TERAPIA ESPIRITUAL UN CURSO DE MILAGROS
Sanando con Jesús:
No hagas nada. El perdón te muestra lo que debes hacer
Presentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*TEORÍA*
Jesús, nos dice en el tema especial 1 del Libro de lecciones de Un curso de milagros párrafo 5:
_“5. No hagas nada, pues, y deja que el perdón te muestre lo que debes hacer por medio de Aquel que es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien, lleno de esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás. 2Él ya te ha perdonado, pues ésa es la función que Dios le encomendó. 3Ahora tú debes compartir Su función y perdonar a aquel que Él ha salvado, cuya inocencia Él ve y a quien honra como el Hijo de Dios”_.
Tema especial 1. ¿Qué es el perdón? Párrafo 5
En este tema especial de la segunda parte del Libro de ejercicios, Jesús, nos explica las características del perdón. Nos dice que lo que pensamos que nuestro hermano nos había hecho en realidad nunca ocurrió porque es producto de mi interpretación, de mis proyecciones de culpa y miedo que descargo sobre él. Así, como nunca me he separado de Dios, tampoco me he separado de mi hermano. Mi hermano y yo somos uno: somos tal como Dios nos creó. Lo que veo en mi hermano es mi propia proyección. Si tengo pensamientos de ataque los proyectaré en mi hermano y creeré que él me está atacando. Perdonar es cambiar la manera de ver a mi hermano. El perdón descarta las ideas falsas acerca del Hijo de Dios dejando espacio únicamente para la Voluntad de Dios que lo único que quiere para mí es que yo sea feliz al igual que mis hermanos.
También nos dice, Jesús, que el pensamiento que no perdona se aferra a un juicio que no suelta para justificar la separación del hermano así sea mediante la distorsión de la realidad. Mediante ese juicio se aferra al pasado y no olvida la, supuesta, ofensa; cae en el victimismo; se considera inocente y los demás culpables; se considera “bueno” y el otro es el “malo”; mantiene su especialismo; quiere tener siempre la razón, así, para ello, haya que distorsionar los hechos; no ve al hermano como un Hijo de Dios como él, etc.
Todo lo contrario de lo que sucede con el perdón, como nos dice Jesús en el tema especial 1. ¿Qué el perdón?:
”El perdón en cambio es tranquilo y sosegado y sencillamente no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga”. L-pII. 1. 4: 1-3
Nos dice Jesús en el párrafo 5:
_”No hagas nada, pues, y deja que el perdón te muestre lo que debes hacer por medio de Aquel que es Tu Guía, Tu Salvador y Protector, Quien, lleno de esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás”_.
Jesús, nos llama a no hacer nada. Nada con el ego, nada con los pensamientos de ataque y los resentimientos y hacerlo, sí, todo, con el Espíritu Santo, nuestro Guía. De tal manera, que sanemos nuestra mente para poder perdonar al hermano de quien nos hemos separado por nuestras interpretaciones basadas en el ego. Con el perdón podremos tener la paz que nos permita mantenernos tranquilos ante cualquier, aparente, falta de amor proveniente de un hermano.
Que maravillosa guía nos da Jesús con esta enseñanza sobre cómo actuar en nuestras vidas. Ante cualquier situación que demande tomar una decisión primero perdonamos con la Ayuda del Espíritu Santo cualquier pensamiento no amoroso que nos esté quitando la paz y, sobre esa base, sabremos qué hacer. Si no estamos en paz es porque no hemos perdonado y las decisiones que tomemos no podrán ser sino conflictivas. Será el perdón, por lo tanto, el que nos trazará el camino.
Se trata es de confiar en Alguien que sabe. Es darse espacio, con mente abierta, para ver una situación con otra perspectiva, aunque sea por un instante y, en ese instante que se ha dejado guiar, ya sabe que es posible otra mirada y los beneficios que trae. La confianza en el Espíritu Santo es importante en este proceso de saber que hacer en cualquier situación porque estamos acostumbrados a pensar con el ego y es lo primero que aparece en nuestro razonamiento como lo explica Jesús, en el capítulo 6 sección IV:
_”Recuerda que el Espíritu Santo es la Respuesta. El ego siempre habla primero”_. T-6. IV. 1:1-2
Importante enseñanza de Jesús. Lo primero que aparece es la voz del ego que nos llama a mantener nuestro especialismo, a la separación, al conflicto, a no razonar con base en el presente sino en referencia al pasado o al futuro, a mantener los resentimientos, a no perdonar, a mantener nuestra atención centrada en el cuerpo.
*PRÁCTICA*
Le propongo un ejercicio de auto- indagación. Decídase a ir al interior de su mente y mirarse con mente abierta y honestidad. Tómese el tiempo que necesite. Hágalo sin afán. Le sugiero que escriba. El escribir ayuda a la concentración, evita el divagar de la mente y ayuda al compromiso con la actividad.
