente vacías” (W-pI.189.7: 5).
Así se abre la puerta inmemorial que hasta ahora había estado cerrada, y todos nuestros hermanos recibieron con agrado que podamos cantar juntos la hermosa canción que se ha recordado en nuestro descanso:
“El final «es» indudable y está garantizado por Dios. ¿Quién se detendría ante una imagen inerte, cuando un paso más allá el más Santo de todos los Santos abre una puerta inmemorial que conduce más allá del mundo?…
Esperemos aquí en silencio, y arrodillémonos un instante en agradecimiento hacia Aquel que nos llamó y nos ayudó a oír Su Llamada. Y luego levantémonos y recorramos con fe el camino que nos conduce a Él. Ahora estamos seguros de que no caminamos solos. Pues Dios está aquí, y con Él todos nuestros hermanos. Ahora sabemos que jamás volveremos a extraviarnos. El canto que sólo se había interrumpido por un instante se vuelve a oír, si bien parece como si nunca antes se hubiese entonado. Lo que aquí ha empezado ganará fuerza, vida y esperanza, hasta que el mundo se detenga por un instante y olvide todo lo que el sueño de pecado hizo de él.” (C-ep.1:10-11; 4)
(9) «Hoy descansas en la paz de Dios, tranquilo y sin miedo. Cada uno de tus hermanos viene a descansar y a ofrecerte a ti su descanso. Descansamos juntos aquí, pues así es como nuestro descanso es total, y lo que hoy damos ya lo hemos recibido. El tiempo no es el guardián de lo que damos hoy. Damos a los que aún no han nacido y a los que ya partieron, a todo Pensamiento de Dios, y a la Mente en la que estos Pensamientos nacieron y en donde descansan. Y les recordamos su lugar de descanso cada vez que nos decimos a nosotros mismos: “Descanso en Dios”»
El lugar de este descanso es la parte de la mente en la que mora el Pensamiento intemporal de Dios, abrazando al Hijo de Dios como uno solo. En ese instante intemporal encontramos nuestro descanso, mientras escuchamos la Voz de Dios hablarnos suavemente del amor del Cielo, mientras hablamos con nuestros hermanos. Las líneas finales de “Awake in Stillness” proporcionan un bello final para la discusión de esta hermosa lección:
«El hijo de Dios
Ha venido a unirse a ti ahora. Su resplandeciente mano
Está sobre tu hombro. Y la silenciosa Voz de Dios
Habla incesantemente del Cielo. Oirás
Su único mensaje llamando a los Suyos
Desde Su permanente morada, a despertar en Dios.»
(Los Regalos de Dios, p. 73) “
Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 109
Descanso en Dios.
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
PROPÓSITO:
Experimentar la paz de Dios, al buscar unir mi mente con la Mente de Dios en una meditación, que nos puede situar en un estado de profunda paz y serenidad que nos permitirá trascender los conflictos de este mundo.
En este mundo descansar en Dios está asociado a la muerte, no a la vida. Cuando alguien muere decimos "descansó en la paz de Dios". De esta manera asociamos la paz de Dios con la muerte, y la cesación de nuestros conflictos en este mundo. La paz se considera una utopía mientras vivamos en este mundo, y el logro de la paz se daría cuando las mentes abandonan los cuerpos. No es una paz que sane ni que sea fuente de alegría o felicidad, no es una paz que se desee, si no más bien que se teme, sobre esa base, el ego considera más deseable el conflicto que la paz, pues se considera vivo en medio del conflicto, y muerto en medio de la paz.
Contrariamente el Curso nos plantea que podemos pedir "paz y tranquilidad en medio de todo el torbellino nacido de sueños conflictivos." con lo que nos está diciendo que podemos alcanzar y experimentar la paz en medio de los conflictos de este mundo.
LOS BENEFICIOS DE LA PAZ DE DIOS:
Jesús nos explica los beneficios de descansar en Dios: "Este pensamiento te brindará el descanso y el sosiego, la paz y la quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas." Descansar en Dios nos brinda descanso, sosiego, paz, seguridad, felicidad y pone fin a nuestros sufrimientos.
Adicionalmente descansar en Dios nos sustraerá de la dinámica de las tormentas que generamos con nuestras luchas y conflictos y nos llevan a la certeza de Dios.
Otro beneficio importante es que nos ayuda a despertar del sueño de separación y a reconocernos como lo que somos: el perfecto Hijo de Dios: "Descanso en Dios." Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti" y pone fin al ciclo de nacimientos y muertes que creemos experimentar: "He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que jamás haya venido o haya de venir para estar aquí por algún tiempo."