Le propongo realizar las siguientes actividades:
_Invocar la ayuda de un poder superior_.
Le sugiero que lo haga con la ayuda del Espíritu Santo, de Jesús, de Dios o de cualquier Poder superior que considere. Esto es abrirse a la aceptación de que necesitas una ayuda superior pues has intentado realizar las cosas a tu manera y las cosas no han salido como esperabas. Háblele a ese Poder superior como a un amigo, con la confianza, con la seguridad, de que, si se aquieta, es decir, si para los juicios, se le inspirará una respuesta que no fomente la separación.
La oración de la página 30 del Texto de Un curso de milagros es una excelente ayuda:
_”Puedes hacer mucho en favor de tu propia curación y la de los demás si en situaciones en que se requiere tu ayuda piensas de la siguiente manera_:
*Estoy aquí únicamente para ser útil*.
*Estoy aquí en representación de Aquel que me envío*.
*No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo debo hacer, pues Aquel que me envío me guiará*.
*Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee porque sé que Él estará allí conmigo*.
*Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar*. T-2. V. 18: 1-6
_Desarrollo de la terapia_
Le propongo que haga un trabajo de honestidad con usted mismo (a). Trate de contestar con honestidad las siguientes preguntas. Si le cuesta dificultad haga un momento de silencio y pida la Ayuda del Poder superior que considere. Y siga adelante. Está haciendo algo de mucha importancia para su vida. Algo que puede contribuir a cambiarla.
Puede realizar lo siguiente:
Puede preguntarse:
¿Qué le está quitando la paz, es decir, la tranquilidad, la calma, en relación al perdón con un hermano o situación?
Describa la situación con la que tiene dificultades para perdonar.
¿Hay resentimientos que le impidan perdonar? Si los hay ¿Cuáles serían?
¿Hay juicios condenatorios, de reprobación, de rechazo, hacia el hermano? ¿Cuáles serían?
¿Atribuye lo que le pasa a otros hermanos?
¿Se siente culpable de lo que le pasa?
¿Considera que si perdona tendrá que hacer cambios en su vida?
¿Siente que es preferible mantener una situación de no perdón que arriesgarse a cambiarla?
¿Considera que esto lo debilita?
¿Mantiene vigente viejas historias del pasado para no abrirse a la posibilidad de perdonar en el presente?
¿Hasta cuando quiere mantener esas historias?
¿Desea que se haga justicia de acuerdo a sus propios términos?
¿Acepta que los demás se hayan equivocado en la manera como lo han tratado?
¿Le cuesta perdonar hechos dolorosos del pasado?
¿Qué pensamientos considera se relacionan con su falta de perdón de perdón?
Escoja el más importante. El que más lo mueva.
¿Qué relación le encuentra a este pensamiento con los hechos anteriores relacionados con su falta de perdón?
¿Ese pensamiento es un hecho incontrovertible o una imaginación o interpretación suya?
Si lo afirma, ¿qué pruebas tiene para comprobarlo? Y a cada prueba le hace la pregunta anterior.
¿Cómo hubiera deseado que las cosas hubieran sucedido para que no hubiera reaccionado con falta de perdón?
¿Ese deseo suyo tuvo en cuenta la situación de la otra persona o personas? ¿Sabía realmente que estaba pasando con ella o ellas?
¿Piensa que otras personas reaccionarían de la misma manera como usted lo hace ante el pensamiento que le motivó la falta de perdón?.
Su falta de perdón como influye en su relación con los demás, consigo mismo, con Dios?
¿Las decisiones que toma cuando no perdona:
¿Están dominadas por el amor o por el miedo? Podría dar un ejemplo.
¿Contribuyen a la paz o al conflicto? Podría dar un ejemplo.
Escuchan ¿al Espíritu Santo o al ego? Podría dar un ejemplo.
Lo llevan ¿a la ilusión o a la verdad? Podría dar un ejemplo.
Podríamos hacer una recapitulación de lo visto anteriormente:
Se han formado unos patrones de pensamientos, juicios y conductas que no queremos soltar ni perdonar.
Somos responsables de nuestros pensamientos y acciones. Nuestros problemas no vienen de afuera. Se deben a nuestras interpretaciones. No somos culpables sino responsables de seguir manteniendo dichos pensamientos que nos causan dolor, o no.
El mantener la dinámica de defensa - ataque limita el perdón.
El vivir apegado a las historias conflictivas del pasado impide que el perdón se presente.
No hay que perder de vista nuestra naturaleza espiritual como Hijos de Dios que somos.
Vivir en el presente y liberarse de querer revivir el pasado o anticipar el futuro de acuerdo a sus deseos.
En las situaciones producidas por la falta de perdón hay envueltos pensamientos no amorosos. ¿Cuáles serían?
¿Qué diría el Espíritu Santo, Jesús, Dios ante esos pensamientos no amorosos?
Vaya a la situación donde tuvo la decisión equivocada de no perdonar. Ahora la va a ver con los pensamientos amorosos, aunque sea por un instante. Puede decirse como dice la lección 34 *Podría ver paz en lugar de esto*. ¿Qué se diría usted mismo en el momento en el que decidió reaccionar sin amor y no perdonar? Expréselo con palabras. Le ayudarán a sanar su mente.
Con base a la lección 121 *El perdón es la llave de la felicidad* de Un curso de milagros realice la siguiente actividad:
Piense “_en alguien que te cae mal, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías encontrarte; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. 2La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. 3Probablemente ya sabes de quién se trata. 4Ese mismo vale_.
_11. Ahora cierra los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. 2Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. 3Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que has formado de él. 4Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso_.
_12. Observa esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. 2Trata de transferirle la luz que aprendiste a ver alrededor de quien antes fuera tu “enemigo”. 3Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro_.
_13. Permite entonces que te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu “enemigo” y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. 2Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. 3Ahora te has perdonado a ti mismo”_.
_Se hace un trabajo de perdón con el pensamiento que le causó sufrimiento y le hizo perder la paz en relación con un hermano_.
Vale la pena aclarar como en cada hermano, con la Ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, pueden darse, en la forma, diversas maneras de expresión del perdón sin olvidar nunca el contenido del Curso:
_”El Hijo de Dios es inocente y en su inocencia radica su salvación”_.
Las propuestas que presentamos no quieren decir que son las únicas existentes. Se presentan sólo con un propósito didáctico para facilitar la terapia.
Puede valerse de la lección 46 o la lección 121 de Un curso de milagros. Y también de la oración anexa. Cierre los ojos. Imagine la presencia del Espíritu Santo o el Poder superior que considere. Está con usted. Es su amigo. Y está a su lado para ayudarle a dejar todos los pensamientos que le estén causando sufrimiento. Sienta esa presencia que deshace todos esos pensamientos de miedo y deja sólo los pensamientos de paz y amor de Dios. Si siente que le es difícil perdonar considere la posibilidad de hacerlo, únicamente, por un instante. Observe como se siente al hacerlo.
ORACIÓN DEL PERDÓN
_Espíritu Santo, por favor, ayúdame a perdonarme a mí MISMO(A) por haber usado, sin saberlo, a ____________ (persona, dolor, enfermedad, falta, ansiedad, miedo, auto-juicio, enojo, etc.) para atacarme, separarme de mis hermanos y del Amor de Dios como mi santo Ser_.
_Amén._
_Se hace un trabajo de Expiación_.
La Expiación es el proceso de corrección de la percepción, de nuestra manera de ver el mundo con el ego y en el que se le pide al Espíritu Santo que anule todas consecuencias de nuestras decisiones equivocadas al tener pensamientos no amorosos en relación al pensamiento que me está quitando la paz. Se trabaja con la oración anexa:
ORACIÓN DE LA EXPIACIÓN
_Espíritu Santo, te entrego mi decisión equivocada de tener estos pensamientos no amorosos acerca de _________ (persona, dolor, enfermedad, falta, ansiedad, miedo, autojuicio, enojo, etc.) para que los transformes en pensamientos amorosos. Amén_.
_Tómase un tiempo para integrar_
De un tiempo para integrar lo que ha sucedido. No tenga miedo. No está solo (a). El Espíritu Santo, Jesús, Dios lo acompaña. Disfrute este momento. Integre este momento de paz, de unidad, de amor con Dios y tus hermanos. Mereces tener este espacio de silencio. Mereces ser feliz. No se distraigas de estar contigo mismo (a) y con Dios.
_Tiempo de milagros_
El milagro es una corrección que se hace en la mente de la manera como nos vemos a nosotros mismos, a nuestros hermanos y a Dios. Así, donde antes veía un enemigo en mi hermano ahora veo un salvador porque me muestra lo que tengo que cambiar y perdonar.
¿De que se ha dado cuenta? ¿Qué correcciones hizo en relación a la situación que le quitaba la paz al principio? ¿Cómo se siente?
VII. Agradezca, al Poder superior que considere, por haberle ayudado a realizar esta terapia.
Agradezca al Padre, que le haya dado el don del perdón con el cual retira todos los obstáculos interpuestos en su mente para mantener su especialismo y, así, justificar la separación.
Esta terapia la puede seguir realizando con cualquier otro problema con un hermano o situación que le quite la paz en el futuro y que necesite perdonar.
Nota:
Las oraciones fueron inspiradas en el libro de Nouk Sánchez “El final de la muerte. Las enseñanzas profundas de Un curso de milagros”.
Muchísimas bendiciones
Jorge Luis Álvarez Castañeda
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