LA PAZ COMO CURACION:
Descansar en Dios también tiene un efecto sanador: "No hay sufrimiento que no pueda sanar. No hay problema que no pueda resolver. Y no hay apariencia que no se convierta en la verdad ante los ojos de vosotros que descansáis en Dios."
La lista de los efectos sanadores de descansar en Dios es bastante extensa: "En Él no tienes inquietudes, preocupaciones, agobios, ansiedades o dolor, ni miedo al futuro ni remordimientos por el pasado." es un morir al ego y un renacer en Dios, el conflicto ha sido sustituido por la paz, el odio por el amor, la creencia en el tiempo y sus angustias por la sosegada certeza de la eternidad, en la que ningún acontecimiento externo podrá perturbar tu paz.
PRÁCTICA:
Aquiétate durante los primeros 5 minutos de cada hora. En una meditación lo más profunda posible, adéntrate en tu interior con la idea de:
"Descanso en Dios"
La lección no es muy específica de cómo hacer la práctica, pero se supone que ya tenemos las instrucciones de las lecciones anteriores, en esta nos dice: "Descansa hoy. Y según cierras los ojos, sumérgete en la quietud. Permite que estos períodos de descanso y respiro le aseguren a tu mente que todas sus frenéticas fantasías no eran sino los sueños de un delirio febril que ya pasó.”
Para llegar a tener una experiencia más profunda de meditación, pueden tomar como referencia el tipo de meditación que yo practico; esta consiste en cerrar los ojos, respirar lenta y profundamente, y con cada inhalación repito mentalmente la idea del día "Descanso en Dios" y con cada exhalación me digo "Descanso en Dios" y repito sucesivamente la idea con cada inhalación y exhalación mientras fijo mi atención en la punta de la nariz, siendo consciente tanto de la respiración como de la repetición de la idea del día, vas a notar como tu cuerpo se relaja, tu mente se tranquiliza y los pensamientos perturbadores se van deshaciendo hasta llegar a una profundas quietud.
Hasta donde nos puede llevar la práctica? Hasta donde estemos dispuestos a llegar, si lo hacemos con disciplina y constancia podríamos llegar a experimentar la santidad que reside en nuestro interior, a experimentar la paz de Dios, o quizás logres llegar al lugar más sagrado en ti, como lo describe un pasaje del Texto:
"Hay un lugar en ti en el que este mundo en su totalidad ha sido olvidado, y en el que no quedan memorias de pecado ni de ilusiones. Hay un lugar en ti donde el tiempo ha desaparecido y donde se oyen ecos de la eternidad. Hay un lugar de descanso donde el silencio es tan absoluto que no se oye ningún sonido, excepto un himno que se eleva hasta el Cielo para brindar júbilo a Dios el Padre y al Hijo. Allí donde Ambos moran, allí Ambos son recordados. Y allí donde ambos están, allí se encuentran el Cielo y la paz" (T.29.V.1:1-5)
Si logras hoy llegar a ese santo lugar en ti, el himno celestial entonara su canto de júbilo y bienvenida, si no lo logras, ten por seguro que ningún esfuerzo se ha perdido, has dado pasos firmes hacia tu mundo interior. Y tu descanso y tu paz tendrán un efecto sanador sobre todas las mentes de este mundo, más allá del tiempo y de cualquier lugar, pues damos paz incluso "a los que aún no han nacido y a los que ya partieron."
PRÁCTICAS CORTAS Y FRECUENTES:
Repite a lo largo del día con la mayor frecuencia posible:
"Descanso en Dios"
Lleva en tu corazón el recuerdo de Dios, ese recuerdo te sustraerá de todo conflicto o sufrimiento y te recordará quien eres realmente.
RESPUESTA A LA TENTACIÓN:
Cada vez que creas que tienes un problema o dificultad, o sientas un sufrimiento que te quite la paz, di para tus adentros:
"Descanso en Dios"
Decídete hoy a elegir la paz en lugar del conflicto, la felicidad en lugar del sufrimiento, intenta llegar a ese centro de descanso interior y quizás logres que este "tranquilo centro, en el que no haces nada, permanecerá contigo, brindándote descanso en medio del ajetreo de cualquier actividad a la que se te envíe. Pues desde este centro se te enseñará a utilizar el cuerpo impecablemente.” (T-18.VII.8: 3-4)
No tengas la menor duda que si invocas la amorosa guía del Espíritu Santo o de Jesús, para que te ayuden a descansar en Dios, vas a estar acompañado en tu jornada y no importa que tan profunda logre ser tu meditación, ten por seguro que el Amor y Su paz jamás dejaran de responder a tu llamado y deseo de descansar en la paz de Dios.
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